Partida Rol por web

Fama, Dinero y Gloria. Bienvenido a la Tierra Media.

Capítulo 1º.- Organizando El Hogar de la Cosecha

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07/04/2012, 00:28
Fërendil

FËRENDIL (Rakasa):

Escuchó atenta todo lo que hablaban a su alrededor, mientras observaba con curiosidad a todos los asistentes. Las condiciones de la cacería estaba claro que eran buenísimas, aunque Fërendil no lo hacía por dinero, ni por fama. Era algo más en el largo camino que había decidido recorrer. Sería una miniaventura más. Le aportaría un poco de entrenamiento, que nunca estaba de más. Llevaba ya muchos días viajando y hacía tiempo que no utilizaba su arco, tenía ganas...

Fërendil: -"Yo soy cazadora, y no estaría de más alguien con conocimientos de sanación cerca"  - dijo mirando a la chica rubia y dando unos pequeños pasos adelante - "Y me parece buenísima idea lo del perro, los animales poseen cierto don para la caza."

Sonrío a todos los presentes y hago un pequeño gesto con la cabeza para luego acto seguido salir por la puerta detrás del caballero. Mientras, Fërendil iba dandole vueltas a por que tanto lío por unos lobos, era cierto que era demasiada recompensa por una cacería, pero si se trataba de ayudar a las gentes de la comarca de Bree, ella estaba dispuesta.

Fërendil: -"Nos vemos en la puerta Oeste."

Notas de juego

Creo que he marcado bien a los que quedan dentro ^^

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07/04/2012, 10:59
Finwë

FINWË(Wolf_Metal):

Finwë: -"No soy un cazador, nunca me he dedicado a eso. Conozco el manejo de la espada y la verdad es que no me interesa el oro."

No había motivación alguna para ir, pero tampoco para no ir. Me daba igual a donde ir, las posibilidades de cumplir mis objetivos eran las mismas fuera a donde fuera... y la verdad es que no me vendría mal volver a empuñar una espada de nuevo.

Finwë: -"Os acompañaré, puede que me venga bien una distracción después de..."

Después de tantos fracasos y viajes sin fruto alguno...

Me acomodé en la pared del salón, tendría que variar un poco la lista de lo que tenía pensado pagar en la taberna. Sin más palabras ni una despedida crucé el umbral de la puerta para salir del salón privado.

Notas de juego

Como Fërendil se ha despedido pero no ha dicho que se iba la he marcado. Si no es así edito sin problemas o lo editas tú máster ^^

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07/04/2012, 11:09
Finwë

FINWË(Wolf_Metal):

Una vez fuera del salón privado me dirigí a la barra ignorando a los demás me dirigí al posadero.

Finwë: -"Disculpe, me gustaría saber si tiene provisones para al menos una semana. Algo que el tiempo no pueda estropear fácilmente como carne en salazón, frutos secos o bizcochos."

La comida de los humanos era ridícula, pero hacía días que se me habían terminado las lembas y no me quedaba otro remedio que comprar este tipo de provisiones.

Notas de juego

Aquí me marco sólo yo porque tan sólo me dirijo al posadero ^^

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07/04/2012, 21:29
Yaidokil

Yaidokil (Ajuas)

Yaidokil: Bueno, maese aldo, parece que sólo quedamos nosotros dice la rubia, al ver que todos los demás se marchan. ¿Me mostrareis alguna tienda donde pueda comprar algunas cosas?

Seguirá al hobbit, si este asiente, para poder comprar algo.

Notas de juego

Recuerdo que había por ahí una lista de equipo... me gustaría comprar algo, que antes no lo hice, si puedo. Por lo pronto, comida para dos días para llevar por si la cacería supongo no será difícil, en la misma taberna me lo podrían preparar. Pero, no sé, cuerdas, antorchas, cosas así...

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07/04/2012, 23:34
Director

6º TURNO:

Capitán Relar: -"Ves viejo amigo, !te lo dije! Mi nariz no falla nunca. Sabía que en el incendio del molino Juncales había algo que no encajaba."

El viejo soldado se dirigió a Calimon luciendo una amplia sonrisa de satisfacción. La extraña sensación que lo había acompañado desde la noche en la que el fuego consumió el molino tenía por  fin una explicación.....o, por lo menos, un motivo. Porque el misterio, lejos de aclararse, se había complicado con la información aportada por Bregor. 

Primero un incendio premeditado que casi acaba en homicidio....Relar miró al acongojado joven.

"No, no puede ser. No hay motivo alguno para ello. Que el chaval casi haya muerto quemado tiene ser una coincidencia."

Después el grupo de extraños que prende fuego al molino desaparece en un bosque infestado de bestias salvajes. A la vez un joven vagabundo que escapa de las llamas milagrosamente descubre y sigue a los culpables para acabar teniendo un encuentro con un lobo.

"Parece imposible que alguien como este muchacho haya sido capaz de escapar con vida al ataque de un lobo. Sin embargo es cierto, lo corroboran sus heridas y también su lenguaje corporal. Tal vez haya en él mucho más de lo que puede apreciarse a simple vista."

Y finalmente estaba el ganadero. Un hombre respetado, miembro de la Asamblea, comprometido con la ciudad hasta tal punto que ofrecía sus servicios y recursos para resolver todos sus problemas; debería estarle más que agradecido. Sin embargo algo se lo impedía, algo que no podía explicar.

Relar fijó los ojos en Bregor. El muchacho estaba compungido y muy nervioso. Había sido muy duro con él y , aunque jamás se le hubiese ocurrido infligirle daño, se sentía un poco culpable por sus malos modos. La presión a la que le había sometido habían provocado que sus palabras brotasen de su boca de forma desordenada y violenta. Estaba seguro que, con calma, podría sacarle algo más, algo que le acercase a la verdad. Pero también sabía que no tenía tiempo que perder ya que la reunión no podía tardar en acabar.

Instintivamente miró hacia la puerta que daba al salón privado. Aún no salían,...aún.

Capitán Relar: -"Bien jovencito, ahora relajate. No hay motivo para estar nervioso. Si todo ha sucedido como dices tu no eres culpable de nada, ¿no?"

Hizo una pausa para dejar que el muchacho se calmara.

Capitán Relar: -"A ver, dime, ¿cuantos eran los que incendiaron el molino y por donde los seguiste?"

