Me agazapo tras mi cobertura. Oigo algunos disparos que se estrellan en la pared que tengo a mi espalda, y veo como se desarrolla la escena entre las rendijas de los bártulos que me salvan la vida.
-Spierdalaj... solo quería investigar, ¿quién coño me mandaría? musito entre dientes.
El profesor es experto en supervivencia, es decir en seguir vivo. No sabe ni disparar.
Lamentablemente, la bala que iba hacia el señor Ainswoth fue desviada, dándole sólo de paso en las costillas. Tras ello, nuevamente obligó a su hija a que hiciese el ritual. Esta se colocó de rodillas frente al altar y recitó:
Sólo la unión de la oscuridad y la luz, de lo negro y lo blanco, el caos y el orden, podrán engendrar al ser divino, ahora que todas las esferas están juntas, trae consigo a la persona que su buscador desea resucitar y concédele la inmortalidad a esta persona que está junto a ti y desea tu revivir.
Un símbolo surgió en el aire, brillante, en forma de Triquel, este se iluminó; pero, inmediatamente, toda la luz se apagó, debido a que algo andaba mal. El señor Ainsworth giró a su hija, quien había entrado en trance y la zarandeó:
El hombre, paranoico, obligó a sus hombres a colocar los edenes en diferentes orden, por si estaban erróneamente colocados. Sin embargo, él no sabía que el último Edén se hallaba allí, en aquel lugar y que era la misma razón, por la que nadie lo encontraba. Pues ahí, en trance, estaba el último Edén: Aeryn.
En cólera y al ver que sus hombres eran unos incompetentes,los mató uno a uno, quedándose sólo, pero no le importaba. Sentía que tenía el poder de la situación, como siempre. Así pues, volvió a colocar a su hija en el centro del altar -la cual no paraba de decir aquellas frases-, pero nada de lo que hacía serviría. Lo único, fue el provocar una pequeña onda expansiva que obligó a todos los presentes a estamparse con todo lo que había.
Él perdió la estabilidad y acabó en una especie de bulto que se encontraba tapado.
¿¡QUÉ COÑO HA PASADO!? -gritó mientras se intentaba levantar y recuperar de la onda-.
Entretanto, la peor parte se la había llevado Aeryn, quien se encontraba encorvada, aún en trance, temblando del dolor. Sentía que el alma se le desgarraba. Estaba al pie del altar, gritando, mientras su cabello ''flota en el aire''.
Automáticamente, su cuerpo fue tiñéndose de otro color, el negro; aquel proceso quemaba ,era doloroso, bastante.
Intentó exhalar cada bocanada de aire, pero le era imposible,su cuerpo parecía estar agonizando. Para cuando abrió los ojos y volvió a su forma normal, estos se habían entornado un característico color negro.
.
.
.
.
Unas zarpas habían tocado el suelo, en el lugar donde antes había alguien con figura antropomórfica:
Fue entonces, cuando Ainsworth entendió que no había creado a una hija para conseguir sus planes, sino, todo lo contrario. Tenía a un monstruo, había criado a un demonio.
Y el miedo, le invadió. Porque sabía que en ese momento, él era la víctima.
Siento el tochaco, pero es necesario.
Haciendo gala de una frialdad considerable, Faraday aguanto con su rifle dispuesto, hasta que las cosas se salieron de madre rápidamente. En pocos segundos, el ritual habia comenzado, y habia comenzado la hora en que la señora gorda tenia que cantar.
El rifle sono, la distancia era larga pero no tanta para un arma de ese calibre, y el bien aparapetado Faraday tenia las distancias bien medidas. El primero de los soldados perdió la cabeza, con una bala de calibre 5.56 reforzada con punta de cobre, atravesado su cabeza. El segundo, de costado, la bala se alojo en su cuello no protegido por kevlar. Aquel que habia lastimado a Drake se encontró con la columna vertebral cortada, justo en la base de la cadera.
Luego, cambio el blanco, mientras el ritual se concretaba, y tenia de espaldas, al hijo de puta máximo. No lo mato, ni por suerte, quería verlo sufrir, que ver que todo su mundo era aplastado. No habia actuado porque quería confirmación de que el hijo de puta era Ainsworth, y por fin la tenia. Ya lo habían engañado asi en el pasado y ella solo tendría ese miedo por su padre.
Istar…- dijo el Marine, en un susurro.
La bala le destrozo la rotula, entrando por detrás de su posible blindaje.
