Partida Rol por web

Por los siete tentáculos, en qué me estoy metiendo, pensó Sildara mientras mantenía su máscara de noble indiferencia usando toda su fuerza de voluntad. Lo que quería era agachar la cabeza, retirarse y dejar que otros se pelearan, pero el peso del cofre en la mochila era como el peso del deber. Si no hacía aquello, dudaba que Vashj le escuchara, por mucho que su amiga o amante le dijera todo lo que había pasado. 

Lo que tenía claro es que hacerlo sola era un suicidio, así que miró a sus dos compañeros, Palzigun y Shae... y lo que vio en Shae no le gustó nada. Estaba echado hacia delante, con mirada terrible y fiera. Todo su cuerpo indicaba que se iba a lanzar al ataque, y aquello sería un desastre. Iba a destrozarlo todo, interrumpir la fiesta y además arruinar sus probabilidades de poder darle aquello a Lady Vashj. Procurando que su preocupación no se reflejara en el semblante, mantuvo su máscara de piedra y se acercó a Shae con lentitud estudiada. 

Le puso una de sus manos sobre los brazos tentaculares, rezando a la Reina porque la bestia no se lo arrancara de cuajo. 

-Como veis, el expedicionario Shae ya está deseando aceptar vuestro desafío en la arena -dijo marcando mucho esas tres palabras, mirando directamente a Shae, para luego volver a mirar al mirmidón- Si estáis dispuestos a enfrentaros a él, al honorable Mirmidón Palizgun y a mí misma -que los Antiguos me guarden- Allí os veremos. Los adornos de oro de vuestros tentáculos, Crisillar el Maremoto, quedarían mucho mejor adornando a cualquiera de las honorables damas que nos observan. Cuando os derrotemos -si os derrotamos- se los entregaré a la Hidromántica y a Lady Vashj, para que los usen de brazaletes o los fundan para hacer joyas. 

Pronunció aquella amenaza con una sonrisa ligera, como si no fuese nada. La verdad es que había sido benevolente, podría haber dicho mucho más, pero no quería humillar al séquito de la que luego tendría que convencer, además, dado que luego se lo regalaría a la Lady, tampoco estaría robándoles en realidad. Aquel desafío era algo simbólico y lo sabía, nada como lo de arrancarle las ropas... en fin, la suerte estaba echada. Se inclinó sobre Shae y le susurró: 

-Reserva tu furia para la arena, Expedicionario. La necesitaremos. 

No sabía el porque el tal Crisillar el maremoto estaba retando a la princesa, pero si mi señora me lo iba a permitir, yo acudiría, aunque me percato de que Shae estaba a punto de lanzarse sobre el mirmidon y no esperar a la arena y empezar la pelea allí mismo, por lo que me acerco, aun un poco aterrado por el hecho de acercarme a ese ser, "ssshae, sssi osss gussstaría enfretarosss al mirmidon de Lady Vassshj, podréisss aceptar su reto" le digo al ser, "pero ni ssse osss ocurra atacar ahora" le susurro, y con esas me giro hacía la princesa, "Sssi mi ssseñora no tienen ningún incombeniente en mi participación, yo acepto de sssumo gusssto"

- Palzzzigunnn... -siseó Srekhada tras escuchar el nombre de labios de la princesa y ver que por fin hablaba quien compartía su mismo impedimento de voz- Tu nommmbre resssuena en losss sssalonesss de Colmmmillo Torssscido por rechazzzar a nuessstra ssseñora; cuando te arruguesss commmo el cobarde que eresss te marcarrré commmo a una bessstia -con una de sus manos apartó una pieza de armadura de su cuello para mostrar una escarificación-. No estarásss con nosssotrosss pero jamásss dejarásss de ssser nuessstro.

Al parecer ya estaba acordado el revelar aquel pequeño secreto, que Lady Vashj había intentado arrebatar a Palzigun de Thespia hacía años y que, debido a la inquebrantable lealtad de este, no sólo no había cedido sino que tampoco se había siquiera dado por aludido cuando se le insinuaron para que cambiase de señora.

