Con el dinero que habían ganado vendiendo los artículos que Gob les había entregado, alquilaron finalmente un caballo de color caramelo con las crines rubias. Se trataba de un ejemplar precioso, fuerte y joven, aunque ciego de un ojo. Quizás esa fuera la razón los la que se lo dejaron finalmente más barato, aunque tampoco parecía que fuera a ser mucho inconveniente. Todo les había salido con una renta favorable de mil ochocientas diecisiete monedas, con lo que podrían vivir sin demasiados problemas durante su estancia en Sakuraio. Más si Yoshimoto se ofrecía a sufragar alguno de los gastos del grupo.
Finalmente Takeshi y Minako montaron sobre el caballo y se despidieron de Shiso, Yoshi y Kosuke. Con un poco de suerte, a lomos de aquella bestia magnífica, estaría con Gob y Meemu antes del anochecer y si salían pronto por la mañana, con suerte llegarían antes de la hora del almuerzo, con lo cual, no se perderían nada del festival. Sólo hacía falta que el tiempo no estropease los actos, algo que sería terrible para los muchos viajeros que se habían desplazado hasta la ciudad, pero aún más terrible para los lugareños y comerciantes que esperaban un buen incremento de ventas en sus negocios.
Una vez se despidieron de los dos jovenes que marcharon en dirección a la casa del goblin, el resto decidió, como no podía ser de otra forma, ir a dar una vuelta por las calles de la ciudad. Les quedaba toda la tarde por delante para visitar aquel preciso lugar y maravillarse con sus secretos. Ciertamente les había tocado la mejor parte a ellos. No tendrían que pasar las penurias del peligroso viaje y podrían relajarse tomando un té helado en una terraza de algún establecimiento o simplemente admirando la ciudad que había engalanado para el festival sus ya de por si formidables edificaciones.
La fruta pocha del mercado del festival.
Las cerezas de Sakurairo
Las granjas de los alrededores producen cerezas de un sabor que no es el de siempre. El festival es muy importante porque vienen nobles de la región a probar todo tipo de elaboraciones artesanas. La cuestión es que el agua de riego proviene del río que baja por la gruta y está envenenada, altera el sabor y el color de las cerezas. Un estudiante del pueblo ha envenenado el agua a cambio de dinero y se ha fugado al reino vecino, que tiene otro festival de la cereza menos importante. La aventura consiste en salvar el festival.
1. - Un noble increpa a una vendedora joven (Irize, 18 años) de muy malos modos, diciendo que ha pagado por un producto de muy mala calidad. Los pjs pueden intervenir o no. Si no lo hacen, una señora mayor, que es la alcaldesa de Sakurairo (Nimatsu, 52 años) consuela a la pobre muchacha.
2. - La vendedora es una granjera, su familia vive de los cerezos y los chocolates que producen, son los únicos en todo el mercado que hacen chocolate de cereza. El licor que preparan es único. Si los pjs se interesan o preguntan por ahí, las cerezas no han salido buenas este año y es raro, no saben qué pasa. Además, es importante que el festival salga bien porque hay muchos nobles que han venido a invertir en estas producciones artesanales. La recompensa por ayudar es chocolate de cereza o cualquier producto de los vendedores de cerezas amigos de Irize totalmente gratis de por vida.
3. - Si quieren saber más sobre cerezas, Irize les comenta que pueden hablar con Yutake (estudiante, 18 años). Es un estudiante guapisimo, maravilloso, encantador, etc... trovador, que trabaja en la investigación de cultivos de cerezas. Están en la pequeña universidad que hay al otro lado del pueblo. Si van a verlo, lo encontrarán rodeado de chicas pestañeando por él, están de fiesta en la universidad y el chico está tocando el laud para deleite de todas. Irize está enamorada de Yutake; él también, pero no se atreve a conversarse.
4. - Cuando consiguen hablar con él, resulta ser un experto en el cultivo de cerezas y producción de diferentes variedades. Resulta que está trabajando en su tesis sobre esto y tiene un compañero estudiante (Tatomo, 19 años) que está con él. Cuando vayan a hablar con él, descubren en su habitación que ha cogido sus cosas y se ha pirado. En su casa hay pistas, una carta del reino vecino diciendo que agradecen que haya envenenado el agua, tiene su recompensa y trabajo de por vida con la familia imperial.
5. - Pueden ir a hablar con Yutake o pueden ir a la gruta donde está el agua. En la gruta, donde nace el río, está a un par de horas de camino y es zona de montaña. En la cueva subterránea hay un montón de cachivaches alrededor de un lago. Son cacharros de Yutake y Tatomo, cosas alquímicas para estudiar el agua. Huele un poco extraño y si prueban el agua notarán el sabor raro (no es tóxica, solo sabe como a cloro (no existe el cloro aquí xD)). Si van antes de hablar con Yutake no pueden saber nada de esto. Si van con Yutake, él les explica lo que hay.
