Partida Rol por web

El Despertar del Mal - II - La Máscara del Dios Viviente

III - El Templo del Dios Viviente

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28/12/2015, 18:20
Togo "El Niño" Overhill

Togo permaneció callado y cabizbajo esperando instrucciones claras. Y más después de ver cómo se las gastaba Krant. Ahora entendía las palabras del monje que les llevó agua la noche anterior... En otras circunstancias el pequeño habría hecho algo por ayudar a Evlar a reponerse de la tunda, pero allí no. Temía que cualquier palabra o movimiento fuera de lo estrictamente ordenado sirviese al instructor para dar una lección de fuerza y autoridad en forma de paliza. Este pensamiento se hizo más verosímil después, al ver las heridas de los acólitos que jugaban a los dados en las barracas.

Conforme Krant leía las leyes del templo se ponía más de manifiesto que, más que una congregación religiosa, aquello era una secta, que lejos estaba dedicarse a la atención y ayuda a los necesitados.

Togo permaneció atento a todo lo que Krant mal leía del pergamino, pero no dijo nada de nada para evitar una nueva tunda. Sin duda la misión iba a resultar especialmente dura por tener que aguantar la instrucción de manos de ese cruel ser. El mediano solo esperaba poder obtener pronto la información sobre las joyas para así poder salir de allí cuanto antes, olvidarse para siempre de las aventuras y dedicarse a servir copas en las Siete platas de por vida.  Pero hasta que llegara ese momento tendría que emplearse a fondo para que la estancia en el templo de Razmir durara lo menos posible.

Lo primero que podría ser interesante sería sacar algo de información ganándose la simpatía de alguno de los acólitos que vivían allí. Pero Togo esperó a que Krant saliera por la puerta antes de abrir la boca.

Uffff - resopló aliviado cuando el instructor desapareció - Buenos días compañeros. Vaya, qué bien! algo con lo que pasar un buen rato  ¿ Podría unirme a vuestra partida? ¿de cuánto es la apuesta? podría pagar mi parte en cuanto me devuelvan mis cosas, alguna moneda me quedaba.... porque ¿ No las habrán dejado por aquí , verdad?.... Dijo el mediano con la intención de que alguno les diera algo de información sobre dónde podrían estar sus pertenencias.

Tras observar las marcas de latigazos de los que jugaban el pequeño susurró ¿ Vaya, Eso es obra de Krant...? parece que es muy duro y exigente en la instrucción... Será mejor hacer todo lo que diga sin rechistar, verdad...?

¿Cuánto tiempo lleváis aquí? Nosotros somos nuevos ¿Podemos hablar entre nosotros o eso también está castigado?

Bueno será mejor que nos cambiemos, si cuando vuelva Krant estamos vestidos  sin las túnicas seguramente se enfadará... Y el mediano empezó a cambiarse de ropa para ponerse la túnica que le habían entregado y esperaba fuera de su tamaño.

Notas de juego

Trato de entablar una corta y amistosa conversación con los tres de la mesa para saber algo sobre nuestras pertenencias, Krant y el tiempo que llevan aquí.

Si es necesario cuenta con un 10 (+10) en diplomacia.

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28/12/2015, 19:10
Rhylen Carsson

Sorprendente pero cierto. El primer acto de Kant como instructor fue un regalo a la vista y el gozo de Rhylen, que tras ver como Evlar caía al suelo dolorido casi rompe en carcajadas. – Buen golpe…

Tras ello llegó un momento mucho más aburrido: La inquebrantables leyes de Razmir. Evidentemente Rhylen quedo absorto tras las dos primeras estrofas. No podía evitar distraerse con cualquier cosa por muy insignificante que fuese, la alfombra, los lujos de la habitación, las manos de su archienemigo en esos momentos… cualquier cosa valía con tal de que ese suplicio pasase cuanto antes. Al menos el viejo guerrero se quedó con las dos normas más importantes: disciplina y no dejes que te descubran.

