Partida Rol por web

El ithoriano habló. Con cuatro juegos de cuerdas vocales y dos bocas, el sonido habría sido más bien un gruñido bronco seguido de su propio eco. Aún así, el lenguaje ithoriano no era difícil de intuir. Medio entre señales, medio entre sonidos que levemente se parecían al básico galáctico, el ithoriano dijo:

- Señora, yo alegre de servir. Un buen vehículo tengo. Bien precio. 10 créditos fianza, un día completo mínimo por 50 créditos. Sistemas de seguridad, permisos en orden. Fácil de conducir. Muy fiable.

Mostraba el vehículo sin reservas y estaba atento a las preguntas de la mujer. Quiso que se subiera, si a ella le parecía bien, para probar la comodidad del acabado interior. La tienda, por otro lado, estaba cuidada. Muy limpia. Incluso olía bien, como a jungla.

¿Puede ir tranquilamente por terreno difícil? Estaba pensando hacer una excusión y es posible que no haya caminos buenos.

Examino el vehículo. El precio está bien, y no necesito los extras, necesito algo que me lleve y me traiga. Nada más. Que tuviera un buen acabado no la preocupaba. La fianza es aceptable. El precio por día, el mismo. Ya dispuestos a perder dinero, por lo menos que sea el mínimo. No se cuánto tiempo me tendré que quedar en este planeta.

El ithoriano hizo algo parecido a encogerse de hombros.

- Terreno difícil depender. Vehículo de paseo, no de rescate ni de exploración. Vehículo por camino lano o poco ondulado bien, camino difícil no poder decir. Desperfectos pagarán.

Era difícil ponerse en los estados de ánimos de un ithoriano, pero por la forma en que abría los ojos, parecía ligeramente nervioso ante la idea.

Asiento ante las palabras del Ithoriano. Tengo que tomar una decisión, y ya. Antes de que los soldados Imperiales me tomen la delantera.

Quizás en otro momento podríamos hacer tratos, pero es posible que el terreno sea abrupto, no lo se, y no quiero que un vehículo tan bueno como uno de los tuyos termine en mal estado por eso.

Me despido del ithoriano y me vuelvo a acercar a la tienda del humano.

De acuerdo, me llevaré ese vehículo, es probable que vuelva en menos de dos horas o tres. Si se alarga más, le pagaré a la vuelta el tiempo que me haya pasado.

Saco el chip de crédito para pagarle.

El tipo asintió sin gran entusiasmo y cargó la cantidad convenida como fianza.

- Bien. Conduzca con cuidado. Esta tierra es menos llana de lo que parece. Le recomiendo que no olvide llevar encendido el sensor delantero de seguridad para no llevarse sorpresas con la ondulación del terreno. Hará que no tenga tanta velocidad punta, pero no se trata tampoco de un modelo para ganar carreras, así que...

El tipo terminó la frase con un encogimiento de hombros.

El vehículo estaba listo.

Asiento a todas las recomendaciones del hombre, aunque no espero que esto sea una carrera, precisamente. Guardo de nuevo mi chip de crédito mientras subo al vehículo.

Tengo que darme prisa, antes de que lleguen los soldados, si quiero averiguar algo más sobre lo que ha pasado. Se que hay un Jedi en la zona, no demasiado lejos. Pero, ¿estaría ayudando a los que han montado esto? Les llaman terroristas. Pero hasta hace relativamente poco lo que ahora es el gobierno eran considerados unso rebeldes. 

Condusco con cuidado, pero cogiendo velocidad para llegar hasta el lugar que he visto que caía el carguero. Con suerte... no, con ayuda de la Fuerza, llegaré antes que los imperiales.

El camino es largo, pero hay formas de encontrar un atajo y no hace falta devanarse mucho los sesos, ya que se trata de una llanura ondulada en la que los obstáculos se ven a distancia. Siguiendo el rastro de la nave, la dirección acerca al deslizador a las montañas. La nave podría estar perdiendo velocidad. O no.

En realidad, hay varias naves que parecen seguir un rumbo concreto. Son pequeñas y pasarían desapercibidas si no fuera porque pasaron casi por encima del deslizador. Había algo parecido a una reunión, pero la nave de Menneir siguió su camino. Un poco más adelante, algo extraño apareció en los sensores. La nave estaba siendo seguida por otra a muy corta distancia.

Observo cómo las pequeñas naves me rebasan, ¿serán los imperiales? Espero que no, me gustaría llegar antes que ellos al lugar donde parece que la nave ha caído, o está cayendo. Me preocupa más el sensor que me indica que me siguen, o a lo mejor no me están siguiendo, sino siguiendo el curso del carguero. Poco puedo hacer de momento, más que seguir adelante, no voy a parar, ni siquiera frenar. Que me alcancen, como supongo que harán, sea quien sea quien esta por detrás mío. Y entonces decidiré.

Hacia delante una nave más apareció repentinamente, tan rápido que podría haber sido una visión. Otra la siguió justo detrás igualmente rápido. La imagen que se formó delante de Menneir no parecía posible. Una nave intentaba dar caza a la otra, pero no la disparaba. O sí. Algo parecido a un gancho metálico las unió y entonces la nave comenzó a hacer extraños, anclada una con la otra. Se retorcieron, mantuvieron la distancia, cambiaron de sentido. Cuando una parecía estabilizarse, la otra la arrastraba. En un momento, aumentaron la altura. Parecía que por fin volaban controladamente.

Entonces algo explotó cerca de la nave que perseguía a la que Menneir había visto en el astropuerto. Se desniveló y perdió altura. Los sensores del deslizador se volvieron locos. La caía podría ser en cualquier lugar y Menneir estaba demasiado cerca de ellas.

¿Pero qué... Levanto la vista mientas observo lo que está pasando por encima de mí. Vuelvo a mirar los sensores, estoy demasiado cerca de la nave que está cayendo, no me dicen nada concluyente, están descontrolados. Arrugo ligeramente el entrecejo. Reduzco la velocidad y vuelvo a mirar hacia arriba, pendiente de la nave que está cayendo.

Aprovecho para volver a extender mi poder, para intentar saber si siento de nuevo la Fuerza que sentí en el espaciopuerto.

La Fuerza se diluía al extenderse más allá de las percepciones normales de Menneir. Afortunadamente, los sensores del deslizador sí funcionaban. Las dos naves se abalanzaron una sobre otra en un extrañísimo y peligrosísimo baile. Ascendieron, desdencieron, los motores sublumínicos rugieron con chasquidos eléctricos e impulsos iónicos.

Al final, las naves se acercaron al suelo. Parecía que iban a estrellarse de lo cerca que pasaron del suelo, pero al final lograron remontar, al menos una de ellas. La otra nave, que era la que Menneir iba siguiendo desde el astropuerto, terminó por empotrarse contra el suelo y deslizarse por la tierra con un crujido espantoso.

Lo más extraño fue que en ningún momento vio el brillo de los blasters, ni las pulsaciones de los escudos al ser impactados.

Tendría que confiar en mis sentidos normales, ya que no parece que haya nada anormal. Aunque claro, ya me ha pasado con Skywalker. Lo que acabo de ver, junto con lo que me han mostrado las pantallas de mi deslizador no es precisamente normal y explicable. Por lo menos a priori. No la han disparado, no ha habido nada que haga pensar que iba a caer así.

Observo si la nave que no ha caído sigue su camino o si hace algún movimiento para descender, no quisiera encontrarme con una sorpresa mientras investigo en la nave que ahora está en el suelo.