Partida Rol por web

Hasta ahora había conseguido mantenerse a cubierto tras las grandes rocas, pero parece que han llegado a una zona abierta en la que no hay cobertura posible, y el goliat se para en seco, girando la cabeza a un lado y a otro, sin saber decidirse por donde seguir avanzando...

Desgraciadamente no es capaz de encontrar ningún camino mejor, así que encogiendose de hombros continúa recto despreocupándose de posibles observadores, al fin y al cabo aunque les vean tardarán en acercarse y es posible que ni les alcancen, y si lo hacen, bueno, seguro que será divertido.

- Un segundo - dice echandole la mano al hombro al goliat. Ya me estrañaba a mi que se desenvolviera tan bien por el bosque siendo tan grande piensa, mira que ir directo hacia la fortaleza - Aquí hay un rastro de pisadas de lobo que baja hacia la fortaleza, suelen tratar de evitar ser vistos, así que creo que de momento deberíamos seguirlo.

- Y tu - dirigiendose a Blirk - la próxima vez trata de calmar a los animales y no asustarlos - dice un tanto enfadada por el trato que le ha dado al perro.

- ¡Hombres! - y sin más se adelanta siguiendo el rastro de los lobos.

Gracias a las habilidades de la druida elfa conseguís evitar salir al descubierto y rodear completamente la Percha del cuervo. Continuáis camino vigilando vuestra retaguardia por si os hubieran visto de todas formas.

- Bien muchachos, esta parte debería ser más facil, seguidme - la elfa camina por el bosque paralelamente al camino, pero tratando de no ser visible desde él - es una verguenza que dejen campar a sus anchas a unos bandidos por esta zona, las cosas están peor de lo que pensaba.

Al cabo de un rato da el alto - creo que es buena hora para hacer un alto y comer algo - dice mirando el sol en lo alto. Rápidamente Blirk y Eglath asienten espectantes - um, no he encontrado nada comestible - dice un tanto enfadada consigo misma - así que deberemos usar esas correosas raciones de viaje - sus dos compañeros parecen resignados, habían esperado algo más sabroso.

Después creo que podríamos volver al camino para aligerar la marcha, a esta distancia debería ser seguro. - de ésto último no esta totalmente convencida.

El goliat saca las raciones de viaje y las mira decepcionado. Su estómago ruge con fuerza y aquellas migajas que cabían en su puño cerrado puede que le devolviesen las fuerzas, pero no aliviarían su apetito.

Esperar, Eglath enseguida volver. Dice crípticamente mientras coge su haccha y se adentra en la espesura.

A los pocos minutos vuelve con un enorme jabalí colgando de su brazo, suficiente para alimentar a los tres durante varios días, aunque para eso habría que buscar la forma de conservar la carne.

Eglath deja caer la pesada presa y se sienta a su lado, empezando a despellejarla aprovechando el enorme tajo de su hacha que casi había seccionado la cabeza de esta. Después coloca la carne en la hoguera que sus compañeros han preparado mientras tanto y el olor de la carne invade sus fosas nasales.

Mmmm, esto mucho mejor... Dice mientras guarda definitivamente las minúsculas e insípidas raciones de viaje en su zurrón.

Uhm... Que interesante... -Mascullo, pensando en voz alta.

Al parecer, este gigante es lo que aparenta. Al menos a derrotado a esa suculenta bestia el solo, y, por como ha despiezado la carne, parece fuerte... ¿Será un reto considerable?. Aunque, por otro lado, no tiene por qué ser un reto. A veces los aliados son útiles. No tengo que hacer todo yo. A menos que supiese multiplicarme, en ese caso, sí que haría yo todo...

Tras mis interesantes reflexiones, en las cuales, si continuase, podría dar con la manera de cruzar un jabalí con una gallina y así acabar con el hambre en el mundo, fijo mi vista en el suculento jabalí que empieza a cocinarse a fuego lento.

Bien, parece que esta bestia tiene buena pinta. Al menos, mejor que las raciones de viaje. Lo cierto es que tampoco hemos echo mucho para esta cantidad de comida, pero, mejor comer de más que quedarse con hambre. Un hambriento carece de fuerzas, y, cuando tienes que machacar algo, siempre es mejor que te sobren. ¿No creéis? -Concluyo preguntando de forma retórica.

Y... -Por supuesto, aunque bárbaro, soy un gnomo, y no puedo estar callado mucho tiempo- ¿Cuánto decís que tardará esto en cocinarse?