Cuando fueron abandonados en los dormitorios, no había que ser matemático para darse cuenta que allí faltaban más de un camastro. – Bien, relacionémonos un poco…, dijo a sus compañeros acompañandolo de un guiño.

Rhylen se acercó a una de las camas que ahora se encontraban vacías y depositó sus miserables pertenencias sobre la almohada, o lo que parecía serlo… Acto seguido, el inconfundible sonido de los dados chocando llamó su atención, y como no podía ser de otra forma hasta allí fue con decisión. – Hola señores, se presentó con un tono simpático… - Decidme, ¿qué debo hacer para intentar desplumaros?, dijo uniendose al pequeño Togo.

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28/12/2015, 20:27
Director

Los tres hombres examinaron a los recién llegados con el detenimiento propio del que estudia a un rival. Sin embargo pronto dejaron aquella actitud para adoptar una más relajada. Sobre todo cuando uno de ellos, un hombre de espesas barbas y rostro taciturno, mediante un estiramiento de cuello que recordó al de un galápago asomando la cabeza por debajo del agua, se aseguró de que efectivamente Krant se había esfumado.

Buenas. – Respondió secamente al mediano y posteriormente al anciano. Sus dos compañeros de juego hicieron lo propio con un asentamiento de cabeza y un levantamiento de cejas, respectivamente. – Claro, ¿por qué no? – Se hizo a un lado y señaló con los ojos a la silla libre que quedaba. - Cada apuesta son cinco cobres… - añadió mecánicamente, - por lo demás las reglas son las de siempre. – Dijo, dando por hecho que ambos recién llegados conocían la dinámica de apuesta y lanzamiento de dados.

No, aquí no han dejado nada. Sois vosotros los de la ceremonia ¿no? – Preguntó otro de los jugadores, quien estaba sentado al otro lado de la mesa. Un individuo bajo, nervudo y de aspecto desaliñado. Las cicatrices marcadas a lo largo del rostro, evidentes aunque éste tratase de ocultarlas tras sus descuidadas barbas, eran antiguas pero era evidente que todas habían sido hechas mediante un látigo.  – Supongo que os darán lo vuestro en un par de días. Cuando Krant se haya convencido de que valéis para algo.

La pregunta de Togo acerca de las cicatrices hizo que Sulaquer pasase sus dedos sobre ellas. Durante la caricia éste parecía rememorar el momento en que se las hicieron. – No. – Dijo al fin. – Krant es demasiado simple para ello. Es un bruto sin cerebro… - Volvió a mirar hacia la puerta. - No un sádico como el sacerdote Egarthis. Es quien ofició vuestra ceremonia. ¿Parece inofensivo, verdad? Pues no lo es en absoluto…disfruta tanto infligiendo castigos a los acólitos como un marinero con una puta la noche en que atraca su barco. – Añadió en voz baja. - Yo que tú no daría pie a que os castiguen…aunque creo que eso es imposible en los primeros meses. Además ahora, desde que la Suma Sacerdotisa no está, Egarthis se ha vuelto más severo aún. – Confesó mirando con severidad tanto a Rhylen como a Togo. En sus ojos podía leerse los sufrimientos que aquel hombre había pasado hasta haberse acostumbrado a la vida allí.

Yo y Sulaquer llevamos cuatro meses. – Comentó Polsen, que era el hombre de las espesas barbas. – Ventilmar entró hará ahora tres meses o así. Aquí podéis hablar…pero pronto aprenderéis que es mejor no hablar de más muchacho. Las paredes oyen. – Advirtió acompañando con un gesto de manos a sus últimas palabras en el que señalaba a las camas y a sus ocupantes. Con ello parecía insinuar que cualquiera de ellos podía estar escuchando a pesar de parecer dormidos. – Aquí la información es una moneda de cambio… y cualquiera la utilizará en vuestra contra. Grábate eso bien en la mollera. – Cuando  Togo comentó que era mejor vestirse, los tres jugadores lo entendieron perfectamente.

Notas de juego

Los tres jugadores se llaman:

Polsen: que es el de las barbas.

