Partida Rol por web

Tras la invitación a la mesa de Gloin, nos vamos sentando donde queremos y el famoso enano nos pide que le contemos nuestra historia particular. Viendo que el resto parece estar algo tímido en presencia de estos tres héroes de Erebor, soy el primer en romper el silencio tras callar Gloin:-Os contaré mi historia, maese Gloin. Pertenezco a una familia de cazadores de Valle, suministramos parte de las pieles para la ciudad. Como mis compañeros, participé en la Batalla de los Cinco Ejércitos, al igual que ustedes, caballeros.-empecé a explicar mi historia:-Tras la batalla y la vuelta a casa, un grupo de orcos arrasó mi hogar pero un grupo de elfos del Bosque Negro los eliminó. Tras despedirme de mis padres decidí convertirme en Guardián de caminos e impedir que volviera a pasar lo ocurrido.-el volver a explicar mi historia hizo que una punzada en el corazón me hiciera tambalearme.

.-Esta misma mañana he dado caza a una manada de huargos, abatí al alfa y dos más. Al parecer esta manada pertenecía al clan del orco que abatió al padre de Béli.-dije señalando al compañero vengador y alzando la copa:-Puede que seamos un grupo variopinto pero tras un año de aventuras juntos, daría mi vida por cualquiera de ellos.-terminé de explicar y dejé que el resto dieran el paso y perdieran los nervios.

Ya que me había presentado la última, no quise volver a quedar rezagada. 

-Como bien ha dicho mi buen amigo, el humano Lurick, todos aquí somos veteranos de la guerra de los cinco ejércitos. Unos son formidables guerreros, viajeros, guías,cazadores sin parangón, sigiloso exploradores... Cada uno con su función, un equipo, una familia. No por nada se nos conoce como "La compañía Afortunada" 

Dejo sin decir que soy la yerbas del grupo, poco más que la cocinera. Pero eso... No era importante ahora. 

Obvio, ninguno estaremos a la altura de altos señores enanos como vosotros, leyendas ya entre los suyos. Pero nuestro ánimo y disposición están fuera de toda duda y durante un añono hemos dejado de desatender al. Necesitado y no son pocos los entuertos y agravios corregidos. 

El risueño hobbit esperó impaciente su oportunidad para demostrar sus dotes narrativas. La historia del guardián pareció no convencer en demasía al público. El breve discurso de su compañera si pareció tener un efecto positivo en el rostro de los enanos. Era su momento. Esperaba de esa forma también apoyar la causa de sus otros compañeros, en especial a su amigo el elfo al que tanto debe.

–Ah, mis compañeros son en demasía humildes. Lo cierto es que son personas de lo mas excepcionales, señores míos –dijo sonriente, alzando una copa y haciendo un barrido con la mirada.

–Lurick es un feroz guerrero y cazador, con una puntería cercana a la del propio rey Bardo. La dama Patukkas es una erudita versada en el conocimiento y uso de las plantas y alimentos, diestra en la cura de los dolores del cuerpo y del espíritu. El señor Hachahierro, además de ser un fiero luchador y un incansable trabajador, como todos los de vuestra noble raza, es un herrero maravilloso, cuyas obras desprenden una porción de su pena, y también de su gozo. Por su parte aquí, mi buen amigo –continuó señalando al elfo con rostro agradecido –además de ser un gran artesano y conocedor del bosque, es un ser admirable. De no ser por él y su familia yo... no estaría hoy ante su honorable presencia. En cuanto a mí...

El joven Hojarasca hizo una pausa, algo tímido o tal vez avergonzado de su turbio pasado –Tuve la poca fortuna de ser cautivo por una vil banda de forajidos, y con ellos conviví largo tiempo. Me vi obligado a hacer los más burdos trabajos, y a aprender trucos que ahora me son útiles para no parecer tan pequeño ante tanto talento alrededor. Oh, y considero tener la capacidad de calentar los corazones de mis oyentes con la emoción y gracia que imprimo en mis historias. Permítanme unos instantes para deleitarlos con algunas vivencias de este valeroso grupo. 

Y poniéndose de pie sobre la silla Felggo comenzó a relatar algunas de las misiones que habían tenido en los últimos meses, modulando la voz para imitar a diferentes personajes y utilizando las manos y todo su cuerpo para añadir dramatismo y emoción al relato.

