Partida Rol por web

Arkam, 28 Bentham Rd

Octubre 1, 1931

9:30 AM

Hace un par de horas que te encuentras en el despacho de tu agencia de detective. Porque, de momento, sólo trabajas tú. En un futuro puede que sea detectives si logras algún caso importante y te unes a algún detective más… Pero ese día aún no ha llegado.

De pronto suena el teléfono. Ring…Ring… Es la primera vez que lo hace desde que te instalaste en Arkam. Ring… Ring… Si casi creías que estaba desconectado. Ring… Ring…      Tardas unos momentos en reaccionar, Ring… Ri, cuando descuelgas.

- ¿Es la agencia de detectives “D.A.H”*? Necesito hablar con un detective. ¿Podríamos vernos en el “Caffe Vittoria” de Boston? Es de suma importancia para mí, por favor. – Te pregunta una voz femenina con un cierto toque de ansiedad. – Se encuentra en  el 290 de Hanover Street.

- ¿Digamé?...Sí, es la agencia D.A.H., ¿en qué puedo ayudarla?.

- Bien, que sepa que tardaré en llegar pues estoy ubicado en Arkham, pero no hay problema en que me desplace a Boston.

- Nos vemos en un par de horas en el Caffe Vittoria, en el 290 de Hanover Street- dice apuntando rápidametne la dirección.

- Una pregunta, ¿cómo sabré quien es seroñaaaaa...?- alarga la última "a" para que ella le diga su nombre.

- ¡Oh! Discúlpeme. Soy Amanda Bird. Es que estoy muy nerviosa señor. – Te dice medio llorando. – Es que ha desaparecido mi novio, ¿sabe? Sus padres están tan nerviosos que no reacionan.- Acierta a decir en medio de sollozos.

- Llevaré mi gorro negro y trataré de estar sentada a la derecha de la entrada. Se lo agradezco de veras, señor. En dos horas le explico más. Adiós. – Se despide antes de colgar.

Parece que tienes trabajo.

- No se preocupe Amanda, en dos horas estaré allí. Adios- se despidió Lew intentando calmar a la mujer, diciendo su nombre de pila para mostrar cercanía.

Tras colgar el detective anotó la dirección en su libreta, se caló sus pistolas en las sobaqueras, se puso la chaqueta la gabardina y el sombrero y salió de su agencia cerrando con llave para que nadie entrara sin ser invitado.

Luego cruzó la calle y cogió su coche. Arrancó y miró su despacho desde la otra acera.

- Bien Lew, parece que por fin tenemos un caso...y eso es dinero. La semana que viene comeremos carne para celebrarlo- se dijo socarronamente el detective a sí mismo.

- Aunque creo que antes de ir a ver a Amanda quizás me pase por la comisaría para intentar recabar algo de información...a ver si ellos ya tienen algo- se recordó así mismo.

Dicho esto arrancó el coche y se dirigió a Boston.

Después de un rato conduciendo llegas a la comisaría de policía de Boston.

El policía con el que te entrevistas te mira como si no entendiese una palabra de lo que le dices. Es un hombre entrado en años y a punto de jubilarse. Escucha pacientemente lo que le expones sobre la supuesta desaparición. – Mire joven – Te contesta con cierto aire de lasitud – Ni sé nada sobre que haya desaparecido nadie en Nuevo México ni me importa. Estamos en Boston, ¿sabe dónde cae Nuevo México? Le aconsejo que se busque un mapa y verá que estamos a muchas millas de distancia. Creo, hijo, que hay un montón de comisarias entre ellos y nosotros. Puede ir preguntando en ellas quizá tenga más suerte. Y ahora, si no tiene nada relacionado con Boston váyase. Aquí ya tenemos suficiente trabajo para preocuparnos por el de otros.

Parece que aquí no vas a sacar nada.

Lew miró al policía que le había atendido con cara de resignación. Era uno de los que no conocía y tampoco quería alertar de quien era y de que había trabajado antes ahí. Dejándolo estar el detective se despidió.

- Vaya, una pena. Creía que siendo un ciudadano de Boston quizás supierais algo.

- Muchas gracias de todas formas. Adios.

El detective se volvió a meter en el coche y se fue al Caffe Vittoria donde había quedado con Amanda.

No tardaste mucho en llegar al café. Nada más llegar buscaste con la mirada a ver si veías a una señora con gorro negro a la derecha de la entrada. Y allí estaba, salvo por un par de detalles. La única señora con gorro era una joven bastante atractiva y que, encima llevaba un gorro blanco.

Lew entra en el establecimiento y tras echar un vistazo a la concurrencia ve una chica con un gorro blanco. El detective se quita el sombrero y se rasca la nuca.

- Habría jurado que me había dicho euq el gorro era negro- se dice a si mismo mientras se acerca a la muchacha.

- ¿Señorita Bird?- pregunta cortesmente el detective con su habitual sonrisa en la boca.

La joven se gira y te mira examinándote de arriba abajo. Al fin parece darte su aprobación y te extiende la mano a modo de saludo. - ¿Señor Harper? - Esta vez la joven parece más calmada que cuando hablasteis por teléfono.

Tras unos instantes de conversación banal enseguida pasa al meollo del problema. – Verá todos estamos muy preocupados por lo que pueda haberle ocurrido a David. Hace un tiempo que se fue a Silver City. Al principio las cartas llegaban con regularidad pero hace tiempo que no se sabe nada de él. – En este punto la joven sofoca un sollozo, se lleva el pañuelo de encaje que sostiene en las manos a su ojo derecho para enjuagar una lágrima y se recompone.

