Partida Rol por web

—Es a ti a quien buscábamos. Tú eras quien asaltó el almacén. La tela de camuflaje era tuya. Las grabaciones de seguridad lo confirmarán. Lo de Jax fue una treta. Te dejamos salir para ver que hacías.— Taylor quiso dejar clara la situación. —Lo que no sé es que buscabais allí, en el almacén ¿Era ese código? ¿Lo robasteis de allí?—

—De todas formas…— Taylor se rascó la cabeza. Era hora de enseñar las cartas —¿Quién es tu sospechoso? ¿Lucas? Yo creo que el androide del D´Place es el responsable de los asesinatos. No materialmente, claro. Ha descubierto una forma de manipular la mente de los clientes. No sé si es hipnosis o a base de drogas en las bebidas. La cuestión es que los obliga a cometer esos crímenes. Uno entra en ese garito, y sale convertido en un asesino.—

—Lo que no se es por qué. No se si es cosa suya. Puede que se le haya fundido un chip o algo así.— El concepto de cables cruzados y fusibles gastados era a lo más que podía llegar el conocimiento en robótica de Taylor.

—O puede ser que esté dirigido por alguien. Alguien capaz de programar su código de alguna forma para hacer ese tipo de cosas—

—Entiendo que el puto crucigrama ese es para Lucas. Lo que no tengo claro es usáis el código QR para obligarle a hacer esas cosas o es para destruirlo.—

-¡Esperad un momento, maldita sea, no vayáis tan rápido! Vale lo de Jax. No se va a morir por pasar unos días en una celda. Pero desmantelar a Lucas sin estar seguros es bastante más radical. Tú, Grit, dijiste que ya te equivocaste una vez, con Upton, ¿qué te asegura que no te hayas vuelto a equivocar?

Y aún así, no es que no hubiera notado ella también las coincidencias. Todo los llevaba al D'Place una y otra vez.

-A ver, para empezar, ¿por qué sospechaste primero de Upton? Y luego, si sospecháis de Lucas, podemos encerrarlo en algún sitio y registrar el bar.

Grit hizo una pausa por un momento, tomando una calada y sonriendo al ver que Taylor había llegado casi a la misma asunción que ella, pero sabía un poco más...

- ¿Sabéis qué? Sospeché de Upton porque, la pobre tenía un don de gentes que pasaba desapercibido. Algunos la habrían definido como una dinamizadora, se le daba bien mover piezas sin ser vista. Pero ya antes de su muerte había comenzado a pensar que no podía ser ella. No llegué a tiempo. Pero descubrí algo más, si, sospechaba de Lucas pero no creo que tenga nada que ver con...

Antes de que pudiera terminar, las luces del edificio parpadearon y se apagaron inesperadamente, sumergiendo el corredor en oscuridad.

- Coño ¿Qué mierda? No, no tiene nada que ver con las bebidas, creo que simplemente tiene una subrutina programada que le perm...

Las detonaciones consecutivas de varios disparos interrumpieron a Grit, se escuchó movimiento en el pasillo, peor mientras los ojos no se acostumbrasen a la ausencia de luz, era difícil precisar qué estaba pasando.

Taylor pudo percivir que alguien estaba asomado por la ventana rota.

- Mantengan todos la calma, por favor. Esto es lo correcto. Tras esto todo estará bien.- A Marion y Taylor no les costó reconocer la voz de Jessup, al que el marine había visto, no hacía tanto, en los calabozos, vigilando a los presos y controlando la situación en la base a través de las escasas cámaras instaladas.

- Mierda, creo que se ha cargado a Bran.- Dijo la mujer que estaba en el pasillo, frente a la puerta, deslizándose en el aula donde estaban Marion, el otro tipo herido y Gwen.

- Jessup, hijo de puta, TÚ NO.- Grit seguía viva, y en el pasillo, tratando de alcanzar alguna puerta por la que escurrirse.

¿Qué? ¿Qué coño era eso que había dicho Grit? ¿Subrutina? Estaba claro que el circulo se estrechaba alrededor de Lucas, pero ¿Que mierda era eso de la subrutina? Necesitaba explicaciones y la minera las tenía así que echó a correr detrás de ella. No podía dejar que huyera.

Joder, Grit, estate quieta, detente. Le gritó mientras la apuntaba con su arma.

Marion se echó al suelo en cuanto empezaron a sonar los tiros. O mejor dicho, en cuanto su cerebro empezó a registrar lo que estaba pasando, y que en la oscuridad las balas no distinguían mucho amigos de enemigos.

