Por más que rebuscó en aquel dichoso armario todas las herramientas le resultaban ajenas y desconocidas. Si bien era cierto que durante el instituto recibió clases de bricolaje, casi toda su formación se limitó a construir una casa para pájaros que por cierto, duró de una sola pieza menos de dos semanas.
Removió aquellos objetos inútiles para él hasta el punto de que se cortó en el dorso de la mano con un cortafríos oculto a su vista.
Estaba claro que de allí no saldría utilizando la mecánica. Lo suyo era la mente, analizar y pensar en las distintas posibilidades, por lo que hizo lo que tenía que haber hecho desde el principio y la adrenalina no le había permitido, sentarse a pensar en un plan.
Motivo: Percepción
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 95 (Fracaso)
Motivo: Idea
Tirada: 1d100
Dificultad: 90-
Resultado: 61 (Exito)
Hago las dos tiradas, ya que estaba claro que con la mecánica no tenía posibilidades.
Freddy se sentó un momento para tomar aire... Los acontecimientos que habían ocurrido desde el día anterior habían precipitado un sin fin de decisiones tomadas únicamente por un instinto de autopreservación... Parecía imposible salir de los terrenos, al menos la llave no estaba en sus manos. Probablemente la tendría uno de los enfermeros o Freygan y su chófer... Lo mismo pasaba con el coche.
Si quería evitar pasar por esa situación incómoda y tal vez violenta... Tal vez convendría aprovechar la ausencia de Freygan así como la distracción del incidente provocado por la mañana para visitar el sótano. Desde luego tenía que haber un sótano dado que había unas escaleras que bajaban. Tal vez el 'buen' doctor se había dejado las llaves en su laboratorio.
Una leve sensación grasienta en sus dedos tras pasarlos por su pelo le hizo adoptar una ligera mueca de asco, si algo tenía de bueno aquel lugar era que le obligaban a ducharse a diario, pero tras aquellos dos días de auténtica locura no había tocado el agua para nada que no fuera un leve aseo.
Se levantó de su asiento y, tras guardarse de nuevo el llavero en el bolsillo de su pantalón, cogió un destornillador de punta de estrella, aparentemente nuevo, pues su punta estaba afilada y reluciente y se lo acomodó en la espalda, sujeto con la cinturilla del pantalón, había decidido bajar a los sótanos de la institución y prefería tener algo con lo que defenderse en el caso de que Freygan o cualquiera de sus secuaces tratasen de que “enfermase misteriosamente” como aquellos otros pobres desgraciados.
Se alisó la ropa y volvió a adoptar su máscara de indiferencia mientras abandonaba el garaje con cuidado de no ser visto, no sabía cuando podía necesitar volver a entrar allí y no quería correr el riesgo de que le cerrasen la puerta, y se puso camino al centro, sabía donde estaban las escaleras, aunque nunca las había utilizado.
Al sótano pues. Me llevo el destornillador como arma improvisada, imagino que los stats debes ser similares a una daga o cuchillo sin filo, pero no tengo la habilidad de Armas Cortas clara, no se si se hay que aplicar el 20% de base o algún penalizador por no ser un arma per se.
El camino de vuelta fue corto, tal vez por su paso decidido persiguiendo obstinadamente su objetivo. Por el camino se volvió a cruzar con la misma paciente quien seguía con su mantra incesante
-Tienen a mi niño, tienen a mi niño. -Su postura seguía siendo igualmente encorvada al tiempo que mantenía su balanceo inmutable.
Salvando aquella presencia que bien podía considerarse parte del entorno, Freddy no se cruzó con nadie más durante su camino de vuelta. Como si aquel lugar hubiese sido abandonado por los dioses. La única muestra de humanidad era especialmente desalentadora: el sonido de pasos sucediéndose en la planta superior mientras se escuchaban algún que otro alarido de gente que parecía haber perdido la razón. Algo irónico en aquel lugar.
Las escaleras que bajaban al sótano estaban en penumbra en comparación con las del nivel superior. Un contraste que parecía invitar a no acceder a aquel lugar. Sin embargo la escasez de opciones a su disposición hicieron que finalmente diese el paso. O más bien dieciocho pasos si no había contado mal, dieciocho escalones eran los que separaban aquel cuarto al que acababa de llegar de la planta superior.
Apenas se veía en la penumbra lo que hizo que instintivamente llevase una mano al interruptor. La luz titilaba tímidamente lo que no delataba tan descaradamente su posición.
El lugar era parecía el típico taller de actividades: en la pared sur había bancos de herramientas para trabajar la madera y el metal, en la esquina sudoeste había un soplete de acetileno. Al norte, próximo al acceso por donde había entrado aparecían algunas máquinas de planchar y una mesa con ropa de cama recién lavada y planchada lista para ser distribuída al día siguiente.
Aplicaríamos la habilidad de base, si acaso el penalizador iría en daño
El lóbrego ambiente que reinaba en el basamento del edificio no ayudó en absoluto a que el ánimo de Freddy mejorase. Hasta el momento en el que había tratado de salir de allí se había tomado aquello como la típica historia que le cuentan a uno, y a la que no se le presta la debida atención porque no va con él. Pero en el mismo momento en el que fue consciente, tal vez por primera vez desde que llegó, de que estaba encerrado en aquel lugar que apestaba a muerte, su semblante palideció y se ensombreció como nunca lo había hecho.
El recuerdo de los informes del forense le rondaban constantemente la cabeza y no le dejaban pensar en otra cosa que no fuera en que é sería el siguiente, aunque mirándolo desde un prisma más positivo, al menos las voces en su cabeza le habían dejado en paz durante aquel rato. Algo era algo.
Empuñando su improvisada arma entró por la puerta que tenía a la izquierda* en busca de una manera de ser libre.
* Hacia A-4.