Partida Rol por web

Busco a Daniella cuando me entero de que ha llegado un mensajero imperial. El mensaje puede decir quien es el sucesor o como espero de el emperador que tenemos lo dejara en el aire y en manos del mas apto.

Cuando la encuentro en privado le saludo llevándome su mano a los labios y dejándolos sobre su piel un par de segundos mas de lo necesario.

Mi querida reina, parece que todo comienza hoy. Lo digo como si no llevara ya años preparándome para este momento.

Daniella se encontraba en sus aposentos, sentada delante de un gran espejo mientras su sirvienta cepillaba su cabello. Acababan de avisarle que se requería su presencia en el Gran Salón. Le habían informado de que un mensajero imperial solicitaba la presencia de toda la familia. 

Aunque ella era la reina, siempre se había sentido relegada. El rey pocas veces la miraba (cosa que en el fondo agradecía) pero por otro lado una espina se iba clavando en su corazón.

Llamaron a la puerta y avisaron de que Connor venía a verla. Su corazón le dio un vuelco. No era la primera vez que se veían a escondidas de cualquier mirada indiscreta, pero aquella vez se sentía extrañamente nerviosa. 

- Ya está, déjame así. Llévate ese vestido para que lo laven... Y sobre todo, que esta vez tengan cuidado - . Despidió a su sirvienta y se levantó para recibir al príncipe. 

Sonrió al verle entrar. Era un joven guapo y apuesto. Gracias a él y a su hermano ella no se sentía tan sola en aquel enorme y frío castillo. Pero últimamente había intimado más de la cuenta con Connor, y aunque temía que el rey se enterase, le encantaba sentir la emoción de la aventura. Y gracias a él se volvía a sentir una mujer deseada...

- Buenos días, príncipe... - Una sonrisa acentuó sus suaves rasgos. - ¿Tu padre ha sido elegido para suceder al emperador? -  Le preguntó mientras se daba la vuelta para que él pudiera terminar de abrochar los cordones del corsé que casi la dejaba sin respiración.

Sonrío cuando se gira y me deja los últimos toques de su corsé para cerrárselo. Sabe que prefiero quitarlo a ponerlo, pero ahora no tenemos tiempo para ponernos demasiado tiernos. Aun así, cuando mueve sus cabellos para dejarme el acceso cómodo a los cordones del corsé no puedo evitar que ver la elegante y pálida linea de su cuello me haga perder el aliento y el cordón que acababa de tomar. Acerco mis labios para rozar su nuca durante un instante mientras me recupero y sin darme cuenta recorro la cintura de Daniella en una caricia inconsciente mientras busco a tientas los cordones.

Aun desconozco el contenido de la misiva, pero lo dudo. Algo tan importante no habría sido comunicado con una simple carta.Seria un insulto. Mas bien creo que el emperador quiera algo a cambio para ceder el trono o que prefiera vernos competir para ocuparlo. Esto traerá muchas muertes sin duda. Es posible que arruine algún país. Por fin logro localizar los esquivos cordones y comienzo a anudar el corsé, ajustándolo a el cuerpo de Daniella.

Un delicioso escalofrío recorrió el cuerpo de Daniella al sentir los labios de Connor rozando su cuello. La joven reina se mordió el labio y cerró por un momento los ojos. Sentía su corazón latir con fuerza. Deseaba que en vez de apretar aquel odioso corsé, se lo arrancara sin miramientos y la poseyera allí mismo... 

Un ligero suspiro salió de sus labios. Era peligroso y a veces jugaban con fuego. Abrió los ojos, agarrándose al velo de la realidad. La sirvienta podía volver en cualquier momento y no se fiaba de ella.

Una vez sintió que Connor había terminado de ajustarle el corsé, se apartó ligeramente y se dio la vuelta para mirarle a los ojos. Una tenue sonrisa había asomado a sus labios. 

- Todos saben que quién más se lo merece es nuestra familia. Los Lenger acaban de perder a su rey, y su sucesor no tiene ni idea. Se le viene grande gobernar su reino como para que asuma más responsabilidades. Si es como piensas debe ser una broma...  - 

Me aparto un paso para evitar las tentaciones de besar a mi reina cuando se gira hacia mi con una sonrisa en su bello rostro. Ademas, arruinaria su maquillaje y eso si seria algo que la sirvienta no pasaría por alto.

Me conformo con mirarla por el momento, aunque si el mensaje del emperador es como preveo todos estaremos muy ocupados y seguro que encontraremos un momento para coincidir en privado.

Creo que al emperador le importamos muy poco ya. Las familias se las han arreglado para amargarle su reinado durante años según su enfermedad le hacia ganar en debilidad. Creo que esta es una forma de castigarnos. Aunque algunos estemos mas preparados que otros.

Me alejo y me acerco a la mesita en la que la reina guarda copas y vinos variados.

Por cierto...te he comentado alguna vez que la princesa de Lenger esta perdida y romanticamente enamorada de mi?...y que piensa que mi sentimiento es similar o mayor?. Lo digo con un tono casual y sonriente, esperando la reacción de Daniella. Sentirá celos o vera las posibilidades?.

Las últimas palabras de Connor consiguieron que Daniella se olvidara por un momento de la misiva del Emperador. Él se había dado la vuelta y no vio como sus piernas flaquearon. Su rostro había palidecido bajo el maquillaje y sus labios se apretaron en una fina línea. 

