Partida Rol por web

Fecha sin determinar, carta jamás entregada.

Querida Eara, te escribo esta carta desde un asiento hecho polvo en una avioneta que debe de tener unos mil años sobrevolando el Amazonas. He pasado innumerables noches en vela pensando en dónde estarías, incluso he llegado a preguntarme si estarías muerta...Pero me niego a aceptar ésta última incógnita, eres una mujer dura, la más dura que he conocido y sé que estás viva, en algún lugar de éste inmenso mar verde que tengo bajo mis pies. Miro por la minúscula ventanilla y lo único que veo en todas direcciones son árboles y más árboles y cada vez que los veo me acuerdo de tus maravillosos ojos, aquellos que me atravesaron el corazón la primera vez que te ví.

Sí, ya lo sé, suena empalagoso y dan ganas de vomitar arcoiris, sé que nunca te digo éstas cosas, pero así es como lo sentí la primera vez que nuestros ojos se cruzaron allí en Libia.

Mientras temo que las alas de ésta cafetera se desmontén y me convierta en un humeante cráter en el cuelo, recuerdo infinitos detalles tuyos. Supongo que cuando pierdes a la persona que amas tiendes a aferrarte a todo lo que almacenas en tu cerebro sobre ella. Tu espléndida sonrisa como la que me ofreciste aquella vez en la fiesta de mi cumpleaños, cuando te reté a que me sacases a bailar y tu asentiste con una sonrisa aceptando el desafío.

Hasta tu cara de cabreo me trae buenos recuerdos, con ese ceño fruncido mirándome con odio intentando infundirme miedo, desde luego con el resto del mundo funcionaría, pero conmigo no querida. Te conozco demasiado bien y así me tienes tan colgado por tí que hasta el mismo Amazonas vengo a buscarte. Antes de venir aquí me estuve poniendo Anastasia en bucle simplemente porque me recordaba a tí y mira que no me gusta mucho, pero su música, aquella melodía...es tan especial como tú y en momento como éste rodeado de tanto ruido la tengo a todo volumen en mis auriculares, Eara.

En fin, en un par de horas llegaré a tierra, tengo varias pistas que seguir pero la más fiable, un tipo que sabe cosas sobre Triquel y si aquí está ese tío Triquel no anda lejos, le sacaré lo que sabe, sea como sea... No te miento si digo que ahora mismo tengo dos sensaciones que me gobiernan en todo esto, que son determinación y...miedo. Si pelirroja, miedo a perderte pero te juro por la sangre que corre por mis venas que te encontraré viva o...muerta y haré sufrir a aquellos que te han apartado de mi lado. 

Te quiere, Uthred

Estoy con otro ahora mismo, estoy inspirado hoy..

Habitación mugrienta y aislada

-¡Vamos despierta, necesito tu atención!-le solté un fuerte sopapo al hombre que tenía ante mí atado de manos y pies sobre una silla de madera que había conocido mejores tiempos, al fin conseguí que abriese los ojos-no te dí tan fuerte, así que espabila-el hombre me miraba aturdidos y me preguntó-¿Que dónde estás? eso da igual, sólo te diré que es un lugar en el que nadie va a escuchar tus gritos, amigo-dije amenazante-¿Ves esto?-pregunté indicándole dos clavos unidos a una toma de corriente mediante dos grueso cables-¿te preguntáras lo que es verdad?-dije con una sonrisa malévola.

-Verás durante mi largo y extenso entrenamiento, me han enseñado infinidad de cosas, lucha cuerpo a cuerpo, armas de fuego, exlosivos, trampas....e interrogatorios era una de esas cosas que siempre me han llamado la atención..-el rostro del hombre perdió instantáneamente toda la sangre y su tez se volvió marmólea-Obviamente el procedimiento de interrogatorio puede tener muchas ramificaciones, obviamente nos enseñaros las más básicas y poco dañinas. Agotar al interrogado, privarle de comida y agua. Aislamiento sensorial completo...-hablaba mientras caminaba ante él de un lado a otro sin dejar de mirarle a los ojos.

