Bodo hizo ademán de correr tras su montura, pero el enorme sapo lo dejó atrás de un salto.
-¡NO EZ CULPA TUYA...ELLA TE OBLIGÓ!- Gritó Bodo, pero Comerranas hizo oídos sordos.
El perro sin embargo, permaneció dando guerra.
-shu, shu, perro malo, shu, shu-
- salta, come regaliz-
El batidor parpadeó incrédulo. -¡Qué buen truco Cú-cú!...Vaya al final no tanto.- Tuvo que corregir al poco.
Con un movimiento que había repetido hasta la saciedad, Bodo cargó su ballesta en un abrir y cerrar de ojos y cascó un virotazo al maldito perro.
El virote se clavó en la parte posterior del escudo, peligrosamente cerca del codo de su compañero.
Bodo abrió los ojos de par en par sin saber cómo disculparse. La idea de esconder la ballesta a su espalda se le pasó por la cabeza, pero resultaba demasiado estúpida, incluso para un kobold.
-Ezto...Cazi...- Balbuceó torpemente.
Motivo: Disparo ballesta Vs Perro
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 6(+3)=9 (Fracaso)
Tablero:
http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=167543
Muevo 15´ y disparo ballesta G.C. Vs Perro (-4 por estar enzarzado en combate)
- AY MAMITA - gritó cú-cú - que lo domechticaba para ti, lo prometo, no necechito perro comerranash yo
Al pequeño le daban ganas de salir corriendo...
El regaliz, impulsado por el golpe bateador del hechicero, salió con fuerza y golpeó la sensible nariz de los perros, haciendo pupa. Se notaba que los kóbolds son más de gatos, porque si tuvieran un perro sabrían que no se les debe dar regaliz, que luego se descomponen y hay caca por todas partes. Enfadado, el perro siguió tratando de hacer cuscús de Cú-cú, pero su ira ciega le impedía morder con precisión.
En otro orden de cosas, el siempre útil consejero Slorb cogió a Diziger de los tobillos y empezó a tirar de él para arrastrarlo por la cubierta hasta el camarote de la bruja Vorka. Su cobarde plan consistía en que, mientras el perro estaba ocupado comiéndose a Bodo y a Cú-cú, se encerraría en el camarote con Diziger.
Luego, el plan tenía sus ramificaciones...
Si había suficiente comida en el camarote para alimentar a dos kóbolds, esperaría a que Diziger descansase unos días y se recuperase de sus heridas, para que fuese Diziger el que tratase de dar muerte al perro.
Si no había comida suficiente, se alimentaría de su compañero en unas prácticas más o menos caníbales. Más bien más que menos. Después, una vez agotada la carne de Diziger, el hambre haría enloquecer al consejero Slorb, que terminaría travistiéndose con las pelucas y la ropa de la bruja Vorka. La próxima vez que saliese del camarote, el olfato del perro reconocería el olor a canibalismo y perfume barato de Vorka, y se pensaría que Slorb es su ama. Y una vez más se cerraría el círculo por el cual una bruja caníbal muere y es sustituída por el último superviviente del grupo que la mató.
Y mientras todo esto se le pasaba por la mente al consejero Slorb, el consejero Klucky recobraba la consciencia...
Motivo: Abrazos a Cú-cú
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 2(+3)=5 (Fracaso)
Perro Abrazos 5/13 CA 16
Curación rápida 1, asalto 3 de 3.
Bodo 3/9 pg's. Gana: Anillo de Escalada, fuegos artificiales (un petardo y una candela), ballesta ligera de gran calidad y 11 virotes. MUNICIÓN virotes-3.
Cú-cú 7/7 pg's. -3 a destreza (17/20, CA -2, reflejos -2, etc...) Gana: Anillo de Escalada, Elixir de aliento de dragón, túnica del Jefe Muchastripas, fuegos artificiales (un petardo y una candela), 1 perla (=100po), 24po, caramelos de regaliz (curan indispuesto, le quedan 4), 1 poción de curar heridas leves (1d8+1 pgs). Pierde: 1 dardo.
