Partida Rol por web

Jack también se vio obligado a nadar, pero al igual que John y Tom, una mano amiga lo subió al barco, uniéndose al resto de vosotros que continuabais absortos mientras contemplabais el increíble escenario que aparecía delante de vosotros.

Quizás por eso ninguno os disteis cuenta de que el barco estaba empezando a elevarse, como si una fuerza extraña os empujase hacia arriba desde el fondo del mar. La línea de flotación ya no estaba a nivel del agua, sino más arriba, y finalmente, al poco tiempo, estuvo completamente fuera del agua incluso la hélice.

El barco estaba situado transversalmente encima de algo que lo elevaba por encima del nivel del mar, y tras unos segundos más, lo entendisteis.

Un submarino.

El navío estaba emergiendo y al hacerlo, no solo creaba un remolino a su alrededor, sino que vosotros subíais con él, haciendo que vuestra endeble barca se balancera de un lugar a otro como si fuese un trampolín.

Finalmente, el barco se deslizó de nuevo hacia el agua siguiendo la curva de la cubierta, golpeando la superficie y haciendo que muchos de vosotros perdieseis el equilibrio y cayeseis al agua, mientras el enorme submarino terminaba de aparecer.

 Lo habían logrado todos. Finalmente algo salía bien para el grupo, sin caídos ni fatalidades. Incluso cuando el sargento y compañía estaban en la cuerda floja, nadando pudieron llegar a la seguridad. Staci sonreía ante aquel esperanzador escenario. Aunque la sonrisa no duró mucho, puesto que la imagen de la ciudad siendo bombardeada y la ola de calor que golpeó al barco fueron muy impactantes. No podía creer que el gobierno haría algo como eso aún con el riesgo de haber matado civiles (que seguramente fue el caso).

 Y luego, para hacer que las cosas sean más extrañas, un submarino surgió de las profundidades del agua y desbalanceó completamente al barco. Haciendo que algunos de los tripulantes cayesen al agua. Staci, por su parte, perdió el equilibro y se deslizó hacía la baranda de la cubierta; mas no se cayó al agua al poder agarrase a último momento de la misma.

-  Ahhhh.... ¡ayuda!

 Pero estaba colgando de la orilla dl barco, con el riesgo de caer. Necesitaba asistencia para volver a subir.

No podía creer lo que estaba viendo. ¡Un submarino! ¡Un puto submarino había surgido de entre las aguas, prácticamente a poca distancia de la línea del puerto! ¿Era ese submarino el transporte en el que al final había servido para la evacuación de la que hablaba el ejército por radio? ¿Habían estado todo ese tiempo bajo el agua, en las proximidades de la ciudad, hasta que habían caído las bombas?

En esos instantes no había tiempo para pensar. Me agarré con fuerza a uno de los laterales de la embarcación mientras hacía un esfuerzo por no perder el equilibrio y caer del barco. Era una suerte que hubiera sido rápido de reflejos. Observé, sin embargo, que Staci y algunos otros supervivientes no estaban teniendo la misma suerte, quedando ligeramente agarrados y a punto de caer.

-¡Agarraos! ¡Agarraos fuerte! -rugí, gritándole a mis compañeros antes de que alguien pudiera caer por la borda por el ascender del submarino.

Podían respirar de alivio, el barco se alejaba poco a poco de la costa, lejos de la destrucción. Ahora iba a tocar lo más difícil, hacia donde dirigirse y encontrar esa salida segura del infierno. No tardaron mucho en tener otro susto, el barco comenzó a elevarse sin previo aviso. Se giró hacia un lado y luego se deslizó como si fuera sobre una ola. Al golpear de nuevo contra el agua Diana perdió el equilibrio y se cayó de nuevo al suelo. Era su segunda vez en caerse y ya estaba mosca. No sabía lo que era hasta que asomó por la barandilla. Un submarino - Qué narices hace un submarino aquí? no nos irán a hundir no? - Comenzó a mascullar presa un poco del pánico. Si eran capaces de bombardear una ciudad, qué no podrían hacerle a un barco lleno de supervivientes de esta. 