No estaba segura de alegrarse de que llegase el sheriff o no. Por un lado, estaban llegando a algún lado con Grit. Por otro, tampoco estaba segura de cuanto iban a durar las buenas maneras si se negaban a darles el papel. Por otro lado más, y aquello empezaba a parecer una tienda de poliedros, Jessup estaba llevando aquello con menos que precisión quirúrgica, y si antes Grit y los otros resultaban amenazadores, no creía que ahora estuviera más contentos. Agarró la mano de Gwen e intentó recordar si había alguna otra salida de la habitación, o algún sitio donde pudieran resguardarse mientras toda aquella confusión no se volvía un poco menos confusa, para evitar un balazo de secuestradores cabreados o fuerzas de seguridad que las confundieran con secuestradores.

¡Y tú, Jessup! ¡Deja de disparar! Taylor se agachó para eludir los disparos del sheriff.

ANtes de que Grit pudiese responder, otro tiro cortó el aire del pasillo, alcanzando en la pierna a la mujer que estaba entrando en el aula donde estaba Marion. 

- Jod...- Masculló la mujer, antes de caer de bruces en el mismo lugar donde Marion había tumbado a su compañero.

La científica había tomado a la doctora de la mano, deslizándose hacia el fondo del aula. No había otra salida, y las ventanas estaban protegidas con barrotes desde fuera, pero había un par de armarios y unas estanterías al fondo.

- Perdona, Taylor, es simplemente que quiero terminar con todo este caos y dolores de cabeza de una sola vez... Solo... Quedaros quietos...- Contestó Jessup al investigador, mientras se escuchaba cómo volvía a cargar su escopeta.

- Nos va a matar a todos, ¿Es que no lo entendéis? Está actuando como los otros.- Berreó Grit desde el suelo. Taylor pudo ver el bulto que era la minera, a cuatro patas, avanzando por el pasillo tan rápido como podía, cinco metros por delante de él.

- ¿Qué diablos está haciendo, Marshall?- Taylor pudo reconocer la voz de Trevor fuera, posiblemente llegando por la espalda del responsable de seguridad del asteroide.

- Yo... Estoy terminando con algo de ruido de fondo.- Jessup pegó otro tiro, pero Grit consiguió escabullirse antes de que le diesen, entrando en el aula opuesta a aquella en la que estaba Marion. - Ya verá, señor Steadman, deme unos minutos y todo estará solucionado.

—Hay que agarrar a Jessup. Retenerlo. Está… está…— Taylor dudó. No sabía muy bien cómo explicar lo que creía que le pasaba al sheriff. Está poseído. Vale, “poseído” no era la mejor opción.

—Bueno, hipnotizado o algo así.—Sí, quizás eso se ajustaba más a su idea.

—Es como dice Grit. Algo o alguien le ha lavado el cerebro y le obliga a hacer cosas. Igual que pasó con Casiopea Norton o Wren Harcourt. Lo mismo que ha pasado con los demás asesinatos. Mañana no recordará nada de esto.—

—¡Sujétalo Trevor!— Steadman llegaba justo a tiempo.

Mierda, mierda, mierda. ¿Es que no podía haber nada normal en aquel puto asteroide? Cuando todo había empezado, había pensado que Jessup sólo estaba haciendo su trabajo de sheriff. Incluso si era uno de esos que disparaba primero y preguntaba después, seguía habiendo una lógica en lo que hacía.

Se estaba dando cuenta de que no era así. Jessup no había ido allí a cumplir con su trabajo, o protegerlos, o cualquier otra cosa que tuviera sentido en algún otro sitio. En sitios normales; en planetas y estaciones sin extrañas muertes diarias por parte de asesinos que decían que era lo que más sentido tenía. Y no iba a parar hasta que lo que fuera que tuviese susurrando en su oído se callase.

¿Debería ir a ayudar a Trevor a sujetar a Jessup? Él era un marine, entrenado en pelear, ella sólo era médico, no sabía qué hacer contra un hambre armado. No quería meterse en medio y acabar haciendo más mal que bien. Y además, tampoco quería que la matasen, cuando había otros que iban a correr el riesgo y quizás aún podría salir de allí viva. Y sí, era cobarde, pero incluso sabiéndolo, no era capaz de obligar a sus pies a moverse. Pero quizás podía ayudarlo de otra forma. Le susurró a Gwen que se metiera en el armario y cogió lo primero que le vino a mano, un par de libros y una figurita de cerámica* de la estantería y se acercó a la puerta, intentando colocarse de forma que quedase cubierta por la pared. Sólo veía sombras y oía voces, así que sabía en cuanto tiró el primer proyectil a donde esperaba que estuviese Jessup que probablemente no iba a darle, o al menos no hacerle suficiente daño para incapacitarlo. Pero si no le daba, esperaba al menos distraerlo con el sonido de los objetos cayendo para distraerlo y que no disparase a los otros durante unos momentos.

