Clarice junto con el resto, contuvo el aliento con la interacción entre Miguel y Leniel, pero a pesar del mordisco, las cosas se resolvieron para bien. Se relajó con un suspiro de alivio.
-Bueno, fuera del peligro mortal de antes...eso fue sencillo. ¡De vez en cuando está bien la victoria sin luchas horribles de por medio! ¿no? -dijo esto contenta, poniendo una mano en la cintura, y miró al arcángel de Imperium- Hmmm...hay algo de razón en lo que dice Is, si todo es desconocido aún realmente quiero tratar de conseguir información útil a futuro PERO...
Miró a los dos dagonistas presentes.
-Ellos tienen que salir de aquí de inmediato, igual que la mayoría, las llaves y Walter. Vamos a reagruparnos con los demás, darle las buenas nuevas, y sacar a todos. Si al final o no se investiga algo deberíamos hablarlo entre todos, creo yo. En tema de sentimiento no me quedaría ni un minuto más, siendo sincera. Primero aseguremos la victoria y la seguridad de todos, y luego vemos los extras, básicamente.
Miró a Scarlett y Walter, animada. Podrían salir sin un rasguño de ahí.
-¿Que fue todo eso? No solo habia dos versiones mas adultas de Sadina y Trishia sino que habia un doble casi exacto de Eli.-
El shock me deja angustiado, camino deprisa tratando de alejarme lo mas rapido posible de ahi en alguna direccion que desconozco. La voz de Elizabeth me trae de nuevo a la realidad. La miro temerosamente sorprendido, sacudo la cabeza y me calmo un poco.
-Je, je. En nuestro paseo mi amada...- El nerviosismo hace que se me escape esa ultima palabra. Sonrojado casi por completo al darme cuenta que casi nunca me refiero a ella asi en publico. -Ehhh, ¿Por donde le gustaria pasar ahora mi, mi...?- No me sale la ultima palabra, no se como ella se tomo que fuera tan directo.
La situación se resolvió tan rápido que hasta resultó sospechoso, pero tal vez el motivo había sido el que tanta gente poderosa estuviera junta.
Cuándo Miguel mordió a Leniel de esa forma me hizo recordar a Lenna y la Bestia de Odio que afortunadamente yo había matado ya hace tiempo y afortunadamente la naturaleza de Miguel era muy distinta y en cuanto brilló en fuego de esperanza me relajé.
-Bueno, eso estuvo bien y no tuve que usar un laud- dije en voz alta, agradeciendo el halago de Onyx y que tomara a Leniel en brazos, me acerqué y le acaricié el cabello notando el cambio.
-Isharael tiene razón y Clarice también en cierta medida, pero tal vez las demás llaves quieran resolver sus cosas- miré entonces a Carol - digo, Sarah claramente fue a hacerlo, quizás lo mejor sea que algunos nos quedemos con las llaves mientras resuelven sus asuntos y de paso ver que más podemos averiguar de este mundo mientras el resto regresa y hace los preparativos para volver al nuestro-
Mientras estaban considerando el próximo movimiento, se empieza a escuchar la tonada de un Laud... Era un bella tonada que en cierta forma tenía un aire siniestro muy escondido en ella.
La música provenía de todos lados y ningún lado a la vez, el Laud era un instrumento normal que no tenía nada de raro se lo mirase por donde se lo mirase, excepto para Zeruel que tocó uno hace muy poco tiempo. -El laud... Un productor de sonido de los mas bellos de todos, sorprendente la belleza que puede ser creada con algo tan simple como maderas y cuerdas- escuchan la voz de un hombre adulto... La voz que tendría cualquier persona en particular, una voz que no resaltaba para nada, podría ser el amigable vendedor de frutas, el maestro de escuela de tu hijo, el mesero del restaurante e incluso el amable oficial de seguridad que los ayudaría a encontrar una dirección.
-Pisan nuestros jardines creyendo que tienen la potestad de decidir si explorar o no, o de resolver asuntos pendientes o no- dice la voz mientras el laud aun suena de fondo -los orgánicos nunca dejaran de impresionarme... Y es por esa ingenuidad que los admiro tanto- la música se intensifica mas y mas hasta que finalmente termina.