Bregor levantó la cabeza y cruzó la mirada con el viejo capitán. Su rostro ya no mostraba la dureza y marcialidad características y sus ojos transmitían amabilidad y comprensión.

Capitán Relar: -"Venga hijo, cuenta exactamente que es lo que pasó aquella....."

El capitán dejó su frase a medias. Precedido por el sonido de una puerta al abrirse vio aparecer al ganadero.

Capitán Relar: -"Mierda..."

El viejo dúnedain se dirigió de nuevo a Bregor. Cualquier rastro de amabilidad había desaparecido. Su rostro era el de siempre, recio y serio. El del adusto capitán de la guardia de Bree. De pronto notó como la mano del Relar se cerraba de nuevo alrededor de su muñeca.

Capitán Relar: -"Escúchame...."  - Su voz era tajante y autoritaria. Cortaba como el acero enano. - "...vas a ir con Calimon."  - dijo señalando al hombre al que había visto vomitar - "Le contarás todo lo que puedas sobre el Bosque de Chet, se que vivías allí y que lo conoces perfectamente. Explícale también todo el episodio de la noche del incendio, sobretodo tu encuentro con el lobo y porque dices que lo dices sobre ellos. ¿Entiendes? No voy a repetirlo. Si te portas bien tal vez el bueno de Al pueda olvidar...."

Le interrumpieron:

Hergran Corneta: -"Relar, ¿quíen es este alto y espigado joven? Por como lo tienes agarrado cualquiera diría que estás deteniendo al mismísimo Rey Brujo."

Instintivamente soltó la muñeca del preso:

Capitán Relar: -"Solamente un buen muchacho comprometido con el ciudad y su gente, como tú. Se llama Bregor Bruinen. Lo conozco gracias a un par de asuntos en los que hemos coincidido. Ha venido preguntando por la cacería."

El ganadero miró a Bregor con escepticismo:

Hergran Corneta: -"¿Por la cacería?¿Estás de broma? Relar, esto es serio y peligroso, y tu lo sabes. No voy a aceptar gente solo por sumar efectivos."

Capitán Relar: -"¿Por quién me tomas Hergran? Jamás se me ocurriría exponer a alguien a un peligro si no supiera que puede afrontarlo. Te he dicho que lo conozco. Bregor es un joven sobradamente preparado, no te dejes engañar por su aspecto. Yo mismo he comprobado su potencial más de una vez. Además conoce el bosque a la perfección."

Por un momento el rostro Hergran cambió de expresión. Fue casi imperceptible.

Hergran Corneta: -"Siendo así....Bueno Relar, si tu respondes por él, por mi no hay problema. Sea como fuere, en cuarenta minutos salimos desde la puerta Oeste y no vamos a esperar a nadie. Si quiere venir allí estaremos, aunque no le veo muy convencido..."

Capitán Relar:  -"Solo está un poco nervioso, Hergran. Tiene muchas ganas de ir y además necesita las monedas que ofreces; para él son más que suficientes para poder vivir durante un tiempo. A saber cuando se le presentará otra oportunidad así. Y no te preocupes, te repito que yo respondo por él, no te decepcionará."

Relar clavó los ojos en el muchacho. Su mirada imperturbable parecía traspasarle la carne.

Capitán Relar: -"¿Verdad Bregor?"

Notas de juego

Bien si no hay nada raro, os queda el turno final para aclarar las dudas que os queden.

Obviamente corto aquí para que Bregor pueda contestar lo que le parezca. Seguramente, después de contestar ya quedará libre. Eso significa que si quiere ir a la cacería tiene 40 minutos para prepararse y, finalmente, encaminarse hasta la puerta Oeste. 

También dejo al ganadero en la posada por si Calimon quiere decirle algo. Yo contestaré y ya me lo llevaré. En ese momento, intentaré escribir el cierre de este capítulo. Por lo tanto, como he dicho (siempre que no queden cabos sueltos, claro. Si los hubiese haremos los turnos que sean necesarios ) después de que desaparezca Hergran tenéis 40 minutos para preparar lo que queráis para la cacería y, finalmente, dirigiros a la Puerta Oeste.

Suerte!

Por cierto, vuestros compañeros ya han acabado. Así que cuando antes contestéis antes acabaremos. Lo digo mas que nada para no hacerlos esperar mucho más.

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08/04/2012, 13:43
Bregor Bruinen

BREGOR BRUINEN(Thorom):

Tal como el joven muchacho se temía, se acababa de meter en un buen lío. Ahora el capitán Relar le estaba obligando a seguir a aquella especie de expedición por el bosque, por lo que había dicho casi incluso tendría que guiarla... Bregor estaba pálido como la sábana de un fantasma.

Trató de mirar el asunto desde un punto de vista más optimista. Al menos podría desenmarañar todo el embrollo que había ocurrido los últimos días y en el que casi sin darse cuenta el joven muchacho se había metido de lleno. Podría descubrir quién eran aquellos malditos locos que casi le convierten en cenizas. Intentó recomponerse y fingir valentía ante la mirada inquisidora del capitán Relar, tarea harto difícil ya que no era fácil mostrar valentía cuando el Capitán Relar te miraba con esos ojos suyos que traspasaban hasta el mithril...

Hergran le miraba como lo que era, un chaval asustado por las circunstancias, aunque finalmente lo aceptó en el grupo. Ahora su nombre ya estaba en boca de todos y tendría que demostrarle a ese hombre que era capaz de estar en la expedición y que era un digno cazador de lobos, el Capitán así lo afirmaba y si no conseguía demostrarlo y dejaba en entredicho la palabra del Capitán se metería en un lío peor, casi prefería que le devoraran los lobos. Se preguntaba si no estaría saltando de la sartén para caer en el fuego. Tragó saliva antes de asentir rápidamente con la cabeza.

Bregor Bruinen: -"Verdad, capitán Relar".

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09/04/2012, 23:51
Aldo Talabarta

ALDO TALABARTA (Nagredog)

 

El hobbit miro a la mujer rubia, la verdad es mas de cerca no le daba tanto miedo a Aldo.

- "Si, bueno, realmente yo soy de Combe, alli si podria decirle muchos sitios." - dijo Talabarta, y sin dejar contestar, como tantas veces hacia, continuo hablando.

