Zorria, capital de un reino de belleza exuberante y salvaje, es una ciudad limítrofe, situada en el extremo noreste del continente. Famosa por la calidad de sus pieles y telas y por los habitantes de las tierras de su alrededor; los más salvajes y bélicosos bárbaros conocidos.
Zorria fue una de las capitales que menos sufrió durante los últimos siglos el fenómeno del desentrelazado mágico. Las principales capitales, cuyas defensas estaban confiadas principalmente a grandes mágicos y también desarrolladas y diseñadas en su mayor medida a la defensa contra incursiones mágicas de facciones enemigas, redujeron el número de sus ejércitos en un mundo que cada vez era más dependiente de la magia a todos los aspectos.
El desentrelazado mágico provocó la virtual desaparición de la magia conocida y con ello la mayor crisis económica, política y social sufrida nunca en todos los reinos del planeta. A día de hoy, los bardos siguen cantando los rumores del tesoro del reino de la estrella y de la luna, según los cuales, la mayor parte de las reliquias y artefactos de aquél reino, se encontraba custodiado en un pliegue espacio temporal interplanar que quedó perdido por siempre al resquebrajarse el portal que lo vinculaba al plano primario.
Las capitales fueron una a una perdiendo a sus gobernantes, fueron empobreciéndose en mayor o menor medida y fueron cediendo cada vez mas tierras de sus planicies a las criaturas y humanoides que hasta entonces se habían mantenido a raya, gracias a la presión de la milicia, mágicos y aventureros.
El desentrelazado mágico, también fue el desencadenante, en un mundo dependiente de la magia, de la invasión y saqueo de ciudades, poblados y aldeas, por parte de orcos, trasgos, kobolds y demás alimañas infames, dando inicio a su vez, a una época de recelos, temor, miseria y muerte.
Pero Zorria no sufrió tan gravemente los efectos de aquella época y fue cuando los bárbaros de las tierras colindantes a su dominio, pagaron la fama y el respeto que ahora poseen con su propia sangre. Ellos solos lucharon contra las criaturas que se acercaban a sus tierras, contra todo ser vivo que osase amenazar su territorio; quedándo así, igualmente protegida, la capital de Zorria; la cual, ayudando a los bárbaros cuando éstos flaqueaban, mantuvo una relativa seguridad para sus ciudadanos, y aunque el comercio de telas y pieles desapareció, Zorria no desapareció con el mismo.
Catedral de Leoroth y torre del conocimiento de Zorria
Finalmente, tras vuestras respectivas últimas andanzas todos os encontráis dentro de los muros de la ciudad de Zorria.
Cómo bien os imaginabais ya de antemano, la ciudad es impresionante, abundan las tonalidades rojas en los tapices que adornan y cubre muchos edificios públicos, que en contraste con el blanco del resto de los mismos y junto a la limpieza de la ciudad, le otorga una imagen de nobleza que excede al resto de capitales existentes.
La belleza se distingue en todo, el uniforme militar, también con tonalidades rojas y armaduras recias; las edificaciones privadas y públicas, todas limpias y adecuadamente encaladas para lucir un blanco puro. Las fachadas de las torres de vigía, adornadas con tapices de lino colgando por los laterales, y las calles principales de la ciudad, todas empedradas y limpias de barro o polvo, por donde las carretas de comerciantes circulan a diario, otorgándole la vida propia de la ciudad y su comercio.
Pero estos últimos días la ciudad dejó de ser la misma, las carretas de comerciantes seguían trasladando sus bienes desde sus orígenes de manufacturación hasta los respectivos puestos de venta, pero para entrar en la ciudad, debieron sortear un riguroso control de la milicia local y observaron, estos comerciantes, la imagen sobrecogedora de un ejército formando a las puertas de la ciudad de Zorria, y junto al mismo, decenas de carretas y carruajes situados en línea uno detrás de otro, formando un gigantesco convoy que iba siendo aprovisionado por los militares con alimentos, madera, barriles, sacos de grano y demás materiales y alimentos diversos.
Estéis donde estéis, finalmente un mensajero llega hasta cada uno de vosotros con un pergamino que se os entrega en mano. En su pecho, el mensajero lleva bordada la inscripción de la fuerza militar de Zorria y una vez os hace entrega del supuesto mensaje, os saluda a modo de despedida con civismo militar y se retira sin mediar palabra sacando otro pergamino de una bandolera, similar al que habéis recibido vosotros, el cual supuestamente, irá dirigido a otra persona.
