Viridio y fabio. Tema libre que no tengo las reglas aqui
Motivo: Quien
Tirada: 2d6
Resultado: 5, 1
Durante la cena, comiendo como dos personas el rancho del campamento, el corso escucha con interés las historias de sus compañeros...
Motivo: Fabius - Trebol, picas, corazones, diamantes
Tirada: 1d4
Resultado: 3
Motivo: Viridius - Tragedia, victoria, amor, deseo
Tirada: 1d4
Resultado: 4
El Director ha hablado, así que es tema libre; pero si queréis guiaros por las reglas, Fabius nos hablará de su mayor amor (perdido, hallado, o esperándole? dónde vive? y cómo es él/la? a qué dedica el tiempo libre?) mientras que Viridius nos hablará de algo que quiere o que quería y acaba de conseguir (algo material, un objetivo político, un viaje, etc).
Me temo que he estado pensando el interludio de Fabio y no tiene nada que ver con amores.
Y tampoco lo contará, será un recuerdo.
Martinus Camilius Festus observó a su centuria mientras comenzaban a recoger el campamento, ayudando al resto de la cohorte. Era un proceso largo en el que los menos afortunados o los que no tenían rango para evitarlo, observaban cómo los pringados cavaban y se llenaban las manos de astillas desclavando los troncos de la tierra, los muros del campamento que para tan poco había servido, ya que nadie les había atacado.
Pero entre los legionarios había un ambiente casi festivo, la paga había llegado puntual, y partían hacia nuevos lugares, con vinos menos aguados y prostitutas más jóvenes. Aquello lo tenían visto ya y en realidad no había mucho que ver.
El contraste eran los seguidores de campamento, muchos de ellos lamentaban tener que moverse, se establecían rápidamente en sus cómodas vidas, no se hacían al cambio, sobre todo las mujeres temían lo que la dureza del camino haría con sus pieles y sus afeites y ninguna se volvería más joven ya. Y muchas de ellas tenían críos. Ahora que lo pensaba, tenía que pensar en uno, en su crío.
El pequeño Fabio —todavía no pensaba en él como un Camilius— tenía un casco hecho con un cuenco de comida roto, una armadura de trozos de corteza y un palo que era más bien una vara de avellano afilada... y el muy idiota estaba ahí, molestando al grandón de Brutus, un niño, bueno, de niño nada, que le sacaría como poco cinco años a Fabio, y por lo que había crecido ya, podría matar a un césar casi con sus propias manos. Por lo menos partía la cara a los demás niños con regularidad, a más de uno lo había dejado cojo o partido los dientes. El idiota de Fabio, de su crío, le clavó el palo en la pierna a Brutus y luego salió corriendo. Festus maldijo a los lares que le protegían, dejó a su gente y corrió veloz durante unos momentos para agarrar al matón y mandarlo a desclavar troncos. Se fue haciendo gestos de venganza.
El idiota del crío, de su crío, de Fabio, le miró con furia. —¡Pero qué has hecho! ¡Ahora me pillará en cualquier momento y me partirá los dientes!—
¿Como se atrevía el enano a hablarle así? Si casi tenía reconocida a su madre como su mujer, todo lo que podía en cuanto un legionario no podía casarse... y comía casi todos los días —Ven aquí que...— El chaval le clavó el palo por la punta en el muslo, detrás de la greba y salió corriendo. El dolor era jodido, y saltó a correr detrás del chaval. —Criajo de mierda, te vas a... — Las piernas de Festus eran más rápidas, el crío era lento, seguro que era el hijo de otro, ese no podía ser suyo, se metía por los árboles del bosque cercano, entre la hierba alta para intentar escapar, pero ya era...
Y Festus se encontró volando por los aires y cayendo de morros tan largo era, conservó sus dientes y su nariz porque la hierba verde era alta y la tierra blanda por el agua. Justo al lado suyo estaba Fabio, con una piedra enorme levantada. al lado de su cabeza. Debía haber escondido una cuerda entre la hierba, atada a dos árboles. — ¡Esta era para Brutos! ¡Era la ocasión perfecta! ¿Sabes lo que les hace a los demás niños?— Por sus mejillas caían lágrimas, obviamente no quería golpear la cabeza de quien decían que era su padre.—Se hubiera quedado aquí para siempre, la legión... nos íbamos. Ni su madre lo hubiera echado de menos. Ya no le partiría más dedos... — Ya lloraba e hipaba. La piedra cayó a un lado.
