Partida Rol por web

Se detiene en el umbral de la puerta y lanza una mirada de sorpresa a sus compañeros y luego al propio capitán. No esperaba tal reacción del capitán.
No... señor... yo esto.... me quedo. Sí a su servicio.

Ireth se percató enseguida de la sombra que había aparecido en los ojos del capitán, y al igual que él, estudió a todos los presentes; aunque no pudo evitar un suspiro de resignación al escuchar la reprimenda que iba dirigida al mago Cyndael.

Pero tomó aire y dio un paso hacia delante, volviendo la mirada al capitán.

No creo que nadie quiera irse, capitán Rockwell - su voz sonó después de la de Cyndael, sonreía amablemente - Pero como comprenderá, estamos todos un poco confusos sobre nuestra misión... debido a que la información dada, no es que fuera especialmente precisa. Tampoco le pido más información, pues me da la sensación que nos dirá únicamente lo justo y necesario, o menos. - le vuelve a sonreir, con un deje de diversión en los ojos y vuelve a tomar aire.

Mira a todos y sin dejar de sonreir y volviendo a fijar la mirada al capitán, añade: - Por lo que a mí respecta, me tiene plenamente a su servicio... tal y cómo consta en el pergamino que firmé ayer por la tarde.

Tras una reverencia de cabeza al capitán, dirige la mirada a Eliz - En el templo de la Diosa a la que venero podrían curar tu veneno sin ningún tipo de problema... en cuanto el capitán nos muestre la habitación te acompañaré. - le dedico una sonrisa al elfo y volvió a quedar callada, esperando la respuesta del capitán o la interrupción de algun otro compañero.

No es momento de alterarse capitán. Nadie ha dicho que bromee, y creo que todo el mundo le toma en serio. Es evidente que no todos tenemos los mismos modales ni educación, pero no hay que alterarse. Y, creo, que de momento, nadie ha hablado de abandonar -digo desde la esquina en la que me encuentro apoyado y con los brazos cruzados.

Sin decir nada ni alterar mi gesto asisto al estallido del capitan y a las diversas evoluciones de mis compañeros esperando que el capitan de alguna orden o decida esxplicar algo mas de nuestra proxima asignacion.

¿Con quién cree este engreído que está hablando, con simples humanos?, el compromiso de un elfo no se rompe con la facilidad que él piensa.

Sé el compromiso que tomé y es mi intención cumplirlo, no somos de voluntades cambiantes a la ligera. Hago un gesto indicando al resto, especialmente a los elfos. Llevamos a cabo lo encomendado en nuestra primera misión con los medios y acciones que consideramos oportunos. Recalco especialmente primera misión. Es una mentira descarada, se puede considerar que no lo logramos, murieron los que debíamos rescatar, acabamos muchos maltrechos y escaparon los más importantes, vamos, "un éxito completo", pero me irrita la forma del capitán de tratarnos.
Ninguno de los aquí presentes ha hecho mención de abandonar las obligaciones contraidas. La sangre me llega al punto de ebullición, casi tanto como el veneno de hace poco y eso se nota en la entonación ligeramente subida de tono.

Sé que la boca me va a perder, he dicho mucho y tengo para rato, debo calmarme antes de que sea demasiado tarde, miro a Ireth, su sonrisa es un bálsamo que me deja a su merced, mis ojos llenos de furia tornan a una expresión de tranquilidad y una tímida sonrisa aflora en mis labios.

Ummm, espera, seguro que hay gato encerrado, nadie ha dicho nada de irse y los modales no han sido tales para esa contestación por su parte.

Observo inquisitivamente al capitán, ¿querrá algo especial o sólo ponernos a prueba?.

Nuevamente el capitán se cruza de brazos mientras, despues de que hubieran actuado la mayoría, el enano Rott, sin variar su postura apoyada contra la pared y de brazos cruzados, explica su versión de lo que sucede, aconsejando además que debe y que no debe hacer el capitán.

Despacio, el oficial se sitúa lentamente en medio de la estancia, dejando en su caminar un silencio tenso en el ambiente cuando Rott termina su discurso.

