Tras la aparente derrota de la Reina de los Necrófagos, la advertencia de Lothian mediante la boca de Naelathan era clara:
Chemosh le dará otra oportunidad.
Mientras las palabras sombrías del Traidor resonaban en vuestra mente, el cuerpo de Sylvyana desapareció de vuestra vista junto a las lágrimas y un medallón. Los cuerpo de sus cautivos también desaparecieron, dejandoos a merced de varios secuaces y grandes dracos.
Rápido, a la Torre del Amanecer - pronuncia Naelathan mientras él mismo se desvanece.
Viktor vuelve a descender al patio central para ofrecerse como transporte.
Al mismo tiempo, Aracoe Pathfinder, liberado de los efectos de la allomanya y el embrujo de la Reina de los Ghouls, sucumbe en un acto heroico ante los esbirros de Sylvyana, haciendo posible vuestra huida.
Siguiendo el consejo de Naelathan, subís a lomos de Viktor para alcanzar la Torre del Amanecer. Sobrevoláis las ruinas de Baleph que se antojarían hermosas si no fuera por el creciente tumulto entre los adictos y poseídos por la maldita allomanya caníbal.
La Torre dispone en su más alto nivel de tres aberturas donde criaturas aladas de gran tamaño pueden aterrizar y adentrarse en ella. Vuestra montura accede por la abertura central y lo que os encontráis es muy revelador: Sylvyana se arrastra por un atrio hacia un trono carmesí portando las dos Lágrimas de Mishakal exhausta y malherida. Alrededor del atrio continúan sometidos los elfos de Pashin así como el padre Jon Bolitho, el Regente Belthanos y la Reina Angelyn Starsinger, ligados mágicamente a dos bancadas. Naelathan, por su parte, ha accedido mágicamente a la estancia teleportándose desde la Casa de los Espíritus.
Ante vosotros se haya el Cráneo de Dragón que estabais buscando.
Cuando accedéis y desmontáis del lomo de Viktor, Sylvyana se da la vuelta con gran dificultad y pronuncia unas palabras casi ininteligibles:
¡Chemosh! ¡Padre! ¿Por qué? ¿Por qué me has abandonado...? ¡Yo! ¡Solo yo soy tu elegida! - Sollozando, intenta negociar por su vida - Si es esto lo que queréis, tomadlo, es vuestro. - dice señalando con un dedo tembloroso al Cráneo de Dragón. Sin fuerzas, la Reina de los Necrófagos deja caer las dos lágrimas de Mishakal mientras trata de pronunciar un conjuro.
En ese instante, Naelathan se lanza a por ella y poniendo sus manos sobre su cabeza pronuncia unas palabras mágicas interrumpiendo la conjuración de Sylvyana y absorbiendo el resquicio vital que la ataba a este mundo. Lothian deja caer su cuerpo sin vida como una cáscara vacía y se retira unos pasos aparentemente consternado.
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Me lo he currado para alargar el encuentro si no jugábamos esta semana. Como veo que sí, al menos os dejo admirar mi obra xD
Cuando Murgo contempló a Sylvyana arrastrarse agonizante mientras pedía clemencia a su Dios, casi sintió lástima por ella. Pero este sentimiento duró poco, pues hasta en su último aliento de vida, la Reina de los Necrófagos intentó dar un golpe final.
El enano echó mano de la Dragonlance, pero Naelathan se adelantó a sus intenciones y destruyó a la elfa corrupta. O al menos su cuerpo.
-Bien. Esto es lo que hemos venido a buscar, y el tiempo va en nuestra contra, así que no lo perdamos demasiado-dijo Murgo mirando fijamente el cráneo de dragón.
Pues sí, está currado, así que yo voy a ir aprovechando mientras :P
Aunque la situación era muy buena, Ralph sintió que algo no iba bien: ¿podían confiar en la palabra de un clérigo de Chemosh?