-Ahora, escapen de esta jaula y regresen a su mundo, se han ganado esta victoria-
Motivo: Medida de seguridad del mundo (par bueno impar malo)
Tirada: 1d10
Resultado: 3 [3]
-Después de todo- entre medio del grupo, aparece un hombre de traje con un laúd en sus manos -no es como si esto cambiara algo- nadie pudo sentir el momento en el que este hombre apareció, tenía el cabello marrón corto y ojos del mismo color.
Al terminar estas palabras, todo lo que su vista llega a ver, se empieza a trazar en lineas que dan forma a cubos... Y un cubo que formaba parte de una casa simplemente desaparece.
-Si no lo hiciera, está jaula no existiría en primer lugar.
A pesar de todo, Clarice respondió de forma audible y al punto...con lo que sería quizá el del mural. Aunque viendo como el paisaje se iba cuadriculando, quedarse a discutir más no estaba en su itinerario. Por supuesto que no todo podría ser tan sencillo, al menos en el tema de cualquier plan posterior a ese. Normalmente sentiría mucho más por la perspectiva de un mundo entero y sus gentes desintegrandose en cuadrados de nada, pero contando que no quedaba nada inteligente ahí adentro, se dispuso a irse por donde vinieron sin un remordimiento.
-¡Movámonos! No creo que nadie tenga ganas de ver que pasa si nos quedamos dentro de un mundo que llega a su final.
Cuándo Clarice habló sentí el impulso de callarla, pero yo no era su guardián ni ella entendía lo que tenía en frente así que tan solo me quedé en silencio hasta que aquel sujeto dejo de hablar.
-Nos vamos- dije sencillamente para luego voltear y empezar a correr cerrando la marcha y teniendo a todos a la vista, tras unos metros recorridos una sonrisa se dibujó en mi rostro, puede que nunca lo admitieran pero el hecho de que hubiese aparecido con un laúd demostraba que ese brecha en sus defensas le había dolido, no por nada quién nos había dado muerte en el pasado había aparecido incluso un instante.
Puede que en el fondo no cambiara nada, pero para nosotros era una victoria y eso lo cambiaba todo.
En situaciones normales les hubiese costado escapar del mundo, pero como si el rey estuviese velando por todos y cada uno de ustedes, con solo correr se reencontraron con Gehrman y los que quedaron atrás.
Onyx ató con tela diamantina a Leniel a su espalda, mientras corrían las llaves parecían estar mas cansadas de lo que esperaban, por lo que cada uno se fue encargando de ellas, Walter se llevó a Scarlett a su espalda, Elizabeth tomó a Carol en brazos, Zeruel agarró a Sarah e Isharael y Jurael tomaron a las dos oni.
-¡Gehrman la puerta!- gritó Onyx mientras corría, casi adelante de todo con Leniel a su espalda. Gehrman sacó la guadaña de su espalda y realizando un corte en el aire, genera un portal, portal que todos sin siquiera pensarlo lo cruzan...
Motivo: mundo
Tirada: 1d10
Resultado: 10 [10]
Epilogo del mundo
Y fue así que la invasión empezó y termino con relativa facilidad, los invasores recuperaron a Miguel y todo parecía marchar bien, mientra el mundo se borraba poco a poco. Todos los invasores habían desaparecido, dejando atrás un mundo vacío, falso y sin vida.
Una leve risa se escuchó en ese mundo vacío -los orgánicos son tan maravillosos...-
El guardia del banco sonrío y su cara cambio totalmente. -Y porque son maravillosos, es que debemos salvarlos, cueste lo que cueste-
El sujeto desapareció y el mundo se estaba terminando de desmoronar ¿Pero fue esa la última vez que verían los invasores a este hombre? Probablemente no, aunque ni ellos mismos sabían lo que sucedería en el futuro.
Fin de la invasión al otro mundo.
Siguieron caminando tomados de la mano unos momentos mas hasta que se detuvieron en una de las tantas plazas para tomarse un momento para descansar.
