Partida Rol por web

Te sudaban las manos. Temblabas. El pulso se te aceleró. La pieza metálica que llamas pistola encañona a Rikko Elba. El dedo sobre el gatillo, pero no te decides a disparar. Tú brazo izquierdo, colgando desde tú hombro, tiene una profunda mordida. Sangra, te duele, pero algo te alivia. No te transformarás. Aun no sabes el motivo, pero sabes que no lo harás.

-No eres una asesina... -logra decir entre risas de burlas. Ríe traviesa, como si tuviese controlada la situación.

No hay sol, no hay luna. Solo lluvia afilada y gélida, y de entre las espesas nubes se asoman cuerpos de acero. El Imperio se acerca. El contraste de colores es vivo; rojo para las llamas y azul para la lluvia. Pero todo lo que te importaba estaba delante de ti.

Escuchas unos pasos a tú lado. No puedes reaccionar, es demasiado tarde cuando te percatas de que un hombre con numerosos implantes te empuja al suelo. La pistola rueda por la superficie de la oficina de Solaria Corporation Biozardh. Las cristaleras rotas que rodean el enorme despacho permiten que se cuele la lluvia. El abismo es inminente, kilómetros y kilómetros de caída libre. Debido al ataque imperial, el edificio está ruinoso... no es de extrañar encontrar una puerta tumbada o un pequeño agujero en el suelo.

Entonces alzas la vista y ves al hombre. No, no es un hombre. Como sucedía con Olivaw era un robot. De origen asiático, cabello oscuro y una katana a su espalda. Camina hacia ti a pasado decidido. No tiene miedo. Tienes la oportunidad de hacer algo antes de que te alcance...

El agua de la lluvia se colaba en la elevada planta a través de las cristaleras rotas, envolviendo el lugar en un gélido ambiente. El olor a quemado subía por el ascensor y los tambores de guerra del Imperio se aproximaban.

Arrepentida de no apretar el gatillo cuando tuvo oportunidad, Nebula miró, en un último instante, cuanto de lejos se había alejado la pistola de ella. Pero Kai se acercaba con pasos robótico hasta ella sin darle oportunidad de recuperar su pistola

A pesar de que el virus no había surtido efecto sobre ella, el brazo le dolía bastante. Y no tenía nada más para defenderse contra el ser imparable y vacío de miedo, Kai. Si retrocedía un poco más caería al vacío, donde a unos cuantos kilómetros le esperaba la muerte segura por impacto contra el suelo.

Irguiéndose, se abalanzó contra él, cuando él preparaba su katana. Pero deslizándose consiguió evitar su afilada arma al caer por uno de los agujeros hasta la planta inferior.

Sabías perfectamente que luchar contra Kai era un suicidio. Miraste a tú alrededor y viste un hueco por donde colarte en el suelo. Una oportunidad. Decidiste correr hacia él y realizar una finta en el último momento, lo que te permitió esquivar su katana y caer por el agujero estrecho que tenías como objetivo.

El agujero se presentaba oscuro y hasta el suelo habría una caída de unos tres metros. Te esperaban escombros y un pasillo oscuro sin ventanas. Sin embargo, aunque no fuese una caída muy pronunciada, tres metros podían ser suficientes para sufrir una pequeña lesión.

Caes al piso inferior. Aunque la caída había sido desde una altura considerable, tú agilidad logró evitar todo el daño del aterrizaje. El pasillo en el que te encontrabas no tenía ventanas, estaba oscuro y solo alguna luz ocasional lograba iluminar algunos segmentos del pasillo. Solo había dos direcciones claras en un pasillo, hacia un lado o hacia otro.

Una de las direcciones llevaba al hall principal en la planta donde te encontrabas. Allí había ascensores y escaleras, complementados por más y más pasillos. La otra dirección llevaba a varias salas auxiliares; limpieza, almacenes, etc.

Las maniobras sucias de Rikko hacían mucho tiempo que dejaron sorprender a Nebula. Tras dejarla que le mordiera un infectado, Nebula se había propuesto matar a su prima cuando tuviera oportunidad. Lamentó enormemente no apretar el gatillo cuando tuvo su oportunidad. El mero deseo de querer torturarla había hecho perder una valiosa oportunidad para matarla.

Pero con Kai a las órdenes de Rikko, Nebula sabía muy bien que ese tiempo se había evaporado enseguida. Al menos por el momento. Ahora su único objetivo era huir de las afiladas armas del sicario de Rikko.

Deslizándose por el suelo, faltó poco para que la katana de Kai alcanzara el rostro de la chica cuando se dejó caer por el hueco del suelo. Alcanzando el suelo de la planta inferior, Nebula amortiguó la caída con la rodilla. Solo gimió de dolor por su brazo.

No había luz en el pasillo, pero Nebula conocía bien las instalaciones. Corriendo, tomó el pasillo que iba al hall y por lo tanto a la salida. El Imperio los estaba atacando y en pocos minutos destrozarían el edificio, y con Kai pisándole los talones no tenía tiempo que perder.

