Partida Rol por web

Erika puso los ojos en blanco. Pues vale.

Se levantó y se dirigió a salir de allí, no tenía ninguna intención de volver. Necesitaba desahogarse con Damon.

Aquello era una auténtica tomadura de pelo. Si era cierto que se había sentido en muchas ocasiones como un "raro" entre los que estaban a su alrededor (y motivos no le faltaban...), aquello comenzaba a superarlo.

"Veo que no soy el único extraño de este planeta... estos profesores, o son de la época del tripi libre o no saben como enfocar un curso universitario", pensó Josh mostrando una sonrisa irónica.

-No sé qué pensais vosotros...-dijo a los que, según los profesores, debían ser sus compañeros de curso-..., pero esto es una auténtica chorrada! Creo que lo mejor será largarse a casa y aprovechar mejor el tiempo. Ya nos veremos...

Josh salió de la clase y, cuando estaba de nuevo en el exterior del edificio, se detubo y pensó qué hacer. Tenía claro que no podía volver a casa. Tendría que dar demasiadas explicaciones de como había ido el primer día y de las surrealistas clases a las que había tenido que hacer frente... cosa que a su padre no le haría ninguna gracia. Mejor no...

"Daremos un paseo..." y comenzó a caminar sin rumbo fijo. La cosa era largarse de allí... eran demasiadas "novedades" para su primer día.

- Pues afuera pasando el patio y los jardines, hay una casa, ahi tienes que inscibirte y dejar en claro en que tipo de deporte quieres meterte.. Hay Futbol, basketball, Rugby y Baseball.

Oook. Gracias.

Veo a Valentina durmiendo, de modo que la agito suavemente para despertarla.

Valentina, Valentina...

Abro los ojos lentamente y me siento bien en la silla. Me froto las manos por los ojos y bostezo.

-¿Que sucede? - Digo en medio del bostezo - ¿Que hay para cenar? 

Amplío mi sonrisa radicalmente.

Es la hora del descanso. Tengo que ir a hacer unos papeles. ¿Vienes?

En ese momento caigo en la cuenta de su pregunta.

¿A cenar? Bueno, no sé... ¿Te gusta la pizza?

Pregunto, inocentemente.

Sonrío al escuchar la palabra pizza.

-Si, me encantan - Respondo mientras me brillan los ojos.

Me levanto de la silla y me estiro para desperezarme. 

Eh, bueno... Pues cenaremos pizza.

Digo algo desorientado, aunque la pizza también me gusta. Al ver cómo se despereza me contagia un bostezo. Me pongo en pie.

¿Vamos?