Shae, ante la petición de sus compañeros relaja su posición y retrocede. Ante un espectador poco dicho podría parecer que renuncia a la posibilidad de lanzarse en ese momento, pero cualquiera con experiencia de batalla notará como mantiene el agarre de la lanza y cómo sigue atento a cualquier movimiento de aquellos a los que ya ha considerado enemigos. Este no es el lugar de luchar. espeta.dadme un motivo, solo dadme un motivo para arponearos como meros peces

Tras esto Lady Vashj le dio la espalda a la puerta y a sus gentes para centrar su atención por completo en ti.
 

- El Tempestira de lealtad fluctuante acumuló un sinfín de favores y juramentos a deber. Algunos de los que han alzado aleta o brazo me han sorprendido al aportar a esta contienda. Tengo a los vástagos de media corte y a adultos retirados de la capital- Lady Vashj te mira extrañada Si tus padres han apoquinado tanto, ¿por qué insistes en venir?- duda por un momento-  ¿Tienes tú una deuda independiente a la de ellos?
 

Miró como van entrando esas nagas fuertes y capaces, pero no tanto como su familia. Se iban a sorprender. Cuando le hace la pregunta tan directa, la sorprende por un momento, la sinceridad de la amistad se ha unido al poder de poder decir lo que quiera, pasado ese momento y recordando a quien tiene delante y mirándola a los ojos fijamente solamente dice una palabra.

- Si-
 

La mirada de Lady Vashj se volvió cuando se dio cuenta de la seguridad con la que su amiga permitía el desafío de su séquito, nagas capaces y de su confianza. Fue entonces le prestó la debida atención al personal de Simazul.
-Veo que mantienes a Palzigun cerca, ¿sabes que traté de quitártelo hace 200 años? Se hizo tanto el tonto con mi oferta que no encontré el coraje para fingir ofensa y buscarle problemas. Creo que algo se le rompió tras ese hocico de cocodrilo que tiene y te tiene en la estima que debería ser mía- Bromeaba, casi, pero lo justo para que quedase como anécdota divertida y no como disgusto - Una abominación... Cuánto lo siento. La pondré al frente de mis tropas para que deje de ser mácula sobre tu palacio- aquello no era siquiera una broma velada, era un ofrecimiento sincero- Y, hmmmm... ¿Esa naga tan jóven? Sus facciones me son... - se giró para mirarte con sospecha, parecía saber de quién se trataba
 

Le presentó los nombres de sus más allegados, intentó explicarle la curiosa relación que tenía con Shae, esa bestia necesitaba una atención más personalizada que junto a Vashj, las tropas nagas pueden ser muy duras. Allí era feliz, agradeció su ofrecimiento pero lo tiene que denegar por el bien de él. También le cuento el extraño suceso de Sildara en palacio, tal como había pasado -la princesa conmigo no se ha abierto, pero supongo que si le das unos minutos de audiencia no dudo que te lo contará -Finalmente para relajar tatas negativas y viendo como se está preparando el combate, le susurro, hablando de Palzigun, esta vez dejando ver mi lado más competitivo- Tu estás bendecida por un poder sin precedentes, pero yo sigo siendo más guapa- tengo la decencia de ponerme la mano delante de la boca para que no vean sonreír el resto de la comitiva.
 

- Pero qué mala eres ¡Jajajaja! -hacerla reír rompió con la tensión que pudiera haber en el piso inferior. Hasta los murlocs dejaron se mirar nerviosamente para atreverse a parlanchinear en su extraño idioma - ¿Te la dejaron mediomuerta aquí? Tan pocos saben de Simazul. Espero de verdad que la princesa se abra, no me gustaría arriesgar mis ya precarias escamas por una sangrereal ambiciosa - negó con la cabeza-  ¿Para qué meterse? Una princesa muerta es una espina menos clavada en el costado de la reina, las ama y odia tanto y de maneras tan distintas y cambiantes ¿Cuándo se te ocurrió alojar a una? - parecía buscar respuestas más que estar preocupada, te conocía bien para saber que te manejabas
 

-¿En serio me estás preguntando TÚ porque me complico la vida?-le digo con una sonrisa-de unos milenios a esta parte tengo predilección por las causas... complicadas, pero que no puedo ignorar, hace mucho tiempo que el lema “ Que se ocupe otro” no me vale, parece que el agua sólo me muestra caminos tortuosos. Además- le confío- entre tú y yo, tiene poder. Mejor conmigo que con otro.