- Naelathan, ¿eres... tú? -pensando en que el clérigo maligno podía haber absorbido la energía que le quedaba a la reina necrófaga, no el elfo. Se preparó para luchar, por si era necesario...
¿Tiramos iniciativa?
No... No puedo... - el elfo poseído tiene grandes dificultades para articular cualquier palabra. Al darse la vuelta para dirigirse a Ralph trastabilla para caer de bruces en el suelo de la estancia principal de la Torre del Amanecer.
Parece exhausto, sin fuerzas para continuar y al borde del desvanecimiento.
No es necesario iniciativa.
- ¡Necesita curación!- le grito a Tark.
¿Qué ha pasado al final con las lágrimas de Misakhal, estaban en el anfiteatro, las tiene aquí, no están? Yo las busco si no es la primera opción.
Con el grito de Ralph, Murgo desvió su atención del cráneo y centró su vista en Naelathan. Empezó a caminar hacia el elfo, y se temió lo peor. Ojalá se equivocase, pero su sensación al observarle es que ya era demasiado tarde para él...
Sylvyana se arrastra por un atrio hacia un trono carmesí portando las dos Lágrimas de Mishakal exhausta y malherida
Lee bien, Ralph!
Dejé la salud de Naelathan en manos de Tarkdurin, pues estar a su lado no iba a servir de nada, y me puse a buscar las lágrimas. No tardé mucho en descubrir que las poseía la misma reina necrófaga, algo en lo que no había reparado con tanta tensión. Me acerqué para cogerlas y dárselas a alguno de mis compañeros; el cuerno tendría que esperar a ver si era necesario ser usado de nuevo o todas las criaturas habían vuelto a la normalidad tras la muerte de la causante de este horrible espectáculo:
- El mal nunca compensa -susurró Ralph junto al cadáver.
- El poder de Chemosh mora en este lugar, deberíamos marcharnos lo antes posible... ¡¡El cráneo!! ¡¡Debemos llevarnos el cráneo!! ¡¡Ya!! - Dijo mirando al cráneo y a los individuos atrapados - ¡¡Quizás el cráneo haga que podamos liberarlos a todos!!
- Sí, pero antes debemos curar a Naelathan -le digo a Magus mientras le entrego las lágrimas-. Y nos llevaremos el cuerpo de la reina: dejarlo aquí no es seguro, podría ser resucitado de alguna forma... -y a continuación volví para cargarlo cuando el dragón nos sacara de allí.
Tras ver a Naelathan tan exhausto me acerco a él y utilizo mi más poderoso hechizo curativo para intentar sanarlo completamente. - Naelathan, espero que esto sea suficiente para curar tus heridas.
Utilizo sanar, con la dote de curación aumentada cura un total de 162 pv
En realidad Naelathan no está afligido por sus heridas. El pesar es más profundo.
El elfo se agarra a los brazos del enano místico y lo mira a los ojos con gesto de agradecimiento pero su debilidad aún es plausible. El elfo se derrumba tras unos segundos.
Al tomar las Lágrimas, Ralph se percata de que algo va mal. Neblinas oscuras se arremolinan en su interior, parece que las ancestrales reliquias están corruptas y aún peor, parecen hacer las veces de filacteria con las almas de los cautivos de la Renia de los Necrófagos.
- ¡Las lágrimas vuelven a estar corruptas y parecen tener las almas de los atrapados en la maldición! Tenemos que remediarlo antes de marcharnos, Magus... ¡o una separación tan lejana de cuerpo y alma podría acabar con todas las criaturas inocentes malditas en este bosque!
A ver, ¿alguien recuerda que algún pnj nos dijera algo sobre el tema? ¿Quitar maldición funciona con objetos? ¿Disipar magia? ¿Deseo? Cualquier idea es bienvenida.
La única forma que recuerdo que había de quitar la corrupción a las lágrimas era llevarlas a la fuente. Es lo que ponía en aquellos libros de la biblioteca de Toede, si no recuerdo mal. Por eso llevamos a la lágrima corrupta con nosotros hasta la fuente, porque no había otro modo.