- Por el dinero no se preocupe. Los señores Lane no tienen problemas para pagarle.

El detective sonríe a la mujer y le devuelve el apretón de manos con cuidado. Luego se sienta y se quita el sombrero. Atento escucha lo que le dice la chica y al ver a la chica llorrar, saca un pañuelo para que se seque las lágrimas, aunque llega tarde pues ella hace lo propio con uno suyo.

- Bien, si el dinero no es un problema, cuando acabe la investigación le pasaré una factura con lo gastado- dice de pasada el detective y pronto cambia de tema.

- Entonces dice que le había escrito cartas ¿las tiene? Si es así me gustaría tenerlas, para poder leerlas ocn cuidado e intentar sacar algo de información de ellas.

- Dice que vivía en Silver City, ¿a qué se  dedicaba allí? ¿y por qué fue a parar allí?- preguntó.

- David había ido a Alburquerque un tiempo y después dijo que iba a visitar un pueblillo llamado Castroviejo o Castronuevo. No estoy segura. Había oído extraños rumores relacionados con los Apaches de la zona. Hablaba de algo que tenía que ver con algo que llamaba “evolución invertida”… y con las Ciencias Ocultas. De camino pensaba pasar un par de semanas en Silver City, para visitar a un amigo llamado David Little. No sé que más le podría decir de él. Únicamente que estaba entusiasmado con estas cosas. – Te dice después de serenarse un poco.

- Aquí no hay nada que pueda enseñarle. Ya se quedaron con todas las cosas los policías que vinieron a investigar. Quizá en Alburquerque o en Silver City haya algo que le pueda servir. – Te indica con pesar.

Lew, libreta en mano, fue apuntando todo lo que le parecía relevante de lo que Amanda le iba diciendo. Varias veces miró a la mujer con el ceño fruncido, preguntándose sobre algo quehabía dicho, pero no quiso interrumpir a la mujer y siguió escribiendo, guardándose las preguntas para el final.

- Bien- dijo escribiendo las últimas palabras-. Así que "ciencias ocultas", en Alburquerque ¿no sabrá si fue allí con alguien o si allí quedó con alguien? ¿y sabe la dirección donde residía en Alburquerque?

- Y una cosa más, ¿podría ver el apartamento donde residía aquí, en Boston?...y si pudiera ser, también donde trabajaba.

Lew levantó la vista de su libreta y se fijó que enq que la mujer tenía los ojos rojos de haber llorado. Se notaba que esto le estaba afectando.

- Siento hacerle tantas preguntas, pero cuanto más sepa más pistas tendré para localizarle- intentó tranquilizar Lew a la mujer.

- No. En Alburquerque no estaba con nadie... que yo sepa. - Bajó la cabeza con cierto rubor. - Sólo se lo que le he dicho. Iba a ir a visitar a David Little, pero eso ya le digo que sería en Silver City.

- Aquí, en la casa de sus padres, no creo que pueda encontrar nada... además, no es que nos llevemos muy bien. - Te miró endureciendo el rostro. - No creo que le dejen entrar ni siquiera en su jardín.

Lew torció el gesto y luego asintió. Sabía que la casa de sus padres quedaba descartada así que lo único que le quedaba eran Alburquerque y Silver City donde visitaría al tal David Little. Apuntándolo todo en su libreta, Lew sonrió a Amanda.

- No se preocupe, comenzaré hoy mismo con la investigación. Y la mantendré informada de todo lo que encuentre- dijo levantándose y cogiendo las cosas para marcharse.

- Antes de irme tengo una ultima pregunta, ha dicho que la policía se quedó todo lo que podría enseñarme, ¿qué policía vino, la de Boston, la de Alburquerque, la estatal?- preguntó mientras se colocaba el sombrero. 

La señorita Bird se quedó unos momentos pensativa. - No lo sé. - Dijo al fin. - Pero creo que fue la de aquí de Boston. No sé. Para mi son todos iguales.

- Encuentre a mi David, por favor señor Harper. - Susurra a punto de ponerse a llorar de nuevo.

- No se preocupe, haré lo que esté en mi mano y más para dar con él- dijo colocándose el sombrero-. La mantendré informada.

Dicho esto se toco el ala del sombrero a modo de despedida y luego salió del bar.

Lew se metió en el coche y fue a buscar una tienda donde le vendieran un mapa de la zona, algo que le orientara sobre los dos lugares y la posible distancio y conexión entre ellos.

No tardaste mucho en encontrar una librería. El viejo dependiente se quitó los anteojos y se pasó la mano por la cabeza. - ¿Ha dicho que quiere un mapa de nuevo México? No sé. Déjeme mirar. - Se fue a la trastienda y al cabo de unos minutos volvió con un bonito mapa de carretera en el que aparecian todos los estados.

No era un mapa muy detallado pero, al menos te podía servir para llegar allí.

- Gracias buen hombre- le dice Lew pagándole y saliendo de la tienda.

Tras la compra, se subió a su coche y echó un vistazo rápido al mapa que acababa de adquirir. Siguiendo con los ojos y los dedos la ruta más rápida y segura para ir, el detective arrancó su coche y se puso en camino para Silver City. Tenía ganas de encontrarse con ese ocultista con el que había contactado David antes de desaparecer.