Partida Rol por web

Con la mirada perdida, dubitativa y agotada mari paz apenas consigue levantar la vista lo suficiente para mirar hacía la verdadera liss a la altura de sus tobillos para responder a su pregunta. Lo hace con dudas, en voz baja y sin mucha determinación. Pero de todas formas su respuesta resuena en el silencio y es claramente entendida por todos.

Si, reciclaje, yo prefiero el reciclaje a morir.

Y en ese momento la joven y débil mari paz se puso a sollozar una vez más, igual que hacía antaño cuando su padre terminaba con ella y se volvía a poner los pantalones.

André pilló rapidamente el concepto del aburrido e inacabable discurso de la otra Liss.
Reciclarse o morir.

Así por lógica, entre morir o no, la opción más adecuada para la autoconservación paracía no morir.
La respuesta de M Paz y los gritos agonizantes del soldado lo acabaron de convencer.

Reciclaje

- NO!!!! ISABELLA!! MUERTE NO!!! NO DEJARÉ QUE TE MATEN SIN LUCHAR!!!! grito desesperado... NO, POR DIOS!! NO QUIERO PERDERTE A TI TAMBIEN!!!!

Me acerco mas a ella, y le susurro al oido...

- Mientras tengamos una pequeñisima posibilidad de salir de aqui con vida, tenemos que aferrarnos a ella... confia en mi... por favor... le digo mientras una pequeña lagrima recorre mi mejilla izquierda...

Reincorporandome como puedo, estirandome y a la vez secandome la lagrima, digo en voz bien alta, sin dudas y con confianza...

RECICLAJE

Por favor, Isabella, rectifica tu respuesta...

Cuando escucha hablar a Miguel levanta su revolver apuntando a su cara y aprieta el gatillo, aunque no lo suficiente para disparar el arma. Parece tentada de ello y esto se refleja en su mirada. Hasta ese momento y pese a todas las barbaridades que había hecho no había mostrado ningún sentimiento humano aparte del cansáncio.

Ahora estaba cabreada.

Si no fuera por lo que os he dicho te volaba la cabeza en estos momentos. Si no has sido lo suficientemente valiente para quedarte con ella, vete como el cobarde que eres. Pero No intentes cambiar su elección.
Si quieres a una persona de verdad permaneces a su lado hasta su último aliento, hay muchas maneras de perder a la persona que amas. Yo he revuelto tierra y mar para hacer que mi hombre vuelva conmigo, y seguiré luchando hasta conseguir que cuando me mire lo haga con los ojos con los que Isabella te mira.

El cañón del revolver tiembla en su mano, no así la mirada de Liss. Al final baja el arma y da dos silvidos que retumban fuertemente en el bosque.

Doce soldados de camuflaje verde aparecen desde el bloque. Levantan lo que parecen unas pistolas de juguete y al momento -André, Miguel y M Paz- veis vuestro cuerpo erizado de dardos, notais su pinchazo a través de las ropas y los chalecos. Os duelen al principio porque se clavan profundo, aunque al momento dejan de doleros... no solo los dardos sino todas las extremidades.

Caeis al suelo, casi babeando. Nisiquiera podeis hablar y teneis la total certeza que los pensamientos que ahora tengais serán los últimos como las personas que sois ahora.
Luego quienes fuisteis, aquello que pensabais, queríais y odiabais. Cada cara, cada pequeño suceso, cada alegría y tristeza. Cada partícula de lo que sois y de que os hace ser así desaparecerá ante un futuro incierto...

La agonía de Miguel me traspasa mientras habla, las lágrimas siguen cayendo en la nieve. Despacio, desolada, le niego con la cabeza. No puedo… lo siento. Respiro profundamente, una de las últimas que voy a realizar.

No voy a vivir de prestado en mi propio cuerpo, ni permitir que lo utilicen para lo que les de la gana. Mucho menos olvidaré mi vida, la auténtica. Borrar de mi cabeza los sentimientos que tengo por mi hermano, por Miguel, mi familia… No puedo hacerme eso.

No voy a dejar de ser quién soy.

Los pensamientos son bruscamente interrumpidos por verla apuntando a Miguel, la voz penetrante de la psicópata y su mosqueo. Le echa la perorata a Miguel, y no ve el daño que ha hecho ella y la que ha montado por un tío…

… obviamente no seré yo la que le diga nada. Tampoco podría, ya que la concentración está puesta ahora en el destino de los otros.

La expresión pasa a horror cuando empiezan a disparar a Miguel, el corazón se rompe en cachitos al verlo desplomarse. Casi no veo a los demás, tapo la boca con ambas manos, negando impotente con la cabeza. Con sollozos que aumentan de intensidad al ver como se lo llevan. Sólo ha habido un alivio minúsculo cuando he visto que ha dejado de sufrir.

Un lamento en forma de grito, de agónica exhalación, explota en este horrible lugar cuando finalmente desaparece su cuerpo tras la puerta. Para siempre. Nunca más se acordará de mí.

-¡MIGUEEEEEEEEL!- No paro de llorar, el dolor no lo permite, el sabor salado de las lágrimas va a ser lo último que voy a degustar. Me giro, lentamente, a mirar a la jefaza, a los ojos, suspirando de nuevo…

Es mi turno.

Desplomado en el suelo, agonizando y babeando, apenas puedo articular dos palabras....

- L-l-looooo si-si-si-ento...., balbuceo mientras con la cabeza ligeramente levantada miro a Isabella, para dos segundos después estar besando la nieve....