El mensaje dice asi:
“Mediante esta misiva, queda usted llamado a unirse a las filas del ejército Zoriano por el capitán Rocwell.
Se os da orden de presentaros, con plazo límite el atardecer del día presente, a la fuerza de seguridad situada en las puertas principales de la ciudad que controlan la inmigración y flujo comercial en la ciudad.
Una vez os presentéis al suboficial de guardia del destacamento, se os otorgará mayor información.
Atentamente, Sargento Morreil
Destacamento de adhesión de tropa
Milicia de Zoria”
Se encuentra dando un paseo por el mercado, observando la magnificiencia de los productos venidos desde tan diversos lugares... algunos de los cualesle encantaría conocer. Cuando recibe el pergamino inclina la cabeza en señal de respeto al mensajero.
Vaya...hummm... órdenes a mi???? a Cyndael, un mago!. vale cálmate, será una ocasión perfecta para desarrollar tus poderes. Sin práctica no hay hechizo recuerdas??
Se aleja del mercado con dirección a las puertas de la ciudad.
¿Unirme a filas?.Hasta ahora siempre había conseguido evitar eso que llaman la búsqueda de la gloria y los altos ideales.Es mas tengo intención de seguir haciéndolo mientras solo sirvan para asegurar una bonito epitafio y no paguen una buena cena o la compañía de una hermosa cortesana.Bien tampoco es cuestión de atraer la atención de la guardia sobre mis actividades y al fin y al cabo ¿ quien puede ser menos sospechoso que un guardia?..Con el pensamiento puesto en los futuros botines se dirige sonriendo al lugar marcado en la nota
guenas
Aquellos que una vez recibida la misiva, deciden dirigirse al lugar encomendado, acaban por encontrarse en las puertas de la entrada de la ciudad. Cerca de las mismas existe un edificio de acuartelamiento militar, lugar donde interrogan a los civiles que intentan entrar en Zorria con dudosas intenciones, o aquellos que intentan abandonar la ciudad con bienes ajenos en sus bolsillos o incluso lugar a donde son llevados los niños zorianos de los barrios cercanos que han sido extraviados, hasta que aparezcan sus respectivos progenitores.
En ese mismo edificio podeis encontrar un par de guardias apostados a su entrada, uno al frente de las dobles puertas que hacen de entrada al mismo y otro situado justo detrás de las mismas, que permanecen abiertas. Podeis contemplar como un personaje muestra al guardia una misiva similar a la vuestra y como el guardia, tras leerla, asiente con la cabeza y deja pasar al humano al interior.
Los que imitan la acción de ese humano y muestra su propia misiva al guardia, verá su paso facilitado igualmente y el guardia interior le indicará con un gesto de su mano un pasillo hacia la derecha que habra que recorrer para llegar a una estancia donde os ireis reuniendo todos.
La instancia es cuadrada, con suelo tapizado y paredes ornamentadas con algun mural y algun cuadro de sencillo arte. Igualmente, velas sostenidas sobre candelabros en las paredes de la isntancia, aunque ahora apagadas, insinuan una buena iluminacion nocturna para aquella habitacion y completando el diseño de esa sala, una docena de sillas se encuentran alineadas a ambos lados de cada una de las dos mesas recangulares de madera de roble que están dispuestas en el centro de la habitacion paralelamente.
El guardia de la entrada una vez recibe la autorización que supone la posesion de la misiva, os anuncia que paseis a la habitacion anteriormente descrita y que aguardeis a que un oficial se presente a vosotros, se os facilitara agua fresca y queso para apaciguar la espera por parte de un sirviente que rutinariamente entra en la habitacion y pregunta a los presentes.
Me paseo por las calles de esta exhuberante urbe mientras dejo pasar el tiempo. Poco despues de mediodia un mensajero con la librea de la guardia local me entrega una misiva por la cual se me enrola en la guardia , es la oportunidad que estaba esperando , tal vezs en las rutas pueda averiguar algo de los bandidos.
Con paso firme y decidido em dirijo al lugar indicado , entro en la habitacion donde ya hay varias perosonas que estan tomando un breve refrigerio , asi que saludo con la mano y me busco un rincon tranuilo donde sentarme para observar los acontecimientos.