- Vereis...chavales... Dice en tono autoritario. Aquellos que decidan continuar... aquellos a quienes YO deje continuar... continúa poniendo especial énfasis al mencionar su persona. Tras esta semana de entrenamientos me acompañaran junto al resto de compañías que escoltaran, dentro de poco, el exilio de un gran número de civiles zorianos. Lo que significa que junto a vosotros, si lo estimo conveniente, habrá cientos de milicianos bajo mis ordenes directas y tengo poca paciencia como para estar educando a mocosos que desconocen la disciplina.

En ese momento, realiza una pausa en su monólogo procurando que sus palabras sean entendidas por todos los presentes, deja de estar de brazos cruzados y comienza a dar pasos hacia Rott, al que mira fijamente a los ojos según se acerca y restablece su diálogo.

- Pero si os prevengo de una cosa, soy vuestro oficial superior y no quiero vuestra amistad. Cuando os dirijais a mí, me da igual que esteis comiendo o follando con la puta de la esquina, os pondreis firmes y jamás me faltareis al respeto o pondreis en duda mi autoridad actuando de otra forma. Y vuelve a enmudecer mirando fijamente a Rott con los ojos inyectados en sangre a escasos centimetros de separación del monje.

Las palabras de Eliz, soltadas casi simultáneamente a las suyas (cosas del directo y del foro xd) hacen que de nuevo la atención del capitán Rocwell se desprenda de Rott. Parece que en su fuero interno esté deseando desenvainar su hoja ahi mismo y poder cercenar y desvicerar a los que le estaban alterando de esa manera. Inconscientemente, por instinto, su mano se desliza y se sitúa sobre la empuñadora de su hoja. Su mirada ahora si despide toda su ira sin ningun disimulo y su rostro, al igual que sus labios, se tensan como los de un perro furiosoa punto de enseñar los dientes.

- Te daré una segunda oportunidad para dirigirte a mi...elfo Dirigiendose a eliz por su raza en un tono cortante.

Si? pregunta Briagernn con tono inocente.Ahh, que no era a mi es que no ha sido muy especifico

Este imbecil lleva un orco en el culo. Pero su gesto en la empuñadura no me es indiferente. Ahora mismo no puedo ni pensar en un combate, menos aún en ganar contra alguien más experimentado.

Briagenn da un pequeño respiro, ahora tocamos a más para repartir

Sólo le he recordado que especialmente nuestra raza es conocida por respetar los compromisos que adquiere, señor. Intento fingir un tono cordial. Le rompería un taburete en la cabeza, pero no debo, aunque comerme el orgullo es un mal trago que me costará olvidar.

Miro al capitán con una cara sonriente y muy divertida hasta que me canso y me dedico a mirar otra cosa este chulo me aburre, que no demuestre tanta prepotencia, porque alguien puede que algún día se la quite de un plumazo .

Observa el desenlace con los ojos, alternando con la mirada a sus compañeros, y también mirando al capitán cuándo este habla. Frunce el ceño cuando el capitán se dirige a su raza con aquel escéptico tono... pero no dice nada.

Camina pausadamente hasta el elfo Eliz, y pone su mano encima del brazo de él, más en forma de caricia que de agarre, y sonriéndole con ternura y amabilidad... luego mira al otro elfo, Brigaenn, y finalmente al capitán Rockwell; no deja de sonreir amistosamente en ningún momento.

Creo que estamos todos un poco cansados... entre hoy y ayer han sido días largos que quedarán grabados en nuestra mente, sin duda... por eso considero que lo más oportuno sería retirarnos a los dormitorios y entregarnos durante unas horas a los brazos de Morfeo*.

Mira a todos y sonríe una vez más, esperando su aprobación.

Sabe Capitán... Creo que deberíamos ir a dormir todos, al parecer estamos demasiado cansados. Un hombre puede ser muy diestro con las armas, pero cuando de verdad demuestra su valía es tratando con sus semejantes. Si se pierden las formas y maneras, como bien a dicho usted, mi capitán, es cuando es mejor dar un saco lleno de pienso y seguir con otra cosa. Y ahora, en cuanto tenga su permiso, me retiraré a dormir -digo al capitán en un tono tranquilo. Pese a ser un paciente monje, de vez en cuando, me aflora una vena de testarudez enana. Miro a Ireth, y la susurro- Por cierto, ¿qué es un morfeo?

