El sedán negro dio varias vueltas repartiendo los kilómetros entre los terrenos de Akiyama y de Hashimoto. Iba Yasui al volante mientras que Kawauso ocupaba el asiento del copiloto, tras el sedán iba una moto que parecía estar aguardando insistentemente el momento en el que finalmente podría adelantarles, pero que finalmente nunca lo hacía.
Coche y moto en su recorrido por las calles vieron varios garitos de la casa que ya estaban funcionando de manera incombustible generando dinero para la familia y por extensión para el oyabun: negocios que prosperaban gracias a la protección que les dispensaban, burdeles y locales de hostess que atraían salaryman con la intención de aligerarles el bolsillo. Sin embargo a aquella hora los más notorios eran los de pachinko que con su habitual estridencia les saludaron a su paso.
Finalmente detuvieron el vehículo frente a un local de host1 que dependía de Akiyama-sama. Los porteros se sorprendieron por la presencia de aquel vehículo y al reconocerles agacharon la cabeza a modo de saludo mientras todos se apeaban de sus respectivos vehículos.
1Host es un termino que significa anfitrión, viene a ser un local de hombres que agasajan a visitantes femeninas las cuales deben pagar sus consumiciones y las del anfitrión que va a comisión. Los locales de hostess son de mujeres
—¡Oh! —saludó el tipo de aspecto andrógino, maquillado y con el pelo teñido emulando un manga destinado a público femenino. Acompañó la gran expresión de sorpresa con una nueva reverencia—. Soy Akira— acompañó aquellas palabras con otra reverencia más.
—Agradezco que hayan venido a nuestro humilde local. No sé si han venido a por la recaudación o si buscan compañía. Hay por aquí cerca uno de la compañía, si quieren les acompaño.
Como no tenía ningún plan en firme, os he plantado en medio de alguna parte para a partir de ahí ir tirando del hilo.
Sanosuke bajó del coche y cuando fueron abordados por el primer host, le miró con curiosidad mientras pensaba "Vaya pintas". Y encima se pensó que iban allí para encontrar compañía, en fin.
-Ni lo uno ni lo otro -dijo cruzando las manos a la altura del abdomen-. Venimos a hablar con el gerente.
Sin más preámbulos, el mozo les hizo pasar adentro y los guió a través de una serie de habitaciones "sólo para el personal". Por último llegaron a un despacho, decorado ostentosamente y con nulo gusto, donde un orondo occidental trajeado que nada tenía de parecido con los host que mantenían vivo aquel negocio les recibió.
-¡Furusawa-sama! ¡Qué agradable sorpresa!
-Seguro que sí -contestó Sanosuke con una sonrisa falsísima-. Te veo mejor que nunca, Surimu Joe-san1.
Obviamente mentía. El hombre estaba más gordo que nunca, el muy cabrón. Se notaba que no desaprovechaba los beneficios económicos que le rentaban aquellos locales. Sanosuke odiaba con toda su alma a aquel tío, que parecía siempre incapaz de leer entre líneas, pero ahora mismo le necesitaban. Surimu Joe regentaba no sólo este local de host, sino también otros dos de hostess. Habían asumido que, de frecuentar alguno, Hamasaki preferiría los de hostess, por estadística. Aunque en estos tiempos tiempos nunca se sabía. La cuestión es que si aparecían por alguno de aquellos locales levantarían muchas sospechas, y además el único con acceso total a todo era Joe, que por suerte solía estar en el de host.
-Estamos buscando a alguien, Joe-san. Sé que te sabes de memoria los nombres de tus mejores clientes, pero si no está entre ellos necesitaremos acceso a las cámaras de seguridad de los otros dos clubes. ¿Te dice algo Hamasaki-san? -interrogó al rechoncho gerente, y procedió a darle la escueta descripción que tenían de Hamasaki que les había dado Nezumi.
Motivo: Atar Cabos sobre Slim Joe (+Ventaja)
Tirada: 2d6
Resultado: 3(+1)=4 [2, 1]
1Surimu: Aquí he jugado un poco, porque estaba buscando cómo era "gordo", pero me he dado cuenta que sería gracioso llamarlo "Slim", en plan como de coña como hacen a veces los raperos y esas cosas. Y de ahí Slim Joe. Y Slim en japonés es tal cual una transcripción de cómo lo pronuncian ellos, Surimu.
Como no estoy "investigando" si no más bien "interrogando" a Slim Joe, he creído que lo más apropiado era el movimiento Atar Cabos (2d6+Astuto) para analizar en este caso a la persona. Según mi ficha, por mi habilidad/movimiento especial Calar a la gente, tengo ventaja en las tiradas de Atar Cabos contra personas a las que puedo ver. Lo digo para que el máster lo tenga en cuenta porque no entiendo muy bien qué implica eso de "tener Ventaja".