Corres a toda prisa hasta el hall de la planta en la que te encontrabas, la planta número cincuenta y dos. El lugar era amplio, tenía ascensores y escaleras con los mismos destinos que los elevadores. Todo ello elegante y a la vez minimalista. La gente del edificio, los trabajadores, huían en todas direcciones y de fondo, al otro lado de la cristalera, se podía ver la ciudad de Neo Chroma asediada por las fuerzas imperiales.

Todo el edificio se sacudió violentamente. Algo había explotado bajo tus pies o sobre tú cabeza, no lo tenías claro... pero lo que si tenías claro era que el edificio no tardaría en caer rendido ante la potencia imperial.

De un rápido vistazo por la ventana, Nebula vio como Neo Chroma estaba siendo asediada por el Imperio. Maldijo entre dientes. No es que estuviera en contra del Imperio, pero tenía sus planes y ahora todo se había vuelto caótico.

Otra fuerte sacudida hizo casi perder el equilibrio a la chica que tuvo que apoyarse en una de las paredes. El edificio se venía abajo. Debía salir de allí cuanto antes. Con un poco de suerte, su prima moriría aplastada por alguna viga. Eso si no lo hacia ella antes.

Miró por toda la planta y buscó las escaleras de incendio. Los ascensores no eran seguros si es que funcionaba. Y las escaleras convencionales no le podían asegurar una salida rápida. Aún estaba en una planta muy alta, pero no veía otra forma de salir de ahí que no fuera por las escaleras.

Corriste hasta una puerta que te llevaría a las escaleras de incendio. Lo hiciste en una marea de personas asustadas que luchaban por sobrevivir. Como tú. Entraste en el túnel que te llevaba a las escaleras de emergencia, y mientras bajabas por ellas viste a un hombre caído en el suelo. Su cuerpo agujereado por las balas estaba empapado en sangre. Tenía un comunicador en su antebrazo izquierdo que estaba recibiendo una llamada.

Nebula se adentró en el túnel hacia la escalera de incendio camuflada entre la multitud. Si Kai aparecía no la iba a encontrar tan fácilmente. Corrió sorteando a los trabajadores del edificio hasta que encontró en el suelo a un tipo herido de balas. Tenía un intercomunicador y Nebula no se lo pensó mucho.

Fue hasta él y se lo quitó antes de comprobar si llevaba un arma o algo útil encima. Luego siguió el camino, escaleras abajo. Abrió la llamada entrante. Si no era nada que le pudiera interesar, colgaría y llamaría a Olivaw.

Cuando activaste el comunicador salió en una pequeña pantalla holográfica el rostro de un hombre. Se presentó como el capitán Feld, Edmund Feld, pero a diferencia de un capitán militar, aquel hombre era el capitán de un carguero civil. Te explicó que todo Neo Chroma estaba siendo asediada por el Imperio, y que el puerto espacial era, temporalmente, un lugar seguro desde el que coger una nave y huir.

-¿Está muerto? La persona a la que guiaba, ¿lo está?

Te preguntó sobre el dueño del comunicador. Parecía apenado, quizás tuviese esperanzas de salvarle, pero ahora tenía la oportunidad contigo.

-Hay espacio en mi nave. Si quieres vivir... puedes venir.

Nebula maldijo entre dientes cuando el capitán le contaba lo ocurrido en Neo Chroma por el Imperio. Las cosas se complicaban por momentos. Con el holograma en proceso, Nebula fue sorteando a los desesperados trabajadores del edificio para salir cuanto antes de allí.

-Lo está.- se limitó a contestarle sin querer herirlo más de lo necesario y sobre todo evitando que el tipo pudiera pensar que había sido ella la culpable. – Ha debido alcanzarle los balines del Imperio.-

Y a pesar de perder a un amigo, el capitán le ofrecía la oportunidad de salir de allí cuanto antes. Posando su mirada fija en el holograma, vio su momento para huir de allí. Tan solo tenía que llamar a Maximillan y Ollivaw.

-Quiero. ¿Dónde está el carguero?- le preguntó directa para en cuanto saber la localización avisar a su robot y a su amigo para encontrarse allí con ellos.

Edmund te contó donde se encontraba su carguero. Por suerte para ti no muy lejos del edificio. El espaciopuerto era probablemente el lugar más defendido en Neo Chroma en esos momentos. Tras una breve despedida, con la esperanza de encontraros de nuevo, avisastes a Maximilian y Ollivaw. El primero te comunicó que intentaría salir por sus propios medios. El segundo, por supuesto, quedó contigo en el espaciopuerto.

Ahora que estaba todo en orden solo quedaba llegar hasta allí. Tarea que no sería nada fácil. Para empezar debías salir del edificio. La única puerta al alcance estaba abierta, pero atascada de toda la gente que ansiaba salir. 

Tras avisar a Maximiliam y a Olivaw, Nebula alcanzó la planta baja. La salida estaba cerca, pero abarrotada y atascada de la multitud que intentaba salir desesperada. Meterse entre la multitud era arriesgarse a morir ahogada o aplastada por la marabunta.

El capitán Feld le habia dado la localización de la nave, y partirían en breve, la chica no podía permitirse esperar a que se dispersara la salida. Inquieta empezó a buscar otra salida por las salas contiguas de la planta baja. Quizás podía salir rompiendo alguna ventana.