Cuando volvió a mirarla, ella había conseguido recuperar su temple. Aunque en su interior se acumulaban una vorágine de sentimientos contradictorios, consiguió sonreír con dulzura.

- ¿Y tú qué sientes por ella? - logró preguntar sin que su voz flaqueara. 

Sonrío con crueldad mientras respondo. Es un peón...una pieza que pienso usar para que su hermano no logre el trono del emperador. Estoy trabajando para lograr un encuentro intimo y privado para...ayudar a arreglar la situación tensa entre los dos países y una vez que la tenga en mi poder no pienso soltarla.Me acerco con dos copas a la reina y le tiendo una.

Te apetece torturar a una princesa, mi reina?.

jajajaja Era el unico patron del pj apartir de eso podiais haceros lo que os diera la gana xD

Daniella aceptó la copa que Connor le tendía y se la llevó a los labios. Saboreó el dulce y ardiente néctar ambarino, mientras sopesaba las palabras del joven príncipe. En el fondo se sentía identificada con la princesa de Lenger. Ella se había casado con alguien que no amaba, debido a los acuerdos políticos existentes entre sus reinos. Siempre la habían educado para ello, y nunca se planteó luchar contra su destino. Aunque tampoco podía quejarse, su marido la ignoraba y ella tenía "cierta" libertad. Pero aquella princesa se veía tan frágil... Sabía que Connor podía hacerle mucho daño, y más si la hacía creer que estaba enamorado de ella. 

Pero por otro lado, como bien decía Connor, eso podía ayudar a suavizar la tensión existente entre ambos reinos. 

La reina entrelazó su mirada con la del príncipe. Era consciente de que el joven cada vez se mostraba más cruel, como si delante de ella no le importara quitarse la máscara con la que engañaba al resto del reino. 

- El plan podría funcionar... Vuestro compromiso acabaría con viejas disputas. Pero no me gusta que se torture a una mujer y lo sabes... Ella no tiene la culpa de estar en medio de este juego. Si no llegas a amarla, como cualquier mujer se merece, puedes ignorarla y buscar el calor de un lecho en otras partes, se puede vivir con ello. Pero siempre deberías respetarla, no hacerlo podría provocar nuevos problemas con su familia - . La joven reina se había acercado unos pasos hasta llegar casi a rozar el fuerte cuerpo de Connor. En una mano sostenía la copa, y con la otra acarició con suavidad el rostro que tantas veces había besado.

Cierro los ojos durante un instante con la caricia de Daniella, deseando tener algo mas de tiempo e intimidad para hacer algo mas que beber y charlar un rato. Aspiro con fuerza y me calmo, mientras obligo a mis manos a comportarse y permanecer quietas.

Tengo varios proyectos mi reina...uno de ellos podría ser el matrimonio...y a través de el heredar el trono de Lenger o como mínimo desestabilizar el reino vecino reclamando los derechos al mismo.

El contacto de Daniella me hacer pensar a saltos y los planes perfectamente pensados parecen bailar en mi cabeza.

- La princesa Arya no tiene ningún derecho al trono. Pero con vuestro compromiso, y la paz entre nuestros reinos, conseguiríamos el apoyo de los Lenger - . Daniella era consciente de la atracción que ejercía sobre el joven príncipe. Le gustaba sentirse deseada, y no podía evitar jugar, en ocasiones, a probar su autocontrol. Pero aquel no era buen momento, tenían que ir hacia el Salón del Trono, y si ambos llegaban tarde podían levantar alguna que otra sospecha.

Se apartó de él, dirigiéndose hacia el mueble dónde se encontraban las exquisitas copas, y tras darle un último trago al contenido de la suya, la dejó sobre la pequeña mesa. 

- De todas formas, deberíamos ir a ver qué nuevas nos trae el mensajero Imperial... - Le dijo, volviendo a clavar su mirada en los ojos del príncipe.

Siento que se aleje de mi, pero al menos eso permite que mis pensamientos vuelvan a centrarse en lo importante.

Tendría derecho si su hermano, el rey muriese en algún...desgraciado accidente. Su padre nos dejo recientemente debido a uno. Sonrío cruelmente al pensar en ese "accidente" que tanto me costo orquestar. La lastima que el hijo no acudiese junto a su padre en el ultimo momento.

Creo que tienes razón, acudamos junto al rey y veamos que contiene la misiva. No hagamos planes antes de saber lo que sucede.

Tiendo el brazo a Daniella para acudir juntos al salón del trono.

Daniella se detuvo un momento al ver la cruel sonrisa que dibujaba los labios de Connor. Cada vez lo veía más capaz de hacer las cosas que insinuaba. Sí, su muerte podría allanar el terreno a su joven príncipe, pero... ¿Cuántas muertes necesitaría para conseguir sus objetivos?

No... No sería capaz... Todavía quería creer que aquellas cosas que decía eran meros comentarios sin intención alguna. Sonrió y se cogió a su brazo para salir del dormitorio.

- Sí, vayamos... - Le dijo, ignorando a propósito el tema del accidente. Ella quería seguir creyendo que su príncipe era la persona que todos creían... Aunque su corazón le decía que no.