Aunque creo que va a dar igual, porque vaya FRACASAZO.
Baiken condujo su sedán como lo haría un chófer profesional, recorriendo las calles de Osaka con calma y precisión siguiendo las indicaciones de Kawauso y asegurándose de vez en cuando de que Tobu al alcance de su retrovisor. Parecía más tranquilo ahora que tenían un plan, y cuando llegaron al local, observó al granuja de su compañero abandonar el coche y adentrarse en el garito solo para tener que volver a salir a buscarle. Le observó desde el asiento del conductor, con una expresión vacía, y cuando se cansó de hacer aspavientos y regresó al interior, abrió la guantera del vehículo y el falso fondo que había en el interior de esta y sacó de la misma una pistola. Estaban en el territorio de Akiyama-sama pero pese a todo algo le daba mala espina. No sabía qué, pero sí que de verse en un aprieto, prefería no tener que depender de la puntería del bocazas de Sanosuke.
Alcanzó a los otros dos en el interior, hablando con un chaval al que no le habría venido mal un poquito de trabajo duro en la vida, y desfilaron todos hasta el despacho del regente, Surimu Joe. Baiken detestaba a los gaijin, así que dejó que fueran los otros dos los que se encargaran de todo eso mientras él permanecía discretamente en segundo plano. No era racista, sino que sencillamente no encajaban en su visión de Japón, y era de los que pensaban que el país había estado mucho mejor antes de conocerlos. Surimu Joe, específicamente, era una alimaña que se enriquecía a costa de los deseos más instintos de los japoneses, y no tenía ningún derecho a ello. Si dependiera de Baiken, Hamasaki podía quedarse todos sus negocios. Él no quería tener que proteger ni tampoco extorsionar a gente como él.
Pues eso, equipo mi pistola pesada y saboreo en la distancia el fail de Kawauso
Tobu siguió con prudencia a sus compañeros, bastante ansioso por adelantar el coche de Yasui y quemar rueda a mucha más velocidad. A su parecer conducía demasiado lento; o tal vez es que a él le gustaba ir muy rápido por las carreteras. Como sea, llegaron a uno de los locales de Akiyama-sama y no tardó en recibirles un tipo que parecía sacado de un maldito salón de cosplay de animes de tres al cuarto. Su comentario provocó una expresión de hastío en el rostro del Chimpira.
—¿A ti te parece que tengamos pinta de ser unos putos desesperados, baka? –le increpó al maniquí andante acercándose unos metros hacia él, deseando que abriera la bocaza, pero no lo hizo. Se quedó completamente mudo e inmóvil.
“Lo imaginaba, otro capullo sin huevos. Por eso está aquí” –pensó dejando tras de sí a aquel personaje y siguió por el local a sus compañeros, hasta que llegaron a la sala del pez gordo (esto en el sentido más estricto y literal de la palabra). Aquella mole de carne, que tenía los botones de la camisa a punto de estallarle, no sería capaz de perseguirlos en una carrera ni diez metros sin quedarse sin resuello. Seguro que comía ramen y tempura como un puto cerdo. Esperó a que contestara a la pregunta de Kawauso, intuyendo que quizá la codicia de ese hombre obnubilaría su mente y no les aportaría información de interés. Aunque nunca se sabía...
—¿Hamasaki? Iie1 —negó pensativo antes de volver al ataque—. La verdad es que con eso de los nombres no soy muy bueno, tengo una especie de dislexia con los nombres japos. No se me ofendan pero es así, salvo a las chavalas que están buenas...
Parecía que el gaijin se había propuesto llevar su paciencia al límite, sin embargo Kawauso perseveró dando una escueta descripción del tipo.
—A decir verdad, no me quedo ni con las caras —confesó finalmente Joe, vio que estaban sus "protectores" perdiendo la paciencia y fuese por la presión, pero de golpe la inspiración pareció sobrevenirle:
—Pero por lo que me cuentas pudo ser uno de los tipos que el otro día estaba jodiendo la marrana en el Luxury Hostess, esperad que os pongo el vídeo —dijo mientras se apresuraba a tomar su iphone para a continuación trastear entre todo su contenido multimedia: porno, memes graciosos, vídeos reenviados por algún idiota como él, más porno, vídeos en los cambiadores de las chicas... Hasta que finalmente apareció lo que buscaba.
Se trataba de un vídeo de una de las cámaras de seguridad del local, estaban dos tipos rodeados de cuatro mujeres de buena presencia que reían para seguirles la corriente y hacerles sentirse muy importantes. De pronto uno de los dos dijo algo que provocó que el segundo se levantase violentamente para calzarle una hostia con la mala suerte de que acabó por dar a la mujer. Acabaron huyendo por patas sin pagar la cuenta, pero salvando aquellos detalles, nada tenían de yakuzas aquellos idiotas.