- "Pero no se preocupe, solo unos kilometros separan mi pueblo de la ciudad de Bree, aqui tambien conozco algunos sitios." - ponia cara de entusiasmo mientras repasaba mentalemente los comercios que conocia.

- "De hecho a mi me vendrian bien comprar algunas cosas, todo es mas barato en Combe, sin duda, debi pertrecharme alli. En fin, no importa, sera mejor que vayamos antes de que la gente se agolpe".

Y sencillamente recogio lo que habia pedido a Lenna, pago y salio de la posada, asegurandose de que la mujer lo seguia. Habia que darse prisa para llegar a la puerta oeste.

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10/04/2012, 00:14
Director

6º TURNO Y FINAL DE CAPÍTULO​:

Cuando Al vio salir al elfo con la capucha calada, como era costumbre en él según había podido deducir en cada una de las veces que este había estado en El Descanso del Rey, se extrañó al ver la dirección que tomaba. 

Al principio pensó que los últimos coletazos del shock que había sufrido hacía poco más de media hora le estaban jugando una mala pasada y siguió pensando lo mismo aún cuando su rumbo y actitud anunciaban que la barra donde él se encontraba era el destino último del Noldo. Finalmente tuvo que rendirse a la evidencia ya que el elfo le hizo una pregunta directa.

Finwë: -"Disculpe, me gustaría saber si tiene provisones para al menos una semana. Algo que el tiempo no pueda estropear fácilmente como carne en salazón, frutos secos o bizcochos."

Al estaba acostumbrado a tratar con  todo tipo de gente. Al fin y al cabo el era posadero en Bree, cruce de caminos y ciudad de transito para infinidad de viajeros, pero la sensación que le invadió al oír aquella voz era desconocida para él. No le afectaba del hecho de hablar con elfos pues ya había tratado con alguno de ellos incluido el propio Finwë, y jamás había tenido problema alguno, sino de que por primera vez en todos aquellos años su conversación no se había limitado al típico "una copa de vino, para quitar el polvo del viaje de la garganta" que siempre usaba.

No, aquella pregunta no se resolvía con los movimientos cuasi mecánicos que iban desde el momento de la petición del vino hasta que Al se lo servía. De hecho, cuando se dio cuenta, el posadero ya le había echado la mano a una copa vacía.

Tuvo que hacer un esfuerzo para hacer retroceder su mente unos segundos antes para centrarse en las palabras que el elfo acababa de pronunciar. Dejando la copa de nuevo en su sitio su espíritu de posadero volvió a tomar el control.

Al Guisoespeso: -"Heemm,...si, perdone. ¿Provisiones para una semana? Por supuesto, esto es Bree. Muchos de los viajeros que pasan por aquí aprovechan para hacer acopio de comida para continuar su camino y El Descanso del Rey está siempre dispuesto a atenderles del mejor modo posible. Tenemos preparadas raciones para el viajero que se componen de productos elaborados con el fin de aguantar más de lo normal tales como las sardinas en salazón, los lomos de bacalao ahumado y también los diferentes tipos de carne: tiras de tocino seco, ahumado y curado al punto de sal. A todo esto añadimos la carne picada especiada secada dentro del intestino del propio animal y nuestro pan especial,  de un kilo de peso que, si no coge humedad, aguanta más de dos semanas. Se lo garantizo, lo hacemos nosotros mismo. De todos modos, y aprovechando que estas raciones se conservan bastante tiempo, siempre recomiendo a los clientes que para los dos primeros días, si no hay problemas de carga, se lleven productos mas frescos: frutas, queso, carne tierna y pescado del Brandivino. También magdalenas recién horneadas. ¿Qué le parece? ¿Le preparamos comida para una semana?"

Momentos después de haber mandado a Finwë a la tienda de Flordebaya, a poco más de cien metros en dirección sur por el Gran Camino del Este para que pudiese comprar una manta, Al se preguntaba que había pasado en el salón privado. Había dado por supuesto que los asistentes a la reunión irían todos de cacería, sobretodo a sabiendas de la sustancial recompensa que se ofrecía, pero el elfo le había pedido comida para diez días. ¿Había decidido proseguir su viaje?

Mientras dejaba las raciones preparadas sobre la gran mesa de la cocina para que el Noldo pudiese comprobar su composición a su vuelta, decidió no pensar más en ello. Al fin y al cabo, ¿quién podía imaginar lo que pasaba por la cabeza de un elfo?

Media hora después Finwë salía de la posada con todo lo encargado. Había guardado la comida que acababa de adquirir en su petate junto con una vieja lona para la lluvia, las cantimploras de agua y su manta recién adquirida. La verdad era que necesitaba comprar una pues hacía tiempo que se había deshecho de la anterior. Todo el conjunto pesaba lo suyo, sobretodo la comida, pero no podía hacer nada más pues las lembas se le habían acabado.

"En mi próxima estancia en Lórien tendré que pedir algunas más". Pensaba a medida que tomaba conciencia del peso de la comida de los humanos.

"Puede que sea necesario comprar un animal de carga para continuar el viaje, sobretodo si tengo que seguir consumiendo estos alimentos. Tal vez haber decidido participar en la cacería no haya sido tan mala idea." - pensó mientras sopesaba su bolsa de monedas. - "Con suerte sacaré lo suficiente para comprarlo."

Con esta idea en la cabeza Finwë se acercaba a la Puerta Oeste. Desde lejos vislumbró tres figuras: dos a pie y una a caballo. No necesitó de su privilegiada vista de elfo para reconocerlos enseguida: Hergran Corneta en la montura junto con sus dos ayudantes, nadie más. Al parecer era el primero en llegar.

Fin del Capítulo 1º. Continuará en el 2º Capítulo.

Notas de juego

Bueno supongo que no hace falta explicar nada. He adaptado lo que has pedido a este cierre de capítulo. Como se ve me parece una exageración, al fin y al cabo vas al lado pero, ¿quién soy yo para discutir nada? A veces pasa que las cosas se complican y más vale prevenir.....

Por cierto, he supuesto que tienes un petate y algo mínimo para resguardarte de las inclemencias. Así como cantimploras para agua y algo para hacer fuego. Al fin y al cabo estas de viaje continuamente. 

