Habitaciones de la Dama. Buscando equipajes
Había entrado en la habitación que aparecía en mi pasaje y no tarde mucho en ver como el maletín gris descansaba en un lado. Sin pensarlo la levante como si el peso pudiera indicarme que estaba todo dentro.
Fue entonces cuando por la puerta vi pasar a Kelgar.- Ah.- Llevaba unos minutos pensando en algo que había comentado y que quería preguntarle en privado.- Señor Kelgar.- Dije mientras me asomaba por la puerta comprobando que no había cerca nadie más y haciéndole una seña para que se acercara. Desde que había usado mis poderes, algunas de las frases que había dicho Kelgar habían estado susurrando extraños pensamientos a mi cabeza.- Se que quizá no es el mejor momento pero hace un momento en la sala... ¿Habló al señor Vadik pero... se refirió a él como "algo" y no una persona?.- Pregunte sin darle muchas vueltas. Quería comprobar si había escuchado mal en ese momento. Lo que había sentido hacia unos momento me tenia inquieta y junto a las palabras de Kelgar había hecho que desconfiara de Vadik... al cual desde el inicio no había tenido muy buena estima.
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El norteño estaba ya algo nervioso intentando encontrar cuanto antes su espada, por eso casi pasa por alto los tímidos intentos de Lissandra llamándole desde su camarote.
Enarcó una ceja contrariado. En su país, una mujer solitaria en una habitación invitando a un hombre a pasar, solía significar sólo una cosa.
Pero no. No podía ser que fuera eso. Y menos cuando estaban en una situación de riesgo como aquella.
Entró y escuchó lo que tenía que decirle, sonriendo ante el trato formal de la señorita.
Lisa... No me llames Señor, me hace sentirme viejo. sonrió.
Cuando sacó el tema de Vadik, su sonrisa se borró de golpe y sus ojos se entrecerraron, pensativo.
¿Lo has visto? Pensaba que a lo mejor me estaba volviendo loco, pero ¿has visto tú también que su aspecto real es el de un lobo con piernas y cuernos? Hombre lobo o como se llamen... preguntó expectante.
La verdad es que aquello significaba que no le habían fallado sus sentidos y que deberían vigilar a Vadik bien de cerca.
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Mi ojo se abrió con sorpresa cuando menciono el aspecto de lobo mientras negaba con la cabeza a su respuesta.-No, no lo vi. Yo...- Dude durante un segundo.- En momentos como este tengo presentimientos bastante certeros y...- Si lo de un lobo cuadraba con la estela primitiva que había captado al usar mis poderes.- El caso es que creo que hay algo más. No puedo asegurarlo pero creo que otro pasajero también puede ser diferente.- Niego con la cabeza.- Solo quería avisaros y confirmar lo que había sentido, hay algo en él que no me gusta, no sé si es de fiar.
Diciendo esto último agarre el maletín.- No me manejo bien en combate, pero intentare remendaros si salís herido y tener un ojo puesto en Vadik por si acaso.- Le comente para que supiera que aunque hubiera otra pelea estaría vigilando las acciones del extraño.
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Kelgar enarcó una ceja, un gesto bastante usual en él, cuando escuchó aquello de “otro pasajero” que también podría ser diferente.
¿Y quién es ese otro pasajero? ¿No será el niño raro que le acompaña? le preguntó, pues mejor saber quien era para prevenirse.
Creo que ninguno nos fiamos de Vadik, así que te agradecería que lo vigilaras. respondió a sus palabras.
Cuando dijo aquello de que no se manejaba bien en combate, Kelgar sonrió y le puso la mano en el hombro, como si le diera una palmada a un camarada de guerra, pero sin aplicar fuerza.
En Haufman decimos que cada uno tiene su campo de batalla. Cumple en el tuyo y todo irá bien. dijo y se retiró hacia la puerta, listo para salir si no había más asuntos que tratar.