Me temo que igual tenemos que dejarlas aquí. O arriesgarnos a llevarlas con nosotros a Bastión y preguntarle a Lyim.
El tiempo apremiaba, de manera que Murgo no se lo pensó más y se acercó hasta el cráneo de dragón. Lo miró unos segundos, respiró profundamente, y lo agarró con ambas manos.
Por lo pronto, pillo el cráneo.
No parecía haber salvación para las lágrimas. Con todo mi dolor, solté un peso enorme al dejarlas caer y aceptar que saldríamos de allí una vez que Murgo se sincronizase con la calavera. Al menos esperaba que el dragón diera unas vueltas para que pudiera tocar el cuerno en nuestro camino de vuelta, para salvar a tantas criaturas como fuera posible de la condenación...
Cuando ya las daba por perdidas, las lágrimas mostraron un resquicio de recuperación. Aquel pequeño indicio celebrado con júbilo por Ralph se trasmitió al resto, y siguió expandiéndose hasta que las lágrimas se regeneraron a su estado original. La maldición parecía haber terminado, al menos para aquellos que no habían sufrido los efectos del control mental: Naelathan estaba vivo pero inconsciente, el padre Jon y Shaylin Moonborn habían sido liberados de su cautiverio y el alma de Belthanos estaba libre, siendo el noble resucitado por uno de los pergaminos del grupo. Aún con todo, el escenario seguía evocando una pesadilla: mientras Murgo se alienaba con la calavera del dragón azul, Ralph a lomos de Viktor tocó el cuerno haya donde vio poseídos, viendo como algunos recuperaban la cordura, otros morían del shock de volver tras tanto tiempo en la oscuridad y finalmente algunos despertaban entre criaturas que no lo hacían o que eran violentas de por sí, y luchaban por sus vidas. El destino de los infectados no había dejado del todo satisfechos a los héroes, pero todos ellos así como los habitantes buenos de Cristyne entendían que los héroes tenían otra labor que cumplir: seguir con la búsqueda de los cráneos. Así que cuando Murgo estuvo en posesión de la calavera, dejaron el resto a los allí presentes, que dieron las gracias por haberles salvado y prometieron esforzarse por aquello en lo que habían luchado. No solo tendrían que ocuparse de la situación de las ruinas, sino también volver a Merwick y explicar lo sucedido, pero ahora se veían capaces tras la caída de la Sylvyana.
En cuanto a los héroes, éstos se teleportaron directamente a la torre de Magus, donde les esperaba uno de los monstruos porcinos que les habían atacado al atravesar el portal. Y también se activó el portal, ¡Viendo salir de él a Gilthanas! Que venía acompañado por unos cuantos seguidores. El elfo también se sorprendió al verlos y les pidió las calaveras, lo cual era una mera formalidad porque aquello se iba a resolver a golpes. Magus, de nuevo el más rápido, paró el tiempo y bombardeó de tal forma a Gilthanas con sus hechizos que todos sus compañeros y el monstruo porcino de por medio cayeron. El propio Gilthanas, muy malherido, se teleportó. Aquel encuentro inesperado había dejado paralizado al grupo, hasta que pensaron en que Gilthanas podía estar utilizando también Bastión para conseguir las calaveras. Entraron rápidamente preparados por si había nuevas sorpresas por el portal y le preguntaron a Lyim al respecto. Él contestó que era posible, ya que Bastión era muy grande y no podía vigilar todos sus rincones. Tener a Gilthanas tan cerca y a la vez tan lejos seguía siendo frustrante, pero de algún modo era un alivio saber que estaba utilizando los mismos métodos que ellos para conseguir las calaveras. Al fin y al cabo, Gilthanas fue un Héroe de la Lanza, pero no era una amenaza tan peligrosa como Escarcha.
Resumen escrito por Rubén y corregido (en lo que he podido) por mí.