Sheena. -
La otra hizo lo mismo, obligando al bastardo a caer de rodillas.
Randy. -
El tipo se giro, cayendo al suelo, por eso la bala no le destrozo el brazo izquierdo.
Por los muertos en la esfinge.- Mierda, habia fallado.
No le importo, solto un tiro mas. La siguiente bala le destrozo la mano derecha a aquel hijo de puta. Por Koko. Victoria. Por todos los muertos que cuyas vidas no debiste haber cortado de raíz.
Luego fijo el blanco en el rostro asustado en el viejo. La bala se perdió, pues lo que vio también lo habia asustado a el. ¿Aeryn era… esa cosa? Al menos habia dejado al maldito a merced de ella…
Motivo: Disparo
Tirada: 8d10
Resultado: 33(+5)=38
Motivo: Disparo
Tirada: 8d10
Resultado: 1(+5)=6, 3(+5)=8, 3(+5)=8, 1(+5)=6, 6(+5)=11, 3(+5)=8, 3(+5)=8, 3(+5)=8 (Suma: 63)
Intentaba comprender lo que veían mis ojos pero no llegaba a digerirlo. Miré con los ojos abiertos como platos la transformación de aquella mujer. Pero algo más ocurrió a mí alrededor, aún con los ojos húmedos de lágrimas por el trauma facial, los soldados comenzaron a caer como sacos de patatas fulminados por disparos de origen desconocido pero que me daba energías renovadas. Una malvada sonrisa surgió de mi rostro, aquella oscura figura que disfrutaba del sufrimiento ajeno comenzó a recibir impactos en su cuerpo. Primero una rodilla, luego otra lo que le hizo caer al suelo entre gritos de dolor pero no sólo por las heridas sino porque el milagro que él esperaba se había convertido en un ser de aspecto demoníaco.
Otro impacto y la mano de aquel desgraciado se convirtió en una bonita pulpa rojiza-Sufre hijo de perra ¿Estás sufriendo de placer tú también?- grité con un gesto de alegría bastante tétrico, estaba disfrutando del espectáculo, aquel desgraciado iba a pagar por todas y cada una de sus muertes. Me acerqué gateando hasta el cuerpo de Eara para recomponer su cuerpo en una posición de descanso de nuevo y me puse de pié, me encontraba mareado pero quería verlo bien, recuperé mi pistola y observé desde la distancia como aquel malnacido se retorcía en el suelo mientras aquella criatura se acercaba hacia él-Eara, ojalá pudieras ver esto..- susurré mirando la escena con una sonrisa de oreja a oreja.
Esperaré a los post del profe y Marina y ya voy otra vez yo ;).
Lo último que presenció el señor Ainswort antes de caer abatido al suelo y sumergirse en un sueño que jamás despertaría, fue la mirada frívola de un hombre que susurraba, a su espalda, todos los nombres de aquellas personas que hubieron caído a lo largo de aquel tiempo. Tanto de su equipo, como del otro. Uno a uno acompañados de una bala. Y, tras luego, la feroz imagen de su hija -si es que algún día la pudo llamar hija y quererla como tal, pues su ambición y cegadez le habían impedido ejercer el rol del padre que debía de ser-, avanzando hacia él, mirándolo fijamente a los ojos y sonriendo. ¿Acaso era aquel el fruto de la venganza? No podía ser, lo debía de haber visto antes, de haberlo deducido.
Aeryn era la última pieza del rompecabezas y él intentando hallarle muerte. De haberlo conocido antes, hubiera hecho el ritual con supremacía y tiempo antes. ¿En qué momento Aslaug ingirió aquella cilíndrica bola en estado de cinta?
No lo supo, como tampoco sabía contestarse así mismo. Aquella mujer era la viva imagen de su madre, una esposa, mujer, madre y amante que hubo matado por placer y ambición, dejándola a ella huérfana.
Ainsworth sonrió antes de que aquellas finas garras ejercieran un corte en su cuello, después de que la bala perforase su rostro deformado por inciertas quemaduras.
.
.
.
.
Mientras tanto, Aeryn o, lo que quedaba de ella, tras rebanarle el cuello a su padre, caminó hacia Teodoro, quien se encontraba inconsciente y le tocó el pecho, despertándolo, luego, avanzó hasta el centro y se realizó una profunda herida en la palma de la mano derecha con el filo de una piedra, vertiendo la sangre en el lugar del Edén falso y último. Antes de ello, tiró ese falso Edén hacia el suelo, rompiéndolo y comenzó con el ritual.