Cuando sus compañeros terminaron de hablar, Felggo trató de sacar algo de información sobre la misión por la que habían sido requeridos –Mi señor Glóin, creo recordar que el rey Dáin asignó la tarea al señor Bofur, pero si no estoy errado éste no se encuentra aquí. Entiendo así que ha delegado la misión a su hijo el buen Bofri. ¿Correcto? ¿Podrían explicarnos brevemente el objeto de la tarea y si hay algún peligro del que deberíamos estar prevenidos?

Habían hablado ya Felggo y Patukkas, así como Lurick. Quería que Béli fuera el último, para que el enano se entendiera con los enanos y arreglase lo que podrían estropear, así que en cuanto el hobbit terminó de hablar, que lo hacía de manera excelente, como muchos de su raza, comenzó, suave y dulcemente, a entonar una canción improvisada, que comenzaba como varios arroyos que terminan uniéndose en uno sólo, contando algo de cada uno de ellos, a la manera de los primeros nacidos: 

- Escuchad, oh enanos de renombre, 
qué habéis vivido el ser compañía
junto a aquel que reina bajo la Montaña,
nuestro deseo hacer tales hazañas

Dos medianos como Bilbo el Hobbit, 
un enano de honor como vosotros, 
humano de la raza y pueblo de Bardo, 
y elfo que reniega de la Oscuridad. 

Como un árbol floreció la compañía, 
y bajo la mano del hijo de Äule,
bandidos y seres oscuros cayeron, 
y se restauró el orden y bien. 

Cómo un enano martillea el hierro, 
así la Compañía Afortunada vive, 
para ayudar a quiénes pelean
contra la misma Oscuridad. 

Con toda la fuerza del pueblo de Durin
golpea Béli, enano que honra a su padre,
manejando bien el hacha o el martillo, 
forjando Leyenda como a hierro ardiente. 
 

Muchas más estrofas cantó Anaryenel, con voz suave, destacando a Béli en todo lo posible, así como cantando y honrando a Äule, a la Compañía de Thorin y a las hazañas de los enanos, y a sus logros en la Montaña Solitaria. Canta algo sobre cada uno de ellos, y poco sobre él mismo, para no hacer caer sobre él la atención. 

La improvisación se notaba, y el estilo de canción no era el enano, más profundo y rítmico, como el del martillo y el yunque, pero Anaryenel había conseguido que fuera como el viento cuando aviva el fuego de la fragua, y las palabras del elfo, hechas canción, llevaban a los presentes a los hechos que narraba... 

- Eso somos, mis señores Gloin, Balin, Oin y Bofri, y estamos a su servicio. 

Ya estabamos en el salon de Gloin y ya sabiamos cual era nuestra misión, ahora solo tocaba hablar de nuestra historia, "Yo, al igual que mi hermano pequeño y mi padre, marchamos junto al ejercito de Dain pie de hierro para luchar por Tobrín escudo de roble cuando nos llamo a recuperar la montaña solitaria, tuvimos que dejar a mi hermano mayor y a mi madre a cargo de nuestra forja" empiezo a relatar mi historía. "Estuvimos en la batalla de los cinco ejercitos en contra de los trasgos y los huargos, en mitad de la batalla, mi pobre padre cayo antes de que mi hermano y yo pudíeramos hacer nada y tras ver como un gran trasgo le arrancaba la cabeza, llenos de furía corrimos y tras una valiente pelea, conseguí matar al orco con un hachazo en su cabeza"

Y tras una pausa, continuo "Tras la batalla, viendo la cantidad de valientes enanos que habían caido, incluyendo a mi pobre padre, jure vengarlos hasta el día que mi cuerpo dejase de poder luchar, y mientras mi hermano se llevaba los restos de mi padre, yo empeze mi camino de la venganza, tras un par de años, llegue a encontrarte con mis compañeros, quienes fuimos contratados por vuestro amigo Ptek, y tras eso creo que ya esta todo por relatar"

Gloin escucha con atención todas vuestras narraciones. Patukkas y Felggo son los que más convincentes suenan y quienes consiguen atraer la atención de los enanos. Anaryenel por su parte, consigue que los enanos escuchen tal vez olvidando que es un elfo. Lurick narra correctamente pero no trasmite la pasión que han podido transmitir previamente sus compañeros. Cuando llega el turno de Beli, los enanos se inclinan para escuchar con atención y cuando termina os parece que alguno

- Mi buen Hachahierro - dice Gloin conmovido un poco por la historia de Beli - Seguro que vuestro padre está muy orgulloso de vos. Si alguna vez necesitáis algo del Rey Dain, no dudéis, amigo, que os ayudaré a llegar a él.