-Necesito alguien de confianza -Me va a costar buena parte de mis esfuerzos mantener una tropa de ese calibre bajo mi mando cuando mi experiencia militar se limita a lo que he aprendido escuchando y leyendo a otros
Sólo Thespia sería capaz de atisbar la duda en el rostro de su amiga, algo quería preguntarte pero no se atrevía. Su orgullo demasiado fuerte, incluso en tu presencia. Debía tratarse de algo íntimo o que la hiciese sentir vulnerable o avergonzada de llegar a saberse.
 

Thespia era una gran desconfiada así que no pudo si no bufar y dar la opinión de quien piensa que siempre hay alguien en las sombras maquinando.No por nada vivía alejada de todos -pfff- bufo como si fuera lo más normal del mundo- Serías una ilusa si pensaras lo contrario. Pues claro que va a ser complicado, ¿cuando te ha detenido eso?- la miro y encojo los hombros
 

-Cuando la victoria es a costa de alguien a quien amo. -contestó, aparentemente rompiendo el muro de reticencia poco a poco para ir revelando lo que escondía. En sus ojos queda claro que se refiere a ti y que está convencida que te va a hacer daño, como una pareja tratando de explicar la existencia de un amante antes de que se descubra.
 

Thespia se queda un rato pensativa -Haras lo que tienes que hacer y yo haré lo que tengo que hacer, el agua me enseñó tu reflejo cuando me miré, no seguiría a nadie más- le respondo mirando a los ojos, mi determinación es inamovible. Confío en ella. Y en él... - y cuando te alces con la victoria final, yo seguiré a tu lado. De una forma u otra-sentenció.
 

La sorpresa ante la respuesta pronto se tornó alegría y cualquier duda que pudiera haber tenido se deshizo como un castillo de arena frente al oleaje- Iremos a Aszhara, sus nativos han olvidado el por qué del nombre de esa tierra y vamos a recordárselo.-posó entonces su mano contra una columna para ver mejor el desafío-  ¿Apostarías tu guqin? Te lo devolveré si tocas cuando te lo pida
 

Thespia la miro y me llevo una mano al pecho teatralmente- ¿Mi preciado guquin? ¿Acaso tienes tú algo que siquiera se pueda comparar para apostar? ¡ya te digo yo que no!- me pongo derecha para presenciar el combate y dejar caer mi petición- bueno, la verdad es que siempre he querido tener a uno de esos guardias reales a mi servicio- le miro de soslayo y sonrío- ¿Apuestas?

La sonrisa en el rostro de Lady Vashj se torna una mueca de descarada dicha, convencida de tener un portento bajo su mando¡Jajajajajajá! Trato hecho

-Gracias por su ayuda- dijo al recibir las manos de aquella criatura -Minombre es Kalandri- dijo con voz noble.

Inicio a ponerse en movimiento junto a la criatura, trataba de nadar junto a esta y seguir su paso a pesar de no poder ver.

No sabia que pasaba, estaba ansiosa por no poder entender la situación. Agarro la mano de su compañera pensando en lo peor -Diosa, madre, rina, ilumina mis acciones y dime que debo hacer- rezó deseando poder entender que quería esta de su sierva.

No tuvo que decirse mucho, para que Kalandri entendiera la situacion, por lo que al sentir que se alejaba su compañera y percibir que una de las anguilas seguia junto a ella, tomo confuanza y sus miembros se movieron con rapidez.

Desenfundo su Martillo, el cual estaba lleno de runas y en ambas caras se podian apreciar el rostro de su amada y dijo gritando -Por la voluntad de mi diosa...-  no dio tiempo a terminar la frase, ya que con una velocidad impactante realizo un golpe, esperando dar a la criatura que gritaba en dirección a ella.

Ante el rapido paso de la bestia aquella, la joven Kalandri, quedo algo inquieta ya que resistio su ataque pero no pudo hacer mas para pararle y aun asi continuo corriendo en direccion a su compañera.

Por ello, pudo sentir la oportunidad que daba el destino y ataco con otro fuerte golpe, esperando no impactar el vacío.