Idónea ocasión para poner a prueba mis habilidades. Además algo raro parece que está alterando el orden en la ciudad, veremos de que se trata. Cierro el pergamino, y pongo rumbo, con paso firme pero sin prisa, hacia el lugar indicado.
Vaya, creo que es mi primer personaje "normal" en todas las partidas que llevo. Entre magos megalómanos, asesinos psicópatas y gnomos malolientes, este es el mas normal. Aunque será normal solo porque es neutral...
Observo atentamente al mensajero antes de aceptar el pergamino que me ofrece, acabo de llegar a la ciudad y no me gusta que alguien con el instintivo de la guardia me pare para entregarme nada... Con un suspiro disimulado, acepto la misiva y la leo detenidamente...
Vaya, lo que me faltaba, ahora pretenden que luche para el ejército... Poca gracia me hace, voy a buscar a Ireth, a ver que le parece...
Rauda me dirijo en busca de mi compañera, que mientras ella iba a realizar sus habituales visitas a los templos, yo me entretenía observando a la gente por el mercado. Cuando la localizo le enseño mi misiva...
Qué piensas de esto? tú también has recibido una invitación "cordial"?
Está bueno el mensajero? tirale carisma de parte del papo :P
Bueno, tiene 13 xd
Tirada: 4d6
Motivo: carisma con 4D6!!!!!!!!
Resultados: 3, 5, 1, 5
De camino hacia el templo de Zorria, después de haber dejado a Tamaki entreteniéndose con la gente, un guardia paró a Ireth para darle una misiva. La elfa miró al guardia y le sonrió mientras le cogía el rollo de pergamino, pues no tenía de que preocuparse.
Tras una educada reverencia de cabeza, esperó que el guardia se alejara para leer lo que contenía el pergamino. Abrió ligeramente los ojos, sorprendida, y fue a girarse para buscar a su amiga cuando se la encontró detrás de ella.
Le sonrió.
Ahora venía a buscarte yo también - le mostró su pergamino, sin dejar de sonreir - ¡Sí! Yo también lo he recibido, qué emocionante, ¿verdad? - miró hacia atrás, el templo... y volvió a mirar a su amiga - Será una visita rápida.
Se alejó a toda prisa al interior del templo, hizo sus rezos y dio los donativos pertenientes. Pues no sabía cuando podría volver al Templo de Zorria.
Tal y como le dijo a su compañera fue una visita rápida, y una vez terminó se dirigieron ambas al lugar de la cita.
Buenos días - saludó Ireth, al entrar dentro de la istancia, con una sonrisa. Aceptó un vaso de agua y se quedó cerca de Tamaki, esperando algun oficial.
Me encuentro fascinado, todo está decorado, miles de colores y matices que creía imposibles en los bosques y poblaciones que siempre había frecuentado. Era maravilloso el ajetreo de la gente en los puestos ambulantes y en los comercios fijos de la ciudad. El bullicio me sorprende, nunca había escuchado tanto ruido.
Me encuentro con los sentidos embotados y perdido en mil sensaciones desconocidas. Un ligero zarandeo me devuelve a la situación, un chico con el emblema de armas que debe ser de la ciudad me tiende un pergamino, tras leerlo detenidamente no puedo dejar de pensar en lo extraño de la situación, acabo de llegar y me requieren para las milicias. Bueno, puede ser la ocasión para visitar sitios lejanos, aprender de otras culturas, conocer gente interesante, conseguir fama, algo de riqueza, en fin, más de lo que pretendía en un principio.
Lentamente me dirijo al lugar indicado, quiero disfrutar un poco de lo que veo, es tan nuevo para mí. Sin darme cuenta, llego a las puertas de la ciudad, un edificio más sobrio que los circundantes parece el cuartel al que debo presentarme, la presencia de guardias armados así como otras personas con un pergamino idéntico al mio así me lo confirma.
Entrego la misiva a uno de los guardias que me indica dónde debo dirigirme y esperar a un oficial, un poco de queso y pan ayudan a mitigar la espera
La joven elfa estaba concentrada, sentada y apoyada contra el tronco de un árbol, el cual parecía tener muchos años, destacando su antigüedad por las tonalidades desgastadas que sufría en las hojas y ramas, estudiando y leyendo detenidamente hechizos en su libro de conjuros, cuando de repente se le planta alguien, que al parecer, resulta ser un mensajero.
