Partida Rol por web

Me encojo de hombros. ¿Y por qué no?. Después de todo emociones buscaba, y hay junto al barroso Missisipi todo un mundo por ver. Iremos por tanto, y ya diremos si la dichosa Rampart Street y sus clubes nocturnos son tanto como los pintan.

-Allí estaré mi estimado Jaques. No hay duda que verle en acción será toda una aventura. En el... ¿Eagle Saloon, dijo usted?. Bien, allí me verá a la hora convenida.

Me vuelvo hacia Antoine, dudando un momento sen preguntar algo más. No. No queda mucho más que decir y es obvio que tampoco gusta de comentar lo que sabe. Con una gesto que pretende ser cortés me despido entonces del estibador.

Antoine eleva su gorra con los dedos índice y corazón de la mano derecha a modo de despedida, y se aleja empujando la vagoneta hacia un almacén cercano.

Desciendo del taxi, mirando con desconfianza el paisaje urbano que me rodea. El reloj de bolsillo, consultado bajo un pliegue del abrigo para más seguridad, me anuncia que son las nueve y pasadas, y no es necesario pedir confirmación al taxista para saber que esta es Rampart Street y que aquel es el Eagle Saloon...

Con paso rápido y suspicaz cruzo la calle, más calmado al ver algún blanco en este barrio eminentemente negro. Aún así, no dejo de sentirme incómodo. No sé si las ropas más discretas con las que voy vestido sirvan realmente para atenuar mi obvia superioridad social (por mi orgullo espero que no), pero no dejo de sentirme incómodo en este lugar, extranjero. Cómo si el Congo y el Senegal se hubiesen dado sita con el mundo blanco, imponiendo su color y su música a la cultura material cristiana y europea. Una sensación extraña. Mal pálpito.

Pero ahora estoy frente a la entrada y la cautela da paso a la curiosidad. Mas le vale a Audubon que esté ya aquí y no haberme hecho venir de gusto a este barrio particular. Pero aún así, a pesar del inevitable disgusto, empiezo a considerar que tal vez no sea una noche perdida y que, si salgo con mi persona y pertenencias intactas de este nido de ladrones, algo nuevo habré visto al menos.

Llego a Rampart Street después de un tranuilo y relajado paseo. No hay motivo para darse prisa, según mi reloj pasan unos cinco minutos de las nueve cuando llego aunque nunca ha sido muy preciso.

Veo a Hartwell esperándome -Parece que lleve dos horas ahí plantado por la cara que pone, no le vendrá mal a su orgullo. Le saludo dándole la mano despreocupadamente.

-Un placer volver a verle Mr. Hartwell, entramos?

Afortunadamente Jaques ya está aquí. Sonriendo con deferencia le estrecho la mano que me tiende correspondiendole el saludo.

-Un gusto verle de nuevo señor Audubon. Ya ve que he optado por su compañía, espero que mi vestuario no traicione su discreción.

Me vuelvo hacia el edificio y con decisión (aunque francamente no muy convencido), abro la puerta exterior del edificio, sosteniéndola abierta para Audabon. La musica y las voces, atenuadas en el exterior, se derraman ahora en la calle. Un soplo de un aire exótico y diferente nos recibe, mirando con ojos nuevos entramos en el Eagle Saloon..

Bueno, entonces tengo que acabar la escena con Audubon. Espero que no tengas que esperar demasiado.

¿Audubon entró al local y me he quedado afuera, o simplemente están roleando lo acaecido en las horas previas?

No, no, son las horas previas