Mojado y con el corazón latiendo a la velocidad de la ametralladora del stryker quedé sentado sin atreverme a mirar la oleada de fuego que consumía la ciudad a mi espalda. Si hubiera tardado un solo minuto más en decidir subir al barco mi cuerpo estaría incinerándose ahora mismo. Un pensamiento que trataba de asimilar con la cabeza metida entre las rodillas. 

El alivio de ser rescatado del agua junto a Tom y al padre duró poco al desatarse la confusión y el desequilibrio repentinamente. Sin poder evitarlo caí del barco mientras este se deslizaba por un metal resbaladizo. El impacto contra el agua fue violento, y muchos ahora intentábamos mantenernos a flote con los ojos puestos en el enorme cilindro que había surgido del agua.  

¡¿Un submarino?!. 

Ignoraba cual sería su función, pero una vez más tocaba resignarse e intentar salir de otra situación jodida. Así que comencé a nadar tratando de ayudar a quien le costara mantenerse a flote, preocupado por que ese submarino terminara por volcar y hundir el barco al volver a sumergirse, arrastrándonos también a nosotros. 

Cuando nos ayudaron a subir, miré hacia la ciudad. Empapado sobre la cubierta y correando agua, me quedé perplejo ante tanta destrucción. No pasaron ni dos minutos, cuando un submarino emergió debajo nuestra. El barco se balanceó como si fuera de papel, haciendo caer a algunos ocupantes al agua. Yo me agarré fuertemente y logré mantenerme en pie.

Una vez estabilizado el barco, me dirigí al costado donde había quedado el submarino. A mi cabeza me vinieron las palabras de Cameron, sobre lo sucedido durante la evacuación.

-"Los que estén en condiciones, que ayuden a los que ha caido al agua a subir. Necesito a cinco voluntarios para que vengan conmigo para subir al submarino, armados. Decídle al que esté pilotando el barco que nos acerque a él."

Observé mi fusil, no sabía si estaría en condiciones de funcionar, pero eso no lo sabían los del submarino.

-"¡Jack, ven! Eres el militar con más rango de aquí, tendrás que hablar tú con ellos y ver sus intenciones. Aunque si hubieran querido volarnos por los aires, ya lo habrían hecho. Nosotros te cubriremos de cerca. Que alguno más se ponga en cubierta escondido, apuntando a los que salgan del submarino."

De repente no sé si por ser pequeña o que cuando el submarino aparece la embarcación pierde equilibrio, el asunto es que termino cayendo al agua en cuestión de segundos. Incluso ni siquiera pude ser consciente de agarrarme aunque sea de la barandilla, absolutamente nada. Estoy en el agua tras la zambullida inicial y luego de mover mis pies en forma circular logro flotar con facilidad, pero a costa de buscar la manera de subirme. 

- ¡¡Larry!! ¡Ayuda! - grito con fuerza, buscando mantener la calma mientras me quedo allí viendo pasar el submarino que obviamente no se detendrá, debido a que ha emergido y debe existir una razón para que lo haga cerca de la costa. Ya sea un descenso de oficiales o algo parecido. No obstante veo que se están organizando, Staci está colgando de la baranda y yo me mantengo en la superficie. 

Me había agarrado como podía a la barandilla, y cuando la embarcación pareció volcar y empecé a sentir que todos se aplastaban unos con otros, simplemente me preparé para lo peor, buscando con la mirada a Keira, mi madre y todos mis amigos. Pese a todo, el barco finalmente recobró la horizontalidad, pero para entonces, algunos ya habían caído al agua o estaban a punto de hacerlo.

Cuando oí la voz de Staci, me abalancé rápidamente hacia ella, apartando a todos a mi paso, ignorando los gritos y también a los que habían caído al suelo, hasta conseguir cogerla a tiempo para evitar que se cayese. 

-¿Estás bien? -le pregunté.