Cuando le entrega el pergamino simplemente le dedica un cordial saludo, guarda su libro de conjuros y lo abre lentamente...
¿Y ahora qué...?
Tras un largo tiempo leyendo y releyendo lo entregado decide ir al sitio indicado sin rechistar.
Tras un corto y tranquilo camino finalmente llega a la gran habitación y toma asiento, mirando de reojo a los presentes.
Sin mucho ánimo me dirijo junto a Ireth hacia el cuartel. Entramos en la sala, y me quedo en un rincón observando a los presentes, miro a Ireth y sonrío para mi, como siempre se ha colocado lo más cerca que ha podido. Llevamos tanto tiempo viajando juntas, y somos tan diferentes...
A mi nunca me ha gustado llamar mucho la atención, prefiero los rincones y la soledad. Siempre había viajado sola, pero desde que conozco a esta elfa no he vuelto a sentir la soledad. Aunque hay muchos aspectos de ella que me irritan, se que por fin, por primera vez en mi vida, tengo una amiga...
Perdida en mis pensamientos, no me he dado cuenta que han entrado dos presentes mas en la sala, sacudo la cabeza para despejarla...
Tamaki, no puedes permitirte ninguna distracción...
Estudio a los dos nuevos presentes...
Tras un par de horas, un hombre de armas entra en la habitación, ojea a todos los presentes y tras una mueca dubitativa y posteriormente otra de firme resolución desenrolla un papel, en el cual puede observarse el seño distintivo del ejercito Zoriano y comienza a pronunciarse.
-Perdón, por favor.-Entona a modo de disculpa para llamar la atención de todos los presentes.-Comenzaré a nombrar a algunos de los aqui presentes, los cuales deberán acompañarme a la ahbitación que se encuentra justo al otro lado de este pasillo. Los demás, podrán continuar aquí, aguardando al almuerzo que prontamente os será entregado.
-Cyndael, Briagenar…..luarn…, Gilraen...hm...nu..menese...-Dice entrecortadamente y con dificultad mientras lee ambos nombres.- Kay Loon, Rot Mascapiedras, Tamaki, Ireth Elendil y Eriz Jaelun. Por favod seguidme, el resto podeis continuar.
Dicho esto, aguardan a que los nombrados se aproximen hasta él y finalmente los guía como bien dijo a la habitación del otro extremo del pasillo.
-Por favor, esperad aquí, podréis conoceros mutuamente durante el tiempo que tarde en presentarse el oficial a vosotros. Sería bueno que lo hicierais…aunque no tengo permitido revelaros información alguna, tengo entendido que todos vosotros formareis un único grupo,pero aún desconozco el por qué.
Dicho esto último, el miliciano se despide y girando sobre sus tobillos, abandona la estancia cerrando la puerta tras de sí.
Los que acompañen al guardia deberán postear en la escena: Zorria: Admision tropa(sala civiles)
Había estado vahando por la ciudad en busca de trabajo cuando se me acercan a darme un papel. Alto yo no se leer que dice este pedazo de papel Luego de que escucho lo que supuestamente indica el papel, me dirijo a la salida. Puede ser que obtenga un trabajo para ganar unas monedas
Al darle el pergamino al guardía este me hace pasar a una sala. Magos y monjes y una mueca no puede dejar de mostrarse en mi rostro sin embargo me siento tranquila en una silla a esperar
Master no pronunciaron mi nombre, me quedo no mas o como hacemos?
Me encuentro tranquilamente observando la majestuosidad de la ciudad, cuando un mensajero me entrega un mensaje en el que se me ordena que me presente en el puesto de guardia, porque soy voluntaria.
Me presento y allí hay reunida una serie de gente, de la cual algunos se marchan a otro lado.
Hola, me llamo Rutt y soy maga, ¿sabéis que se supone que es lo que hacemos aquí?
Cuando vosotras llegáis nosotros ya no estamos... esperad al máster que os haga pasar a la sala donde estamos. O eso dijo. ^^
Una vez estais esperando en la sala, Arkara y Rutt. Un guardia, mas o menos media hora despues de que entraseis, se adentra igualmente y os pide que le acompañeis, hasta llevaros a otra habitación.