Bare foreningen av mørke og lys, svarthet og hvithet, kaos og orden, vil kunne oppnå det guddommelige vesen, nå at alle sfærene er sammen, bringer det med seg den personen som hans søker ønsker å gjenopplive og gi ham den udødelighet til denne personen som er ved siden av deg og ønsker deg å gjenoppleve.
El símbolo de la Triqueta volvió a aparecer en el aire.
Una luz anaranjada cegadora por completo, iluminaba la estancia. Con los brazos en alto, Aeryn , o lo que fuese aquella cosa, volvió en trance. Además, aquel símbolo parecía absorber la energía de la joven; de manera que todo el color negro de su piel, parecía desaparecer lentamente; en un doloroso proceso.
Giró la cabeza, a un perfecto ángulo de 180º y miró a los presente, para luego pronunciar un nombre femenino. Aquella guerra había desembocado en varias muertes y todo, por la ambición de dos personas por querer recuperar algo que ya estaba muerto.
"Lo que está muerto nunca puede morir, sino que se alza de nuevo, más duro y más fuerte"
Aquella situación debía de parar. Una familia completamente corrompida por recuperar unos edenes... ¿Acaso no había fin? Claro que lo había, actuando de la forma más humana posible. Al terminar el ritual, sus ojos volvieron al tono de antes.
Cayendo al suelo desplomada, pero viva:
Además de todo ello, una especie de partículas amarilla arroparon el cuerpo de Victoria, pegándose a él. Fue entonces, cuando aquella criatura, envuelta en aquella 'manta amarilla', movió la mano. Al separarse de su cuerpo, la fémina abrió los ojos y ladeo la cabeza:
¿Papá? -preguntó sonriente alzando sus manos hacia el cabello del hombre que la sostenía en brazos.
Enara había vuelto a la vida, esta vez, desde la infancia. Era aquella la consecuencia de resucitar a un homo sapiens sapiens, o lo que era lo mismo: a un humano.
Una infante que no sabía para nada la maldad del mundo y que, ahora, con sus cuatro o cinco años debería ser educada y criada desde la inocencia, desde cero. La Victoria/Enara adulta se había disipado por completo.
Una debe indagar en internet para encontrar fotos de Scarlett de pequeña...
Os dejo que comentéis los cinco y ya, os pongo el Epílogo.
Tras unos disparos asomo la cabeza, aún no tengo claro que está pasando. No salgo de mi escondite pero al levantar un poco la vista por encima de mi cobertura puedo ver tan dantesco espectáculo.
Siento ser tan inútil, pero realmente el profe no es un héroe. No obstante me flipa leeros xDDDD
Faraday no dudo, eyecto el cargador y recargo, para luego salir de debajo de la manta camuflada, para aterrizar en el suelo, saltando desde el dolmen. Tenía detrás de la espalda, la pistola de señales, lista para comunicarle a la Yakuza que erradiquen la zona si era necesario, si enviaba aquellas dos bengalas de color verde.
Avanzo algo renqueante hasta la zona, pero dispuesto a sembrar muerte, solo para contemplar como el hijo de puta de papi ainsworth recibía la muerte que merecía, a manos de la hija a la que había torturado y deseado desde muy pequeña.
Cuidadoso, pero sin temor, se acerco y avanzo en posición de descanso, los guardias estaban eliminados, pero el se mantenía atento, revisando si alguno tenía posibilidades de hacer algo. Disparo por las dudas a dos que se movían, o tenían espasmos, mejorar asegurarse que lamentar.
Dejo hacer a Aeryn, o aquel demonio sin intervenir, a el no le importaban el Eden, ni el ritual, ni otra que no fuera la venganza. El duro soldado había vuelto, y simples cosas como reliquias arqueológicas le importaban nada en absoluto. Quizás si al Nathan de Istar, pero no al Faraday de Japón. No al que había consumido el venganza por seis años.
La observo hacer el ritual, en silencio, guardando que nadie interviniera, aunque no tuviera idea de que era lo que iba a ocurrir a continuación, por un lado, no le importaba demasiado, por otro, tenía una ligera confianza en aquella rubia que había pasado por demasiado. Cuando el ritual termino, no dejo que cayera al suelo, si no que la sujeto, y levanto. Ya era suficiente. Ya había pasado por demasiado. La levanto, y sostuvo contra si.
