Partida Rol por web

Hacia solo unas semanas que estabas allí. Habías pasado los últimos seis meses entre la granja y clínicas de desintoxicación.

Ahora eras de nuevo un hombre libre. Aunque solo fuera para estar encerrado en tu nueva vida.

Ya no podías ser un guitarrista profesional. Aquello había acabado. Habías tocado algunas cuerdas peligrosas el año pasado. La mafia de la música había emprendido una campaña para matarte. Y en cierto modo paso así.

Aunque descubriste cosas de ti mismo, que aun te costaba entender. Ahora al menos, sabias hacer algunos trucos, con y sin guitarra.

Ahora, te hacías llamar Edward Prince. Un nombre bastante feo. Pero que si a la prensa, que a veces te seguía para averiguar si de verdad no habías muerto en la última clínica de desintoxicación y pensabas volver con tu grupo, preguntaba, bien podría ser un seudónimo para escapar de ella.

Vivías en Lion, en una casita de campo. Y tu tapadera era ser profesor de música en una escuela pública, a la que aun le estaban construyendo el aula de música. No sabias nada de dar clases, y mucho menos de tratar con mocosos, que de media eran tan idiotas como los que habías conocido en tu niñez.

Pero era una buena tapadera. Porque te daba mucho tiempo para ti, y en aquel lugar, poca gente había escuchado hablar de ti. Una tranquilidad muy Zen.

Aquella mañana habías decidido ir a Paris, a buscar un poco de tema. Te habías limpiado varias veces, pero no te metías porque no tuvieras voluntad, sino porque realmente querías hacerlo. Eras más grande así.

Sin embargo, sonó el teléfono móvil. Tardaste un poco en darte cuenta de que era “ese” teléfono móvil. El de la Organización. Lo tenías perpetuamente cargando en la cocina.

Esa llamada podía significar que de pronto sería algo más que una leyenda del Rock, que serias un espía, un agente secreto. Un hombre simple, mucho más complejo.

Te acercaste contento. Y descolgaste. La siguiente parte te parecía sacada de alguna película de clase B.

Nos gustaría regalarle una tetera de la época de la Reina Victoria, verdadero arte para él te.

Sabias que era tu frase de inicio. Una de esas frases locas, que si no se conocían la respuesta, hacían que te quedaras tirado sin ser un agente, en un lugar tan feo como las afueras de Lion, donde nadie sabía cómo sonaba de verdad la música.

Ahora tenías que responder,  Si la reina victoria quiere un té de calidad, será mejor que no pase por Brooklin.

Algo que sinceramente, nadie podía responder por accidente. Porque era una verdadera estupidez. Y porque a nadie con cerebro le importaba Brooklin. Fuera como fuera, la voz de hombre francés medio que había hablado al otro lado de la línea del teléfono esperaba una respuesta.

http://www.youtube.com/watch?v=AgkcxwAy4Xk

Los últimos seis meses habían sido un caos absoluto para mi, me habían machacado tanto mental como físicamente y no me habían dejado ni siquiera una noche para desconectar.

En la granja me hicieron correr, saltar, disparar, estudiar, arrastrarme, trepar... Sobrevivir. Pensé día tras día - soy una puta estrella del rock, ¿por qué necesito esto? ¿por qué lo hago? -. Entonces me daba cuenta de que no tuve elección e intentaba verlo por el lado positivo, el subidon de ser un espía, eso también tenia que ser la ostia. Aunque no podré alardear de mis triunfos, no podré aprovecharme de ellos... También se me paso por la cabeza lo que estarían pensando en estos momentos mis fans de mi, ¿otro que se une a una lista de estrellas muertas a los 27?. Cada vez que lo pienso no puedo evitar reír. Ya he pasado a ser un mito, ahora no harán mas que explotar mi cara en mas camisetas, pings y carteles... Harán conciertos conmemorativos y muchos dudaran de si estoy muerto realmente o no. ¿Y que mas da?.