Festus se levantó agarró al crío, lo puso sobre sus rodillas y le dio una tunda durante un buen rato, con la vara de avellano que tenía. No se podría sentar durante unos días.
— Y ahora levantaté y dile a tu madre que empaque, que quiero verla en el carro de la vieja Gala y que la deje subir, que yo le pagaré los cuartos que hagan falta. Tu déjame a mi a Brutus.—dijo con cara torcida. Menudo matón es, hablaré con su madre, porque padre no tiene, y conseguiré que me firme como su tutor, se lo daré como "aprendiz" a los dueños de las minas de plata que vamos a pasar en dos días. Es fuerte para el tamaño que tiene y se puede meter por sitios estrechos. Y su madre agradecerá librarse de él.
El crío... su crío... avanzó unos pasos y se dio la vuelta. —Me has pegado. ¿Por qué? ¿Porque iba a hacer daño a Brutus? ¿Porque no debía hacerlo?.
—Te he pegado por haber dejado que un centurión ignorante te fastidie el plan, pero te he pegado sobre todo por llorica. ¡Mi hijo no llora!— Le dio un bofetón que casi lo levantó del suelo. —¡Ahora lloras con razón. Vete a hacer lo que te he mandado!— La voz de mando del centurión era atronadora, ahora Fabio sí corría rápido. Antes le había estado guiando a la cuerda, el pequeño hijo de puta...
Ahora sí, el crio... SU crío se hacía más pequeño en dirección al mar de tiendas sucias de los seguidores. Esto era un comienzo. Festus escupió tierra, se quitó hierbas del casco y procedió a volver con sus hombres. Pero mucho más pensativo de lo habitual.
Inspiration in process...
¡Comentad/criticad/laminad el mío! ¡Bastardus!
A mí me ha gustado. :-)
A mi me ha gustado también, siento no hacer un critica más útil, pero es que no se me ocurre nada.
No esperabas una crítica literaria... o sí?
En absoluto xd. Sólo una crítica :P
En realidad, si quería algo más, debería haber hecho uno que nos incluyera, pero nuestros personajes en teoría se han conocido hace poco en el campamento, y es más complicado.
¿Qué es lo que quieres?
La mirada de Viridio se nubló, sus pensamientos vagando por los bosques neblinosos de su mente.
Llevaba demasiado haciendo lo mismo, demasiado tiempo en la Legión, como para saber hacer otra cosa.
Seguramente debería soñar con retirarse a labrar el campo y preñar a una moza unas cuantas veces para criar a unos mocosos con mano dura para que supieran ganarse el jornal. Al menos eso soñaban muchos de los muchachos nuevos, algunos incluso se lo contaban cuando las fiebres subían o pensaba que ni Viridio sería capaz de curarles el último tajo sufrido.
Quizá ascender, como los estirados lamebotas con ganas de sentir el poder de comandar al resto. Pero su caracter agriaría hasta el más mínimo pensamiento en ese sentido.
Ni siquiera morir en batalla le llamaba, como parecía hacerlo a los más estúpidos o asalvajados. Había intentado curar a demasiados futuros muertos como para saber que las gestas heróicas callaban los gritos de dolor o el orinarse encima.
¿Qué que quieres?
Viridio parpadeó, sabiendo que estaba en un punto de su vida en la que lo único que quería era una rutina que no cambiara demasiado.
Un Contubernium, librarse de alguna guardia por conseguir salvar a algún mozalbete impetuoso, conseguir algún botín tras alguna patrulla y poco más.
Oye, chato, no tengo todo el día. ¿Qué quieres?
Que te tumbes y te calles. - respondió tirando una moneda sobre el catre donde le esperaba la puta y apuraba el último trago de vino.
Otro interludio en forma de pensamiento...
Necesitamos tener tiempo en campaña para que los personajes cojan confianza y se puedan contar estas cosas. (O se odien a muerte, vamos).
Hasta entonces preveo interludios en forma de pensamientos o recuerdos. XD
Bennie para viridio.si esta noche nadie dice nada, entiendo que estais apabullados por la tremenda prosa del DM y sigo
Esta noche digo yo unas palabras en el funeral, hombre, o unos pensamientos.
Enhorabuena a ambos! Bennies merecidos.