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Las leyes universales

Ciertas leyes de la costumbre son universales entre todos los pueblos de Britania. Son las leyes no escritas de la lealtad, la familia, la hospitalidad y el honor. Tu personaje conoce bien estas leyes. Desde la infancia, han formado parte de la vida de todo caballero. Los jugadores deben comprender que estas leyes proceden y sirven de base a los nuevos y audaces conceptos de la caballerosidad que el Rey Arturo está promoviendo. Hasta los grupos más bárbaros y crueles de Britania aceptan estas antiguas tradiciones como algo necesario y esencial para la supervivencia en un mundo hostil.

Estas leyes se respetan hasta entre enemigos. Por ejemplo, cuando un rey picto enemigo acepta la hospitalidad del Rey Arturo, confía en poder comer y relajarse en los salones del Pendragón sin temer ser asesinado, aunque esté borracho como una cubo. Sólo los sajones y otros miserables infringen pérfidamente esta regla, y tan sólo ocasionalmente. De igual forma, si Arturo derrotase al rey picto enemigo y éste le jurase lealtad, Arturo podría confiar en que su nuevo vasallo le obedecería. Por último, si alguien entra en una familia por vía matrimonial, aunque sea la familia de un enemigo, se convierte en un familiar suyo y  por lo tanto se puede confiar en él.

Todos los jugadores deben recordar que estas reglas son las piedras angulare de la sociedad de su personaje y del mundo. Son lo que convierte a las personas en personas y las distinguen de las bestias. Esto no quiere decir que tu personaje deba siempre cumplir las cuatro leyes, ni que deba suponer que los demás lo vayan a hacer. Tú controlas a tu propio personaje: los asuntos delicados, como la coherencia de la conducta o la reputación de tu personaje, se controlan mediante las reglas del juego en vez de dejarse en manos del director de juego para que éste los ejecute o los pase por alto. En términos del juego, estas leyes son las cuatro Pasiones básicas.

La hospitalidad

En las distintas culturas de Britania hay algo en lo que todas están de acuerdo: las normas de la hospitalidad. La casa de un hombre se considera sacrosanta, protegida por los poderes que vigilan a la humanidad, cualesquiera que sean éstos. esto se cumple ya viva en una choza, ya en un inmenso castillo. Esta santidad no significa que los poderes vayan a intervenir para proteger una casa si es atacada; quiere decir que no se volverá a confiar en el infractor dentro de ninguna casa si incumple las normas y que un aciago destino acechará los pasos del infractor desde entonces en adelante.

Las reglas insisten en que una persona no tiene que invitar a nadie a la seguridad de su hogar, pero si así lo hace, ambas personas deben obedecer ciertas reglas de respecto y seguridad. Una vez dentro, debe reinar la paz entre ellos, aunque descubran que son enemigos mortales. Pueden salir de la casa y combatir o uno de lelos puede marcharse y volver luego con intenciones hostiles, si se le vuelve a permitir la entrada. Pero mientras estén dentro, ambos hombres deben comportarse de forma pacífica y el visitante debe incluso ayudar al poseedor de la casa a defenderla si son atacados.

El anfitrión nunca puede actuar contra su visitante, sino que debe tratarle como un invitado de honor., A su vez, el visitante debe ser cortés y no insultar a su anfitrión. Los poderes que controlan las leyes de la hospitalidad verán y corregirán cualquier incumplimiento de este contrato tácito. Procurarán que, al final, se administre justicia. la susperstición asegura a tu personaje que si una persona abusa de esta norma, algo horrible le ocurrirá en el momento más inoportuno, ya sea de parte de Dios, Llew o Wotan, todos ellos protectores del hogar. 