Mañana lo contaré todo, te diré dinero y peso. (Y Pex) Obviamente no daba para ningún animal de carga pero, como digo, puede que después de la cacería si de. Tu mismo.

Finalmente, supongo que ya lo sabes pero lo comento: ya no hay que postear más aquí, esto está cerrado ya. Continuaremos después de que escriba la intro del 2º Capítulo. Aún quedan dos en postear aquí, si tardamos un poco, pido paciencia. Gracias por la comprensión.

 

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10/04/2012, 17:53
Director

6º TURNO Y FINAL DE CAPÍTULO:

Fërendil salió del Descanso del Rey después de despedirse del hobbit y de la joven curandera. Le hubiese gustado hacerlo también del esquivo elfo pero desapareció detrás del fornido caballero. 

"Seguramente quieran comprar algunas cosas para la cacería" -pensó mientras caminaba por el Gran Camino del Este en dirección a la Puerta Oeste.

Ella era una elfa de los bosques, además de una cazadora consumada. Jamás, en lo que llevaba de viaje, se le habría ocurrido cargar con provisiones y otra clase de material. Lo que necesitaba para comer se lo daba la naturaleza y aún conservaba media docena de manzanas del último manzano con el que se había cruzado. Tampoco se le hubiese ocurrido nunca ocultar la visión de las estrellas y la luna cuando paraba a descansar y meditar. Por otra parte, nada le agradaba más que sentir la lluvia en su rostro. Incluso a veces, cuando estaba sola en el interior de algún pequeño bosque, se quitaba toda la ropa y dejaba que las frescas gotas de agua estallaran sobre su piel. Era en esos momentos cuando se sentía más unida que nunca a Arda.

Así que solo con su capa, que la protegía en caso de necesidad, su preciado arco,un manojo de cuerda de su tierra, su querida flauta y lo que llevaba en su mochila de viaje, material para curar pequeñas heridas y contusiones y yesca y pedernal para encender un fuego, se sentía más que preparada. Al fin y al cabo el Bosque de Chet estaba a escasos kilómetros  y mucho se tendría que complicar la cosa para, en caso de necesidad, no poder volver a Bree, ya fuere para dormir o para alimentarse. Por otra parte estaba segura que si por lo que fuera algo les impedía regresar tampoco podrían pensar en comer, y menos aún en dormir.

Cuando vislumbró la Puerta Oeste, su objetivo, vio que no sería la primera en llegar. Junto con el ganadero, montado en un esbelto y ágil caballo alazán, se encontraban sus dos ayudantes y, separado de ellos unos metros, apoyado en una de las jambas de la puerta con la capucha calada como era su costumbre, esperaba paciente el reservado Noldo.

Realmente Fërendil estaba feliz. Su primera aventura lejos del Bosque Negro iba a ser una cacería, y además en un bosque. No podía imaginar mejor comienzo para ella: una elfa del bosque cazadora. 

Fin del Capítulo 1º. Continuará en el 2º Capítulo.

Notas de juego

Pues eso es todo. Como no has dicho si querías comprar algo o no, me he ceñido a tu personaje y a tu historia. Te he recordado todo lo que habíamos comentado cuando hicimos la ficha y he intentado razonar el porque no necesitas nada. De todos modos, por si acaso, te he puesto media docena de manzanas.

Mañana o pasado contaré los kilos exactos e iré completando la ficha. De paso iré dejando un listado de todo lo que lleváis todos en alguno de los hilos. Ah, y también los Pex del trasfondo y de los post de este capítulo.

Finalmente, supongo que ya lo sabes pero lo comento: ya no hay que postear más aquí, esto está cerrado ya. Continuaremos después de que escriba la intro del 2º Capítulo. Aún queda uno por postear aquí y tengo que escribir tres epílogos más. Si tardamos un poco, pido paciencia. Gracias por la comprensión. 

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10/04/2012, 22:25
Director

6º TURNO Y FINAL DEL CAPÍTULO:

Cuando Yrinvan llegó a la Puerta Oeste no pudo dejar de admirar el ejemplar de caballo alazán que montaba Hergran Corneta. No era como el suyo, potente y musculado, preparado para la batalla y el cuerpo a cuerpo, pero no por ello debía negar la valía de aquel animal. Esbelto y estilizado, se veía que era ágil y veloz, capaz de recorrer largas distancias a gran velocidad. Su brillante pelaje de color rojizo, como correspondía a todo ejemplar de caballa alazán, contrastaba con unas crines y una cola totalmente blancas. Estaba claro que Hergran no dejaba pasar un día sin cepillar aquel pelo a conciencia que, a la luz del sol de la mañana, relucía al igual que el mismísimo astro rey. Desde luego aquel magnífico equino valía su peso en oro.

Que extraño era para Yrinvan intentar hacer una valoración del hombre que lo había contratado. Por una parte lucía impecablemente vestido, sin excesos ni ostentaciones, pulcro y elegante. Hablaba de una forma correcta y precisa, sin brusquedades ni signos de superioridad. La gente que lo conocía, como Al el posadero, parecían tenerle aprecio y consideración. La verdad era que su actitud derrochaba amabilidad, como si invitara a todo el mundo a acercarse a él y conocerlo. Además tenía un gusto exquisito por los caballos. Aquel ejemplar no se podía considerar como un simple animal sino que debía ocupar un lugar prominente en el tesoro y la fortuna de cualquier hombre por mucho dinero o joyas que este poseyese. Yrinvan sabía que para montar un caballo de esas características se debía hacer gala de una sensibilidad especial.

El caballero no hubiese dudado en ningún momento de que el ganadero tuviese lo que hay que tener si no fuera por la parte negativa que lo rodeaba y que hacía que el fiel de la balanza no se decantase hacía ninguno de los dos lados. Y en aquel lado negativo se encontraban Fremon y Beemon, totalmente opuestos a lo que representaba su jefe. Y, sobre todas las cosas, aquellas pequeñas fallas en el casi siempre impoluto comportamiento de Hergran: su pasividad ante la violencia de sus ayudantes y su falta de compasión cuando el posadero le pidió que parase la pelea. Eso no sería tan raro en un hombre se su apariencia si no fuera porque aquella actitud solo quedaba al descubierto unos segundos, el tiempo que tardaba en darse cuenta de que ese comportamiento no era el que la gente esperaba de él. 