No pasó mucho tiempo antes de que se dieran cuenta de que Tessa había caído al agua, así que al escuchar su grito, me incliné un poco más para intentar alcanzar su mano.

-Staci, cógeme de la ropa, deprisa -le dije, para poder inclinarme más. Cuando por fin agarré su mano, tiré de ella y logré ayudarla a salir del agua.

Tess no era la única, pero poco a poco todos fueron ayudando a subir a los demás. Y mientras lo hacían, Tom parecía estar organizando ya un posible contraataque. A pesar de todo, a mí me parecía que si querían deshacerse de nosotros, no tenían más que habernos embestido, por lo que no quería creer que fuese eso lo que pretendían. Quizás simplemente, estaban allí para ayudarnos.

Pero hasta que no saliera alguien, no lo sabríamos con seguridad.

Cuando el submarino al completo terminó de emerger y adoptó su posición horizontal, las escotillas de la cubierta comenzaron a abrirse, asomando una gran cantidad de marineros, y por encima de todos ellos apareció una figura que sin duda, parecía ser el capitán del navío.

-¡Bienvenidos al USS Alabama, señoras y señores! No esperábamos encontrar a nadie con vida, pero dado que se han esmerado tanto para conseguirlo, desde este momento, considérense ustedes rescatados. Y ahora, si hacen el favor de seguir a nuestros hombres, les conducirán al interior, en donde podrán descansar hasta que lleguemos a nuestro destino. Eso sí, disculpen la falta de espacio.

El hombre encendió un puro y empezó a fumarlo, visiblemente satisfecho.

Al escuchar el grito de Tessa, me giré de inmediato en su dirección y vi que la pelirrosa ha caído al agua. Ni me lo pienso y voy directo a ayudarla, aunque afortunadamente Claire ha logrado ser más rápida y agarra a Tessa de la mano, tirando de ella y ayudándola a salir del agua.

-Gracias... -le dije a Claire, al ver que había salvado a Tessa.

Me aproximé entonces a mi chica, dándole un fuerte abrazo, queriendo sentirla cerca, como si temiese que hubiera estado a punto de perderla. Teniendo en cuenta lo pequeña que era nuestra embarcación, habíamos tenido suerte de que no hubiera terminado volcándose y todos teniendo que nadar de regreso a la costa.

De nuevo Tom estaba dando órdenes y sonreí levemente al escucharlo. Puede que sólo fuera sargento, pero ya fuera por edad o por carisma, siempre le había visto más liderazgo que a Brannigan y Roan. Me disponía a ofrecerme como voluntario para acompañarle al submarino cuando, de pronto, las escotillas de la cubierta de este se abrieron y el capitán se dirigió a nosotros.

-Joder... estamos salvados -declaré, al escuchar que el capitán nos indicaba que podíamos subir al submarinismo. Después de habernos enfrentado a lobos mutados, a los lunáticos de la granja, zombies, un superzombie gigante, ratas zombies y hasta al mismísimo Ronald McDonald zombificado, podía suspirar de alivio pensando que tal vez ahora que habíamos dejado la ciudad atrás, todo comenzara a ir a mejor-. Dios bendiga a la Armada de los Estados Unidos de América -indiqué, para mi propia sorpresa, puesto que nunca había sido precisamente un patriota, sino más bien lo contrario.

 Gracias a Claire y al fuerte agarre que hizo del barco, Staci no cayó al agua. Así como los demás que si habían caído pudieron ir siendo subidos paulatinamente, sin sufrir bajas. La chica prodigio asiente ante la pregunta sobre si estaba bien, pudiendo respirar tranquila.

- Sí... estoy bien. Gracias, Claire; siempre atenta...

 La aparición del submarino y sus tripulantes rozaba la trama de una película de ficción. Aquel capitán había surgido literalmente de la nada y ahora aseguraba ser la salvación del grupo. Staci se mostró escéptica ante la proposición, pero tampoco es como si hubiera muchas vías abiertas. La ciudad estaba destruida, y el barco no duraría demasiado con la gran cantidad de gente. Era posible que ir al submarino fuera el camino a seguir.

