Partida Rol por web

-¡Date prisa Rendor, no tenemos todo el día!-dice Ranek mientras abre fuego a los bichos mas cercanos a Rendor.

Oh, que hermoso... si... Mientras todo arde a mi alrededor. Algunas porquerías de esas patudas se acercan y yo con mi sonrisa las recibo con fuego. - Vengan nenas, vengan con papi. - Susurro estas palabras, solo hablo cuando vale la pena y ahora lo es.

Pero la diversión se corta cuando a pesar de seguir apretando el gatillo el fuego no sale. Con un demonio, ya me estaba divirtiendo en serio. Pienso mientras escucho como las armas comienzan a escupir plomo. Retrocedo más por la precaución de no ser presa de fuego amigo que de as pestes estas, tan chiquititas que con un demonio, un alacrán les podría ganar, que demonios serán estas porquerías.

Como siempre ni contesto a lo que me dicen los demás, solo avanzo hacia ellos hasta quedar en segunda fila y así poder cambiar de arma sin quedar expuesto a los que si me interesan, me quedé con ganas de matar varios de esas pestes ácidas.

Rendor retrocede hasta la entrada donde esta Rj que ahora tiene el camino mas limpio y los demas. Blackmore y Ranek se ocupan de lo que veian moverse acribillando a los bichos a balazos...

Nada se mueve ahora en la sala ni se oye mas que el crepitar de las llamas y los gemidos de los bichos que se queman en sus huevos...

Ahora los infrarojos son inutiles... tendreis que cazarlos al vuelo mientras cruzais a los que os salten encima, pues con el calor del fuego no se pueden detectar, son demasiado pequeños para el detector de movimiento y no emiten en ultravioleta.

Rendor avanzó con el lanza llamas quemándolo todo a su paso. O al menos lo hizo hasta que se le acabó el combustible. El hombre había despejado gran parte del camino pero algunas de esas criaturas habían logrado sobrevivir y se movían. Por suerte el fuego alumbraba lo suficiente como para poder ver.

-Mantengan las posiciones, es mejor que acabemos con esas cosas antes de avanzar-

Buscó una de las criaturas, apuntó y apretó el gatillo

Tras un par de minutos Rj vio moverse algo y BANG!!!

Un bicho muerto.

Quedarse a la espera de hacer limpieza, es un desperdicio de tiempo y munición.
Reviso el cargador de mi fusil y recargo para ir a tope. Hecho esto, miro hacia a tras, a los mios, y digo.
Un hombre conmigo. Voy a cruzar y lo voy a hacer a paso ligero. De esta manera, el retumbar de mis botas hará salir a cualquier bicho. Saltaran sobre mi y vosotros, desde aquí, os dedicareis a acribillarlos.
Lo haría yo solo. Pero Si yo he de ocuparme de controlar tanto el frente como los flancos puedo tardar demasiado. Además, de que quisiera la potencia de fuego necesaria como para asegurar el otro lado mientras el resto del equipo cruza.
Dicha la explicacion, me giro, reviso nuevamente mi arma, es una costumbre que tengo, y terciandola mientras miro tanto a derecha como izquierda, avanzo muy muy atento a mi sensor de movimiento.

Mientras Se quedan pensando que hacer, yo me tomo la molestia de revisar algún cuerpo de esas arañitas para que si tienen ojos y algún que otro detalle que se pueda sacar a simple vista. Las estudio para saber con que se orientan estas porquería y saber como desorientarlas a futuro. Si tienen algo que ver con las pestes ácidas, que mejor que ahora para saberlo.

Zero permanecía impasible ante el espectáculo que rendor les estaba ofreciendo, no sabía si porque sabía con certeza que no saldría de aquella nave con vida y todo le daba igual o por las drogas que en ese momento atiborraban si cuerpo, en cualquier caso, en cuanto Blackmore pidió un voluntario, dió un paso al frente sin dudar.

- Movamos el culo hasta el otro lado, si conseguimos llegar os iremos cubriendo hasta que crucéis todos- dice Zero cogiendo su fusil con fuerza con el brazo que le quedaba.

Si no, me llevaré a unas cuantas cosas de esas conmigo al infierno.-  Piensa para sí, mientras muestra cierto gesto sádico en su rostro.

Se ve que sus ojos le estaban fallando, habría jurado que la habitación era más pequeña. Algo hastiado comenzó a correr intentado llegar al otro lado de la habitación