Diziger -2/11 pg's. MORIBUNDO, ESTABLE. -3 a destreza (14/17, CA -2, reflejos -2, etc...) Gana: Anillo de Escalada, fuegos artificiales (cohete).
Klucky 0/8 pg's. -3 a destreza (13/16, CA -2, reflejos -2, etc). -niebla de oscurecimiento, -vigor menor. Gana: Atiborradora de Glotones (que deja en su choza), fuegos artificiales (dos petardos), raciones de viaje para 1 día.
Próximo post del máster: jueves por la noche.
-¡Cú-cú! ¿Quedan poziones? -
¡Loz perdemoz!- Dijo señalando a sus compañeros caídos.
- ¿pochionesh? AH dicesh lach botellitash con tiritash, chi la quieres no me ataquech, que te la puedo dar yo chi esh necheshario, pero antech,... - intentó golpear la cabezota del perro - niño malo, morder a quien te digamosh, no a mi, ¡chiéntate! - junto a su orden tres perdigones castigadores, o tal vez refrescantes y mágicos, lo único seguro era que el pequeño no se imaginaba un comerranas sin Bodo, sin ese perro Bodo solo sería "¿el gran bodo antijinetes?" ¡en ese caso necesitaría una lanza! ¡Y NO TENÍA LANZA! Su infancia se veía en peligro, sin un ídolo solo le quedaría el "ido"(lo)? Como buen niño con miedo a crecer, dijo - ¡yo creo en lach hadash! Y chafaré todash lash que pueda con mi maza...
Motivo: porrazo a secas
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+1)=8
Motivo: doma del superhechicero
Tirada: 1d20
Resultado: 13
El pobre Dizigier no estaba al tanto de los macabros planes del consejero que lo arrastraba a una habitación. Cualquiera que lo viera, pensaría en el consejero como un alma caritativa, tratando de salvar a su compañero expuesto en el campo de batalla con los ojos en X. Un héroe a ojos de otros. Pero su plan conllevaba a que el consejero podría convertirse en la nueva Vorka, Slorbka o más refinado, la bruja loca del pantano.
En sus sueños, Dizigier ahora se levantaba con un pecho peludo y protuberante, con unos brazos como los de Kobhercules, el gran héroe de la mitología. Sostenía una lanza en un bgrazo y a una hermosa semielfa del otro brazo (¿Cómo era eso posible?, no se sabe, es un sueño), la mujer era una loca desesperada por conseguir un marido buen mozo, adinerado y admirado por todos y finalmente lo había encontrado, la Semielfa Beenjela había dado con el marido perfecto!. En este caso, Dizigier mantenía bien cuidada una larga cabellera rubia, unos ojos azules y una camisa blanca y remangada, escotada hasta el ombligo que combinaba con unos pantalones de cuero apretados.
Carasapo y el perro más que matarse como dios manda, jugaban al cucu-tras, complicando al batidor que pudiera apuntar al perro.
-¡Quita que te voy a dar!- Avisó a Cú-cú. -!Deja de chinchar al perro y cura a la patrulla!- Pidió a su compañero.
Bodo tomó otro virote mas y colocándose a un lado, disparó de nuevo.
La pequeña saeta recorrió los escasos metros que la separaban del blanco en lo que dura un pestañeo, alcanzando al bicho en la pata.
