Partida Rol por web

Con Alterión habían hablado varias noches con pipa y vino especiado de compañía sobre lo que sucedía en las calles. Rabi nunca había dejado de lado su costumbre de deambular por ellas y anotar los nuevos hallazgos que a través de los años había ido registrando en su mapa.

Al gnomo le había preocupado desde un inicio los efectos que podía tener: huérfanos obligados a participar de estas guerras, muertes innecesarias, sangre corriendo de niños, hombres y mujeres, que bien podría haber quedado en su interior por por lo menos algunos años más.

-Por supuesto que puede confiar, si no hubiera buscado a otros- dijo el gnomo con seguridad -Siempre priorizo hacer bien la tarea que se me encomienda-

Y era así. A veces demasiado.

-Siguiendo con las preguntas, me gustaría saber algo más de Floon- y sacó un pergamino de su estuche que descansaba dentro del morral, una pluma negra azabache y un frasquito de tinta -¿A qué se dedica? ¿Familia? ¿Dónde vive? Como dijo el señor Dragomir, ¿dónde fue visto por última vez?...-

Y por el tono cualquiera hubiera interpretado que podría haber seguido con las preguntas, pero algo le dijo que se detuviera, que no era necesario atosigar a una persona a preguntas... aún. Ahora quedaba escuchar y anotar.

Los ojos de Luna se iluminaron. Un misterio, una desaparición, una búsqueda... Ese tal Kernie, a sabiendas o no, había disparado todos los marcadores de interés en la joven elfa. A Lia le apasionaba investigar como en aquellas novelas que leía y re-leía en la biblioteca.

 - ¿Qué podrían querer de su amigo, señor Masters? Si le conoce lo suficiente, sabrá de sitios que suele frecuentar, o tal vez alguien de su círculo que nos pueda dar esa información. Y estaría bien alguna descripción, seguro que puede darnos algo con lo que hacernos una idea -Lia hizo un movimiento con la mano sobre la mesa, y apareció de la nada una imagen de la camarera Bonnie a tamaño reducido, de 1 metro de alto como si la hubiesen dibujado sobre un lienzo, poco precisa pero lo suficiente para poder reconocerla sin problema- esto es algo burdo, no domino la magia, pero seguro que nos podéis dar una imagen clara...

Lia se dio cuenta, algo tarde, de que estaba acribillando a preguntas con demasiada confianza a gente que no conocía. Agachó la cabeza e hizo desaparecer la imagen ilusoria.

 - Pe-perdón, n-no quiero ser un grano en el culo.

—Floon y yo salimos hace un par de noches. Necesitaba despejarme un poco. ¿Habéis oído hablar del bloqueo del escritor? Pues estoy atascado en mi última guía—el hombre hizo una pausa para decir con teatralidad—. La Guía de Kernie de los Espíritus y los Espectros. Es el trabajo que todo el mundo espera después de La Guía de Kernie de los Monstruos. Pero de momento lo más cercano a los espíritus a lo que he hecho una aproximación de carácter documental... es a las bebidas espirituosas.

El mago rompió a reír con nerviosismo con su propio chiste.

—La cuestión es que acabé con Floon en El Dragón Ensartado, un tugurio del Distrito del Puerto. No es el mejor sitio al que ir, pero la noche fue larga y nos acabó confundiendo—dijo con arrepentimiento—. Allí estuvimos jugando a las cartas sin incidentes hasta que llegó la hora de retirarme. Floon no quiso, quería continuar la fiesta. Así que nos separamos.

—No olvidéis ese nombre—intervinó Alterión como si le preocupara que la verborrea de Kernie hiciera que algún detalle se pudiera escapar—. Si tenéis que empezar a buscar por algún lado, es sin duda por ese lugar y sus alrededores.

—Lo cierto es que su desaparición no tiene sentido alguno, por eso me preocupa sea fruto de estar en el peor lugar y en el peor momento. Tiene amigos por toda la ciudad y es bastante querido por ellos. Sus padres eran de Mesné y hace años se volvieron allí—el  se detuvo solo unos segundos—. Sé lo que estáis pensando. No, no se ha ido a ver a sus padres. Ya lo sabría. Antes de buscaros, ya sabéis como son los honorarios de cualquier aventurero, he hecho unas pesquisas. He preguntado a conocidos comunes y esas cosas cosas. Es como si se lo hubiera tragado la tierra. Si no hubiéramos salido esa noche...