Sulanquer: que es el de aspecto desaliñado y cicatrices en la cara.

Veltimar: que es el que no ha abierto la boca y tiene cara de aspecto ratonil.


El juego al que están jugando se juega con un cubilete y dos dados. Es un típico juego de taberna, por lo que tanto Rhylen, Togo y Tanyl saben de sobra sus reglas. Consiste en volcar el cubilete con los dos dados dentro y tratar de adivinar la suma de los dos dados. Cada jugador debe hacer lo mismo, acompañándolo con la correspondiente suma de monedas de la apuesta. Cuando lo han hecho todos se mira quiénes han acertado y se reparte el dinero de las apuestas entre éstos. Si no acierta nadie las monedas se quedan en el centro de la mesa y forman parte de un fondo que se repartirá entre los que ganen la siguiente ronda, y así sucesivamente.

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29/12/2015, 01:41
Hostawen

La elfa se quedó sorprendida ante el golpe a Evlar. Su cara reflejaba la sorpresa, un segundo después hizo que su rostro volviese a ser neutro. Volvió a tener ese aspecto de piedra forjada sin sentimientos.

Escuchar a aquel idiota recitar aquellos mandamientos casi roba una estruendo carcajada a la elfa, que luchó severamente por no reírse. Una mirada a Evlar le hizo volver al neutro que estaba acostumbrada en aquellas paredes. Su actuación tenía que ser impecable y los castigos que parecían dar no iban a ser necesarios para la elfa. Prefería seguir aquella pantomima, a diferencia de los demás que estaban allí, ella sabía que era un papel el que debía hacer. Parecer que no tenía sentimientos, extirpar cualquier sentimiento. Ni bueno ni malo, simplemente mantenerse quieta e impasible. Algo difícil, pero no imposible. Seguir a aquel tipo en su lectura era imposible. Así que la elfa escrutó todo lo que había en la estancia por información útil.

Finalmente, ya en las barracas, el tipo se fue y Togo y Rhylen decidieron socializar. La exploradora por contra se acercó a Alétheia. -Ven... será mejor que nos pongamos ésto.- dijo comedida. Acompañó a la pitonisa intentando tapar su figura para que pudiese cambiarse tranquilamente, esperando que ella hiciese lo propio. -Querida... sígueles el juego. Por favor te lo pido. Me preocupas. Has estado a punto de... No les des ni la más mínima duda. O-o mirarán en tu alma...- la exploradora no sabía lo que encontrarían si miraban en su alma, pero si sabía que sólo había bondad en el corazón de Alétheia. Su mayor preocupación era que la pitonisa del Débil se expusiese demasiado y que mirasen en el fondo de su corazón. O que simplemente ella misma dijese algo de otro dios...

Ya con la toga puesta la elfa abrazó a la pelirroja. Y en su oído dejó caer... - Aguántalo todo... Y perdóname. Todo lo que diga será mentira, no me odies. Ya nos vengaremos...- y se mordió la lengua por no llamarlos malnacidos. Después se giro y volvió a adoptar una postura de ensimismamiento. Parecía que la elfa ni sentía ni padecía. Escuchaba la conversación de sus compañeros y lo miraba todo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Avistar: Saber todo lo que hay en la habitación de relevancia.

Intuir si hay algo que esconde algún monje en ropas, camas, baúles...

Me paseo por la habitación mirando, como si buscase una buena cama para dormir y un baúl vacío. Pruebo las camas y abro baúles para saber si están vacíos haciéndome la despistada. No toco nada, sólo miro (por ahora...)

*Sobre todo busco trapos sucios... Algo con lo que pueda amedrentar a cada uno de los que está en la habitación. Mi objetivo es conocer todo lo que se desarrolla.

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29/12/2015, 08:31
Tanyl Argenthor

Diez minutos... Diez minutos no daba para mucho, aún así el locuaz mediano ya parecía haber hecho nuevos amigos.

Tanyl, sin embargo, prefería quedarse en segundo plano, observando. Además estaba algo incómodo por haber dejado a Fuzuli en la celda y esperaba con ansiedad que volviese el tal Krant para preguntarle por su familiar.