Al pasar sobre el cuerpo del padre, saco el arma, la pistola especial que le habia regalado Sheena, y disparo todo el cargador contra su pecho. Blam, Blam, Blam! Blam! Blam! Blam!
– Por Aslung –
Mejor prevenir que curar, viejo bastardo. Volvio a guardarla, y se freno frente a Theo, a quien pateo en las costillas, aun llevando a Aeryn, y a quien miro desde arriba, para preguntar.
Confió en que no se haya olvidado de traerme mi arma, Doctor Rosamanta. Le dije que la querría de vuelta.-
Camino hacia el helicóptero, con cara de muy pocos amigos. Si alguno ponía pegas a cualquier acción de lo que iba a hacer, simplemente empezaría a los tiros. Tenía que cuidar que la muchacha se alimentara, y se vistiera, y descansara. Tenía que saber que no estaba sola en el sangriento mundo, que había alguien quizás tan maldito como ella.
Tenia que cuidar de enterrar a Koko, y a Randy, a Rikka, a Sheena y a quien sabe cuantos mas. A la pequeña Victoria también. Pero sobre todo a Aeryn. Antes de subir al helicóptero observo al cielo, y pensó en Istar.
Espero que puedas descansar en paz ahora. Gracias por todo.- dijo al cielo, en un susurro.
Tenia mucho que hacer si. Tenia que estar en la playa paseando en unas semanas.
Volví en mi para ver el final de todo aquello cuando el ser me toco el pecho, fue como una explosión de energia,revitalizante y poderosa, no es que estuviera al 100% de mi capacidad, ni de lejos, estaba bastante machacado, pero por lo menos no sentía que me estuviera muriendo, no tarde en analizar la situación , el ser era Aeryn y estaba realizando el ritual mientras su padre y los hombres que lo acompañaban se desangraban en el suelo.
El ritual se completo rápidamente cuando la bella Aeryn caí volviendo a su forma humanos una luz hacia ascender a una dulce victoria de 5 años ante nuestros ojos, el pago por ello una vida de recuerdos, vaya como se lo tomaría Drake y si aquello tendría alguna solución.
De esto apareció el insufrible soldado con su cara llevar un palo en el culo , recogió Aeryn y se la llevaba en brazos cuando llego a mi altura me golpeo una patada en las costillas con la educación habitual que te sale con un viejo compañero de aventura al que no quieres ver, después reclamo el arma que 6 años llevaba portando y decidió alejarse de mi tranquilamente
Cosa que no iba a pasar, saque su estúpida pistola y apunte a la diablesa que llevaba en brazos era un tiro fácil aquello estaba echo- ¡Faraday!- grite como pude- esto no se acaba aquí, TRIQUEL es muy grande algún fanboy adulador de Ainsworth ocupara su lugar, ahora es un mártir y ella el día de mañana puede convertirse en alguien como el, ella también merece su castigo , tiene tanta culpa como el, salvar mi vida y la de Victoria no paga lo que ha hecho- bajo la pistola le doy la vuelta y se la lanzo a Faraday para que las coja- pero bueno no es un mal comienzo para redención, todo el mundo merece una oportunidad para encontrar la paz, por cierto la próxima vez que quieras tu pistola no tardes seis años en venir a a buscarla y aparece antes de que me pseudomaten a tiros, maldito impuntual- digo mientras me dejo caer y observo el cielo azul , por lo que parece sigo vivo de momento, bueno si no me muero de algo camino a casa creo que tengo que hacer una visita que llega 15 años tarde.
Estoy vivo por poco
Faraday sonríe, y baja el arma con la cual estaba apuntando a Theo desde el principio, cuando lo apunto a el. El puede darse cuenta de que podría haberle disparado en la mitad del discurso, pero se mantuvo quieto, a la espera de su reacción. Con velocidad, guarda el arma y sujeta la suya propia, que se acomoda como un guante en su mano.
No me interesa, Theo, será problema de otro. – se giro y siguió su camino, hablandole mientras lo hacia.-Oh. Y llegue a tiempo. Solo tenia que asegurarme que el enmascarado fuera Ainsworth. No me preocupe por usted, no estoy seguro de que alguien pueda matarlo. Si alguno aquí es inmortal, parece que es usted, Doctor.
Estaba disfrutando del espectáculo ¿Por qué no admitirlo? Aquel desgraciado ahora postrado en el suelo, era el culpable de todo aquello. Por su culpa Eara estaba muerta, pero no sólo eso, había destrozado nuestras vidas, la había chantajeado durante años para hacer a saber qué terribles cosas con tal de conseguir su objetivo, entre ellas sacrificar nuestra relación para que yo siguiese vivo aunque me hubiesen borrado la memoria, seguía vivo gracias a ella...