Lo peor no fue la granja, no. El mono, eso si fue duro. Tras las duras jornadas de entrenamiento me llevaban a una puta clínica para tenerme bien controlado, ni que yo necesitara dejarlo. Fueron noches largas y duras, noches sin dormir que se acumulaban, noches... ¿o días?... ni siquiera se cuanto tiempo me tuvieron allí. Las noches se hacían eternas, la fiebre me consumía y vomitaba mas que comía. Ademas estaban esos putos sudores y la tos infernal que amenazaba con acabar conmigo. Yo solo quería salir, salir de allí, irme lejos y poder disfrutar de mi vida... de mi antigua vida... La ansiedad... me atacaba la ansiedad... y me ataron a aquella cama... ¡¡A mi joder!!, ¡¡a mi!!. Si la puta enfermera aquella me hubiera hecho el favor de pasarme algo... Le gustaba, si, ella sabia quien era yo y eso le ponía aun mas, pero aun así no cedió. Los tienen bien disciplinados en esa puta clínica. ¿Y de que les vale?, hoy mismo iré a pillar cosa fina, hoy disfrutare del día joder, no me joderán.

En mi "agradable" estancia descubrí o provocaron que descubriera aquellos... mmm.... ¿dones?... Parece ser que gracias a uno de ellos mi paso por desintoxicación fue mas leve... ¡Joder! ¡Menos mal!, sino me hubiera pegado un tiro... La verdad es que al principio pensaba que eran alucinaciones debidas a mi falta de sueño, pero fueron muy insistentes. Eres la evolución, tus genes bla bla bla.... 

¿Y ahora?, ahora van y me sueltan como profesor en este pueblo donde ni siquiera conocen la música a esperar una puta llamada. ¿Profesor? ¿yo? ¿en serio?, ¿quien en sus cabales me considera un buen ejemplo a seguir para ser profesor?. Eso si, en este pueblo aprenderán lo que es el rock&roll, eso por mis huevos. 

http://www.youtube.com/watch?v=utVNPFws84Y&feature=related

El sonido del móvil me despertó de mi ensimismamiento. Solté mi vieja guitarra con la que estaba lanzando unas cuantas notas al aire mientras le daba vueltas al coco y me levante para contestar la llamada. Fue justo ahí cuando me di cuenta de la canción que sonaba. Era una de mi repertorio, una de las mías, un recordatorio a mi vida pasada y que indicaba que me llamaba la nueva. Me emocione, la verdad es que ya pensaba que todo esto era un cuento y me habían timado con mucha habilidad para dejarme fuera de escena y recoger las migajas que lloverían tras mi caída, pero era real. Cuando descolgué y escuche una parte del mensaje al otro lado lo confirme del todo. 

-Si la reina victoria quiere un té de calidad, será mejor que no pase por Brooklin- conteste

¿Que vendrá ahora?

Tiene que estar hoy a las 13:00 horas en Paris, Rue Bottello Nº 37. 2º Derecha. Allí recibirá instrucciones.

Y luego se colgó. Que mierda de llamada era aquella. Y espera, había dicho a la Una, que hora, joder, eran las 10 de la mañana, tenias solo tres horas para estar en Paris, y eso era un puto trago.

Bueno, al menos tu identidad de tapadera tenia algo de pasta. Porque un taxi de aquí a allí saldría todo un dineral.

No te lo pensaste. Cogiste la cartera, un fajo de pasta, la guitarra y salite a por un taxi. Te desesperaste. Tardaste dos putos minutos en conseguir uno.

Para cualquier hubiera sido un record, seguro. Pero cuando le preguntaste cuanto tardaría en llegar a la dirección, te dijo que al menos 5 horas.

Sacaste 500 €, y le dijiste que tenias que estar allí en menos de 3 horas.

Y joderi, si que aprietan los taxistas por pastas. Te aviso que pagar las autopistas de peaje correría también de tu cuenta. Pero que coño, tenias pasta. Si no, que no te la hubieran dado.

Tambien podrían haberte dado un coche, pero que ibas ha hacer con uno. Aunque quisieras ir conduciendo como el taxista, en plan temerario, no podrías hacerlo a esa velocidad. Porque el tipo iba sin duda, jugándose la vida por la pasta. Sobre todo para una tarifa cinco veces mayor a la habitual.

Cuando llegaste 26 minutos mas tarde a la A6, la carretera nacional que tiraba dirección Paris, y las imágenes de los postes de teléfono se entremezclaban, y los coches estaban quietos ante la velocidad que habíais cogido, decidiste que aquello no era suficiente.

Otros 500€ para pagar multas de velocidad le dijiste. Y ahora tu culo iba clavado al asiento.

Te recostate, y dejaste que tus dedos recorrieran el contorno de tu guitarra, tu única y verdadera amiga. De fondo estaba el taxista preguntando si iba a un concierto importante. Decia lo típico, que tu cara le sonaba, y bla bla bla. Al rato se callo y puso las noticias. Misma mierda, que si había problemas en oriente, que si el paro, que si una nueva vacuna milagrosa, que tal político era un turbio y un ladron. Nada interesante.