Sea como fuere allí estaba él, junto con el ganadero y sus dos capataces; y también dos de los presentes en la reunión de hacía escasos treinta minutos. Era curioso comprobar que justamente se trataba de los dos elfos. Una, la hembra, aguardaba pacientemente sentada en el suelo con la espalda pegada a la pared del pequeño puesto de guardia mientras tarareaba una melodía en voz muy baja y el otro, el varón, se encontraba apoyado en una de las jambas de la puerta con la capucha calada, como parecía ser su costumbre. A su lado, en el suelo, descansaba un petate de lona gruesa totalmente cargado.

Aquello sorprendió al éothéod. Él había dejado la mayoría de su equipo en El Descanso del Rey. Al fin y al cabo iba a una cacería a pocos kilómetros de Bree. Si había suerte, a hora de cenar estaría de nuevo el la posada con unas cuantas monedas de oro tintineando en su bolsa. ¿Qué podía necesitar uno para cazar lobos? Su arma y su armadura completa con el escudo a la espalda. Nada más. 

Capítulo cerrado. Continuará en el 2º Capítulo.

Notas de juego

Ya está. Turno aclaratorio de cierre de capítulo. No quería postearlo porque tu dejaste muy claro lo que hacías y querías en el tuyo que, por cierto, estuvo muy bien. Pero como estoy haciéndoselo a todos no hubiese estado bien dejarte a ti sin él. 

He hecho mención a lo que normalmente reflejabas en tus turnos: esa dualidad en el comportamiento del ganadero que sueles plantear y también he plasmado lo que te llevas. Creo que he sido un poco benévolo con lo del escudo, xd. Pero bueno, lo he considerado como parte de "la armadura" que comentas porque creo que lo puedes necesitar. Por lo demás está todo perfecto. 

Mañana o pasado contaré los kilos exactos e iré completando la ficha. De paso iré dejando un listado de todo lo que lleváis todos en alguno de los hilos. Ah, y también los Pex del trasfondo y de los post de este capítulo.

Finalmente, supongo que ya lo sabes pero lo comento: ya no hay que postear más aquí, esto está cerrado ya. Continuaremos después de que escriba la intro del 2º Capítulo. Aunque aún queda uno por postear aquí y tengo que escribir dos epílogos más que acabaré mañana. Si tardo un poco, pido paciencia. Gracias por la comprensión.

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11/04/2012, 15:47
Fërendil
Sólo para el director

Notas de juego

Tranquilo, tomate todo el tiempo del mundo. ^^ No puse que necesitara nada porque daba por echo que ni tenía montura, ni necesitaba cargar con muchas cosas siendo que me defiendo perfectamente en el bosque o al ire libre. De todas formas también he andado un poco liadilla, pensaba explicartelo en el offtopic pero te me has adelanteado. Me parece perfecto lo que has puesto, y más que te ciñas tanto a mi historia. Estoy muy contenta con mi pj. =) 

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11/04/2012, 21:23
Director

6º TURNO Y FINAL DEL CAPÍTULO:

Aldo y Yaidokil, seguidos por Puk, abandonaron la habitación y volvieron al salón común. El hobbit quería despedirse del posadero, como siempre hacía cuando abandonaba El Descanso del Rey o La Trucha Azul. La educación no costaba dinero y tener la deferencia de saludar al marcharse, sobretodo a quien tan bien te ha tratado, era lo correcto.

Detrás de él, la joven curandera le seguía sin vacilar. Al principio Aldo había sentido temor de ella, más que nada debido a la extraña maniobra que esta había usado para dejar fuera de combate al borracho. El pequeño talabartero pensó que lo sucedido podría formar parte de lo que en las historias que contaban los viajeros en la taberna, junto con una gran pinta de cerveza,  se conocía como magia o peor aún, brujería.  Pero después de entablar conversación con ella su preocupación había descendido. La muchacha era amable, muy educada y, por lo que había podido comprobar en el poco tiempo que la conocía, dada a conversar abiertamente con la gente que la rodeaba. ¿Y que mejor para un hobbit que tener a su alcance una buena conversación en momentos tan importantes como el desayuno, o el segundo desayuno, o el almuerzo, o el vermut de antes de comer, o.....

Mientras, Yaidokil seguía al dicharachero mediano. Hacía realmente poco que la curandera se había topado con los hobbits por primera vez. Los había visto en su viaje desde su tierra hasta Bree pero no había tenido ocasión de conversar con ellos justo hasta aquel instante. Y la sensación que le trasmitió Aldo le había gustado y eso, para ella que tenía un don especial para presentir como era la persona con la cual trataba, le agradaba. 

Lo que no le gustaban eran las sensaciones que captaba en Hergran o, mejor dicho, la ausencia de ellas. Por ejemplo, lo  que sentía cuando estaba cerca de Fremon y Beemon no le agradaba. Sus voces hacían que se  erizara el pelo de la nuca. Pero con el ganadero no pasaba nada de aquello; es más, no pasaba nada. Sus sensores no lograban captar nada del hombre que les había contratado, y aquello la inquietaba. 

No obstante, aunque el ganadero no producía ninguna sensación reconocible si que había habido algo que le había llamado la atención y era la concreción con la que este había hablado del lugar del bosque donde debían buscar. Yaidokil intentó averiguar si alguno más de los presentes había reparado en ello pero sus preguntas no obtuvieron respuesta. Por lo tanto decidió que debía confiar en sus instintos, como siempre había hecho.

Mientras observaba a Aldo despedirse dio un último vistazo al gran salón donde aún se encontraba el borracho, junto con el Capitán Relar y también un joven y espigado muchacho. Cuando el hobbit la llamó para salir de la posada, ella, con un gesto amable y cordial, saludó a los presentes y siguió al decidido mediano.

Una vez fuera le dijo:

Yaidokil: -"Y bien, ¿a dónde vamos? Me gustaría comprar algunas utensilios que nos pueden ser útiles para la cacería. También algo de comida por si acaso la caza se alargase. Por lo que he visto tu ya te has procurado alguna reserva."