Confía en tu familia

El mundo es un lugar peligroso. Hay mucho en los demás de lo que desconfiar, aunque no sean forasteros que hablen un idioma distinto y rindan culto a dioses extraños. Los extranjeros son, a priori, hostiles y amenazadores. Sin embargo, uno siempre debe confiar en su propio grupo familiar. Aunque un pariente actúe de forma despreciable, sigue siendo alguien de confianza. Sólo se puede contar con la familia en una emergencia (cualquier emergencia). De este modo, un individuo no está indefenso contra el mundo, sino que siempre puede confiar en que su familia le auxiliará.

Se considera que la lealtad y el afecto de una persona hacia su familia son inherentes a su naturaleza. Es impensable que alguien pueda volverse contra su familia. El asesinato de un familiar es algo inaudito, inhumano y casi demoniaco. A veces, un caballero debe elegir entre la lealtad a su familia y la lealtad a su señor. Puede que no haya manera de resolver esos problemas sin ofender a alguien importante. Tales dilemas son el argumento de las mejores historias y ofrecen a los jugadores la mejor oportunidad para representar sus personajes. 

Algunas de las palabras usadas normalmente para referirse a la familia son:

Clan: todas las personas que se declaran descendientes de un antepasado común.

Linaje: todas las personas que realmente pueden seguir su ascendencia hasta llegar a un antepasado común.

Parentela: todas las personas que son parientes de un individuo, incluyendo aquéllas que están fuera de su linaje.

La lealtad

La lealtad está reconocida como base de toda la sociedad, fuera de la familia. Todos los miembros de la sociedad, excepto los locos, deben lealtad a alguien. para los guerreros y soldados, la lealtad es particularmente importante, ya que es la base de la organización militar y de la supervivencia en la batalla. La lógica y el propio interés sirven de apoyo a la lealtad. Nadie consideraría justo ni equitativo el que se cometiesen acciones hostiles contra la persona que los mantiene con comida, protección y acomodo. Además, la lealtad a un líder amplía la influencia de una persona fuera de su propia familia, dándole un lugar en el mundo exterior.

La lealtad está asegurada  mediante un ritual de promesas y votos que establecen la relación entre dos personas. Como ya se indicó, la lealtad feudal es un acuerdo entre dos partes: un líder y un seguidor. Aquéllos que quebrantan su voto de lealtad quedan marginados de la sociedad y la gente juiciosa nunca volverá a confiar en ellos. Como con las leyes de hospitalidad y la familia, los poderes sobrenaturales que vigilan al hombre pueden intervenir para dar fin de una forma horrible a los perjuros.

El honor

El honor es la ultima de las leyes universales de la sociedad. El honor es algo necesario en los caballeros, pero no en todos los demás. Tener honor es una de las cosas que distingue a un caballero de los demás. Los religiosos no necesitan honor, ya que deben anteponer los intereses de Dios y de la Iglesia a los suyos propios. Los plebleyos no necesitan honor, porque ya tiene bastantes dificultades con seguir vivos. Las mujeres no necesitan honor, porque sólo son mujeres; sin embargo, las mujeres que tiene honor gozan de más estima que las demás. Sin embargo, los caballeros deben tener honor porque han aceptado tomar los votos de la la caballería. Sin honor, ningún juramento vale nada, puesto que sin él la palabra empeñada pronto será quebrantada. Es concebible que un caballero puede engañar y conspirar, pero seguirá manteniendo su propio sentido del honor con tal de que nunca incumpla el voto de caballería.

El honor engloba el código personal de integridad, orgullo y dignidad de tu personaje; ese código es lo bastante importante como para ser apoyado por la fuerza de las armas. Sin embargo, una definición más concreta resulta difícil. La dificultad proviene del uso del adjetivo "personal". Todos los caballeros están de acuerdo en que incluye ciertas cosas. Sin embargo, el concepto de una definición personal del honor es importante. Quiere decir dos cosas. En primero lugar, es el individuo, y no la opinión general, quien determina ciertos aspectos del honor. En segundo lugar, el adjetivo "personal" se usa para distinguir el honor de las demás obligaciones sociales juradas o innatas, incluyendo las demás leyes tácitas de la sociedad o cualesquiera otras que hayan sido determinadas socialmente.