Tumbado boca abajo con la cara hundida en la nieve, mis parpados pesan, terminan por cerrarse a pesar de la nieve... Entro en un estado de coma debido a los dardos que han impactado mi cuerpo... pero momentos antes de mi incosciencia pasan miles de imagenes inconexas por delante de mi ojos....

... Lorena, Isabella, mi padre, de nuevo Lorena, de nuevo Isabella, el momento del atropello, el cabrón de mi padre, la muerte de cada uno de los participantes del bloque que desgracidamente tuve que vivir, se reitira la escolofriante imagen de Santiago tumbado, boca abajo sin piernas, sus ultimas palabras... de nuevo Isabella, Isabella, Isabella.... el video de la enfermera... luego la tal Liss, la enfermera, Liss... el padre Alan, el gigante André, la joven Mari Paz, a la que poco caso hice pues... vuelve a mi mente Isabella... es la ultima imagen que pasa por mi cabeza... y eso me reconforta... es la imagen del dia que la conocí... en el helicoptero, una chica con caracter y algo angustiada, pero extremadamente bella e inteligente... las tres mujeres más importantes para mi, mi madre, Lorena e Isabella... todas muertas... o eso creo...

Todo sucede en un par de segundos. Tras esto... EN LA NADA....

La joven mari paz observa en silencio los acontecimientos. Apenas levanta la mirada cuando Liss, la manipuladora, empieza a hablar. Sus pensamientos se dirigen hacía otro sitio y otro tiempo, su pasado. Hacía un padre acusador, una madre atemorrizada que no le creyo y una larga fuga de casa que acabo con ella aquí. Tal vez habría sido mejor quedarse en casa aguantando los embites de su padre por las noches... o tal vez no.

Las agujas se clavan rápidamente en su cuerpo y cae al suelo, a la fría nieve, el veneno que se ha introducido en su piel pronto empezará a hacer efecto. Tan solo tiene unos segundos antes de abandonar este cuerpo así que la antes era timida, remilgada y generalmente educada se permite un acceso de furia hacía la guarra de liss. Se la queda mirando elevando la cabeza en un último esfuerzo titánico para decirle únicamente una palabra:

- ¡ZORRA!

Tras esto su cabeza cae violentamente sobre la nieve de nuevo mientras su mente empieza a adormilarse.
Vaya, al final no tuve la oportunidad de decirle a mis compañeros que en realidad me llamo Rosalia. Bueno, mari paz es un nombre más bonito... - y la música de sus queridos Beatles se quedo sonando de fondo mientras ella empeza a soñar, esta vez con cosas bonitas.

Cuando los primeros proyectiles golpean el pecho de André, este mira estupefacto primero su pecho y luego a los soldados que le disparaban con pistolas que parecían sacadas de una película de Disney.

A pesar de todo lo que había padecido, André casi nunca se había quejado, solo había estallado una vez -y el pobre Miguel lo había pagado- por que era al fin y al cabo un ser humano. De hecho, por sus medidas, André era mucho más ser humano que cualquier ser humano.

Tras tanto sufrir, había esperado que el reciclaje ese fuera menos doloroso. Un "por favor sigannos", quizás un "si nos disculpan, vamos a inyectarles un somnifero...
Pero no, les disparaban como a perros, sin tacto alguno. Y esto enfureció a André, le enfureció mucho.

Paralela a este fúria, la imagen de Amaranta apareció en su mente. El recuerdo de su calidez y también el de su muerte le hicieron rechinar los dientes.

Poco a poco André empezó a caminar rápido hacia aquellos soldados, el caminar se convirtió en trote y luego en una carrera en toda regla. Mientras corría iba arrancandose del cuerpo aquellos dardos, que seguían golpeando su cuerpo implacablemente. Sus piernas y brazos estaban llenos de dardos, pero aún así André siguio adelante.

La cara de los soldados fué de puro pánico cuando el gigante llegó frente a ellos a la vez que se les acababa la munición. Nerviosos se pusieron a buscar el otro cargador mientras André levantaba a uno de ellos como si fuera una pelota de futbol, el desdichado soldado salió volando, por encima de la fila de soldados blancos y se estrelló contra la pared del bloque. El sonido del romper de docenas de huesos atravesó el sonido de la tormenta.

Los soldados de camuflaje blanco no disparaban, de hecho contemplaban el espectáculo como si fuera en combate de boxeo. Mientras Liss no les diera la orden no harían nada por esos soldados.

Los soldados acoplaron los cargadores a sus pistolas al mismo tiempo que André cogía a otro soldado en una llave y luego lo doblaba hacia atrás, hasta que la coronilla del bastardo le tocaba literalmente el culo.

De una manotada rompió la pistola del siguiente soldado y luego lo cogió de la solapa...

...para luego caer de rodillas.

André se levanto, aunque sus piernas le volvieron a fallar. Luego sus brazos, aunque no soltó su presa. Cayó al suelo mientras su respiración resonaba como la de un búfalo, pese a estar en el suelo los soldados restantes le acribillaron a dardos. Con sus últimos retazos de fuerza partió el cuello del soldado que había cogido por la solapa.

Se quedó quieto, en el suelo, con aquel soldado cogido entre su enorme mano como si fuera un muñeco. El mundo empezó a oscurecerse a su alrededor.

Su mente se lleno de recuerdos, de su granga y sus padres, sus amigos y el bar donde bebía tan felizmente bidones de vino... su infancia, su estáncia en la mili, todo cuanto había sucedido en el Bloque y Amaranta.
Solo pudo decir unas últimas palabras antes de que se sumiera en el vacío.

Malditos...nihilistas

El sonido de doscientas armas automáticas disparandose a la vez, resuena atronador en el bosque e incluso en el interior del bloque.

Luego silencio.