6. - En la cueva hay monstruos atraídos por el agua pocha. Se tendrán que pegar con ellos para acceder si van solos. Si van con Yutake, los monstruos están dentro de la cueva y los atacarán si se adentran mucho a investigar. Para sanear la zona, Yutake les dice que su director de tesis (Nabuto, 48 años) puede preparar el remedio, pero hay que llevarle agua pocha del nacimiento. Además necesitarán una receta del veneno que Tatomo tiene en su casa (junto con las cartas que lo incriminan).
7. - Nabuto vive recluído en una casa de la montaña, a medio día de camino. Preparan el remedio, van a la gruta, dejan caer el antídoto y el agua fluirá buena.
Se tiran Iniciativas (DES+INT). La iniciativa serán sus CA.
Para golpear, se tira Impactar (depende del arma del pj) y debe ser igual o superior a la iniciativa del monstruo (en este caso tiene un valor fijo, 6).
Takeshi tiene arco (tira INT+DES-2) y daga (DES+INT+1)
Minako tiene lanza (FUE+DES)
Para el daño, se tira Daño (depende del arma del pj).
arco (DES), daga (INT-1), lanza (FUE+1)
Takeshi y Minako tienen +1 al daño
Takeshi (9/18 pg)
Minako (20/20)
El monstruo es un sapo
Iniciativa (fija) 6
PG 14
Impactar d6+d4
Daño d6
El combate tiene un tablero de cuatro casillas, dos para el lado enemigo, dos para el lado aliado. Vanguardia y retaguardia. La única diferencia es que un arco solo puede usarse en retaguardia y un enemigo que esté en vanguardia no puede golper a uno en la retaguardia sino lleva arco. Realmente no te hace falta el tablero.
El ambiente húmedo de la cueva hace que, incluso en esta época, haga frío. La luz proyectada por las linternas da al lugar un aspecto misterioso. El ruido del agua que surge de las profundidades hace dificil entenderse.
Los viajeros llegan al manantial subterráneo del que brota el agua que, siguiendo el curso del río, acaba alimentando las cascadas que riegan los campos de cultivo de cerezas, a los pies del risco.
La cuevea está llena de extraños aparatos alquímicos, linternas situadas en lugares estratégicos y cuerdas para poder pasar más fácilmente por los puntos más peligrosos. El suelo tiene numerosos desniveles y está resbaladizo.
Cualquiera que pruebe o huela el agua de la zona notará que tiene un sabor extraño (no es dañina)
Tatomo estaba herido y aunque sus heridas podrían haber sido curadas, sabía que no saldría de aquella cueva con vida. Su honor había sido mancillado, no había podido vencer a un atajo de críos y no había podido completar su tarea. Su deuda con el Imperio no quedaría saldada y si era hecho prisionero sería ejecutado en la plaza de Sakuraio. Si lograba escapar, puede que el propio Imperio le diera caza y sería torturado o en el mejor de los casos, también ejecutado por su fracaso.
Tatomo era consciente de ello. Sabía que podía suceder aquello y que la victoria no estaba asegurada. Se lo había jugado todo a una carta y... había perdido. ¿Qué opciones tenía ahora? Pelear hasta la muerte, ser capturado o... Cerró los ojos y tiró su lanza al suelo. Ésta hizo un gran estruendo al caer. Tatomo tragó saliva y entonces se dio media vuelta y salió corriendo hacia el interior de la cueva.
Los que seguían en pie le siguieron, pues no podían dejar que escapara. Corrieron tras él poco menos de cien metros hasta que llegaron a una zona de la caverna, en la que una enorme cueva se abría paso. Al fondo de ésta se encontraba una cascada que se internaba en la tierra y que retumbaba con la enorme fuerza del agua. Tatomo se colocó allí, de espadas a la cascada y al borde de la misma.
- Habéis vencido... - Les dijo con lágrimas en los ojos. - Pero volveré a por vosotros. Tenedlo en cuenta...
Tatomo extendió los brazos en cruz, volvió a cerrar los ojos y se dejó caer hacia atrás. Cayó lentamente, mientras Minako y Takeshi observaban la escena sin poder hacer nada. En un abrir y cerrar de ojos, Tatomo cayó al agua y desapareció por el orificio por donde caía la cascada.
Al acercarse hasta el borde y mirar hacia las profundidades de aquella cascada solo pudieron observar oscuridad. Aquella cascada se adentraba muchos metros, sino kilómetros hacia el interior de la tierra antes de volver a salir a la luz y alimentar el río. Posiblemente nunca volverían a ver a Tatomo y si su cuerpo sin vida lograba salir a la superficie, posiblemente fuera remontado río abajo hasta llegar al mar, muchos kilómetros alejado de aquel manantial o del propio Sakuraio.
