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Mutantes en la sombra, espías y agencias lo controlan todo. (Finales de los 80 y década de los 90)

A finales de la década de los 80 era patente para la mayoría de los gobiernos, que algo no andaba bien. Muchos países realizaban pruebas de las bombas de destrucción masiva. Y nadie en absoluto podía llegar a imaginar lo que pasaría después.

La unión soviética, Francia, USA, China, Corea del Norte, y algunos países mas, empezaron a probar su armamento. Y desde las céntrales nucleares todo el mundo decía que la tecnología era segura.

Ya antes de Chernóbil, se empezó a detectar gente con variaciones genéticas. Entre los casos de hermanos siameses, perros de dos cabezas y demás cosas extrañas había un grupo de personas, que desarrollaban habilidades fuera de lo común y convivían entre la sociedad.

Fue la época de los espías y las agencias. Los mutantes eran armas, armas que utilizar de la mejor manera para lograr sus propios fines.

Las agencias cazaban literalmente a las personas que encajaban en ese perfil. Los sacaban de sus casas, de sus vidas, y o los recluían, o los obligaban a trabajar para su país. Eran tiempos duros para cualquier con “habilidades superiores”.

En aquella época, un mutante con suerte, que había servido para varias agencias de espionaje se convirtió en un faro de esperanza. Creo La Fundación Kauffman. Y desde ella, daban nuevas vidas a los mutantes perseguidos por las agencias del gobierno.

Durante mucho tiempo, la Fundación, recluto agentes para luchar contra la injusticia.  Era una lucha justa, una lucha encubierta, donde todo era espejos y sombras.

Desde la Fundación se consiguieron grandes avances en el conocimiento del fenómeno mutante. Se pudieron explicar y catalogar muchos poderes. Y sin embargo. Lo que mas temían tanto los mutantes como las agencias llego a pasar.

Mutantes de segunda generación. Época de peligros. (Finales de los 90 principios de la década 2.000)

Rusia había pasado de ser una potencia mundial a ser un cumulo de contradicciones. Los espías del KGB, habían llegado a controlar mucho dinero, influencia y tecnología. Y a pesar de que los cambios del mundo hicieron que su división mutante variara con los años, hubo algo que no varió. Su ansia de poder.

Fue a mitad de la década de los 90, cuando se empezó a escuchar hablar de mutantes de segunda generación. Hombres y mujeres que habían sido creados en laboratorios, y que podían hacer uso de mucho poder, casi sin limitaciones.

La peor pesadilla de todas las agencias había llegado. Si se podían conseguir agentes con tal poder, cualquier agencia podía dominar el mundo.

Desgraciadamente para los sujetos de prueba esos G2 eran inestables. Cuando llegaban a su límite morían, algunos se convertían literalmente en polvo, otros, explotaban, como si de una bomba nuclear se tratara.

Nadie estaba tranquilo. Las agencias formaron pactos. Algunas cosas se filtraron a la sociedad y la opinión pública, tuvo conocimiento de hechos extraños que no tenían fácil explicación.

Las comunicaciones globales habían llegado y todo el mundo estaba enterado de todo. Era una nueva época. Una época en la que había que luchar contra aquellas aberraciones mutantes de segunda generación.

Las agencias de control de mutantes empezaron a integrase dentro de los gobiernos para ganar poder. Y en casi todos los lugares donde antes había una “Agencia M” al servicio de un país, se sufrió una metamorfosis, y ahora eran las “Agencias M” las que ponían a su servicio a los propios países.

Justo antes del cambio de poder definitivo. De que cada país fuera controlado desde dentro por los mismo hombres, mujeres y mutantes que antes defendían sus derechos, la fundación dejo de brillar.

El 01 de Enero del año 2.000, La Fundación Kauffman realizo lo que se llamo “Normandía”. Cada mutante y sus familias pasaron a la clandestinidad total. Atacaron al mismo tiempo las bases de datos de cada Potencia M, y durante meses nadie sabía dónde o como encontrar un mutante.

Las viejas potencias, ahora controlaban sus propios países y sus interés, pero parecía que su fuente de activos había desaparecido. Aquello dio como final, la extinción de experimentos de las potencias para crear G2.

La calma tras la tormenta. Y la nueva generación. (Del 2002 al 2006).

El fenómeno M había acabado. Ahora los agentes mutantes que quedaban de cada casa eran pocos por no decir los únicos. Cada país o facción trabajaba para sus propios fines. En el mundo, la gente detestaba cualquier arma de destrucción masiva.

Sin embargo, de repente, en el 2005, muchos descubrieron que de nuevo había muchos mutantes. La aparición hizo saltar todas las alarmas. No solo había más que antes, sino que su control y ámbito de poderes eran superior a la generación anterior.

Eran los verdaderos mutantes de segunda generación. Hijos de mutantes. La Fundación había tapado muchas cosas, porque ya sabía que eso pasaría naturalmente. Cada generación era más poderosa que la anterior.

Así el mundo se lleno rápidamente de gente con poderes. Los gobiernos, dirigidos por los antiguos jefes de los Servicios M, se pusieron manos a la obra para reclutar y estudiar el problema.

En esa época confusa, los reclutamientos se hacían a base de dinero en la cuenta. Ya habían pasado atrás los secuestros, las amenazas a la familia y demás artimañas. No eran necesarias, ya no era la época de la guerra fría, y sobre todo, había mucho donde elegir.

La Organización, una empresa privada muy parecida en recursos y personal a la Fundación Kauffman, empezó a investigar y compartió sus investigaciones y conclusiones, por un precio muy alto, con los gobiernos.

Sin embargo, en la era de las nuevas tecnologías, muchas mafias, carteles y grupo de poder, consiguieron acceso a datos y personas mutantes.

Así es como comenzó la guerra contra los grupos Terroristas Mutantes. Para lo cual, los distintos países, y La Organización usaron a sus G3 para aquella nueva amenaza.

(Véase que a pesar de ser la natural segunda generación, se le llamo la tercera. Para distinguirlos de las aberraciones de la década anterior)

La Nueva Era Mutante. Pactos comerciales y locura fundamentalista. (Del 2007 hasta ahora)

Ahora, los países así como La Organización luchan contra todo lo que tenga que ver con los mutantes.

La opinión pública sigue sin conocer el tema, y todos se esfuerzan en que siga así. Nadie quiere desvelar el fenómeno mutante al mundo.

Sin embargo, el dinero es el nuevo motor de toda la maquinaria mutante, y gente sin escrúpulos explotan a los mutantes con el único fin de hacerse ricos.

Distintas organizaciones criminales ahora aportan mutantes entre sus filas. Y lo que es peor, grupos como RedWinter, exclusivamente formada por mutantes, aboga por reducir a los humanos normales a esclavos y controlar el mundo.

La lucha es distinta, pero de alguna manera es igual que antes. Los mutantes tienen que recorrer un duro camino por la supervivencia.