Partida Rol por web

Escuché a las bestias acercarse así que a pesar de lo que había dicho Keira, terminé de llegar a la puerta y me coloqué junto a ella. Eran tres bestias las que se estaban acercando y no creía que ella sola pudiera con todas, así que negué con la cabeza.

-Me quedo. Estoy cansada de huir. Esta noche, nadie más va a morir aquí -le dije sin desviar la mirada, mientras subía el arma y apuntaba, dispuesta a disparar en cuanto las bestias saltaran.

Vi que los demás parecían haber bajado, atraídos por los disparos, pero en aquel instante, solo había una cosa en mi mente. Matar a aquellos malditos perros mutantes o lo que fueran. Por Eve, por Keira, por el puto mundo...

... pero sobre todo, por mí.

Quiero ser fuerte, pero reconozco que es difícil. No obstante, Zach es un gran apoyo, y Donnie, el pobre de Donnie, y Larry, y Tessa. Todos se preocupan por mí por primera vez en mucho tiempo. Eso hace que me sienta feliz... y llena de tristeza, porque por vez primera tengo ganas de vivir.

Pero esto es lo que soy y lo que tengo y por supuesto, hay que ayudar al resto, así que camino lo mejor que puedo. Me duele todo el cuerpo, el brazo sobre todo, y veo que prácticamente cuelga inerte, pero no digo nada.

Tengo mucha debilidad; es como si tuviese la tensión por los pies. Tampoco me quejo.

En lugar de eso, bajamos junto al resto, ayudada por Zach y por Donnie, que de repente se ha tomado muy en serio esto de protegerme. Es un sol. Un dulce de leche.

Pero hay peligro. Los soldados no mienten. De nuevo están atacándonos. ¿Es que no podremos descansar ni tan siquiera unas pocas horas?

El primer disparo falló por completo, tener una escopeta no ayudaba demasiado a esas distancias, pero tampoco ayudaba mi puntería con las armas. Siempre había sido algo más directa, prefiriendo las cortas distancia y un acercamiento más físico. Pero contra aquellas jodidas criaturas era difícil desear tenerlas más cerca. Algo que no tardó en suceder en cuanto saltaron al suelo directos a buscarme. Eso me hizo darles la espalda para correr hacia el interior del edificio, para después girarme apuntando hacia la entrada con la escopeta alzada. Viendo como junto a mí se encontraba aquella chica que me había desobedecido por completo.

- ¡Lárgate de una puta vez! - le grité furiosa, enfadada porque continuase allí en vez de haberse marchado como le había pedido - ¡Yo los contendré en la puerta, tú corre!

Estaban tan cerca, que podía oír sus gruñidos y quejidos, aún con las manos temblorosas y el corazón latiendo con fuerza. Volvía a apretar el gatillo, esperando que esta vez tuviese más puntería que la anterior o estaríamos jodidas.

Keira disparó y falló, y a mí me sucedió lo mismo. Aquellas bestias eran demasiado rápidas para nosotras, así que entramos y cuando hubimos recorrido medio pasillo, nos giramos hacia ellas.

En esos momentos, el resto de la gente estaba ya a punto de llegar y Keira no hacía más que repetirme que me fuera.

-¡¡¡Oye, deja ya de darme órdenes!!! -le respondí, pegándome a ella y preparándome para lo peor. Aquellas bestias se estaban acercando de nuevo y me parecía que no había mucho que hacer.

-¿Chicos? Necesitamos un poco de ayuda por aquí -grité, moviéndome muy lentamente y empujando a Keira hacia atrás, conmigo, de la misma manera -. Olvídate de disparar y retrocedamos. La caballería está detrás de nosotros. Muévete muy lentamente.

Entraron demasiado rápido, tanto que cuando quise abrir fuego ya era demasiado tarde. Aquellas criaturas se movían de una forma que jamás antes había visto en un animal. Haciéndonos retroceder mientras disparábamos sin acertar en nuestro objetivo. Pero lo peor no eran aquellas criaturas, sino que la maldita chica no me quería hacer caso, sino que se encontraba pegada a mí y me arrastraba con ella. Aquella debía ser mi jodida lucha, ella no debía estar allí.

- Que les follen... - murmuré, todavía enfadada mientras apretaba la mandíbula sin hacer caso a lo que me decía. Le di un empujón para que se marchase hacia la puerta, mientras volvía a girarme y levantaba mi arma para disparar desde la cintura - ¿¡Me habéis oído!?, ¡qué os follen!

Y de nuevo disparé, apenas sin apuntar, tan solo guiando mi arma hacia el más cercano a nosotros para abatirle o retrasar su avance. Viendo como los perdigones de incrustaban en su carne y la sangre salía despedida contra la pared manchándolo todo.

Roan maldijo su suerte otra vez más...quería ir a salvar a Keira y Claire pero no podía poner en riesgo a los "civiles" ni a su paciente, eran unos críos. Al final se decidió:

-No os mováis salvo que caigamos. Tú, vaquero-te quedas aquí a cargo de este grupo- si nos abaten os marcháis a donde íbamos, mientras aguanta aquí y dispara a cualquier amenaza que se os acerque.

-Larry, conmigo, corre!-Echó a correr por el pasillo para cubrir a Claire y a Keira junto al joven-abre fuego sin darles a ellas...-Roan corrió con el fusil de asalto hacia ellas y en cuanto tuvo a un objetivo a tiro disparó.

Cuando llegué vi que los disparos eran de Keira. Como solo iba armado con un cuchillo y había gente con armas me quedé en segunda línea buscando el momento en que yo pudiera hacer algo. 

Me puse delante de Tessa, Staci, Donnie y Eve* con el cuchillo preparado por si algún lobo los atacaba que fuera a por mi. 

- ¡Manteneos detrás mio!. 

Finalmente, los disparos, al fin, acertados, de Keira, sumados a los de Roan, dieron en el blanco. Los perracos mutantes no se esperaban la lluvia de disparos, y en cuanto el primero de ellos cayó, los otros dos no necesitaron más para salir huyendo. Las dos chicas permanecieron quietas, observando cómo desaparecían en la noche, aunque Keira todavía apretaba con furia su arma.

Roan avanzó hasta colocarse a su lado y mientras, a su espalda, el grueso del grupo permanecía a la espera, 

Asentí a las palabras de Roan y, tomando el rifle de caza, eché a correr detrás del teniente para cubrirle y ayudar a Claire y a la cabo. En esos instantes, solo podía pensar en acabar con aquellos malditos lobos cuanto antes. ¿De dónde habían salido y cómo habían hecho para entrar tantos en el hospital?

-Te cubro... -comencé a decir, mientras seguía al teniente.

Apunté con mi arma a uno de los lobos, decidido a disparar apuntando a la cabeza. Por desgracia, en aquella ocasión mi puntería no fue gran cosa...

Finalmente, los disparos, al fin, acertados, de Keira, sumados a los de Roan, dieron en el blanco. Larry corrió y disparó a uno de los lobos, pero su arma se encasquilló, consiguiendo únicamente dejarla, al menos por el momento inutilizada y el resto, permaneció expectante.

Los perracos mutantes no se esperaban la lluvia de disparos, y en cuanto el primero de ellos cayó, los otros dos no necesitaron más para salir huyendo. Las dos chicas permanecieron quietas, observando cómo desaparecían en la noche, aunque Keira todavía apretaba con furia su arma.

El silencio volvió a caer sobre el hospital y sus ocupantes. La noche continuaba avanzando y todos, sin excepción, notaron en ese momento el profundo agotamiento que los invadía. Necesitaban descansar.