El resto de enanos asienten. Luego Gloin se gira para mirar a los hobbits. Parece enternecidos por ellos. 

- Conocí a un mediano, Bilbo Bolsón de la comarca, tal vez le conozcáis. Un buen saqueador, puede que después de acompañarnos se le considerara el hobbit más famoso de su tiempo - dice con cierto orgullo - Muchas compañías de héroes prefieren que no haya medianos en ellas, nosotros por experiencia sabemos que no es verdad, y vosotros tenéis dos! Sin duda vuestros viajes serán alegres y nunca faltará de fumar - dice y el resto de enanos asiente. 

Luego pasan su mirada a Anaryenel. Les ha impresionado con su canción y puede que los enanos hayan olvidado que es un elfo quien hablaba. Al pequeño Bofri se le escapa un aplauso cuando termina.

- Oh, Anaryenel - dice Gloin encandilado - Qué preciosas palabras dedicas a tus compañeros. Como el pequeño Felggo. Se ve a la legua que os tenéis mucho aprecio los unos a los otros. Una compañía unida, eso es lo que necesitamos. 

Cuando termináis de narrar vuestro anfitrión golpea con sus puños la mesa. Es la señal de que hay que pasar a la siguiente fase. 

- Felggo, tú preguntabas por el cometido. El Rey Dain ha encargado a Bofri que explore el camino, el camino del bosque viejo. Deberá llegar al otro lado del Bosque Negro y entregar un mensaje de nuestro Rey a Beorn. No muchos aventureros se atreven a cruzar el bosque de lado a lado, lo sé, y es por eso que os ofreceré una buena recompensa y, evidentemente, mi amistad si lo conseguís. Costearé los gastos del viaje. Y una suma importante de tesoro tendréis para cada uno, si la misión llega a buen puerto.

escucho las palabras de Gloin, "Espero nunca necesitar ese favor, pues si he de accerlo, sera porque hay algo que no va bien, y si necesitáis a un herrero que os cuide vuestras armas, como bien dice Anaryenel en su cantar, soy herrero, porque mi padre lo era, pero marchamos a la batalla por el rey, por lo que con sumo gusto y sin pedir nada pondré mis habilidades en que vuestras armas y armaduras estén en el mejor estado, como están las de mis compañeros" les digo y cuando escucho la oferta, la cual parece activar la parte mas avariciosa de mi ser enano, pero consigo controlarla, "Sera un gusto acompañar a Bofri a atravesar el bosque, pero si me permitís la pregunta, decís que muchos aventureros no quieren pasar por dichas zonas, ¿cuales son los peligros que temen?, sera bueno saber cuales pueden ser los peligros que nos encontremos"

Al parecer no convencí de mi camaradería a los enanos pero aún así gracias al resto nos dieron una buena recompensa a cada uno. El encargo era escoltar a Bofri a través del Bosque Negro y entregar un mensaje a Beorn. En principio se trata de una tarea sencilla pero los peligros del Bosque Negro no son para tomárselos a broma, como pregunta Béli:-Creo que puedo responder a eso. El mayor peligro son las arañas. Su veneno no sólo paraliza también provoca alucinaciones y la mayoría de los que atraviesan el camino del bosque viejo no llegan al otro lado. Luego hay manadas de lobos y huargos por allí y tal vez queden clanes de trasgos y orcos después de que huyeran de Erebor.-dije con voz de conocimiento de lo que hay dentro del bosque pero creo que a los enanos les preocupa más otra cosa:-Si os preocupa la presencia de los Elfos en el Bosque no es necesario. Como Guardián de caminos, me he tenido que desplazar varias veces por allí por petición de los elfos, si llegáramos a encontrarnos trataría con ellos.-no quería poner en un compromiso a Anaryenel dado que procede de allí y tener que ser él el que trate con su pueblo. 