Mientras los otros charlaban, observó si el resto de acólitos del lugar llevaban puestas las túnica, e hizo lo propio.

Notas de juego

Si el resto tiene puesta la túnica, se la pone él también.

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29/12/2015, 18:25
Director

Notas de juego

Resultado de buscar:

Pese a que buscas con cuidado en los baúles no encuentras absolutamente nada aparte de las túnicas blancas. Ello sólo viene a confirmarte que los acólitos guardan sus posesiones encima. Imaginas que no deben ser muchas cosas las que un acólito posee, puede que únicamente monedas, pues los tres que juegan en la mesa están apostando.

Sin embargo, cuando te sientas en una de las camas y tanteas el colchón, descubres algo plano y duro escondido dentro de éste. Encuentras una abertura pequeñísima en él, y desde dentro, tanteando con los dedos y empujando con la otra mano por fuera del colchón, consigues estraer un pequeño cuchillo hecho de madera endurecida. No es mayor que una mano pero está lo suficientemente afilado pese a ser madera como para dejar una buena herida en caso de perforar con él.

Trátalo como una daga de -1 al daño.

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29/12/2015, 18:39
Rakna
Sólo para el director

-Mientras tanto-

No muy lejos de allí, la astucia de Rakna volvía a despertar. La habitación estaba llena de arañazos y marcas de garras. El lobo acurrucado en su manta debía encontrar comida, su vida comenzaba a correr peligro. Pese a que en el pasado en los bosques había pasado más tiempo con hambre, en su devenir se entretenía, en aquella celda no había mucho con lo que entretenerse. Subido a la cama encontró la madera de la cama como una alternativa alimenticia. Bien había visto a otros animalillos del bosque comer raíces y roer árboles, quizás esa fuese su solución. Y allí se encontraba Rakna mordiendo las tablas de la cama...
Quizás no sirviese para nada, pero bien divertido que era.

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30/12/2015, 17:20
Alétheia

Cuando Alétheia llegó a las estancias que a partir de ahora serían su hogar no pudo ocultar su sorpresa. En el Templo del Débil estaba acostumbrada a que la tuvieran en palmitas , con su propia habitación desde que tuvo uso de razón. Ahora, tendría que compartir cama y chinches con aquellos muertos de hambre de corazones podridos por el mal. Afortunadamente para ella Hostawen estaba a su lado, consolándola. Se apoyarían la una a la otra para salir de allí con vida y, como decía la exploradora, tomar su venganza. Posiblemente Rakna ya sería pasto de las llamas o algo peor y, por lo tanto, Alé debía ser fuerte para que su amiga no lo fuera también.

Haciendo caso de lo que decía Hostawen, Alétheia comenzó a desvestirse. Poco podía hacer la escuálida elfa para tapar completamente las carnes inmaculadas y pálidas de la Pitonisa. Era tan voluminosa que, a poco que los otros hombres presentes en la sala apartaran la vista del juego que se traían entre manos, bien podrían ver algún trozo de carne de la mujer. Cuando ya tuvo la túnica puesta tapó a Hostawen para que hiciese lo mismo. Aprovechó el dar la espalda a todos para recoger de entre sus pechos el papel que Togo le había metido descaradamente entre ellos y leerlo.

Así que era por esto...- Se quedó más calmada al ver que el mediano no había pretendido meterla mano. Se probó la máscara y por fin pudo relajar el rostro y expresar en él lo que realmente quería.

- ¿Me queda bien?- Su voz sonaba algo distorsionada tras la fea máscara pero aún podía vislumbrarse un cierto tono de vanidad en ella, muy propio de una chica coqueta y caprichosa como ella. Se quedó junto a su amiga tratando de enumerar todo lo que habían descubierto ya de los monjes mientras los chicos se inmiscuían en los tejemanejes de los truhanes que residirían con ellos.

Normal que el monje pensara que le habían robado los otros. Esto es peor que una cárcel.