- ¿Cuál es su destino, exactamente? Si nos permite la pregunta...

John se había aferrado a la barandilla del barco nada más subir. Quizás para sentir algo firme a lo que agarrarse después de tanto bamboleo en el stryker. Por eso fue de los pocos que no cayó al agua cuando apareció el submarino.

Joder, y ahora un submarino. Espero que sea de rescate ya que si no nos hubieran hundido sin hacer preguntas.

Se concentró en ayudar a la mayoría que nadaba en torno al barco a volver a cubierta pero cuando escuchó a Tom dando órdenes para prepararse mantuvo su mano derecha en la pistola pero manteniéndola oculta, por si las moscas.

El barco se estabilizaba y la gente empezaba a subir a él. Yo me preparé, esperando a que salieran los integrantes del submarino. El barco, bajo mis indicaciones, se aproximó a él. Abrieron la escotilla y salieron varios oficiales del ejército, junto al capitán, un tipo afable y que fumaba un puro cubano. Ante sus declaraciones, la alegría se desbordó por todos los rincones del cayuco.

-"Capitán Hackman, se presenta el sargento Tom Highway, de los marines. Placa número 0758362 delta. Junto a mi están el teniente Jack Brannigan, jefe de mi unidad, y el teniente médico Roan Nosequé, personal de una unidad científica militar. Pido permiso para subir a bordo."

Obvié la identidad de Keira claramente. Sabía que había encontrado una vida nueva junto a Claire y no iba a dejarla por el ejército. No iba a joderla delatándola, la apreciaba demasiado. De los tenientes, sabía que no desertarían del servicio... bueno, o eso pensaba.

No solté el fusil, ya estaba acostumbrado a no fiarme de nadie, aunque fuera mi jodido ejército. Avancé hacia el submarino y salté a él con pericia. Despacio, fui a hablar con el capitán. Me cuadré y le saludé levantando la mano.

-"Señor, gracias por brindarnos su ayuda. Hay bastante gente herida en el barco, también hay niños y ancianos. ¿Puedo preguntarle qué pasó con la evacuación?"

No había nada que le satisfaciese más que actuar como un jodido héroe. Le ponía la sangre a cien. Una de las chicas le preguntó por su destino, y el capitán sonrió, fiel a su estilo. Mientras, se fijó en aquellos soldados, tres hombres y una mujer, que parecían estar actuando de acuerdo a las normas militares.

Bien, bien. Eso me gusta, pensó al verlo.

Pero había muchas preguntas, demasiadas.

-Me temo que no podemos perder demasiado tiempo, pero para su tranquilidad, les diré que todo el continente norteamericano ha sido decretado como zona contaminada. La evacuación salió bien, aunque hay muchas bajas. Actualmente, la Presidencia del país ha sido trasladada a Hawaii, así que es allá hacia donde nos dirigimos. Así que suban todos a bordo de una jodida vez para que podamos marcharnos. Mis hombres les ayudarán a introducir a los heridos.

Mientras hablaba, marineros de la nave empezaron a subir abordo a todo el mundo y poco a poco, hacerlos entrar en el navío.

Sin duda, acababan de salvarles de una muerte segura.

-Estados Unidos prevalecerá, señoras y señores, puedo asegurárselo. Pero ahora mismo, nuestro objetivo es salvar vidas y eso es lo que vamos a hacer. ¡Tripulación! ¡Prepárense para inmersión! ¡Volvemos a casa!

Quizá estaba demasiado esperanzado con el futuro que nos estaba dibujando el capitán Hackman o simplemente el hecho de que hubiéramos escapado de la ciudad, dejando atrás la marea de zombies, me había animado bastante. En cualquier caso, sentía que estábamos a salvo y que las cosas solo podían cambiar a mejor.

-Hawaii... -murmuré, dirigiendo una mirada con un brillo de felicidad a Tessa-. Siempre me gustó Hawaii -expresé, con una sonrisa, mientras todos comenzábamos a subir al submarino.