Se desangraba, el líquido rojo no paraba de manar por aquellos orificios de bala y entonces aquella criatura se acercó a él, alargó una de sus garras y le degolló sin mediar sonido alguno. Aquello era suficiente para mí, la venganza se había cumplido pero Eara no volvería nunca, aquel ritual no prometía ninguna resurrección y aquello me entristeció hasta el infinito. Me arrodillé de nuevo y volví a coger el cuerpo de mi amada para colocarlo en mi regazo de nuevo. Acaricié su marchito cabello rubio que un tiempo atrás había sido rojo como el fuego y volví a besar sus labios, fríos e inertes una última vez. Pero entonces algo extraño ocurrió.
Aquella criatura comenzó a perder su color negro, como si se evaporara debajo su piel recobrando el tono pálido que tenía antes de aquella horrible transformación volviendo a recobrar sus formas femeninas, quedó inmóvil tendida en el suelo y hecha un ovillo. A continuación una neblina amarillenta casi dorada, envolvió el cuerpo de Eara el cual no deje de observar, el fenómeno en si ya era algo muy difícil de aceptar, pero lo que sucedió a continuación me dejó helado. Al disiparse aquellas partículas el cuerpo de Eara había desaparecido y en su lugar estaba una niñita de unos cinco años.
¿Papá? -
La niña alargó sus pequeñas manitas hasta mi cabello. No pude articular palabra, no entendía lo que estaba ocurriendo, donde antes estaba el cuerpo muerto de mi amada en su lugar había el cuerpo de una pequeña vivita y coleando con una sonrisa radiante de felicidad….que tenía unos ojos verdes fascinantes. Unos ojos que había visto antes.
No...no puedes ser…
Comencé a llorar desconsolado, parecía absurdo e increíble, pero acababa de ver como una mujer se convertía en un ser de piel negra y garras afiladas para luego volver a su estado anterior. La Eara que yo había conocido, aquella mujer fuerte, apasionada, dura y fría que yo había amado había desaparecido para siempre mi alma gemela había expirado para siempre y eso me había destrozado el corazón. Me cubrí la boca con el dorso de la mano durante un instante mientras las lágrimas no paraban de brotar.
-Si...cariño...soy papá..- susurré mirando a la pequeña abrazándola con fuerza -Quiero que sepas Eara que te quiero cariño, con todo mi corazón y que papá te protegerá y te cuidará ¿Vale?-le dije a la pequeña separándola de mí para mirarla fijamente a los ojos, aquellos ojos verdes que había amado tanto y que ahora debería amar como una hija y no como su pareja.
[I]-Te voy a echar tanto de menos…-[/l]
-Vámonos de aquí cariño, aquí todo ha terminado-vagamente me percaté de que allí había alguien más con Teo, de hecho me daba absolutamente igual. Me puse de pié y cogiendo a la pequeña Eara por las axilas hice que me abrazase con sus pequeñas piernas rodeando mi cintura -Cuando lleguemos a casa te compraré un helado ¿vale? A tu mamá le encantaba el helado de chocolate-mis ojos enrojecidos e hinchados miraron a la niña con una sonrisa forzada, pues la pena me embargaba, pero ahora tenía una hija, una niña que no conocía lo que era la maldad, el rencor o el odio.
Me juré a mí mismo y a la memoria de mi amada que aquella Eara tendría otra vida totalmente diferente -¿Y sabes que más? Te voy a poner una película super chula que me encanta, se llama, Anastasia-fueron mis últimas palabras mientras me alejaba de aquel lugar, plagado de muerte.
Violencia, odio y muerte, eso era todo lo que me estaba encontrando desde que llegué y nada había cambiado después de que aquella mujer pareciese dejar de serlo, aunque pronto volvería a un estado de trance para recuperar su forma, apreté con fuerza la pistola en mi mano, meditando si debía dispararle ahora que parecía desprotegida, un poder así solo podía traer problemas, y esto era la prueba de ello. Pero solté la pistola y aparté la mirada viendo como Faraday se la llevaba y como John parecía satisfecho con el resultado incluso si no era lo que realmente deseaba -¿A caso creen que nada de esto tendrá consecuencias?- murmuré para mí.
Siento la tardanza he estado muy liada estos días T^T