- Haré lo posible por que sea así.- Le dijo a Hostawen que parecía preocupada por cuál fuera a ser su reacción.- Ahora bien, también te digo que no dejaré que ese tío te toque un sólo pelo.- Hostawen pareció reaccionar a las últimas palabras de aquellos tres despojos humanos. Si la información era poder allí, ella tendría una gran ventaja pues, como sus compañeros sabían, ella era la Reina de la Información: La Pitonisa del Débil.

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30/12/2015, 19:10
Rakna

No muy lejos de toda la actividad humanoide y contra todo pronóstico para Alétheia, Rakna, el fiel lobo de Hostawen seguía en su celda. Tras una productiva siesta, el cánido despertaba para encontrarse nuevamente en aquel sitio. Su estómago comenzaba a rugir y ya habían pasado dos días desde que el lobo había probado bocado y la cosa comenzaba a complicarse. No llevaba mucho en compañía de la bípeda a la cual se había unido tras un peculiar juramento. Su promesa de nunca más vagar por la tierra con ese retortijón de vacío en sus entrañas. Las desgracias no llegaban solas, pues para colmo aquel sitio era frío y no encontraba descanso en su frío suelo. Arremolinarse en las sábanas usada por la bípeda daban cierto respiro, aún conservaban su olor y calor, cosa que calmaba al gran Rakna. ¿Pero quién podría descansar en un sitio como aquel? Sólo había ruidos de bípedos perturbados, parecían vivir alejados de todas las reglas de la naturaleza. Esos ruidos solo atraerían al Gran Clombush* el terror de los bosques...

Rakna casi se lamenta por no tener a dos de sus hermanos allí, quizás con ellos su destino fuese otro. Una idea que no cuajó lo suficiente, apunto había estado de morir en su compañía. Una racha de mala caza casi les provoca la muerte. Rakna había sentido como la energía maligna que espantaba las presas se dispersaba y también sentía que la bípeda que le acompañaba era la responsable de que la vida volviese a los bosques de Fangwood. Casi veía en los ojos de Hostawen a un igual, por eso acompañarla era fácil. Pese a todo allí estaba Rakna, alejado de "su amiga". No había sido difícil fingir que no le importaba... Rakna aún tenía un par de trucos en la manga y así se puso a ellos.

El lobo, antes líder de una manada se acercó a la reja para otear que nadie viniese, su privilegiado olfato le hacía conocedor que los bípedos estaban distraídos en sus estúpidas prácticas paganas. El ruido sería bueno para él... Raudo comenzó a rascar el suelo cercano a las rejas. Alarmado pudo ver como el suelo duro y frío no se resentía por sus rápidos movimientos de sus piernas delanteras. Extrañado no entendía como aquel suelo comenzaba a desplazarse, había hecho lo mismo en el bosque y había enterrado un sin fin de objetos. ¿Qué sucedía ahora? Sólo le quedaba intentar lo mismo en otros sitios de la habitación. La pared, el suelo e incluso la cama se toparon con su furia. Nada sucedió...
 

-WAUUUUUUUUUUuuuuuuuuuuuuuuuuFFFH!- auyó desesperado. Su aullido coincidió con un momento de silencio.
Su siguiente plan tendría que fraguarse tras otra siesta....

Notas de juego

Desde las barracas el aullido de Rakna se escucha lejano, pero suficientemente claro como para identificarlo.

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30/12/2015, 19:13
Polsen

Ya está ahí otra vez ese chucho. - Protestó  Polsen girándose hacia la puerta y lanzando una mirada lasciva hacia las dos nuevas miembros de la orden, que aprovechaban la conversación de sus compañeros para cambiarse de ropas. - No ha parado de ahullar desde que llegamos después de la ceremonia. - El consiguiente respingo de Hostawen y su rostro contraído por la pena no fue interpretado por el acólito como un acto de empatía de la exploradora hacia su compañero animal, sino más bien como miedo al aullido en sí mismo. - No te preocupes. - Dijo, tratando de ser galante y de consolarla desde la mesa. - Puede que...puede que sea algún animal que hayan traído para algún sacrificio o algo así. No será la última vez que escuches gritos que vienen desde detrás esas puertas. - El hombre, aunque de forma casi imperceptible, se irguió sobre la silla, sacó pecho y apoyó su pie contra la pata de la pesada mesa, creando así, en su imaginación, una puesta en escena tan viril como la del cortejo de las machos monteses durante la época de apareamiento.