-He de decir que eras sistemas muy bien diseñados y solían dar buen resultado, aunque bueno, a veces la persona interrogada era especialmente resistente ¿sabes? se negaba y perjuraba que no sabían nada...entonces se iba un paso más allá. Se le podían una toalla en la cara y se dejaban caer litros de agua sobre, provocando la asfixia-entrecerré los ojos y me detuve ante él con las manos a la espalda-peeeero, no he llegado nunca a ese tipo de "interrogatorio"-dije elevando los dedos imitando las comillas, pues eso no era interrogar, era torturar.

-Aunque, hoy, voy a hacer una excepción contigo y voy  poner en práctica un método muy interesante si no me respondes...¿donde, está, la base de Triquel aquí en el Amazonas?-el hombre me miró duramente y terminó afirmando que no sabía nada, que no sabía que era Triquel, momento en el que le dí un fuerte puñetazo en la cara saltándole un diente-Ufff, eso me ha dolido-dije frotándome los nudillos mientras el hombre escupía sangre-Te lo repetiré ¿dónde está la base de Triquel aquí?-volvió a darme una respuesta negativa, por lo que le respondí con otro puñetazo en la cara seguido de otro en el estómago dejándole sin aire, así que esperé a que se recuperase.

Durante los siguientes treinta minutos le dejé con una ceja partida un pómulo hinchado, tres dientes saltados y el labio partido. La sangre había manchado su camisa y mis nudillos enrojecidos ya me dolían. El tío sin duda era duro, Triquel no contrataba a mindundis-Bueno, eres un tío duro por lo que veo...pasemos al siguiente nivel entonces-sin decir nada, tomé ambos clavos y se los inserté en cada muslo. el hombre soltó un potente grito y yo sonreí-¿Sabes? la desesperación puede ser muy útil en ocasiones si sabes gestionarla, hay personas que pierden la razón, otras se quedan en una esquina y ni se mueven y otras...usan esa desesperación como un acicate...es mi caso-la sangré comenzó a manar por ambas heridas de las piernas mientras me acercaba al interrumptor de la luz-Cuando lo active un buen puñado de corriente recorrerá tu cuerpo, por lo que te dará una descarga cojonuda encendiéndote como una bombilla, así que suelta la lengua ¿dónde está la base de Triquel?-en ésta ocasión el hombre me miró duditativo y miro mi dedo, al no abrir la boca, active el interruptor durante tres segundos. Las luces parpaderaron y sus gritos retumbaron por toda la habitación. Comenzó a llorar.

-Está en tu mano, dime lo que quiero y te dejaré en paz, te lo prometo-le juré. El hombre dijo que sabía lo que era Triquel pero que no sabía nada más-¿Ah no? pues ésta tarjeta magenta de acceso escondida en tu maletín me dice lo contrario-el hombre se quedó sin palabras y quedó mudo, volví a activar el interruptor y más gritos resonaron en la habitación-¿Listo para confesar?-Y lo contó todo, con pelos y señales, quién era, dónde estaba la base coordenadas incluídas, todo. Estaba psicológicamente destrozado y lloraba como un niño. Le miré con ojos triunfantes-¿Tan dificil era? bueno, el único problema es que ahora que has cantado, Triquel lo sabrá y te liquidará, así que huye y escóndete en el agujero más profundo que encuentres y no salgas de él, nunca porque si ellos no te matan, lo terminaré haciendo yo ¿entendido?-le quité los clavos y le solté, el hombre asintió, agradecido por dejarle vivir-En ese mueble encontrarás agua, y material para curarte las heridas, vete de aquí y no vuelvas nunca...fue lo último que le dije mientras le daba la espalda y salía de aquella casucha en mitad del bosque.