Kernie parecía sentirse culpable. El hombre dejó la jarra como con desgana. Su carácter festivo parecía haberse apagado. Tras concentrarse un mommento, murmuró unas palabras mágicas, dios unos cuantos toques mágicos y ante ellos se materializó un cuadro pintado al óleo.

—Éste es Floon. Mirada encantadora, ojos de color ámbar y, pelo rubio cobrizo y ondulado. Le gusta vestir con ropas principescas. Es presumido y como ya os he dicho, bastante guapo. Cada noche que hemos salido de fiesta se quita a las chicas de encima a pares. Es una pesadilla.

El mago cruzó la mirada con su colega Alterión y recondujo la conversación.

—¿Entonces qué? ¿Aceptáis el trabajo?

Cuando Kernie relató su última noche antes de ver a Floon, la elfa enmudeció.

Secuestro. Tugurio. Partida de cartas. Como si un cubo de agua fría cayera de golpe sobre su cabeza, Lia se puso rígida y empezó a hiperventilar ligeramente. Su rostro pálido por naturaleza se tornó aún más pálido. Tenía los puños apretados sobre las piernas y la mirada perdida hacia el suelo.

Apretó los labios y mantuvo silencio mientras el resto hablaban.

Rogen se asombró de la habilidad de Lia al crear la imagen, no recordaba que hiciese algo parecido de pequeños. Aunque había pasado mucho tiempo.
Luego se centró enseguida a las explicaciones del mago escritor. Lo cierto es que no pintaba muy bien para su amigo, pero no por ello iban a dejar de intentar encontrarlo. Además, les había dado algo con lo que empezar la busqueda y una realmente buena descripción de su amigo.

-Haremos lo posible por encontrar a su amigo.-

Miró a los demás.

-Aceptamos el trabajo ¿verdad chicos?-

No se había fijado en cómo estaba Lia hasta ese momento. Parecía nerviosa, y era raro. Ella no se ponía nerviosa. Echó un vistazo a su alrededor por si alguien extraño les estaba observando pero no vio a nadie. Decidió esperar a que estuvieran solos para preguntar, por si acaso.

Esta vez fue Lav quien dio una patada bajo la mesa a Lia, para que espabilara. Pero el capellán seguía mirando a su interlocutor con respecto al tema.

Ya le había dicho donde, en el puerto, lo conocía bien, y en la taberna del Dragón Ensartado, la conocida, de oídas, últimamente bebía en muchos sitios, sin embargo, el mismo tenía reparos de beber en un lugar como aquel, mucha mala gente en bajo un mismo techo.

- Me temo que hay algo que no entiendo. Sois un hombre de posibles, y bien conocido entre las altas esferas de la ciudad. ¿Es que la guardia no ha querido hacer oído de vuestra petición?.

Son gente mas que competente, y estoy seguro de que conocen el tugurio al que por la malicia de Gacrux disteis por acertado ir a beber. ¿No deberían de haberse encargado ellos?.

No me entendáis mal, hace un buen rato que acepte este encargo, la paga es buena y la causa noble, pero me sorprende que pretendáis ser discretos cuando a vuestra disposición tenéis a tan orgullosa y abultada milicia.-

Y aunque su relación con la guardia no era la más sana, Lav sí sabía que se preciaban de ayudar y mas cuando el que lo solicitaba estaba bien relacionado y tenia oro para gastar. Algo le decía que había un detalle que no encajaba aunque no sabía cuál era.

Un hombre rico buscando a un amigo guapo, pretendían un secuestro sin que nadie hubiera puesto precio a dicha cabeza. Argumentaban preocupación por las peleas entre bandas, pero no parecían tener tratos con ninguna. La guardia no parecía que tuviera conocimiento del tema, o se la esperara. Quizás su amigo guardara una joya de gran valor, no parecía el caso. Todo muy extraño.

Y lo más extraño de todo. Aunque ellos, los Caracolas, fueran gente capaz, no eran los mas reputados mercenarios que se podían contratar. De hecho, muchos acaban de volver a la ciudad. Eran desconocidos hasta cierto punto. No entendía bien qué estaba pasando, pero era lo suficientemente prudente para darse cuenta de que algo era extraño.

Rabindranath anotaba con una velocidad pasmosa. Y mientras escribía, pensaba: "¿qué más? ¿Qué falta?"

-¿Una mujer realmente cercana que también falte en su hogar?- preguntó en un momento, casi sin levantar la mirada... que sí lo hizo cuando habló Lav.