Bodo entreabrió su mandíbula y siseó con su lengua bífida. -Bzzzzzsh. Mierda, ¡aun zigue en pie!-
Motivo: Disparo ballesta Vs Perro
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 15(+3)=18 (Exito)
Motivo: Daño Vs Perro
Tirada: 2d6
Resultado: 3
Tablero:
http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=167710
Muevo 10´ y disparo ballesta G.C. Vs Perro (-4 por estar enzarzado en combate)
Si este fuese un espectáculo de títeres, el perro habría caído abatido por el virote de Bodo con total epicidad. Pero en la vida real, los kóbolds desvían su disparo, y en vez de atravesar un corazón palpitante, la punta de acero se clava en el pompis del perrillo. Si este fuese un espectáculo de títeres, el perro seguiría luchando hasta su último suspiro, aportando dramatismo a la escena final. Pero en la vida real, ni siquiera un chucho estúpido es tan estúpido como para quedarse a recibir golpes como un saco de boxeo cuando está tan gravemente herido. El perro claudicó. Ya había tenido bastante. Entre unas cosas y otras, esos kóbolds sanguinolentos eran capaces de terminar quitándole la vida, y un perro sabe valorar eso, porque es la única que tiene. Los gatos no, los gatos van en plan kamikaze, porque tienen siete vidas (o nueve si son gatos anglosajones), y tienen suficiente margen de error para partirse la cara en un combate a muerte, si quisiesen.
Entre ladridos lastimeros, con el rabo entre las piernas, el perro Abrazos baja la rampa a la cubierta principal, sección de popa, da un susto tremendo a Slorb, que no se esperaba que Abrazos apareciese de pronto, y sigue la carrera hasta proa. Desde allí, baja por la rampa hasta el patio, desentierra su hueso favorito, desentierra una maleta, mete el hueso en la maleta, y se va con la maleta a otra parte.
¡¡¡¡Victoria!!! ¡Aaaaaaah!-exclama, triunfal, el consejero Slorb.
Sí señor, se lo han ganado. A lo mejor con un petardito el perro se habría escapado antes, que son unos animales con muy buen oído y muy aprensivos a los sonidos fuertes, que en fin de año lo pasan fatal con los fuegos artificiales. Puede que sí. ¿Pero y lo que van a fardar después de haber terminado la misión volviendo al poblado sin haber gastado ni uno solo de los productos pirotécnicos prestados por el Jefe Muchastripas?
¡¡¡A RAPIÑAAAAAR!!! ¡Aaaaaah!-exclama, triunfal, el consejero Slorb.
Los kóbolds empezaron a explorar: el camarote de Vorka (o dormitorio), con una bonita alfombra en la que poner todo el botín y atarlo a modo de hatillo; la habitación con chimenea (o cocina), en la que estaba encerrado Abrazos como castigo por haberse meado en la alfombra del dormitorio; la cofa en lo alto del palo mayor...
Los kóbolds sanos estaban tan alterados y hacían tanto ruido, que Klucky y Diziger se pusieron de pie como un resorte y se unieron a la particular caza del tesoro.
En la cofa, uno de los kóbolds encuentra: una honda de gran calidad, doce balas de honda, dos viales de fuego de alquimista, tres candelas (fuegos artificiales) y lo más importante de todo... ¡una botella de grog a medio terminar para emborracharse muy mucho!
En la cocina encontraron un montón de carne. Algunos pájaros y ratas todavía no habían sido desplumados / desollados / desparasitados, y eran sabrosamente reconocibles. Luego había carne "procesada" que podía ser de kóbold o no, pero la cabeza con garabatos del difunto Caragarabateada daban una pista del origen de esos jamones. En cualquier caso, ya solo con los animales sin despiezar, el perro muerto de popa y la botella de grog, podían montarse una buena fiestuki. Por suerte se habían traído al consejero de fiestukis, Klucky, cuya presencia en la misión ahora cobraba sentido.
En el dormitorio encontraron algunas posesiones de Vorka: su cimitarra, seis dardos y tres pociones de curar heridas leves. Perdón, quería decir pociones de tiritas. También había objetos de los patas largas, seguramente del cargamento o los marineros que llevaron en su día el barco: obras de arte por valor de seiscientas monedas de oro (pero son objetos de bambú y grabados sobre papel de arroz, que serán más divertidos cuando se les prenda fuego), ciento cuarenta piezas de oro, una linterna de jade y plata valorado en ciento cincuenta piezas de oro, doce estrellas con pinchos para hacer "¡au!" (shurikens que nadie tiene idea de cómo lanzar), un abanico de márfil y oro valorado en ochenta piezas de oro (el dibujo original es de un lagarto y un árbol de cerezos, elegante y de trazo cuidado, pero alguien, seguramente Vorka, ha pintarrajeado por encima haciéndolo mucho más bonito). una horquilla para el pelo valorada en ciento cincuenta piezas de oro (larga y terminada en una perla roja), una varita de crear comida y agua (al girar se descubre un medidor de cristal casi vacío: marca un dos, cuando el máximo son cincuenta) y un elixir de amor (en un frasco valorado en cincuenta piezas de oro, tó chulo, en forma de corazón).
