Partida Rol por web

Cuando la Norne se acercó a mí y empezó su frase en Latín, mis cejas se levantaron levemente sorprendidas. La pronunciación aún seguía siendo algo burda y el acento era más que evidente, pero para lo poco que había hablando el idioma hasta ahora, era muy buen comienzo. Cuando su pregunta llego mostré una sonrisa en mi rostro que podía distinguirse si bien educada, ligeramente forzada por mi parte.

-Ha sido así desde pequeña.- Durante un primer momento había pensado en responder algo sencillo y fácil de entender para Ragn, pero ya que lo que parecía era que quería practicar el idioma, no estaría de más algo más largo.- Es debido a... "por" mi enfermedad. Mi cuerpo no produce pigmento… “color”.- Aclaraba con palabras más sencillas mientras con una mano remangaba el otro brazo para señalar la piel pálida.- El nombre es albinismo. ¿No encontraste nadie parecido por los yermos?.- Pregunte haciendo referencia a las tierras del norte. No sabía cuan común seria el albinismo en los yermos gélidos, pero la intención de la pregunta no era averiguarlo, si no ver si Ragn había conseguido seguir mis palabras. Había intentado pronunciar sin prisa y claramente, pero una gran parte dependía de si las palabras usadas le resultaban conocidas.

Entendí parte de la respuesta, pero la verdad es que me costó seguir el hilo después de que habló de la enfermedad.
—Kelgar, ¡ëstá enfërma! —ahora me explico lo pálida que es, más que yo incluso, y que sea tan flacucha—. ¿Kømes bien?

No tengo conmigo el petate con comida, pero creo que no es bueno forzarle alimento, podría empeorar su condición, tiene que ser un proceso lento. No sé qué hacer, la verdad, nunca había oído de alguien que se pusiera blanco por no nutrirse correctamente, ¿eso sucede?

"Vaya sorpresa. Parece que se suelta por fin en una lengua civilizada." El esfuerzo de Ragnhild era encomiable por la posibilidad de agilizar la comunicación, y eso también le planteaba a Emelie una cuestión que considerar. Si la norne había sido capaz de arrancarse con el latín, ¿no debería ella ser capaz de hacer, con más facilidad, lo propio con aquel idioma nórdico? En el fondo, sin embargo, lo que le preocupaba era más prioritario. Tras el encuentro con el extraño en el dirigible, le había quedado claro que necesitaba aprender algo "especial" para su estilo de combate.

- No es un problema de nutrición. La condición de Lissandra - No le parecía que fuera una enfermedad más que un capricho de la naturaleza. Había sospechado de ello pero no le pareció pertinente tratarlo y tampoco suponía un impedimento, ya que la joven no se había involucrado activamente en los conflictos que habían tenido hasta ese momento y la falta de color no afectaba especialmente a la habilidad en combate. - no se va arreglar por comer más. Aunque no le vendría mal engordar un poco. - Aquella última matización la hizo en tono socarrón, en alusión  a su complexión más bien escuálida.

El tiempo pasa sin que nadie venga a veros mientras estais hablando de manera fluida, finalmente y cuando pensabais que se habian olvidado de vosotros, la puerta se vuelve a abrir y el mayordomo hace una inclinación.

---Disculpen la tardanza pero nuestro invitado sorpresa estaba sin preparar todavia y por eso se ha demorado tanto, siganme por favor y os lo presentaré- dice mientras os hace un gesto para que le sigais de neuvo