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30/12/2015, 23:16
Hostawen

-Oh...Alétheia...- miraba la exploradora a la pitonisa preocupada. Y su preocupación parecía haber sido demasiado evidente pues Polsen se había percatado... por suerte lo había malinterpretado. El aullido de Rakna sonaba como un quejido lastimero, Hostawen debía sacarlo de allí, ¿pero como? Entre sus ropas estaba el primer paso. Se acercó a Rhylen con bastante normalidad. -Sigues siendo el que juró proteger a Alétheia.- dijo poniéndose frente suya. Agarrando sus manos le miró a los ojos. El guerrero pudo sentir como cerca de su pecho entre sus ropajes había un objeto que antes no estaba. La elfa disimuló con un abrazo. -Guárdalo con cuidado.- susurró la elfa.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Rhylen apúntate una daga de madera endurecida de -1 al daño.

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31/12/2015, 00:51
Togo "El Niño" Overhill

Togo escuchó con atención al hombre de la barba mientras se cambiaba de ropa. Tuvo en cuenta su advertencia en cuanto a lo de la información, pero no podía desaprovechar la ocasión de saber algo más, más cuando habían sido ellos los que habían sacado algunos temas como , por ejemplo el de la suma sacerdotisa... Al fin y al cabo ¿ Quién iba  a sospechar de un mediano? todo el mundo sabe de la curiosidad innata de los medianos, a nadie le podría extrañar que Togo preguntara algo más de la cuenta, se supone que es lo que hacen los de su raza...

Sí, somos los de la ceremonia ¿Siempre es así...? Me ha parecido un poco corta, porque esperaba algo un poco más majestuoso o apoteósico. Quizás sea por la ausencia de esa suma sacerdotisa de la que habláis. ¿ Y dónde está? Se supone que su lugar es el templo, no...? Pues si eso es así espero que vuelva pronto, no me gustaría que me hiciesen esas cosas a mí... ¿ Y cuál fue el motivo de ese castigo? preguntó Togo intrigado y lleno de preocupación en clara referencia a las heridas del tal Sulaquer...

Notas de juego

Hablo en voz baja.

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31/12/2015, 15:01
Rhylen Carsson

Rhylen quedó junto a Togo mientras este llevaba la voz cantante en la conversación. Se empeñaba más en conocer el funcionamiento del juego que en absorber toda la información que salían de aquellas tres personas. Sólo cuando se mencionó a la suma sacerdotisa, Rhylen pareció tomar de nuevo el hilo de la trama… - Seguro que se trata de la misma que Reginar vio abandonando la ciudad, pensaba con el hocico torcido de forma inconsciente.  

Rhylen tenía la certeza que aquella mujer era clave para la misión, por lo intentaría apoyar a Togo mientras éste continuaba con sus aptitudes para conseguir información. Iba decidido a intervenir en la partida con la esperanza que aquello mantuviera distraído a los tres hombres de la mesa y así aflojaran algo más la lengua. Sin embargo la atención de todos los presentes se centró ahora en los aullidos de Rakna a varias habitaciones de allí.

Hostawen, como no podía ser de otra forma, temía por la seguridad de su mascota… aún más tras las palabras de Polsen acerca de los frecuentes sacrificios de animales. La respuesta de Rhylen a aquellas palabras fue una mirada inquisidora por el poco tacto de aquel desgraciado, y posteriormente se levantó para tranquilizar a la joven elfa permitiéndola hacerle entrega de forma furtiva de lo que parecía una daga de manera. – A ella… y a todos vosotros…, respondió con un susurro y un gesto cómplice mientras aseguraba la ubicación de la daga.  