El capitan se queda en silencio pensativo despues de las respectivas reacciones de los integrantes del grupo, calmada su furia, vuelve a centrar su atención en Rott que fue el último en hablarle, para comprobar si se habia dirigido a él en la misma postura o si por el contrario le habia obedecido.

- De acuerdo Ireth, clériga de Leoroth, id a descansar. Decidle al clero de la iglesia que los costes del tratamiento de Eliz corren a cargo del ejército y por tanto deben tenerlo sano lo antes posible. Señala mirando a la elfa mientras habla. - Mañana al alba, estad presentes en el patio de armas y sereis presentados a vuestros respectivos tutores.

Morfeo fue el Dios del Sueño en una remota tribu del norte, fue casualidad que los encontrara... pero esto se lo explicaré en otro momento - le respondió con una sonrisa a Rott.

Pudo disimular el suspiro de alivio, asintió con la cabeza y con una sonrisa de agradecimiento miró al capitán.

Muchísimas gracias, capitán Rockwell, mañana al alba estaremos sin falta - hizo una leve reverencia de cabeza y se dispuso a salir de la estancia, aun sin soltar a Eliz del brazo, se giró para comprobar que el perro la seguía y se colocaba a su lado rápidamente.

De acuerdo mi capitán mañana al alba estaré preparado -digo al capitán, y tras hacerle un saludo militar que vi hacer a otro miliciano, me doy la vuelta, y me dirijo a mis aposentos...

El contacto de Ireth poco a poco me va calmando, cuando tira suavemente de mi vuelvo a la situación, debemos irnos ahora que la elfa a abierto una puerta de escape a la tensa situación que se había generado.

Vamos, le sonrio a Ireth. Debemos darnos prisa para no enfadar al gruñón le susurro al oido para que sólo ella lo escuche, su pelo acaricia mi rostro, me parece uno de los mayores placeres junto con el baño de hace un momento.

Giro la cabeza cuando estamos saliendo y les digo a los compañeros que quedan en la estancia: Hay que repartir el contenido de la bolsa, si alguien hace los honores, nosotros recogeremos nuestra parte al llegar.

Salimos en busca del templo.

Por la calle se ve el nerviosismo de gente que carga mercancías y pertenencias en carros y carretas, el viaje que se prepara parece que será largo, o que es un desplazamiento definitivo del que no se espera volver. Pronto formaremos parte de la comitiva que acompañe en los desplazamientos, me alegro de que nos entrenen en algún arte marcial antes de que podamos comprobar en nuestra carne que nos era necesaria. Pero de momento mejor disfrutar de la compañía.

Bostezo ruidosamente y me estiro creo que es una buena idea lo de irse a descansar, no me daba cuenta el cansancio que tengo encima .

Mañana a primera hora estaremos en el patio de entrenamiento, dispuestos a mejorar nuestras técnicas me doy la vuelta y me dirijo al lugar en el que me toca descansar.

-bueno , parece que ya se han tranquilizado.Sin decir ni una palabra reprime un bostezo y se dirige hacia la puerta

Saliendo de la sala, finalmente un soldado raso os lleva hasta el centro de Zorria. El cuartel militar principal de Zorria, se encuentra en el centro y esta compuesto por varios edificios, uno de los cuales destinado para la residencia del personal militar.
Este soldado os presenta ante los guardias que hay apostados a la entrada del edificio y enseñando vuestras credenciales finalmente os deja en una habitacion con diez literas, con una capacidad máxima para veinte personas por tanto. Igualmente existen diez armarios y mismo numero de sillas y mesas de escritorio.
Antes de irse, el soldado os explica que el desayuno se realiza en la planta baja. El dormitorio vuestro se encuentra en la segunda planta del edificio y que por la mañana tocaran la corneta de diana e igualmente avisarán una hora despues para el desayuno.
Tras eso se retira, parece ser que su última tarea para finalizar el servicio por hoy era el llevaros hasta la camareta y se muestra bastante impaciente por finalizar la jornada.