Kalandri, fallo rotundamente y dio al vacío... se mordió los labios y trato de escuchar a donde se había ido el enemigo, mas no escuchaba bien donde estaba, pero corrió en una direccion y batió su martillo, en búsqueda de la presa... mientras escuchaba el sonido de los huesos romperse de su compañera y el chapoceo de lo que alguna vez fue un cuerpo.

En sus ojos se veia algo similar a las lagrimas y su rostro reflejaba angustia.

Tras sentir la muerte de aquella criatura, Kalandri alzo una mano en busqueda de las anguilas y dijo -Vengan a mi pequeñas, no soy vuestra ama, pero les cuidare como si fueran mi sangre, no descansare hasta entender por que esta bestia ha hecho lo que ha hecho- 

De sus ojos salian lagrimas -un alma tan gentil y noble- se dijo a si misma.

Inicio a caminar en direccion a donde creia estaban los restos de su compañera, deseaba cargar lo que sea que quedaba de esta, deseaba que su diosa le mostrara el camino.

Jetsam y Flotsam te siguieron y se quedaron rondándolo sin saber qué hacer o quizás protegiendo los restos.
 

Al cargarla, senti gran pesar... -Mi reina, escuche mis plegarias! Guíeme y dígame con claridad, qué desea de mi al poner en mis hombros la muerte de vida tan gentil- Queria poder saber que trataba de enseñarle su reina, queria comprender, por que de igual manera, aceptaba el destino que acontecía fente a ella.
 

Al igual que tu fe antes de hablar con La Reina en persona, estabas en silencio. Sabías que obrabas de acuerdo a sus designios pues su poder no te había abandonado, sin embargo dependía de cada uno interpretar sus designios como mejor entendiese, lo cual podía llegar a ser extremadamente difícil cuando Su Majestad podía cambiar de parecer e intereses a conveniencia propia e indiferencia ajena.

No sabiendo la realidad del deseo de su reina, un impulso la sobrecogió, deseando cavar una tumba y posar la caja en la misma, tal como le ordeno hacer en su momento para la reina en su lecho de muerte. Kalandri ahogó sus llantos y procedió a dejar el cuerpo inerte en el suelo.

-Que mi diosa guíe tu alma y que sirvas con honor a sus designios en su reino- dijo esperando poder ver su cara entre las tinieblas. Inicio a recitar unos cánticos dedicados a la diosa y la muerte, tomo arena y vertió a su alrededor, continuando con las plegarias. Al terminar la adoración dijo con pesar -Seras parte de mi de ahora en adelante.

Flotsam y Jetsam parecen apreciar tus gestos pero profesan su pesar nadando en círculos sobre el montículo en el que has enterrado a su ama. Cuando vas a girarte una de tus patas se enreda con algún tejido pesado que pronto reconoces como el petate de Vazmanti. Una red para contener sus pertenencias: al tocarla tus dedos aprecian monedas, conchas (algunas afiladas), una esfera pulida y menudillos de algo blando y carnosos (seguramente aperitivos para ella y para las anguilas)

Al tomar estos enseres, usa los menudillos, para extenderlos y darles de comer a las anguilas -Espero entiendan que su ama sigue con nosotros- lloró- es hora de marchar mis queridas- dijo mientras caminaba fuera del circulo
 

Si bien tu trato y gestos no había terminado de convencerlas para darte su confianza más allá del agradecimiento por tratar con respeto los restos de su ama, el detalle con la carnaza las terminó de convencer.  Horas más tarde comenzaste a notar corrientes marinas extrañas y algo te decía que podía haber presencias cerca. Adicionalmente, la luz se proyectaba cada vez más hacia abajo, como si tuvieras que adentrarte el en suelo.

Se sentía angustiada, por no ver, pero esta luz indicaba a donde ir y por ello, haría lo que tenia que hacer, para llegar a ese punto. La Naga buscaba como seguir su amino a la luz, palpaba con cuidado y avanzaba alerta.