Aldo: -"Justo de eso hablaba con el posadero. Me ha comentado que el elfo le ha encargado una cantidad importante de víveres. Eso me ha traído recuerdos del buen pan que se hace en El Descanso del Rey. Yo mismo lo he probado alguna vez. Se trata de unos grandes y redondos panes de un kilo de peso que, gracias al método de cocción y al mimo con que se hacen, si no cogen humedad y se conservan bien, pueden llegar a durar más de diez días sin que aparezca moho, o se endurezcan y se echen a perder. Le he pedido cuatro de esos panes, creo que con uno para ti y tres para mi nos apañaremos, ¿no crees?"

Yaidokil no pudo ocultar una sincera sonrisa mientras el hobbit, sin esperar la respuesta, continuaba:

Aldo: -"También le he encargado más tocino ahumado y queso. Y Al nos preparará unas magdalenas deliciosas y algo de fruta fresca. Además cogeré carne en salazón, fiambre seco, y curado, y pescado ahumado del Brandivino. Estoy pensando en comprar también unas cuantas raciones de carne frita conservada en aceite pero puede que sea demasiado,... o tal vez no."

La joven lossoth no dejaba de sorprenderse por el entusiasmo que el pequeño hobbit mostraba cuando se trataban temas relacionados con la comida.

Yaidokil: -"Estupendo Aldo, me parece magnífico. Pero para llevar esto necesitaremos unas mochilas bien grandes..."

Aldo: -"No te preocupes, justo ahora vamos a solucionar eso. A poco más de cien metros en dirección sur por el Gran Camino del Este se encuentra la tienda de Flordebaya. Allí podremos encontrar todo lo necesario para emprender un viaje o, aún mejor, una aventura. ¿Vamos?"

La curandera siguió al hobbit hasta la tienda. A pocos metros de llegar observaron como de ella salía el elfo, encapuchado como siempre, cargado con bastantes objetos. Este pasó por su lado sin ni siquiera mirarles. 

-"Puede que no nos haya visto." -pensó Aldo.

Veinte minutos después estaban de nuevo en El Descanso del Rey cargando las provisiones, que el bueno de Al les había preparado, en sus dos nuevas mochilas. Aquella comida, junto con cuerda, aceite, lámpara, antorchas, unas mantas para paliar las posibles inclemencias meteorológicas y alguna cosa más, conformaban su equipo para la cacería. 

Y así, cargados con todo ello, salieron de nuevo de la posada y siguiendo el Gran Camino del Este, en dirección norte, llegaron a la Puerta Oeste. Allí, les esperaban todos los presentes en la reunión que habían tenido hacía poco más de media hora: el elfo, apoyado en una de las jambas de la puerta, con la capucha calada como era su costumbre. El fornido caballero, observando con evidente admiración el magnífico ejemplar de caballa alazán que montaba Hergran Corneta. La elfa, recostada en la pared del puesto de guardia, tarareando en voz muy baja una de sus hermosas melodías. Y, finalmente, para alegría de todos los presentes, Beemon y Fremon.

No faltaba nadie. Al parecer ya podían iniciar la cacería. 

Capítulo cerrado. Continuará en el 2º Capítulo.

Notas de juego

Bueno, hecho. Aprovechando que sois los dos únicos que habéis hablado entre vosotros os he escrito el epílogo juntos. Eso me ha "obligado" a improvisar unos diálogos. Espero que no os importe. Tratándose de final de capítulo, cierre del mismo para no dejar cabos sueltos, y una simple compra de material me ha parecido factible.( Obviamente en los diálogos no he hecho que Aldo le pida sexo a Yaidokil ni nada de eso, xd)

La lista de material que he escrito es la que, más o menos, compartís. Es interesante ver como habéis coincidido en o del aceite por si hay que quemar algo. Pequeños pirómanos....Lo demás lo pondré en la ficha y en un post que publicaré. Ah, y también los Pex del trasfondo y de los post de este capítulo.

Nagredog, si, Aldo tiene arco corto. Cuenta con las flechas.

He intentado plasmar la diferencia de comida que habéis pedido. Uno solo pidió para dos días. El otro una semana. Se que pediste un Gran Pan pero considero que con el poco tiempo que tenéis no es posible encontrarlo. no es algo que se compre en una tienda...

Finalmente, supongo que ya lo sabes pero lo comento: ya no hay que postear más aquí, esto está cerrado ya. Continuaremos después de que escriba la intro del 2º Capítulo. Aunque aún queda uno por postear. A ver si lo hace mañana. Por lo tanto, si  tardo un poco, pido paciencia. Gracias por la comprensión.

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12/04/2012, 02:40
Maivëlaer Calimon

En el tiempo que llevaba sirviendo a su pueblo, Calimon había enfrentado muchas veces las amenazas del invierno, los lobos crueles y astutos, eran sin lugar a dudas lo peor que podía pasar a Bree.
Ya antes había realizado incursiones en los bosques los cuales conocía, sino a la perfección, al menos con la seguridad suficiente para no perderse en ellos.
Pero las palabras del viejo capitán le habían intrigado, quizás el verdadero problema no residía en los lobos de cuatro patas, sino en sus lejanos primos, aquellos lobos que podían vestir piel de hombre y que con el paso del tiempo habían aprendido a hablar y caminar en dos patas.
Eran los hombres taimados, con sus amorales designios y tan crueles como el peor de los lobos lo que preocupaba a Relar, y por lo tanto también a Calimon, quien confiaba ciegamente en su viejo amigo.

 

Acepto hacer esto por ti y por el pueblo de Bree, le dijo al viejo soldado, ocúpate de tus menesteres mientras averiguo lo que pueda.
Y tu muchacho, le dijo con tranquilidad al joven que ahora reconocía como Bregor, no te separes mucho de mi, tus conocimientos de la situación pueden ser de utilidad para esta empresa, piensa que en el peor de los casos te ganaras unas cuantas monedas para gastar.

 

Puede llamarme Maivelaer o Calimon, Dunadan es mi pueblo, y las armas mi profesión, también puedes decirme amigo si respondes con igualdad a la amistad que siempre ofrezco, pero sabe una cosa, soy un hombre de buen corazón y lento para la ira, mas por mi sangre corre la sangre indómita de los reyes de antaño y no tolero la traición.
No tomes como afrenta ni amenaza mis palabras muchacho, solo comparto el viejo adagio que me inculcasen de pequeño y a diario “el que avisa no traiciona”, dice el dicho y me parece lo mas acertado que escuche jamás.

