Partida Rol por web

Nu luini yassen tintilar i eleni
ómaryo airetári-lírinen.

La voz de Laurel fué ganando en intensidad poco a poco, gotas de sudor caían por su frente, pero no decayó la concentración, la osa le enseñó los dientes y se preparó para atacar, escarbando la tierra con sus patas traseras y agitando las garras delanteras y dio dos pasos hacia la elfa, pero Laurel no cedía, su voz se elevó un punto más.

Sí man i yulma nin enquantuva
An sí tintallë varda oiolossëo

Una lucha de voluntades estaba teniendo lugar, la osa parecía que se iba a lanzar, solo dos metros las separaban ya, Laurel hizo un gesto tocándose el corazón con la mano izquierda mirando al suelo sin dejar de recitar la letanía, en ese momento la osa dudó, se puso a cuatro patas y se acercó un metro más...

Laurel era consciente de que el más mínimo error podía conducir a la catástrofe, en ese momento recordó el ungüento de Athelas que siempre llevaba y muy muy lentamente lo abrió, el refrescante olor de la hierba de reyes llegó al hocico de la osa, que ahora ya sí se detuvo a escasos cincuenta centímetros de la cabeza de la elfa.

Manen natye ? - ya levantando la cabeza y mirando con dulzura a la osa a los ojos.

Alasse len - y la osa resopló desconcertada,  ¿ quién era ese ser que con su actitud había conseguido que todo su odio se disipara como el rocío con el sol ?

Melda, mata mardanyasse -  sacó una lemba y se la ofreció, la osa la tomó de entre sus manos con delicadeza y se alejó un metro y empezó a comerla con tranquilidad, ¡olvidando por un momento que allí había tres personas más, el osezno salió cauteloso de su escondite al olor de la lemba, quería su ración!

Laurel suspiró aliviada, por un momento creyó que no lo iba a conseguir, se giró a sus compañeros y les guiñó un ojo y les hizo un gesto para que se sentaran y se puso un dedo en la boca para que no hicieran ruido y no asustaran a la osa.

Lo más difícil ya estaba hecho, ahora había que localizar al perverso que había marcado a fuego el pecho del animal y hacerle pagar caro el sufrimiento que estaba causando con sus trampas y artimañas crueles.

Thodak esperó mientras la elfa se comunicaba con la feroz osa, cambiando su actitud mediante magia, diplomacia o sólo los Dioses saben qué artes.

- Bueno, cantarina, ¿se puede saber qué has hecho? ¿Has establecido un pacto con la osa si escarmentamos a los tramperos de la maldita H?

- En mi honesta opinión, creo que cometeremos un error que los viajeros pagarán. Ese oso ya ha probado carne de persona, hay que sacrificar a la bestia para evitar que siga matando. Ahora que está tranquila, sería una oportunidad excelente. Al menos, podrías salvar a la cría adoptandola si eso te hace sentir mejor. Cuando otro grupo menos amable abata al animal, no tendrán compasión para con ella.

-Thodak, si hay que matarla, seré el primero en empuñar el acero -hay lágrimas en los ojos de Aldtyr- pero deja una oportunidad a la esperanza.

El hombretón se acerca lo suficiente para que la osa y el osezno lo huelan, se queda quieto, esperando. Desea respaldar lo que las artes élficas de Laurel han conseguido.

Al igual que hiciera con el zorro, comienza a gruñir levemente, imitando los sonidos del oso, prometiéndole su justa venganza.

Será por el conjuro de la medio elfa o por el olor a beornida de bosqueviejo, te deja acercarte y el osezno sale de su escondite quedando detrás de la osa. 

parece que las nubes ayudan en la escena y un leve rayo de sol se cuela entre las nubes enfocando vuestra posición. 

Un rayo de luz se escapa entre las nubes e ilumina la escena, durante unos instantes. 

Thodak puso los ojos en blanco ante la escenita. A veces sentía que estaba al cargo de unos niños grandes consentidos. Se imaginó cortándole la cabeza a la osa de forma sorpresiva y riendo mientras sus amigos lloraban, pero no compartió la ocurrencia con los demás pues no entenderían su humor.  Rió por dentro.

- Está bien, no hace falta que llores, Bosqueviejo - gruñó incómodo. - Pero deja de retozar con el animal y démonos prisa si queremos solventar esto, el tiempo apremia y tenemos una misión más importante para con nuestro amigo Odo. Ya tendréis tiempo de llorar cuando volvamos por aquí y hallemos un rastro de cadáveres esparcido por vuestra nueva "amiga" - apremió el enano, sin perder la oportunidad de introducir una pulla.

Retomó la marcha a paso ligero, farfullando algunas maldiciones por tener que renunciar además a la recompensa que se ofrecía por la presa.

-A veces, buen amigo, tu corazón es más frío que el oro que tanto aprecias. Un animal nunca ataca si no es por provocación o porque le han enseñado a odiar. Esta criatura ha sido maltratada hasta convertirla en un espectro de odio y violencia.

Aldtyr alarga su conversación con los animales, intentando obtener información sobre los tramperos que la han perseguido, después les pedirá que se internen en la floresta, que se alejen de los crueles cepos, de los cazadores. 

-Perdeos allá donde no se interna el hombre. Dejadnos la justicia a nosotros. Si prosigues tu camino de odio, ambos moriréis -señala al osezno que retoza a sus pies.

Tarandil cierra los ojos un momento para sentir el aire en su rostro. Durante un momento piensa en ponerse la capucha para sentirse resguardado de cuanto sucede, pero en el último momento cambia de opinión y deja que su pelo sea mecido por el aire.

—Sólo un ser humano es capaz de hacer odiar a un animal —dice, y espera antes de añadir—. O algún tipo de criatura maligna de nacimiento.

No quiere ni acercarse a los dos osos para suponer sólo una amenaza potencial más para la madre, por lo que decide mantenerse a una distancia prudencial. Sus brazos se relajan y sus manos se apartan del camino por el aire que tendría que recorrer para coger su arco. El bueno de Aldtyr parece haber llegado a una especie de trato con ellos.

Tarandil asiente complacido y espera que otro tome la decisión de seguir por él. Sus órdenes llevaron a buena gente a la muerte en décadas pasadas y, aunque está presto para el combate, intenta no tener que ser el primero en decidir. También lo considera una buena forma de escapar del caos y la corrupción que afectan a muchos.

Dejaré aviso a los elfos silvanos de Lórien en la próxima posada, ellos no tardarán en hacerse cargo de este animal, lo rescatarán y lo llevarán al Santuario que sea más apropiado para un animal noble que ha sido capaz de perdonar.

Si nos cruzamos con elfo alguno agilizará aún más la recogida, ¿ alguien tiene alguna idea para protegerlo mientras tanto ?

La maltrecha osa se retira hacia el río donde hay buena pesca y panales.

El osezno color gris oscuro con una mancha blanca en el pecho la sigue.

Va a retirarse algunas lunas, para ver si no vuelve a ver cazadores por la zona, de no ser así volverá a las andadas.

El osezno en la distancia se pone de pie estirando las patas delanteras y moviendo la derecha como si limpiará un cristal graciosamente.

Se marchan.

Parece que la tormenta de los alrededores a hecho una tregua, con un poco de suerte se llegará al pueblo sin mojaros