1No
Hago una puntualización para confirmar qué es lo que querías: Atar cabos es para analizar una persona, es decir si quieres ver algo que te haga sospechar de "el flaco". Entiendo que no era eso lo que buscabas, si no algo como Investigar. Usas al tipo para "buscar pistas, indicios, o para tratar de conseguir información sobre algo"
En ese momento sonó un teléfono provocando que todos se revolvieran sin estar seguros de si era el suyo1. No tardaron en localizar al culpable, entonces reconocieron al remitente: Tetsuo.
Miraron entonces el reloj y vieron que habían pasado un par de horas desde que se separaron, probablemente habría terminado con el cuerpo.
1He narrado esto así para que quien quiera se considere el destinatario de la llamada.
Sanosuke observó con atención el vídeo, pero en el no salían más que unos gamberros estúpidos. Y encima se iban sin pagar. Ese puto inútil no sabía ni gestionar los negocios a su cargo. Estaba hasta los cojones y no quería perder ni un minuto más en compañía de aquel gaijin.
-¡Temee...! ¡Esto no nos sirve para una puta mierda! -dijo exasperado y furioso con aquel hombre, agarrándolo de las solapas- Dame acceso a las cámaras de seguridad o me aseguraré de encontrar un sustituto más adecuado para este puesto.
-¡P-p-pero Furusawa-sama! Esto es todo lo que tengo... U-usted me pidió que borráramos todas las grabaciones al día siguiente tras revisar actividad sospecha. Sólo guardo algunos clips de vídeo como este del otro día. Y las de ayer las habrán borrado hoy al medio día -se justificó el orondo Surimu Joe, levantando las manos como para protegerse por si Sanosuke le endiñaba alguna ostia.
-Kuso, este capullo tiene razón -dijo, frustrado, soltándole-. Ya no me acordaba de eso. Entonces estamos como al principio otra vez... -dijo dirigiéndose a sus dos compinches, mientras un teléfono móvil no dejaba de sonar- Cógelo de una vez, Baiken-san, joder.
Motivo: Manipular (intimidar)
Tirada: 2d6
Resultado: 4(+3)=7 [2, 2]
He hecho un movimiento de Manipular para que nos dé acceso a las cámaras de seguridad para investigar por nuestra cuenta (aunque no vaya a ningún lado). Un éxito justito... (vaya racha de tiradas de mierda llevo en umbría). La descripción del movimiento indica que necesita un "incentivo/soborno/whatever". He intentado pensar algo que tuviera sentido en consonancia con esto, pero la verdad es que no se me ocurría ninguna manera en que tuviera sentido tener que darle un incentivo a este tio para que nos enseñase esto, así que lo he roleado como un fracaso y callejón sin salida.
Voy a dejar volar la mente de Vikmar y Wolfwood para que nos saquen del atolladero con una línea de investigación paralela porque no tengo la cabeza hoy para pensar mucho más allá, ya me perdonareis.
Esperaba impaciente a que Surimu Joe se dejara de enseñar vídeos e imágenes de dudoso gusto (básicamente le producía repulsión estar junto a aquel pez gordo) para que mostrara lo que había despertado su interés. El vídeo de la cámara de seguridad no arrojaba luz sobre lo que buscaban puesto que esos tipos nada tenían que ver con la yakuza. Tenían toda la pinta de ser un par de empresarios engreídos con ganas de derrochar dinero en clubes de ese estilo.
-Mausutorappu1... -susurró echándose para atrás. Eso es lo que le parecía toda aquella situación.
Tendrían que buscar pistas en otro club o lugar, porque el gaijin no tenía nada de interés que ofrecerles en sus grabaciones. El móvil de Baiken empezó a sonar en la sala rompiendo de manera momentánea un silencio que había envuelto el ambiente. Tobu sacó su propio móvil y se alejó un par de pasos llamando a Keisuke Watanabe, hijo del dueño del local Heaven Dragoon, un amigo suyo de la infancia y que siempre le podría echar un cable cuando necesitara ayuda. Quizá él conociera a Hamasaki-san de alguna visita. Sin embargo, el receptor de la llamada comunicaba y comunicaba. Genial, todo iba genial ese día. Luego lo intentaría de nuevo.
