Partida Rol por web

Habitación donde pasais las noches y lugar al que podeis considerar como privado vuestro.

Después de mantenerme en silencio en la sala de reclutamiento, sin que mis ideas se reflejasen en mi rostro, salgo y me dirijo hacia los dormitorios con paso ligero y silencioso.
Echo un rápido vistazo a la estancia, y me dirijo hacia la litera más apartada, colocando mis cosas y estirándome para relajarme un rato, aunque me mantengo atenta a los que se acerquen a mi alrededor...

Sin decir palabra y mas que nada por seguir el orden que ha impuesto Tamaki miro la estancia y calculo el espacio que pueden necesitar las señoritas, ya que aunque seamos soldados las damas deben tener cierta intimidad. Si os parece bien ,digo dirigiendome a tamaki y a Ireth , tenderemos una sabana para separar la habitacion en dos partes para que tengais algo de intimidad.

Había entrado un poco después que los demás, pero lo suficientemente pronto como para oír el comentario de Kay.

A mi me parece bien la idea...

Se va a la zona de la mitad de la habitación a la que se había ido Tamaki y se sienta en la primera cama que ve, guardando su mochila bajo la cama y buscando por los alrededores una sábana suelta lo suficientemente grande.

Briagernn asiente complacido ante la elegante sugerencia de kay antes de buscar unalitera despejada para reclamarla.

Tras entrar en la sala, miro a mi alrededor. La idea de separar a mujeres y hombres sinceramente me da igual, pero ayudaré a lo que haya que hacer si se quiere llevar a cabo.- Escoged la cama que queráis, no tengo inconveniente en una o en otra. Solo os recomiendo ir a dormir pronto, mañana el día será duro...

Voy a la parte de la habitación que me corresponde por ser mujer, guardo mi macuto debajo de la cama y me tumbo a dormir mañana será un día muy duro y lleno de emociones .

MMM, me parece que lo que dice Rott es lo mejor ir a dormir mañana sera un nuevo día. Quien va a llevar a nuestros heridos al templo para que los curen.

Sin darme cuenta, poco a poco he ido cayendo en un sueño extraño y reparador...
Por la madrugada me despierto y veo a todos los de mi alrededor durmiendo, me levanto intentando hacer el menor ruido posible y salgo fuera, me gusta mirar la belleza de la luna, los sonidos de la noche me traen calma.
Doy una vuelta por los alrededores, respiro profundamente llenando mis pulmones del aire limpio, a mi memoria vienen los recuerdos de tiempos pasados, voces de un pasado que siempre intento silenciar;
me acerco a un banco y me siento, dejándome llevar por los susurros que produce el aire cuando pasa entre las hojas de los árboles...

Duerme en una de las camas del extremo. Por la noche le ois susurrrar extrañas palabras en sueños. Al alba despierta sin hacer ruido y se sienta en la cama con la cabeza agachada.

Me acuesto a dormir y duermo como los angelitos, sin moverme de la misma postura hasta que llega el amanecer que me levanto para hacer el estudio de mis conjuros.

Viendo como mis compañeros se van a dormir, hago lo mismo. Mañana será un dia duro, tendré que estar preparado...

Como todos se van acostando me acuesto yo tambien pero soy incapaz de conciliar el sueño debido a la excesiva comodidad del lecho. Veo como Tamaki abandona la estancia , y aunque me pregunto donde ira a estas horas entiendo que una mujer necesita su intimidad para algunas cosas , hay veces que me cuesta recordar que ya no estoy en el monasterio y que estos no son pupilos como yo.
Cansado de dar vueltas en la cama , tiendo mi esterilla de juncos en el suelo y me dispongo a dormir.
Cunado las primera luces del alba entras por la ventana , me despierta el elve movivmiento de los magos que se preparan para estudiar asi que decido salirme al patio donde hacer mi rutina de ejercicios matinales hasta que lleguen los instructores o noticias de ellos.

Ireth entra a la camareta no muy tarde, pero suficiente para que ya estén todos durmiendo, o tumbados a la cama para dormir.

Después de cambiarse de ropa en la sección de chicas, la cual ha encontrado tras buscar a Tamaki, se estira en una cama vacía y se queda dormida al instante.

Una vez memorizados los conjuros, me lavo y me voy a desayunar.

Hoy va a ser un día muy duro y hay que llenarse de energías para poder llegar a aguantarlo .

Tras que me levantaran temprano en el templo y tras agradecer los cuidados y el desayuno recibidos, debía dirigirme al patio de armas lo antes posible para que ese chupatintas de capitán no se mosquease.

La mañana aparecía ligeramente nublada aunque no amenazaba lluvia, empezaríamos el entrenamiento fresquitos, al menos el calor no sería un contratiempo añadido.
Las calles poco a poco se desperezan y algunos tenderos reciben género para la venta del día. Quisiera comprar algunas cosas pero no puedo perder tiempo. En la entrada al cuartel, los centinelas me cierran el paso, me cuesta un poco encontrar la chapa de identificación del ejército, pero en cuanto la enseño me permiten pasar. Recojo la parte de la recompensa que me corresponde y que permanecía donde el capitán la dejo, luego tras unas preguntas al personal de servicio, llego a la camareta que tenemos asignada, dejo todo mi equipo en la primera cama que veo desocupada. Me ciño adecuadamente las armas, compruebo que la armadura esté en condiciones, recojo el arco y la aljaba. Me detengo un momento, alguno ya se encuentra despierto incluso con ferviente actividad.
Busco con la mirada a Ireth pero no la encuentro, debe encontrarse en las camas tras una tela, dispuesta imagino para separar los sexos y disponer de algo de intimidad. Mejor que duerma un poco, lo necesitaba.

Saludo a los que se han levantado y salgo al patio de armas, es muy temprano pero no quiero más tropiezos.

Finalmente todos acabais descansando, unos más que otros esa noche. La camareta asignada a vosotros, aunque siendo en literas, os otorga el suficiente confort como para poder descansar plenamente. La habitación es cálida, protege adecuadamente de la humedad y del frio, incluso cuando la noche está ya entrada, totalmente aislada, no entra ningún resquicio de aire por los ventanales de madera que se cierran a la perfección y los colchones son de buena calidad.

El nuevo día comienza sonando de manera atronadora una corneta y de manera casi prodigiosa, cuando la mayoría de vosotros aún se esta vistiendo adecuadamente o colocándose su equipo y armamento adecuadamente, fuera de vuestra camareta se escucha el tronar de pies y el replicar de metal contra metal de gente que en apenas unos minutos, tomando casi la mitad de tiempo que vosotros, ya se habían pertrechado y salían dispuestos a comenzar la nueva jornada.

El desayuno, carne en abundancia, pan y queso, se toma en bandeja en una habitación común, en mesas metálicas amplias y largas.