Miraste a Elizabeth y por unos momentos te pareció ver un tomate, pero luego de parpaedar unas veces notaste que no se trataba de un tomate sino que estaba tan ruborizada que parecía uno. -Pu... Puedes repetir eso último que dijiste?-
Al ver el rostro bordo de Eli y escuchar esas palabras, mi mundo se detuvo. La que siempre vi como alguien imponente y orgullosa, ahora mismo parece un pequeña y temblorosa jovencita delante mio. Solo siento como mi corazon se frena al verla asi y una tierna sonrisa dibuja mi rostro.
Tomo sus manos y la miro directamente a los ojos.
-Mi amada Elizabeth. Mi muy, muy amada Eli.-
Elizabeth se inclinó levemente para tomarte en brazos por unos momentos, la duración del abrazo pareció infinita... Como si una estrella hubiese nacido al momento que sus brazos se encontraron, y al momento que se separaron la misma estrella había perdido su brillo. La noción del tiempo había desaparecido, por los momentos que se encontraron en los brazos del otro.
Caminaron por silencio por un buen rato, hasta que finalmente la noche parecería estar a punto de llegar... -Hey... Vamos a estar juntos para siempre ¿No?- pregunto mientras nuevamente se detiene, en la puerta de la posada, en la que todas tus compañeras esperaban. -Tendremos aventuras, conoceremos muchas mas personas y finalmente tendremos nuestro final feliz ¿No?-
Mi rostro se llena de sorpresa que da paso a felicidad, mientras mis ojos se llenan de lagrimas de alegria ante lo dicho por Eli. Con mi mano libre, tomo una de sus mejillas y acerco su rostro para besarla. Cuando termina nuestro beso.
-Si. Todos estaremos juntos para siempre y tendremos nuestro final feliz. Lo juro.-
Acariciando su mejilla y viendo su rostro por unos momentos mas.
-Ahora mismo, yo estoy disfrutando de ese final.-
Con una leve tos, para cortar el momento. Me acerco a la puerta de la taverna y la abro. Con una leve inclinacion, para dejar pasar primero a mi acompañante.
-Mi amada...-
Invitandola a entrar.
Besaste a tu amada por unos instantes y entraste a la posada, al cerrar la puerta esta hizo un eco que retumbó por toda la vacía taberna...
Había solo una mesa y en ella estaban sentadas todas tus compañeras, mirándote con una sonrisa en sus rostros.
-Felicidades Mikaelus- escuchas la voz del tabernero, aquel que halago al bardo por su voz angelical.
-Hiciste lo mejor que pudiste ¿No es así?- el sujeto miro por la ventana hacia la ciudad... Y está se estaba deshaciendo en polvo negro -tuviste la oportunidad de cambiarlo todo... Pero los miraste a los ojos y dejaste que te robaran tu derecho a vivir, el derecho a ellas de vivir- el tabernero camina hasta Trishia y apoyando su mano en la cabeza de la pequeña... Se deshace en polvo negro.
Una a una repitió el proceso hasta que finalmente llego a Elizabeth, y también se deshace en polvo negro.
Ninguna opuso resistencia alguna -vuelve a dónde perteneces- el sujeto te miro y al igual que tus compañeras, tu cuerpo se deshizo en polvo negro, y mientras tu cuerpo iba desapareciendo, tu consciencia también, ya no había más nada que sentir, no más dolor, no más pérdidas ya no más nada.
Y así el mundo, todos los habitantes y los edificios se convirtieron en polvo negro.
El tabernero se encuentra en el medio de la nada, flotando en un espacio vacío, con una sonrisa en su rostro -odio cuando no terminan las historias- dice el tabernero con una diferente sonrisa en su rostro... En sus manos había un libro, llamado una nueva aventura.
-La historia de Mikaelus... Parece que nunca conoceré el final- el sujeto abre el libro y este estaba por la mitad, incompleto, inconcluso.
-Bueno... Hay mil historias más que ver qué tienen final... Los orgánicos son tan creativos- el libro en sus manos se convierte en polvo negro y el sujeto desaparece de ese lugar vacío.
Una nueva aventura: fin