Anaryenel inclinó la cabeza, ante las palabras de Gloin. -Somos como los eslabones de una buena cota de anillos. Diferentes, pero forjados juntos por el yunque y el martillo. 

Los enanos habían sido tocados por su canto, y no le pareció adecuado hacer nada más que rompiese ese momento, ni tan siquiera hablar. El orgullo enano era grande, y ahora sus pueblos estaban bien avenidos y aquella canción los había gustado, pero una palabra de más podía estropear aquello. Anaryenel se volvió a retirar un poco, y escuchó atentamente todo lo que estaban diciendo. 

Cuando indicó la misión, Anaryenel sintió que su corazón cantaba alabanzas a los Valar y a Eru Ilúvatar. Volver a casa, a los árboles, a las plantas que le hablaban... llamaba a su corazón fuertemente. Sin embargo, era cierto que el camino del Bosque, fuera del Reino de Thranduil, era peligroso, y él, mejor que nadie lo sabía.

Lurick intentó responder a la pregunta de Béli sobre los posibles peligros, con bastante acierto, y ya el propio elfo les añadiría detalles posteriormente, si eran necesarios. Le alegraba . Sencillamente hizo una señal de aceptación hacia los enanos, y al propio Bofri que sería quien iría con ellos. 

A Anaryenel no le preocupaban sus hermanos elfos y el Reino del Bosque. Aquel era el tramo menos peligroso del camino, y más si vas con un elfo. El problema era la maldad remanente del Bosque, las ataduras de negrura que el Nigromante había establecido, y aunque había sido expulsado, se mantenían como el mal olor del mal... Un escalofrío le recorrió el cuerpo. 

Mientras sus comensales hablaban el delgado Felggo seguía picando de aquí y de allí. Se le veía atento a la conversación, pero apenas paró de mover la mandíbula durante la velada. En muchas ocasiones sus compañeros se habrían preguntado cómo es que tan flaco ser pudiera tragar y procesar tanto alimento, aunque siempre llegaban a la conclusión de que se debía a su agitada y constante actividad. El muchacho tenía sus momentos de descanso y paz, pero cuando estaba despierto siempre parecía estar detrás de algo, siempre buscando algo que hacer, el chico para todo de sus compañeros. Incluso durante sus "horas de la pipa" se notaba que su cabecita seguía rumiando lo recién aprendido y hacía acopio de la información que más tarde debía reflejar en sus notas.

–Perfecto, pues ya lo tenemos –dijo Felggo, dando palmadas en su panza.

–Sabemos dónde hay que ir y cuáles son los peligros potenciales. Oh, y la generosa recompensa de parte de nuestros señores enanos. Para sellar este magnífico trato, ¡fumemos, bebamos y cantemos! –bramó alegre, saltando nuevamente sobre la silla al tiempo que sacaba su preciada pipa.

Ni siquiera sabía si los tesoros prometidos eran muchos o pocos. E ignoraba si la misión sería especialmente peligrosa o no. Pero sabía que tenían a un elfo del bosque negro como compañero y un entendido en el tema como lo era Lurick. Nada podía salir mal-Sonrío. Además, el bosque negro estaba plagado de plantas de todo tipo, curativas, venenosas, aromáticas, creo que tan sólo no hay hierba para fumar
Sonrío grande ante la alegría de Felggo, siempre contagiosa.
Saco mi armónica de la mochila y toco y canto para amenizar la cena mientras le paso unas yerbas especiales a Fellgo y Le digo Que rule esa pipa. ;)

- ¿Ves? - pregunta Gloin a Bofri - Te acompañarán bien, conocen los peligros del Bosque y seguramente sepan encontrar una buena ruta para llegar hasta la casa de Beorn. ¡Y ahora comamos y bebamos por esta reciente y conveniente unión! - exclama Gloin mientras alza la copa y brinda.

Patukkas intentó cantar algo para animar el ambiente y nada salió de sus pulmones, fue Felggo quien con su capacidad narrativa continuó amenizando la velada. 

La compañía afortunada pasó unas horas de distensión y diversión. Al día siguiente comenzarían los preparativos del viaje.