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31/12/2015, 19:01
Polsen

La mirada de advertencia de Rhylen valió para que el acólito se centrase más en el pequeño Togo, de aspecto mucho menos amenazador. – Hmmm sí, siempre las ceremonias son así, vamos, o al menos todas las que he visto han sido cortas y sencillas, como le gustan al Dios Viviente. – Sus dos compañeros de mesa asintieron confirmando las palabras de Polsen. Sin embargo, la mención a la Gran Sacerdotisa los hizo detener sus movimientos y dejar los cubiletes sobre la mesa de forma disimulada. Las ganas de juego habían sido cortadas de raíz. Polsen lanzó miradas dubitativas a ambos lados, de nuevo para segurarse que ni Krant ni otro heraldo o sacerdote pudiese sorprenderle manteniendo aquella conversación con los nuevos.

La Gran Sacerdotisa nunca oficia las ceremonias, siempre suele hacerlo el Sacerdote Egarthis. – De nuevo Sulanquer acarició sus cicatrices a la vez que mesaba sus barbas, hecho que provocaba un sonido similar al pasto seco al ser pisoteado. – Ella tiene otras funciones…aunque no sé cuáles. No suele hablar mucho, y menos con nosotros los acólitos, además tampoco suele moverse por la primera planta. Nosotros no podemos subir más arriba…. – Dejó caer de forma misteriosa. Al hombre se le veía en cierta medida atemorizado, no ya por la descripción que había dado de la mujer, pues los Sumos Sacerdotes, al igual que el Padre Prasst, no solían mezclarse demasiado con los nuevos miembros de la orden, y cualquier templo tenía áreas a las que sólo podían acceder determinados miembros de la orden. Debía haber algo más tras aquellas palabras.

Algunos dicen… - comenzó titubeante, - que es capaz de volar y que puede matar a un hombre con sólo mirarlo. – Se secó las incipientes perlas de sudor que crecían en su frente. Pero bueno, yo no he visto nada de eso. – Sentenció de forma tajante fingiendo un coraje que no tenía. - Ya la conoceréis cuando vuelva… se fue hace días con un grupo de Heraldos a alguna clase de misión.

Polsen cambió súbitamente de tema para contestar a las dudas del mediano sobre los castigos, algo que entrañaba menos problemas si lo cazaban hablando sobre ello. – Bueno, los castigos pueden ir desde los cinco latigazos – miró a Sulanquer y a su compañero, - hasta alguna paliza por parte de Krant si este está presente. También he visto a algunos a los que les han marcado con fuego la Máscara de Razmir en distintas partes del cuerpo. Pero no debes preocuparte, las faltas muy leves suelen ser castigadas con tareas extra, algo que desde luego no falta nunca, o con la máscara de la vergüenza. Ésta no es otra cosa que una pesada máscara de hierro que te cubre la cabeza por completo. Te permite respirar, pero no ver, oír o hablar. Si la llevas muchos días podrías volverte loco.

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02/01/2016, 07:10
Tanyl Argenthor

El aullido de Rakna le dolió como una puñalada en el estómago. Si algo le pasaba al lobo, también le podría pasar a su gato.

Miró de reojo a Hostawen, compartiendo su dolor. Y cuando el grasiento Polsen se insinuó a la elfa, Tanyl se puso a la defensiva.

El semielfo se habría levantado y demostrado que la exploradora era suya, pero bien conocía él a las mujeres, y aquella prueba de hombría podría dejarle en mal lugar delante de Hostawen. Con las hembras no había forma, si hacías algo, porque lo hacías, si no, se enfadaban porque no lo hacías. No había forma de complacerlas, eso lo sabía él muy bién.

Se acercó a la elfa y le susurró en la puntiaguda oreja: - No te preocupes, no dejaré que nadie que tú no quieras pose sus sucias manos en tí.

Luego se retiró un poco y en voz más alta continuó diciendo;

- En cuanto venga Krant debemos decirle que suelte a nuestras mascotas.