Sonrió. Eso faltaba: ¿por qué ellos? Era una excelente pregunta. No era buena idea agregar algo hasta que no respondiera. Mucho menos compartirles lo mucho que le había gustado La Guía de Kernie de Elementos Arcanos y otras Hierbas, ni que podría corregir el mapa de La Guía de Kernie para Aguasfrías, eso sería para otro momento.

En ese momento, observó los alrededores de su mesa. Se sintió observado, pero no estaba seguro de si era porque no quería perderse algo de lo que se dijera (a veces sentía la mirada de su padre corrigiéndolo en sus notas arcanas) o si era porque realmente alguien más lo estaba observando.

Alterión miró con preocupación a Luna tras su reacción pero no hizo mención al respecto. Parecía un hombre discreto. En lugar de eso, el hombre se dispuso a responder a las dudas de Lav.

—Eso sería una opción, si la situación actual en la ciudad no fuera la que es. Ahora mismo los Vigilantes de la Ciudad¹ bastante tienen entre manos con la escalada de violencia en las calles.

Un camarero se acercó a la mesa y le puso al mago la jarra que había pedido.

—Y tiene sentido, pensadlo. No hay ningún familiar que haya denunciado la desaparición de Floon. Tampoco hay indicios de que estuviera metido en ningún asunto turbio. Aunque ni Kernie ni yo lo creemos, la verdad es que bien podría haberse marchado a Mesné sin decirle nada a nadie—Alterión miró de refilón a Kernie antes de seguir hablando—. Como por ejemplo habría pasado, si esa noche vio algo que no debía de haber visto.

1. Agus Profuandas Aguasfrías tiene dos cuerpos armados:
   - La Guardia de la Ciudad es el ejército de la ciudad. Patrullan los caminos, vigilan las murallas, las puertas, los edificios gubernamentales, el puerto y al funcionariado.
   - Los Vigilantes de la Ciudad son la fuerza policial de la ciudad. Están encargados de mantener la paz y detener a los delincuentes.

Hay un dicho en la ciudad que explica muy bien las funciones de ambos cuerpos. La Guardia guarda las murallas; los Vigilantes vigilan allá donde vayas.

Kernie, que  ya había negado con la cabeza a la pregunta de si había constancia de alguna mujer desaparecida, interrumpió a su amigo.

—Floon no se iría así de la ciudad, Alterión—le dijo para después volver a dirigirse a los aventureros—. No quiero que tengáis una opinión errónea sobre mí, así que no sobrestiméis mis posibles. No tengo ninguna ascendencia sobre la nobleza de esta ciudad. La gente como yo recibe el crédito que merece cuando muere. Y honestamente, por el momento creo que prefiero seguir sin ningún tipo de reconocimiento. Creedme cuando os digo que lo que podía hacer para encontrar a Floon, ya lo he hecho.

El hombre se ajustó el sombrero incómodo.

—Sé que los Vigilantes se acabarán encargando de la desaparición. Pero puede que para cuando lo hagan sea demasiado tarde. Incluso puede que ahora ya sea tarde—añadió apesadumbrado—. Y esto es culpa mía. Si no le hubiera dicho de salir esa noche… O si le hubiera convencido de que se viniera conmigo…

Parecía que detrás de todo este encargo lo que había era arrepentimiento y culpa.

-No crea que no es reconocido, hay quienes valoramos su labor- dijo el gnomo algo tímido, pero firme en su decir.

Miró a su padre y volvió sobre Kernie.

-¿Qué vio esa noche?- preguntó simplemente, dejando la pluma sobre la mesa.

Lia dio un respingo cuando Lav le dio la patada. Alzó la cabeza e intentó poner una sonrisa. Con las manos todavía por debajo la mesa, la elfa procuró dar buena imagen mirando y atendiendo, meneando la cabeza y asintiendo ante las palabras de los interlocutores para dar a entender que seguía en la conversación.

 - S-si hubo algún testigo, seguramente pertenezca a los ''bajos f-fondos'', la taberna se ubica en el Distrito del Puerto -dijo Lia con tono nervioso- esa g-gente no soltaría prenda ante los ''remilgados magufos de la Orden'', y menos aún con ''los perros de la Guardia''... n-no se ofendan, así es como hablan allí -añadió moviendo las manos- tengo un contacto qu-que tal vez nos puede ayudar.

Ante la pregunta de Rabi, Lia guardó silencio y esperó.

