Thodak imagina que lo peor que puede ocurrir es una pequeña escaramuza, por lo que vota por el camino corto.
-¡Hummm! ¡Nada por lo que preocuparse, amiga Laurel! A veces oigo la llamada del pasado, voces susurrantes en el bosque, pisadas silenciosas que me trae el viento, quizás haya sido la invocación de las Montañas Azules -se detiene un momento, sus ojos brillan luminosos- Azul, quién sabe.
-¡Bien, no hay tiempo que perder! -Aldtyr se incorpora para salir, doblado casi por la cintura- Esos jovenzuelos pueden estar en un aprieto. Esa gotita de sangre de los Fuertes sigue dando guerra, Odo -le guiña un ojo y chasca la lengua con un estruendo que se oye hasta en Bree- ¡Con lo bien que se vive aquí! Esta enorme paz.
Abre su enorme zurrón y extrae una redoma.
-Toma, loción arpsusar. Es buena para esas lumbares. Odo, durante los últimos años te hemos contado del ancho mundo, no canses más tus huesos. Aquí, los compañeros tienen razón: espéranos confortablemente en el Dragón Verde. Carguemos ese carro y pongámonos en marcha.
Junto a la puerta hay un enorme morral, un pesado hacha de leñador, una lanza corta, todo bien atado. Aldtyr se lo carga al hombro.
-El tiempo apremia, estoy de acuerdo que el camino corto ha de ser el nuestro.
El pobre Aldtyr ha tenido un largo momento introspectivo debido a sus muchas preocupaciones ;) Ya vuelve a la carga.
Pues si esta todo claro, hemos terminado este acto y nos vamos al 1.2