Y palmeando en el hombro de aquel joven al que no buscaba mas que dejarle claro que podía contar con el, siempre y cuando no le mintiese, se acercó al ganadero y el resto de la gente que ya salía del salón privado.
Su andar era seguro y recio y llegando justo enfrente de aquel parloteante hombre, se planto de manera marcial como estuviera acostumbrado a hacer durante todos los días de su vida.

 

Nada quedaba ya del vacilante ebrio ni en la postura, ni en las palabras con las que el Dunadan le hablo, y afortunadamente para los dos truhanes que seguían al contratante, Calimon no recordaba que le habían escupido cuando este estuvo borracho como una cuba.
Mi nombre es Calimon Maivelaer, quizás me recuerde pues serví a Bree como capitán de la guardia durante algunos años, voy a acompañar a aquellos que mandes en esta empresa puesto que nunca esta de mas un brazo armado cuando de sabandijas se trata.
Y no debes preocuparte por el pago, luego veremos si es de menester que reciba algo por mis servicios.
Un gusto
, termino diciendo Calimon mientras le estrechaba con firmeza y fuerza la mano, y mirándolo directamente a los ojos.

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12/04/2012, 21:34
Director

7º TURNO Y FINAL DEL CAPÍTULO:

Maivëlaer escuchaba con atención, pero a una distancia prudencial, la conversación entre Relar y Hergran sin decir palabra. Al lado, el joven muchacho al que su amigo había presentado como Bregor Bruinen aguantaba firme el chaparrón que le venía encima. Estaba blanco como un papel y con cara de haber visto al mismísimo Rey Brujo pero, por contra, se mantenía erguido, sin necesitar apoyarse en ningún sitio, y solo temblaba un poco cada vez que oía al capitán. Calimon conocía al veterano soldado y sabía que se necesitaban muchas agallas para no echar a correr cuando este usaba su cortante voz para amilanar a alguien.

"Parece ser que el viejo tiene razón cuando habla del muchacho. Hay más de lo que se ve a primera vista. Realmente, si conoce el bosque y ha tenido contacto con los lobos, puede serme de mucha ayuda."

Y como estaba seguro que ocurriría, el chico aceptó la "generosa" oferta del capitán. Maivëlaer esperó unos segundos a que el ganadero y sus ayudantes se alejaran en dirección a la puerta  para acercarse a su amigo y a su "protegido". Cuando llegó a su lado se cercioró de que Hergran y los hermanos habían abandonado la posada para, al momento, presentarse al que tenía que ser su guía. Fue rápido y conciso, intentando dejar claro al joven la clase de hombre que era y de donde procedía. Era de los que pensaba que se debía rendir honor a la sangre que corría por sus venas. Al fin y al cabo descendían del mismísimo Elros, el primer semielfo que prefirió la vida mortal a la inmortalidad por la que optó su hermano Elrond. Y sin más, le dio una palmada en la espalda al muchacho y se marchó en pos del ganadero que acababa de dejar el local.

Bregor estaba aturdido, como en un sueño, con una sensación similar a la que lo embargó después de su combate con el lobo. Era como si su cuerpo estuviese con el piloto automático puesto. No era dueño del mismo y tal vez por eso,  y solo por eso, no se había desmayado del susto. 

Su bocaza le había jugado una mala pasada. Aquellas palabras, pronunciadas sin pensar, habían sido el detonante de una serie de acontecimientos que lo habían llevado a formar parte de una expedición que iba a cazar lobos en el bosque que, hacía solo unos meses, había sido su hogar. Y, para rematar, aquel a quien tenía que guiar, y que había salido corriendo después de darle una palmadita en la espalda, le había soltado un discurso grandilocuente del que no había entendido nada. Como si estuviera en condiciones de descifrar acertijos...

Calimon había alcanzado a su objetivo en las puertas del establo. Hergran acababa de salir del mismo montado en un magnífico caballo alazán. Esbelto y estilizado, se veía que era ágil y veloz, capaz de recorrer largas distancias a gran velocidad. Su brillante pelaje de color rojizo, como correspondía a todo ejemplar de caballa alazán, contrastaba con unas crines y una cola totalmente blancas. 

El montaraz se acercó a el y acarició sus hollares. Rápidamente, de dentro del establo, aparecieron Beemon y Fremon. Hicieron amago de abalanzarse sobre el montaraz pero un suave y discreto gesto del ganadero los frenó en seco.

Maivëlaer Calimon:  -"Mi nombre es Calimon Maivëlaer, quizás me recuerde pues serví a Bree como capitán de la guardia durante algunos años, voy a acompañar a aquellos que mandes en esta empresa puesto que nunca esta de más un brazo armado cuando de sabandijas se trata. Y no debes preocuparte por el pago, luego veremos si es de menester que reciba algo por mis servicios. Un gusto."

Hergran Corneta: -"El gusto es mio, señor Calimon. Y no, no tengo el placer de conocerle pues llegué a Bree cuando usted ya no se encontraba en la ciudad. La verdad es que me es muy grato oír sus palabras pues veo que es un hombre que sabe perdonar los errores de sus semejantes. Relar tenía razón, es usted un hombre que merece la pena conocer.  Por mi parte, le pido mis más sinceras disculpas por el desgraciado incidente de hace un momento y le agradezco de corazón que se brinde a ayudarnos con el problema de los lobos. La verdad es que la situación se está volviendo insostenible entre los ganaderos pues nos hemos quedado sin tierras de pasto. Por no mencionar el peligro que estas bestias suponen para Bree y sus aldeas vecinas. Ahora si me disculpa, necesito dejar atados los últimos flecos de la cacería. Señor Calimon, de nuevo decirle que es un placer contar con usted. Espero verle en la Puerta Oeste de Bree en treinta minutos. Adiós."

Y con una exagerada reverencia Hergran se despidió del montaraz y se dirigió hacia el Gran Camino del Este.

Bregor, por su parte, se encontraba en la posada, recostado en la barra. Había visto como Calimon había salido corriendo por la puerta del Descanso del Rey dejándole solo con el Capitán. Por lo menos su aturdimiento había desaparecido y, después de tomar conciencia de la situación en que se encontraba, era capaz de ordenar sus ideas. Vio como Relar se le acercaba:

Capitán Relar: -"Muchacho..." - el agarrotamiento volvía a su cuerpo - "...he de decirte que estoy muy orgulloso de como te has comportado. Por un momento pensé que me había equivocado contigo pero, por suerte, no fue así."