La experiencia de la caída no fue para nada agradable cuando tienes esa horrible sensación de que puedes perder la vida en tan solo un parpadeo, así que en cuanto vi que Claire enseguida extiende su mano, la cojo rápido para ir subiendo mientras siento que vuelvo a respirar. Los nervios me consumen tan sólo en minutos y tras dejar un beso en la mejilla a la rubia por gratitud, regreso a los brazos de mi novio para quedarme allí sabiendo que no me pasará nada si está conmigo. 

Todo lo demás pasa demasiado rápido y la opción de tener un futuro mejor, está en nuestras manos gracias a la gente que se encuentra en el submarino. Sin dudas una sonrisa se dibuja en mi rostro y me quedo allí mirando a Larry inundada por la esperanza de cumplir nuestro sueño. Feliz dejo un efímero beso sobre sus labios y me dispongo a subir, toca irnos a Hawai, que locura, en verdad que lo es. 

- Juntos mi amor. - digo al desviar la mirada hacia sus ojos y luego hacia el resto. - ¡Lo logramos! Podremos tener una vida en paz, estoy segura de ello. - Termino por decir, con algunas lágrimas en los ojos, emocionada. 

Salí del agua y abordé el submarino poco después que Tom, que ya se encontraba hablando con el capitán. Empapado y con el corazón aún acelerado me puse a su altura y me presenté con un cansado saludo reglamentario. 

- Aquí el teniente Jack Brannigan, a su serv.....

La frase que tantas veces había repetido durante mis años de servicio se evaporó de mis amoratados labios antes de terminarse. No quería mentir, ni mucho menos mentirme. A partir de ahora no iba a servir a nadie más salvo a mi mismo. El optimismo del capitán Hackman nunca podría tapar el fracaso del ejército y su masacre final. ¿Cuantos inocentes habrían muerto hoy?. 

- Capitán, ¿hay mucha más gente evacuada en Hawaii?. ¿Sabe si [la ciudad de mis padres y donde se fue Claire, que nunca les puse nombre xD] fueron evacuadas?. 

De repente la esperanza de encontrarme allí con alguno de ellos prendió en mi corazón, aunque de no tener suerte sabía que me esperaba un largo y tortuoso camino en solitario, pues no pensaba quedarme con la duda de qué había sido de ellos. 

Diana se derrumbó sobre sus rodillas al escuchar al capitán americano. - Gracias al cielo, aún hay esperanza! - Dijo con alegría mirando al cielo, dando una plegaria silenciosa. - Hermano, estuviste tan cerca, aún tendrás que esperarme un tiempo. - Susurró para sí misma mientras lágrimas corrían por sus mejillas. No había tenido tiempo en llorarle y ahora todo aquel sentimiento salía a la superficie. Al fin veían como el ejército había sobrevivido y el estado también. Aquellos políticos siempre sobrevivían, eran como cucarachas, siempre había alguno vivo. La verdad es que Diana estaba bipolar ante los militares, algunos les habían salvado la vida, otros se habían preocupado más del estado que de los humanos que había en las ciudades, ya que sino no habrían lanzado aquella bomba. Molesta decidió que no era el momento para indagar, esperaría a estar en Hawaii, nunca había estado, esta iba a ser su mejor visita que nunca pudo imaginar. 

Mientas entrabais, Jack se acercó al capitán y este se volvió hacia él.

-¿Qué te ocurre, muchacho? -le dijo, escuchándole con atención -. Hijo, todo americano sano está en Hawaii y todos etiquetados y organizados. Si está con vida aquellos a quienes buscas, estarán allí esperándote.

Después, se giró hacia sus hombres y les gritó a todos.

-¡Venga, nos vamos. Rumbo a casa!

Tras decir aquello, todos terminaron de entrar en el submarino y este se sumergió para dirigirse hacia su nuevo hogar. Estabais a salvo... y eso era lo más importante en aquellos momentos.