Así que tus ojos, distraídos iban recordando momentos del pasado. Coches, coches y mas coches....

AMSTERDAM – TRAS EL ULITMO CONCIERTO DE ONE NEURON MORE – CARRETERA HACIA ALEMANIA – SIETE MESES ATRAS

El concierto había sido una puta mierda. El grupo no estaba a tu altura, y sin embargo, los fans, estaban como locos. El escándalo del batería con aquellas dos modelos había conseguido que no quedaran ni siquiera entradas de reventa.

Era una locura. Ahora, después de haber acabado, todo te daba igual. El resto del grupo iba en un bus. Pero tu habías echo una parada para comprar complementos vitamínicos, y te llevaba un técnico en su furgoneta.

Con la cabeza volada, solo podias mirar por la ventana. Era tarde, de noche, veias coches, coches y mas coches, y las luces de los putos coches. Eran como insectos molestos en la noche.

De repente tu mundo convulsiono. El coche había parado en seco, tenias el cinturón de seguridad clavado en el pecho. Y te costaba respirar. Como si estuvieras seco por dentro.

La vista no te ayudaba mucho. NO sabias si era la droga, o realmente no podias ver fuera.

El caso, es que estabas desorientado, otra vez, y no parecía que el conductor, con la cabeza incrustada entre el volante y el cristal fuera a ayudarte mucho.

Con dolor en el brazo, desenganchaste el puto cinto de seguridad. No sabias porque te lo habías puesto, porque, no te gustaba llevarlo, pero estaba claro que te había salvado la vida, pero aun no sabias de que.

El ruido de la pita llego de golpe a tu cerebro. No lo habías notado pero hasta hacia un segundo no podias oir nada.

Ahora escuchabas con nauseas como el jodido claxon del coche estaba apretado y no dejaba de sonar. Y aquello hacia que la cabeza aun te doliera mas.

Tenias que hacer algo. Todo te dolia, y seguro que quedarse dentro de un coche no era buena idea.

Luces, luces y mas luces... Debería poder agarrarlas y estrujarlas, reventarlas - estiro la mano y, con un ojo cerrado, cierro el puño sobre la luz de un foco- Todos a oscuras, si, todos a oscuras sintiendo la música. Una melodía con fuerza, con ritmo. Dejando volar nuestra imagi... - 

El impacto me saca todo el aire del pecho, que en principio se niega a recibir mas bocanadas, y me tira de cabeza contra la realidad. El golpe es duro y parece que todo va a cámara lenta en mi cabeza. Miro hacia los lados intentando ubicarme, veo a mi chofer estampado contra el volante y mas allá de la luna nada, solo oscuridad. - ¿Contra que cojones hemos chocado? -. Respiro con dificultad. 

El brazo me duele, pero soy capaz de quitarme el cinturón justo antes de recibir, poco a poco, el estridente pitido del claxon atravesando mi cabeza de un lado a otro, perforándome y agudizando el dolor. Lanzo la mano contra el hombro del piloto y tiro de él hacia atrás para que deje de presionar el volante, aprovechando para comprobar su estado. Desvío la mirada del lamentable estado de su cara y abro la puerta con celeridad, saliendo torpemente del vehículo para vomitar.

-¿Como existen aun coches sin airbag? - me pregunto, llevándome una mano a la frente por el dolor. - ¡AYUDA! - grito, sintiendo otra punzada de dolor en la cabeza.

Miro hacia la parte delantera para comprobar contra que nos hemos golpeado, intentando que mis ojos se acostumbren a la oscuridad y después rodeo la furgoneta analizando su estado, no quiero que me explote en las narices como sucede en las películas. 

El aire era frio, y se introdujo en tu garganta en cuanto todo lo que llevabas en el estomago saliera apresurado por tu boca como si fuera el final de una montaña rusa. 

La cabeza te daba vueltas, y querías saber dónde estabas y que estaba pasando. Lo que viste no te gusto nada en absoluto, ni fuiste capaz de entenderlo.

Un hombre, por llamarlo de alguna manera, pues media casi dos metros, y andaba en camiseta. Con el tiempo tan horrible que hacía, pues además de estar nublado de cojones, hacia un frio de muerte.