Después de tanto saqueo, casi les pasa desapercibido un cofre de un color rojo intenso que daña la vista (valorado en ciento cincuenta piezas de oro) que estaba en un lugar prominente del camarote de Vorka (sobre un llamativo montón de huesos), con unas flechas de madera rodeando el cofre y señalándolo, y colocado de tal manera que la luz del amanecer entra por una ventana de ojo de buey iluminando el cofre con una luz ultraterrena en plan halo divino. Dentro del cofre rojo solo encuentran un montón de fuegos artificiales sin ningún tipo de interés (catorce candelas, veinte petardos y siete cohetes).
Ezpera un momento...-dijo el consejero Slorb, tratando de recordar algo importante-¡Zon loz fuegoz artificialez que el Jefe Muchaztripaz noz mandó buzcar!
El pobre cú-cú no entendía que había fallado, era molón rapiñar mogollón, pero tan bien que había enseñado al nuevocomerranas que por no saberlo domar tendría hasta apellido propio "queyanocomerárranas", le pasó lo mismo con el perro de cinco patas que se parecía bastante a muchas patas, pero que no tenía tantas, aunque ese primer perro parecía más dispuesto a "ajuntarle", hasta le rechupeteó como un buen chico.
Su sueño de ser un gran aprendiz del poderoso Bodo kala el yanojinete comerranas, le fue arrebatado por el kobold tonto con antifaz, y ahora la bruja le robaba a su sapo comer ranas. "Pffffff", una ventosidad triste se adueño del lugar, aunque nadie iba a decir quien había sido ¿no? Al menos no él.
Triste y abatido, y eufórico de esa gran victoria, cuando el consejero dijo "que eran los fuegos artificiales" el pequeño carasapo, saltó dentro de los huesos bajo el cofre, a buscarlos, después de todo, en el cofre solo habían cosas como las que les habían dado para la misión, y el sabio consejero no les iba a decir que cogieran más como los que ya tenían, hurgando por los huesos, empezó a pensar que de hecho, lo que les habían dado "a lo mojó" ya eran fuegos de esos. Por lo que para no hacer el ridículo, miró si había algún hueso "chuli" que evitara admitir su error.
El botín aun no apunto nada, ya diréis como repartimos (decir que soy de dardos) las estrellas "parecen decorativas" XD pociones de tiritas repartiria (aun tengo 1 +3= 1 por cabeza) resto, como veáis o vea el jefe.
Recupero mi montura? En función de eso posteo.
Era normal pensar que el exceso de ruido había despertado a Dizigier de su sueño fantástico, pero no era así. Dizigier era un Kobold que dormía largas horas, tomaba gran esfuerzo poder despertarlo. Cuando era niño, los demás kobolds le jugaban bromas, aprovechándose de esa condición.
Lo que levantó a Dizigier como un resorte fue un sonido gutural en sus tripas, un retorcijón de esos que ponen a llorar. De un solo movimiento se levantó y empezó a correr. Claro, en este punto todos pensaban que estaba en éxtasis por rapiñar. Buscó un lugar apropiado para hacer sus necesidades (Lugar apropiado = Cualquier lugar) y depositar lo que estaba muerto dentro de él. El nauseabundo olor que invadió el barco unos segundos después, Dizigier se lo atribuyó en voz alta a la ventosidad de Cu-Cú.
Todos reían mientras rapiñaban y a pesar de su poco aporte, Dizigier estaba convencido que sin él la misión habría sido un completo fracaso. Su mente de algún modo alteraba la realidad y por algún motivo pensaba que él había sido quien había derrotado a la bruja y a los canes y a la araña y a todos...