Notas de juego

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02/01/2016, 11:05
Hostawen

Tras dar la daga a Rhylen, Tanyl se levantaba y se acercaba a la exploradora. Susurraba un mensaje. Hostawen sonrió agradecida, el rubor inundaba su rostro -Gracias- dijo cogiendo la mano del mago. La elfa no veía a Tanyl como un protector, no tenía los músculos y la destreza que tenía Rhylen, ni siquiera su experiencia, pero quizás aquel mestizo fuese más que un enclenque. Sus conocimientos iban más allá que los que pudiese tener cualquier mortal en vida. Y pese a ser joven, en su breve estancia en el paso de los vivos ya había acumulado todo ese conocimiento sobre la manipulación de la esencia y la canalización a través de la magia. La elfa se sentía complacida porque no había reparado en que Tanyl pudiese defenderla, pero quizás aquel mago podía demostrar muchas cosas.

Notas de juego

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04/01/2016, 00:30
Togo "El Niño" Overhill

¿Estarás de broma? - pronunció el mediano cuando escuchó al elfo decir algo sobre pedirle a Krant  - ¿ A caso quieres ser el primero en ganarse una paliza, no acabas de escuchar lo que han dicho y no has visto lo que le hizo a Evlar? Bastará que le hagas ver lo mucho que te importa tu mascota para que la utilicé para hacerte sufrir.Yo de tí no le diría nada, ya se lo dijisteis al sacerdote.... Habrá que confiar en él.

Después de ver como se las gastaba el cruel instructor, Togo estaba seguro de que si Tanyl osaba a pedirle algo a Krant recibiría un buen castigo. Por eso intentó disuadirlo con sus palabras.

¿Y sabéis sí tardará mucho la sacerdotisa? ¿ a dónde se fue....?

Notas de juego

Sigo susurrando para evitar algún indeseable me escuche hablar más de la cuenta.

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04/01/2016, 15:19
Polsen

Ni idea de cuándo volverá y mucho menos dónde se fue. – Dijo Polsen con un encogimiento de hombros idéntico al de sus compañeros - Poco nos dicen a nosotros sobre los asuntos de los sacerdotes. Sólo sé que, hará ahora casi un mes o así, la Suma Sacerdotisa salió de aquí con varios heraldos y sacerdotes. Ninguno de nosotros, o por lo menos ninguno de los que somos más nuevos, fuimos incluidos en lo que parecía ser una expedición importante.Confesó sin poder ocultar su interés. – Algo tuvo que pasar allí donde fuesen porque, según me han dicho, algunos de los heraldos llegaron heridos y no se ha vuelto a saber nada de un par de ellos. No sabemos nada más sobre ello, pero creo que el reciente viaje de la sacerdotisa debe tener algo que ver esa expedición…

 

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04/01/2016, 20:02
Hostawen

Hostawen miró a la pitonisa, ya debía saber que la expedición en el templo de Kassen fue comandada por la sacerdotisa. En aquella ocasión cientos de no muertos asolaron la cripta de dedicada a Ekat Kassen y casi pudo ser un desastre. Por suerte, Alétheia se encontraba cerca y raudos pudieron acabar con aquella pesadilla. Si no, muchos aldeanos hubiesen acabado muertos.

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04/01/2016, 23:11
Rhylen Carsson

Con el objeto facilitado por Hostawen en su poder, Rhylen prefirió ahora mantenerse al margen de aquel grupo de jugadores de dados. Togo llevaba a la perfección la conversación, y aunque aún podrían exprimirles algo más de información, el viejo guerrero vio más conveniente mantener las distancias y asegurarse que la daga de madera no fuese detectada por ninguno de los otros integrantes de la habitación.

Así pues, y manteniendo en todo momento la calma, Rhylen se aproximó al camastro donde había depositado sus pertenencias y comenzó a vestirse con los atuendos facilitados por Krant. Las túnicas eran amplias y por lo tanto perfectas para mantener oculto el arma bajo ella. Una vez vestido como la orden de Razmir dictaminada, simplemente se acomodó en la cama y quedó a la espera de acontecimientos.