Hizo una pausa. Sus músculos se relajaron y su porte marcial desapareció:

Capitán Relar: -"Mira hijo, he tratado con cientos de ladrones, cortabolsas y rateros en mi vida. Y he de decirte que tu no eres como ellos. Tal vez ellos estaban destinados a ser lo que eran pues no podían aspirar a más pero tu....tu eres diferente. Tienes unas cualidades fuera de lo común, has vivido en el bosque solo y no has perdido la humanidad. Jamás has hecho daño a nadie, ni siquiera para robarles algo que necesitabas con urgencia. Incluso Al me lo dice muchas veces: este chico solo coge lo que necesita para vivir Relar. Déjalo tranquilo, no se lo tomes en cuenta. Si, no te sorprendas, te conozco más de lo que imaginas. Ahora quiero que dejes de pensar en lo que has pasado para llegar hasta aquí y pienses en lo que viene de aquí en adelante. Y lo que te espera es ayudar a mi amigo en la cacería. Es un buen hombre, hazle caso y el te cuidará como a un hermano. ¿Entiendes?"

Bregor asintió:

Capitán Relar: -"Ahora Bregor creo que deberías prepararte para la cacería. Tal vez fuera bueno que te hicieras con unas cuantas provisiones..."

El muchacho le interrumpió:

Bregor Bruinen: -"Hemm, señor, disculpe. Usted mismo acaba de decir que he vivido en el Bosque de Chet. No quiero contradecirle pero no necesito ninguna clase de comida para sobrevivir allí. El bosque me dará todo lo que necesito, como siempre lo ha hecho. Ahora, lo único que quiero es que su amigo vuelva para que podamos irnos hacia la Puerta Oeste."

Por un momento pensó que, después de lo que acababa de decir, Relar abandonaría aquella amabilidad para transmutarse de nuevo en el severo Capitán de la Guardia. Pero lo que sucedió jamás lo hubiese imaginado. Una sonora carcajada evaporó la tensión que se estaba adueñando de Bregor.

Capitán Relar: -"Jajaja! Al, desde luego el chaval es más de lo que parece a simple vista."

No tuvo tiempo de replicar. La puerta de la posada se abrió de repente y en su umbral se recortó la figura de Maivëlaer.

Maivëlaer Calimon:  -"Relar, no me entretengas al guía. Bregor, no duermas más y vámonos. Nos esperan en la Puerta Oeste"

Bregor miró a Calimon, después a Relar e incluso a Al.

Capitán Relar: -"Vamos, ¿a que esperas chico? Tu futuro te espera."

Y sin decir una palabra más se dirigió hacia la puerta donde le esperaba Maivëlaer. Desde allí, los dos juntos, se encaminaron hacía la Puerta Oeste siguiendo el Gran Camino del Este en dirección norte.

Cuando por fin la tuvieron a la vista vieron lo que les esperaba. Un elfo, apoyado en una de las jambas de la puerta, con la capucha de su capa calada ocultándole el rostro. Un fornido caballero, observando con evidente admiración el magnífico ejemplar de caballa alazán que montaba Hergran Corneta. Una elfa, recostada en la pared del puesto de guardia, tarareando en voz muy baja una hermosa melodía. Un hobbit haciendo anillos de humo mientras fumaba en pipa y bebía vino de un odre de piel que llevaba colgado al hombro. Una joven rubia, cubierta de pieles, asiendo una larga y extraña lanza que tenía incrustada una hermosa piedra esférica. Y, finalmente, para alegría de todos los presentes, Beemon y Fremon.

No faltaba nadie. Al parecer ya podían iniciar la cacería.

Capítulo cerrado. Continuará en el 2º Capítulo.

Notas de juego

Hecho. Conclusión de capítulo colgada. He tenido que hacer un poco de malabarismos con el turno debido a lo redactado por Agmar. Si estamos intentando que no se enteré Hergran de las cosas Calimon no puede estar gritando a Relar y a Bregor lo que vamos a hacer con el ganadero al lado. Por eso lo de esperar a que saliera fuera. Y claro, después Calimon ha tenido que salirse a por él para decirle lo que quería decirle. En fin, un poco caótico pero al final creo que se ha resuelto muy bien.

En los próximos turnos, en vez de velocidad ( lo digo por ti Agmar, amigo ) prefiero que os toméis el tiempo necesario para postear. Cuando os venga la inspiración, u os de tiempo de releer para ajustar mejor las acciones y no pase más esto ( o que pase lo mínimo posible )

Por cierto, otro apunte. Yo lo he excluido de mi redacción para no redundar en el fallo. Creo que no entendiste: Calimon no era Capitán de la Guardia de Bree, era Guardían de la Comarca. Su trabajo era más de campo. Cuidaba los exteriores de las ciudades y pueblos, y vigilaba los caminos y demás. Obviamente conoces a todos los personajes importantes dentro de la ciudad. Tu ibas allí cuando querías pero vivías más en el campo y tu jurisdicción era esa. Si quieres puedes editarlo para que lo dicho y tu  historia concuerden.

Por lo demás. Tema de que os queréis llevar. Lo de Bregor estaba claro, ya lo hablamos. Lo de Calimon no lo sabía. De todos modos dejo aún que me lo digas y supondré que lo compraste a los enanos con los que viajaste. Si no me dices nada, te pondré lo básico yo mismo. Un poco de comida ( un par de días ), agua, antorchas, cuerda y poco más.

Mañana o pasado contaré los kilos exactos e iré completando la ficha. De paso iré dejando un listado de todo lo que lleváis todos en alguno de los hilos. Ah, y también los Pex del trasfondo ( el de Bregor no que ya lo conté ) y de los post de este capítulo.

Finalmente, supongo que ya lo sabéis pero lo comento: ya no hay que postear más aquí, esto está cerrado ya. Continuaremos después de que escriba la intro del 2º Capítulo. Si tardo un poco, pido paciencia. Hoy he trabajado de sol a sol y esta noche, a las 4, saco un camión de pollos. Después deberé empalmar la jornada así que si no muero de sueño antes, mañana por la noche me pondría con el 2º capítulo. Gracias por la comprensión.