Se estaba sacudiendo literalmente trozos del capo del vehículo. Era como si hubiera sido una pared contra la que chocara el coche, y ahora cobrara vida. Y parecía sano, vivito y coleando. Aquello era terrorífico, porque sencillamente no podías entenderlo.

Te pusiste en pie en dos intentos, mientras el tipo seguía ajeno a ti. El coche, conducido por aquel imbécil que ahora desparramaba sus sesos por el volante había salido de la carretera hasta una vía comarcal, que no estaba transitada, aunque no estaba lejos de la autopista.

Tu instinto, que aun funcionaba te hizo girarte y salir huyendo de allí. Gracias a dios había un grupo de gente que se estaba bajando de un vehículo negro. Gente de bien, que iban trajeados de colores oscuros, y que parecían ansiosos porque llegaras hasta ellos.

Tu cuerpo se paró en seco. Algo te decía en tu cabeza que aquella gente venía con el monstruo, y que iban a por tu culo. Sin mediar palabra tu mente se aclaro lo suficiente para darte un plano general de la situación.  La cabeza dejo de darte vueltas.

Estabas cerca de un bosquecillo, y podías correr campo a través. Aquellos tipos iban armados, y si no lo iban, tenían a un tío que podía bloquear coches con el pecho. Tu única opción pasaba por correr.

Tu cuerpo estaba lastimado, pero sabias que poco a poco recuperarías la funcionalidad del mismo. Y si querías salir vivo, tenias que correr.

Antes de que te dieras cuenta tu cuerpo ya estaba corriendo por el sendero del bosquecillo. Te movías sorprendentemente rápido para ser un tipo que acababa de sufrir un accidente. Los hombres de negro empezaron a seguirte, y hablaban a gritos en algún idioma europeo, o algo así.

Pudiste sentir, como la mole de tío que había frenado el coche empezaba a correr detrás de ti, era inmenso, y seguro que no tardaría en conseguir cogerte. Debías apretar el paso.

- ¿Pero que cojo...nes... - 

Una vez consigo respirar de forma regular y ponerme en pie me quedo estupefacto unos segundos mirando a la mole contra la que acabamos de chocar. Reculo poco a poco. Tiene forma humanoide, mide dos metros y esta tan ricamente tras ser impactado por una furgoneta a... ¿a cuanto íbamos?...

Me giro rápidamente intentando alejarme de aquel monstruo y parece que un segundo coche venia detrás nuestro, menos mal. Camino hacia los pasajeros vestidos de negro alternando la mirada entre ellos y mi espalda, controlando que el engendro de dos metros no venga a por mi. 

- ¡Ayuda! y cuidado hay un... -

Hay algo que me resulta extraño, un detalle realmente imperceptible pero que he captado. No tienen buenas intenciones... ¿estaré paranoico por las drogas?... No pienso arriesgarme. Sin mediar una palabra mas echo a correr bosque a través y no tardan en confirmar que venían a por mi.

Los arboles son manchas que pasan a ambos lados, no puedo prestarles mucha atención. También intento no mirar atrás y concentrarme en los obstáculos que se me presentan, pues acabo de sufrir un accidente y aun voy algo colocado. Aunque el shock por la situación y la adrenalina prácticamente han tomado el control de mi cuerpo. 

Escucho el estruendo de los pasos del gigante, ¡¡VIENE A POR MI!!. Acelero por el miedo. Ni siquiera soy capaz de pensar hacia donde corro, pero pretendo alejarme lo mas rápidamente posible del monstruo. 

Miras atrás continuamente, mientras esquivas ramas bajas, y piedras del suelo. El tipo enorme está cogiendo cierta ventaja. A pesar de que no recuerdas haber corrido así de rápido en toda tu vida.

Algo te avisa de que será mejor que frenes. Notas como aquella mole está deseando que no te des cuenta de algo. Y al mirar al frente ves una especie de lago de agua helada.

Frenas justo a tiempo de evitar subirte a la fina capa de hielo. Porque sin duda hubieras terminado en el agua. Algo no muy bueno para la salud. Y sin saber la profundidad, mortalmente peligroso.

No sabes que hacer. El gigante se acerca a ti como una masa de músculos apretados que no saben donde quedarse. Sin dentro o fuera del cuerpo. Al menos al resto los has dejado muy atrás. Tardaran varios minutos en llegar a donde estáis. Pero que más daba. Estabas a punto de ser descuartizado miembro a miembro.

De repente dos tipos aparecen andando por la orilla. Uno rubio, y el otro feo. Realmente feo y hecho polvo.