Tatomo había desaparecido hacia el interior de la tierra. No era una buena noticia, no podría ser juzgado y se había perdido una vida. Tatomo era alguien brillante, pero sus celos y sus ansias de poder y de dinero acabaron con un futuro prometedor. Fuera como fuera, ya no estaban en peligro y habían impedido que la mayor parte del veneno que el propio Tatomo había preparado, fuera derramado en el manantial.
En el interior de aquella cueva, se podía percibir un olor extraño, como dulzón, pero a la vez agrio. Pronto descubrieron que procedía de una ingente cantidad de marmitas dispuestas junto a la cascada. En aquella cueva, se encontraban un total de veinte marmitas enormes, en cuyo interior se hallaba preparado el veneno que debía llegar a través del río a Sakuraio. Sin duda, aquello le había llevado meses de preparación, pues no podría haber llevado todo aquello hasta el manantial en unos pocos viajes. La questión en esos momentos era como tratar aquel veneno. Si lo volcaban sobre la roca, posiblemente se acabara filtrando y serían ellos mismos los que concluirían el trabajo de Tatomo.
No, no podían hacer aquello. Yutake se puso al frente y dijo que lo lógico sería avisar a las autoridades de Sakuraio. Necesitaban que enviaran a alguien con un carromato lo suficientemente grande como para cargar aquellas marmitas y que fuera la alcadesa, el capitán, el herbolario o el propio Sisho si hacía falta, que decidieran como almacenar o destruir aquel veneno. Y eso hicieron.
Fueron Minako y Takeshi los que regresaron hasta la ciudad, mientras que los heridos permanecían custodiando las marmitas, aunque si alguien aparecía de improviso y se enfrentaba a ellos, poco o nada podrían hacer para impedir el desastre. Por suerte, no sucedió y en unas cuantas horas, algunos soldados y algunos paisanos de Sakuraio regresaron junto a Minako y Takeshi haciéndose cargo del veneno.
Para ese entonces Towutuwa ya había iniciado el asedio de Sakuraio. Gracias a que el agua de la ciudad no esteba envenenada y que las autoridades habían sido advertidas de las intenciones del enemigo, Sakuraio pudo hacer frente a la batalla en las mejores condiciones posibles.
Habían cerrado las murallas a cal y canto y habían dispuesto las defensas. Para cuando Towutuwa llegó a sus puertas, todo estaba preparado para resistir el ataque y así sucedió. Sakuraio nunca antes había sido conquistado y esa no fue la primera vez. El combate duró tres días y tres noches, pero al alba del cuarto día, el Imperio se retiró.
Bajas hubo en ambos bandos, pero en el recuento salió por diez a uno a favor de los defensores. Una guerra nunca era buena para nadie, pero si alguien había ganado aquella batalla, sin duda había sido Sakuraio y gracias principalmente a unos inesperados héroes. Cuatro extranjeros y un estudiante de agricultura.
Ese año no se celebró el festival. Nada había que celebrar, sino que tocaba reconstruir, pues a pesar de que la defensa fue efectiva, las murallas y gran cantidad de edificios habían resultado dañados por el bombardeo de las catapultas y las flechas incendiarias de Towutuwa. Pero se invitó a los héroes a volver al año siguiente, donde se honraría el aniversario de la victoria y ellos serían también honrados como se debía.
No obstante, unos pocos días después del fin de las hostilidades y habiendo sido todos nombrados hijos predilectos de Sakuraio, fueron regresando a sus casas, con la promesa de volver a verse un año después en el lugar que en ese momento abandonaban. Además, fueron ampliamente recompensados por los servicios prestados a Sakuraio y ni ellos, ni sus familias, tendrían que preocuparse en mucho tiempo por no tener nada que llevarse a la boca.
Y un año después de los sucesos narrados en ésta historia, los cuatro héroes se reencontraron y fueron honrados de nuevo. El festival fue ese año uno de los más recordados de siempre y muchas cosas sucedieron dignas de ser narradas, durante dicho festival, aunque esa, es otra historia y debe ser narrada con detalle y no ahora...
-FIN-
No obstante, unos pocos días después del fin de las hostilidades y habiendo sido todos nombrados hijos predilectos de Sakuraio, fueron regresando a sus casas, con la promesa de volver a verse un año después en el lugar que en ese momento abandonaban. Además, fueron ampliamente recompensados por los servicios prestados a Sakuraio y ni ellos, ni sus familias, tendrían que preocuparse en mucho tiempo por no tener nada que llevarse a la boca.
Y un año después de los sucesos narrados en ésta historia, los cuatro héroes se reencontraron y fueron honrados de nuevo. El festival fue ese año uno de los más recordados de siempre y muchas cosas sucedieron dignas de ser narradas, durante dicho festival, aunque esa, es otra historia y debe ser narrada con detalle y no ahora...
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