El arrepentimiento solía ser una fuerte motivación para muchas cosas. Aunque en verdad se notaba que Kernie se preocupaba por su amigo.

-Bueno. Pues por lo visto tenemos un punto de partida. Y aunque tal y como dice Lia la gente por allí no suele ser muy comunicativa, seguro que podemos encontrar algo que les ayude a soltar la lengua.
¿Qué me decis chicos? El tiempo es imporante en esta empresa, ¿no deberíamos partir cuanto antes?-

A Rogen se le veía con ganas de comenzar el encargo. Aunque en verdad quería encontrar al amigo del escritor, sobretodo quería tener la oportunidad de que se llevase una buena impresión de ellos. Tanto Kernie como el padre de Rabi. Su futuro podía ser interesante si tenía depende qué tipo de contactos.

Vladislav estaba convencido ya con las palabras del mentor de Robi, y las del señor Master le parecieron de lo mas prudentes.

No estaba seguro de cuanto era cien veces cien, lo preguntaría cuando estuvieran a solas, pero a el se le antojaba como un año de trabajo bien pagado, así que intento formular en su cabeza cuanto dinero hacía falta para realmente “promover” que los Vigilantes le dieran prioridad al asunto.

En su cabeza siempre había pensado que alguien famoso contaba con ventaja, parecía que la ventaja ahora eran ellos.

Añadió un - Perfecto .- cuando Lia dijo que sabía de alguien, y estaba seguro que de otro modo el podría entrar, beber y averiguar algo ahora sabiendo lo que estaba buscando.

Cuando el buen Rogen añadió que el tiempo jugaba en contra Lav asintió y se puso en pie.

- Creo que esta todo claro mis señores, por la gracia de Belteguese y Altair iremos donde el viento nos lleve hasta dar con su buen amigo. Por ventura de Betria espero hallarlo atado a una cama.-

Este ultimo comentario era un intento frugal de intentar animar a su nuevo patrón. Nadie había contado realmente con que el desaparecido estuviera enredado aun tras tantos días en las sabanas de nadie, pero sería bonito poder creerlo aunque fuera tan solo un instante.

Con todo dicho al menos por su parte, ya tenían un rumbo, el barco y sus tripulantes, solo podían maniobrar hacía poniente.

—Nada relevante—respondió Kernie a la pregunta de Rabi—. Nadie nos siguió, nadie nos miraba con inquina. Nadie hizo apuestas raras en las partidas de cartas. Ni hubo acusaciones de trampas. Todo fue normal. Incluso más normal de lo normal, si tenemos en cuenta donde acabamos la noche. En el Distrito del Puerto las cosas podrían haber acabado muy mal. Bueno, de hecho acabaron mal para el pobre Floon.

El mago volvió a negar apesadumbrado mientras se acariciaba los bigotes. Entonces empezó a rebuscar en una cartera grande que tenía colgada de la silla.

—Os he contado todo lo que creo que es importante. Si me acordase de algo más, os lo haré saber—Kernie sacó una bolsa de la cartera de la bolsa y la puso encima de la mesa—. Este es el pago inicial. Cincuenta dragones. Esperaré fervientemente vuestras noticias.

El hombre tomó aire, intentó sonreír y se despidió con un:

—Buena suerte.

Podéis anotaros 50 piezas de oro.

Rabindranath anotó todo lo que se fue diciendo, y luego le esparció la arena sobre el pergamino. Juntó todo, y miró a los demás.

-¿Lo contactamos a través de mi Maestro?- preguntó el gnomo mientras terminaba de guardar todo, sin mirar a Kernie.

Quedaba saber dónde informarle, pero se había quedado pensando en la mejor ruta para llegar rápidamente a la taberna que habían nombrado. La conocía.

-Creo que conozco un camino que nos puede llevar bastante directo, aprovechando que es de noche- les dijo a sus compañeros, guiñándoles un ojo. 

Alterión asintió con la cabeza a la pregunta de Rabi de como informarles.

—Tened cuidado—les advirtió—. Una guerra de criminales no sólo atañe a los grupos implicados. El resto de bandas se volverán paranoicas, pensarán que rivales o amigos están con una u otra organización. El ánimo en las calles, y sobre todo en sitios como el Puerto, puede acabar por volverse un polvorín.

Sin más que decir y tras despedirse educadamente, el grupo de aventureros se levantó de la mesa, pagó sus consumiciones y abandonaron la taberna bajo el amparo de la noche.

El grupo continúa aquí.