Pero que coño es todo aquello. La reunión familiar de los monster. Tu cabeza te da vueltas.

El rubio le hace un gesto y se encara hacia la torre humana, que parece reconocerlo rápidamente. E intercambian algunas palabras mal sonantes. En plan, otra vez tú, ahora voy a acabar con tu vida. El típico royo matonesco.

El feo se gira hacia ti y te sonríe.

Bueno, según yo lo veo, tienes dos opciones, ir con ese tipo, y que sacuda hasta matarte, o fiarte de mí. Si lo sé, no tienes ganas de fiarte de mí. Nadie tiene ganas de fiarse de mí. Pero así están las cosas. Ahora aparta.

El tipo se coloca mirando al lago, frunce el ceño, y luego abre los brazos. De repente, como por arte de magia. El Hielo se quiebra, y se aparta mientras el lago se abre como el mar muerto en la película esa de moisés.

Ese jodido viejo feo está abriendo las aguas. Una vez abiertas, lo suficiente para pasar de uno en uno te hace una seña para empezar a bajar. Y él no se lo piensa mucho más.

Cuando miras a su amigo, esta esquivando al grandullón, y de repente da una palmada y un chorro de luz impacta contra los ojos de la mole. El chaval se da la vuelta y viene hasta donde estas tu.

Las damiselas en apuros primero. Mi nombre es Apollo. Encantado.

Que coño de tipo podría llamarse con un nombre tan tonto. Y sin embargo lo seguiste, extrañado por todo y a punto de que tu cabeza explotara. Y sin embargo lo seguiste…

TAXI EN MITAD DE LA A6- FRACIA – A MEDIA HORA DE PARIS

Una sonrisa estúpida se te dibujo en la mente y se traslado a tu cara. Como podía ser que tu reclutamiento hubiera sido tan extraño. Joder, llegaste a pensar que la droga que te habías metido te había volado la cabeza.

Y ahora estabas viviendo una vida de espía, con poderes especiales, y viajando en un taxi que se dejaba la vida por dinero.

El taxista aflojo justo a la entrada de Paris. Había mucho mas tráfico, y suponías, muchos más gendarmes esperando para clavarle más de una multa. Consultaste el reloj. Aun quedaban 40 minutos.

¿Llegarías a tiempo?

Aun me pregunto si hubiera llegado hasta mis salvadores sin hacer uso inconsciente de mis poderes. ¿Que me hubiera hecho aquel gigante?...

Y pensé que Apollo era un nombre tonto y ahora yo también uso un apodo, ¿merecerá la pena todo esto?.

Me inclino hacia delante en el taxi mientras miro el reloj.

- ¿Llegamos? - pregunto con cierto nerviosismo, dispuesto a tirar el dinero que le prometí en el asiento del copiloto para salir del taxi e ir corriendo en el caso de que nos detengamos mucho con el tráfico, no puedo llegar tarde.

El dinero tiene poco valor para mi y no me preocupa tirarlo, una mala manía de mi antigua vida, de cuando era famoso y me sobraba. Por otro lado parece mentira que me importe llegar tarde, normalmente no me preocupo por la hora. La gente hacia colas de horas para entrar en mis conciertos y seguían esperando por mucho que tardara. Luego me recibían con una ovación... Sin embargo hoy estoy nervioso, no se porque quiero causar buena impresión... quiero destacar... 

El taxista contesto que no. Que por su huevos, su mujer, y sus tres hijos, llegaría antes de la hora señalada.

Parecia una locura. Porque no quedaba mucho tiempo. Pero allí estaba, la calle en la que te habían citado. El taxista no tenia ni idea de donde estaba el numero, pero estabas cansado de estar dentro de aquel puto taxi, asi que pagaste y te bajaste.

La calle a esa hora tenia algo de trafico. Era una calle bien iluminada, aunque unas nubes de tormenta de prematuro invierno amenazaban con dejar muy poco sol para la tarde. De echo, tenias la impresión de que iba a llover.

Aun te quedaban diez minutos, asi que caminaste por la calle con la tranquilidad que da, saber que por una puta vez en tu vida, ibas a llegar a tiempo. Era extraño que esa persona fueras tu. Pero tu ahora eras mucho mas que hacia un año.

No eras un cantante famoso, no en activo. Pero eras algo que muchos jóvenes con acmé  esperaban llegar a ser en las puertas de los multicines. Eras un tio con poderes. Y bastante chulos. Para que mentir.