Partida Rol por web

Al llegar a tus aposentos tenias otra carta lacrada pero este lacre sabias a que anillo pertenecía, Satine.

Mi Rey, mi señor... Espero que acepteis la invitacion de nuevo gobernante, pues yo llegare mañana a mi reino para preparar el castillo. Espero que vuestros caballos sigan siendo igual de raudos.

Alasthor me volvía loca, tenia algo que despertaba todos mis deseos e impulsos y había sido así desde niña, si su mujer hubiera muerto un par de años antes... lo habría elegido a el sin duda...

Comenzó a desabrochar mi vestido y lo ayude con ello, pues desprendiendo el corset se caían solas las mangas y tendría mi voluptuoso pecho para el. Eleve una de mis piernas mostrando que no portaba nada bajo la falda del vestido y al terminar con mis ropas me dedique a las suyas comenzando a quitar aquellos molestos pantalones.

El vestido de Satine dejó sus pechos al descubierto y mis manos acariciaban su cuerpo por doquier, centrándose en la lujuria de sus pechos y sus nalgas, así como mis labios no paraban de besar los suyos y mis dientes de morderlos. Ayudé en su empeño de quitarme los pantalones y de desnudarme completamente.

Mientras la besaba y sin molestarme en despojarla del todo de su vestido la tumbé encima del sofá más grande poniéndome encima de ella.

Deje que me recostara sintiendo su fuerte cuerpo sobre el mío, mis piernas lo rodearon atrayéndolo hacia mi con deseo - Mi rey... - Fueron las palabras que salieron de mis labios, ya pudo comprobar como mi sexo estaba empapado y mis pezones tan duros que podría cortar cristales con ellos.

Mis manos recorrían su musculatura haciendo que el deseo subiera, recordando viejas marcas que ya le había causado en su cuerpo por el placer.

Mis manos se movieron acariciando los muslos de Satine, haciendo que levantara su piena derecha para dejarme el paso libre. Mis labios buscaban cada vez con más avidez los suyos y finalmente entré en su interior ahogando un gemido en un profundo beso.

Mientras una de mis manos sujetaba su pierna derecha la otra buscó uno de sus pechos para agarrarlo con firmeza mientras mi lengua bailaba con la suya.

Un gemido ahogado salio de mi garganta cuando finalmente me penetro, su rudeza, su deseo me llenaban como nunca. Mis manos apretaban su trasero pegandolo aun mas contra mi, ayudandole a embestirme con fuerza mientras mordia su cuello para silenciar los sonidos de placer que me arrebataban.

- Alasthor... Alasthor...

No ceso en el beso y aprovecho para para mis embestidas intensas acompañarlas con el juego con su clítoris, siempre se vuelve loca cuando lo hago y mi otra mano en su pecho.

Satine es ardiente y me ha dado el regalo mas preciado, William.

Cuando comenzo a embestirme de esa manera y a dedicarse a mi clítoris casi pense que le arrancaria el hombro de un mordisco para acallar mis fuertes gemidos, pues ahora mismo me estaba volviendo completamente loca, Alasthor siempre conseguia que mi mundo se cerrara solo en el.

La mano de su pecho se vuelven caricias en su cuerpo, mi beso besos por la parte accesible de su cuero en este momento sin cambiar lo mas minino las embestidas y el juego de su clítoris, con esto comino las caricias y los besos aportando dulzura y amor y la pasión y la lujuria de mis embestidas y su sexo.

No tarde mucho en llegar al orgasmo haciendome alcanzar el mayor de los clímax, mi cuerpo se quedo en sus manos como el de una niña, solo duro unos segundos en los que el orgasmo me lleno, despues volví a moverme en busca del placer de mi rey.

Espera,antes de continuar como antes la bese, con la pasión del primer día, de nuestro primer encuentro para continuar como antes de llegar a su clímax solo que con penetraciones mas fuertes y continuas llegado yo a mi máximo placer compartiendo con ella esencia para crear otra vida fruto del amor, la pasión que había entre los dos y nada podía romper. Miraba en sus ojos y veía la reina que debía gobernar conmigo y la que lo hacia.