No hubo sigilo alguno por parte del naga gargantuesco que se acercaba en tu dirección. Una segunda naga estaba a su lado, algo más nervioso y rápido los circulaba y detrás, a buena distancia una tercera naga avanzaba despacio, en diagonal, quizás tomando ángulo para tenerte a la vista
 

-Saludos mis estimados- dijo deteniéndose y sosteniendo su martillo sin disimular mucho su presteza a las armas -creo que es mejor que no se sigan aproximando, o tendran que verselas con una cierta amiga-termino diciendo haciendo un gesto ligero, moviendo el martillo. Deseaba que las bestias que ahora le seguían, estuvieran a su alrededor,

- ¡Qué bravura! ¡Juarrr-jajajajá! rió una voz prufunda y gutural que crees haber escuchado alguna vez en palacio, es más, se trataba de la de Crisillar, apodado El Maremoto, uno de los mirmidones de confianza de Lady Vashj. Aficionado a las luchas, brutal en el combate y bravo en el trato, muestra respeto ante las demostraciones de fuerza y se vuelve manso ante la mirada de su señora. Crees que esta puede ser la comitiva de Lady Vashj y estar en su presencia. Crítico en Historia: Pese a que le gusta rodearse de nagas poderosos tiene una debilidad por Srekhada, la naga que le acompaña y que, sin embargo, no tiene amor alguno por él más allá que como compañeros en batalla. Las malas lenguas dicen que entre sus bromas e insinuaciones chocan contra la frialdad de Srekhada, quien no se le toma en serio.
 

-Crisillar- dijo en susurro- ¿Qué desean?- dijo con desconfianza.
 

- Que depongas las armas, guardia real; estás en presencia de Lady Vashj de Colmillo Torcido y estos son los dominios de alguien muy especial para mí -la risa de Crisillar se corta de golpe ante la voz de su señora
 

-Que así sea- dijo y en señal de respeto, bajo su arma con cautela, relajo los músculos del rostro y procedió a preguntar -¿De quién son estos terrenos, mi Lady?
 

-De alguien cuyo nombre no te daré sin su permiso, pues no es mío para darte pero que estará gustosa de compartir contigo... Si compartieses la razón de tu venida. Poca gente sabe... Aún menos viven para contarlo... Así que dame honestidad para que pueda proveerte de protección-la voz suena segura de sí misma y a la vez tratando de equilibrar las nociones de su propio poder con el de la persona sobre cuyos dominios te encuentras.
 

-Estoy ciega- dijo sin más -He tenido una revelación de nuestra reina y me ha otorgado esta bendición- terminó diciendo señalándose los ojos -he sido guiada por esta luz- dijo mientas se miraba las manos, obviamente viendo nada -he llegado aquí por ella- pauso unos segundos -y por una compañera que ya descansa en paz.
 

-Eres Guardia Real pero viniendo hasta aquí tus pasos te llevarán muy lejos de palacio- dijo Lady Vashj a sabiendas de lo que podía implicar ¿Aceptas este destino? ¿Es esta tu revelación?
 

-Sin dudarlo- dijo inmediatamente, en su voz se escuchaba la certitud de su afirmación -Confío en sus deseos y si no le soy de utilidad, aceptare mi destino- continuaba -Mas creo firmemente que ella tiene algo muy importante para mi, ya que mi misión es clara- refiriéndose a la luz.
 

Hubo un momento de silencio, entonces los ecos de unos rugidos monstruosos parecieron ascender del mismísimo suelo sobre el que tus patas se apoyaban-¿Sabes en qué dirección has de ir? ¿A dónde te guía tu... Luz? -con una sonrisa que sin necesidad de ver sentías.

 -No lo se, solo la sigo a ella- dijo con voz pausada y tranquila

El aproximarse de Lady Vahj llegó a tus sentidos- Deposita en mí tu nombre y tu arma, Guardia Real, haz esto y disponte a avanzar sin miedo.

Entrego sin demora las mismas y respondió -Como desee mi lady-

Caes al vacío, despacio, flotando, a lo lejos en la profundidad ves una luz rojiza, estás llegando a tu destino.

Cuando volviste a sentir el suelo bajo tus patas la luz pasó a estar delante de ti, a no más de cincuenta metros. Flotsam y Jetsam llegaron hasta ti y se regodearon con lo que parecían ver, algo había que debía ser impactante. La mano de Lady Vashj se posó sobre la tuya y te invitó a avanzar.

- El palacio de mi amiga, el lugar donde sabrás si tu peregrinación tuvo sentido o fue en balde, aguardarás aquí hasta que venga a buscaros, presentarte es la costumbre y faltar a la misma es un error que sólo se comete una vez.