Mientras Taylor observaba al bulto a contra luz que era Jessup colgando de la ventana, aún armado, una oleada de adrenalina lo impulsó hacia adelante. Decidido a desarmarlo, se abalanzó sobre el marshal, alcanzando el arma. Sin embargo, su intento no tuvo éxito, ya que el agente de la ley le eludió aprovechando su localización, echándose hacia atrás.

Trevor, al darse cuenta de la urgencia de la situación, se apresuró a intervenir. Se acercó por detrás, con el objetivo de inmovilizar a Jessup y evitar más daños. Sin embargo, en el caos del momento, el investigador terminó de empujar al marshal por la ventana, haciendo que cayese por completo dentro del pasillo del colegio, con los dientes por delante.

Jessup, desorientado, no fue capaz de reaccionar antes de que una Marion desencadenada se asomase, lanzando lo que había encontrado más a mano en el aula, unos cuantos libros y una figurilla de cerámica que siguieron una misma órbita definida, contra la cabeza del recién llegado.

La confusión general facilitó que entre Grit, Taylor y y los dos compañeros de la minera, pudiesen inmovilizar a Jessup, Taylor haciéndose con su arma, viendo cómo el tipo estaba usando un arma con visión nocturna, como si pretendiese cazar patos a cañonazos.

Con Jessup sometido, la atmósfera tensa comenzó a disiparse gradualmente. Todos fueron recuperando el aliento mientras el propio Jessup parecía comenzar a salir del trance que allí le había mandado. - Qué hijo de puta... ¡QUÉ HIJO DE PUTA! - Macullaba. - Lo siento, lo siento.- Consiguieorn inmovilizar sus manos con unas presillas de plástico que Gwen tenía en su botiquín.

Grit se había torcido un tobillo, así que muy lejos no iba a huir, peor tampoco parecía que lo pretendiese.

—¡Grit!—Taylor señaló la minera

—¡Ven aquí!— Le hizo un gesto para que se acercara hasta ellos.  Vamos a aclarar esto de una vez por todas. El marine ayudó al Marshall a sentarse en una silla. Parecía que salía del trance o lo que demonios fuera que le había llevado a presentarse allí a pegar tiros a diestro y siniestro.

—Vale.— El marine aprovechó para coger aire y ordenar sus ideas.

—Vamos a calmarnos todos—

—¿A quien te refieres con eso de hijo de puta?— Preguntó a Jessup. Estaba casi seguro que se refería a Lucas, pero aún tenía que despejar unas cuantas incógnitas de aquella jodida ecuación.

—Dinos ¿Qué es lo último que recuerdas?—

La primera reacción fue querer ir a ver que no se había pasado con el golpe, y Jessup estaba bien. Su segunda reacción, antes aún de hacer caso a la primera, fue pensar que lo mejor que podía hacer por él era quedarse allí, mientras los otros lo inmovilizaban, para evitar tener que zurrarle otra vez en la cabeza. La tercera, pensar que no sabía que debía de haber agotado toda su suerte en aquel lanzamiento, porque normalmente tenía más posibilidades de dar a lo que fuera que estuviera detrás que su objetivo.

Escuchó las preguntas que hacía Taylor, esperando por respuestas que esperaba que aclarasen qué estaban pasando allí.

Mientras Taylor y los demás comprobaron que no debían esforzarse en inmovilizar a Jessup más allá de las presillas, Grit, aún cojeando debido a su tobillo torcido, se unió al grupo.

Jessup miró a su alrededor, rumiando las preguntas de Taylor, sus ojos parpadeando confusamente mientras trataba de adaptarse a la oscuridad, ya sin su arma con mirilla nocturna. Su piel estaba cubierta de un sudor frío que brillaba incluso en la oscuridad. Sus ojos, vidriosos y desenfocados, buscaban desesperadamente respuestas en el entorno, como si las pistas estuvieran impresas en las paredes y el suelo que no llegaba a ver. Su boca se abría y cerraba mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para expresar su confusión.

- Lucas... Me refería a Lucas... - Terminó por cloquear, confirmó las sospechas de Taylor. Tras su salida para venir aquí, hara 20 minutos, el camarero se personó en el calabozo, cargando con una mochila. Decía que me traía un mensaje antes de irse, saludó a los presos por los asesinatos, uno por uno antes de girarse y decirme algo... Lo siguiente que recuerdo es teneros encima de mí, aquí.

- ¿Una mochila?- Le preguntó Grit, con claras ganas de saltarle un guantazo. De golpe, las luces parpadearon y volvieron a  encenderse. 

- ¿Está ahí, Jessup?- Se escuchó una voz distorsionada en el walkie del Marshall, era otro de sus alguaciles. - Acabo de llegar al edificio y he visto los fusibles del colegio bajados...