Observó con especial detenimiento una de las pociones, la del corazón rosa atravesado por una flecha con un oso de peluche pintado al lado del corazón y un arco iris sobre un campo de rosas y flores, mientras liebres y pájaros corrían alegremente. Si, necesitaba para él esa poción, necesitaba definitivamente una esposa.
El callado Kobold no dijo nada, pero con sus gestos indicaba empacar y marchar de vuelta al campamento.
-¡Eh! ¡devuélveme mi flecha!- Gritó al perro que salía corriendo. El maleducado se la llevó de recuerdo, pero los kobolds no tardaron en olvidarse del perro, la bruja y hasta su escamoso dios en cuanto comenzaron a abrir arcones y saquear sus tesoros.
El ansia viva hizo presa en ellos y cargaron a manos llenas hasta que no pudieron con mas. Entonces se cruzaron una mirada -¿Cómo noz llevamos esto a casa?-
Bodo silvó, croó y gorgogeó de todas las maneras que sabía, pero el ingrato gran sapo Comerranas volvió a la ciénaga en la que debió nacer hace muchos muchos años, lo menos dos o tres vidas de kobold, esto es: nada.
Afortunadamente Vorka contaba con un caballo ligero sobre el que los cinco kóbolds podían regresar. El batidor preparó los arreos e improvisó unas cuerdas para cargar todos los tesoros.
-Victoriaaaa ¡Aaaaaaah!- Canturreó a coro con el gran consejero Slorb.
Repartimos como queráis: A mí me interesaría por orden: pociones curativas, fuego del alquimista, cohetes, una varita de crear comida y agua, elixir de amor.
Cuando todo estuvo despejado y el alegre sonido del saqueo empezó a escucharse Klucky se levantó como un resorte. Entonces, como poseído por una personalidad que no era la suya, dijo en un tono profundo y grave.
-Vuelvo a vosotros en los albores de la tempestad.
Aquello por un momento dejó perplejos a los Kobolds. Por un momento, un segundo, una milésima de segundo. Justo el tiempo en que tardaron en recordar que toda esa mierda que se metía el líder espiritual traía consigo consecuencias. Entonces retornaron a la vieja y noble labor del saqueo, rapiñeo, expropiación, desvalije, hurto, desplume, expolio, etc... y antes siquiera de que pudiesen pensar una segunda vez en que demonios podría haberle pasado mientas dormía Klucky era ya uno más de ellos, cogiendo y toqueteando aquí y allí
Aplaudió la iniciativa de Bodo con un par de palmadas en la espalda. Y se lamentó profundamente cuando le contaron de la deserción de Comerranas.
-No zomoz nadie Bodo, no zomoz naide. Hoy tienez una ranita kon la ke kompartir la priva y mañana eztaz maz tirao ke Nord el Chillón un día de baño.
Entonces se ocupo de muchas cosas, entre ellas se ocupo del cadaver de Vorka. De arrancarle la cabeza y prepararla para presentársela al gran jefe mu1chastripas. También se apoderó de una de las garras de la bruja, pensó que si lograba darle una forma divertida, luego le podría servir en casa par decorar... o lo que surja.
También se ocupo de catalogar los restos que se encontraron en los aposentos de Vorka, para estar completamente seguros de que Kobold no era. Quizá no se podía decir que fuera una eminencia en anatomía, pero ponía una cara tan segura y convincente que ningún otro kobold dudó de su palabra.
Por último preparó el mismo la fiesta. La mezcla la sacó de lo que la propia Vorka podía tener por ahí escondido, o lo que podía tener incluso sin saber todo su potencial. Pensó que ya que estaban un poco de fuegos de artificio no podían estar de más y por último que el mejor colofón a la fiesta era la quema del barco con todas las cosas de Vorka dentro, como una forma de exorcisar toda la maldad que aquel lugar desprendía.
Klucky esta por encima de los bienes materiales, así que lo que le dejéis le parece bien. Aunque tampoco es tonto, si no le daís algo del proximo viaje puede que no despertéis xD