1Trampa para ratones. Creo que describe bien la escena xD
Perdonad si no estoy muy creativo, pero entre trabajos de final del cuatrimestre, prepararme para los exámenes y una gripe... No estoy precisamente inspirado a la hora de postear :S
En otras condiciones Baiken habría podido sobrellevar la prueba que era pasar unos minutos con Surimu Joe con mejor disposición, pero que se pusiera a enseñar vídeos denigrantes de mujeres japonesas estaba probando ser algo muy difícil de soportar. ¿Acaso no era el gaijin un invitado en su país? ¡Qué ganas tenía de partirle un brazo, de romperle un par de costillas! Se contuvo, con la esperanza de que el maldito gordinflón tuviera algo de interés para ellos, y enseguida se arrepintió. Sabía todavía menos que ellos, y eso era decir mucho. Alzó el puño en modo amenazante mientras Kawauso le increpaba, los dos en sintonía por una vez en la vida, y entonces se dio cuenta de que su teléfono llevaba sonando ya unos segundos. Lo sacó de su chaqueta y lo mantuvo en su mano, pensativo, hasta que Kawauso pasó de gritar al gaijin a increparle a él.
—¿Tetsuo? Ajá. ¿Ya está, entonces? —no podía decir que lamentara la muerte de Nezumi, pero en ese momento les habría venido bien, pues era la única persona a la que podrían haber recurrido para dar con el maldito Hamasaki—. Muy bien. Estamos con Surimu Joe, pero no vengas, no te molestes. No ha habido suerte.
Se llevó el teléfono al pecho un segundo, al ver a los otros dos con sus respectivos teléfonos pegados a la oreja, sin hacer nada, y empezó a hacer aspavientos a Kawauso y a Tobu.
—¿Qué hacéis ahí parados? ¡No nos vamos a ir de aquí con las manos vacías, Furosawa! ¡Que pague este mes por adelantado! —y dio un puntapié al gordo, que se encogió por el dolor— ¡Y más te vale ser generoso, foca bastarda! Si no paga, preséntale a Kossetsu, Tobu. Hazle algo de lo que nos ha enseñado en sus vídeos, ¿eh?
Baiken no solía comportarse de una forma tan agresiva ni siquiera con Kawauso y, de hecho, solía dejar la gestión de los negocios y el trato con esa gentuza en sus manos y en las del resto de la banda. Parecía que el rato que el gaijin les había hecho pasar le había hecho sentirse ultrajado. Mientras Tetsuo esperaba al otro lado de la línea, el Heiho empezó a rumiar un plan. Parecía que no tenían más pistas, y tenían la necesidad que avanzar. ¿Qué podían hacer? Era raro para un Yakuza encontrarse en esa posición, pues eran los amos y señores de las calles de Japón. ¿A quién podían recurrir, quién tenía tantos ojos y oídos como ellos por Osaka?
Suspiró, negando con la cabeza, sabiendo que más pronto que tarde se iba a arrepentir de lo que iba a hacer.
—Tetsuo, sí, sigo aquí —dijo, algo más calmado—. Nos vemos en la comisaría de Higashi2. No, no ha pasado nada.
1Kossetsu: Fractura, el bate de Tobu. ¿Debería ir al Dramatis personae? XD
2Higashi: no sé si es una calle, un distrito o qué, pero hay una comisaría ahí según Google Maps
Vale. Mi plan es recurrir a mi contacto Soda Yasuhiro
• Soda Yasuhiro: Un inspector de policía, reaccionario y tradicionalista hasta la nausea, cuya relación con la Yakuza viene de largo. Reconoce en la organización —o, al menos, en sus miembros de talante más honorable— un mal necesario. Su integridad siempre es un obstáculo en sus tratos con Baiken, y es por esto que el asesino intenta recurrir a él lo menos posible. Irónicamente, los dos se parecen mucho, tal vez demasiado.
—Voy para allá.
La respuesta fue tan escueta como acostumbraba a ser Tetsuo, nunca decía una palabra más allá de lo necesario para transmitir su mensaje, ninguna pregunta, no demandaba más información. Para cuando Baiken colgó su movil se fijó en cómo Tobu, azuzado por sus palabras ya iba con el bate por delante antes de darle la oportunidad de que el gaijin empezase a aflojar la guita de protección, pero pareció controlarse lo suficiente como para que 'el flaco' captase el mensaje.
—¡Siento mi incompetencia! —Se disculpó en un pobre keigo. —Déjenme que les pague las próximas semanas de antemano, verán que aunque a veces fallo, soy el sirviente más diligente que pueden tener —practicó entonces una tosca reverencia antes de echar a correr hacia la caja fuerte.
—A ver, denme unos segundos... Sí, aquí tienen, diez mil, veinte mil, treinta mil... —siguió sumando cantidades hasta que alcanzó una cifra de yenes razonable para la producción de un mes. Esperen que se lo dejo listo —agregó antes de tomar un sobre blanco inmaculado en el que introdujo el dinero antes de entregárselo al trío con la cabeza gacha.
—¡Gracias por venir!