TURNO 10 (6º ASALTO):
La sangre de un primer nacido, aún con sus singularidades, tiene las mismas cualidades y flaquezas que las de los hombres. Y cuando esta abandona el cuerpo de su dueño las cosas se le complican como a cualquiera. Y Fërendil no era una excepción.
Había recibido dos mordiscos, no mortales ni especialmente violentos. Si su piel hubiese estado cubierta por una armadura lo más probable hubieses sido que los colmillos de los lobos no hubiesen sido capaces de atravesarla, pero no era así. La elfa era una cazadora, una experta arquera, ágil y con reflejos felinos, y en su modo de pelear no había cabida para prendas que entorpecieran su movilidad. El problema radicaba en que se había visto sorprendida en un cuerpo a cuerpo que no deseaba. Desde el borde de la grieta intentaba mantener su guardia mientras asestaba estocadas con su curvo alfanje. Desgraciadamente su habilidad con aquel arma distaba mucho de su habilidad con el arco y sus ataques no eran capaces de dar con su enemigo.
Sin embargo el lobo había probado su sangre un par de veces y aquellas heridas empezaban a mermar su capacidad. Notaba como los brazos le pesaban cada vez más, le costaba moverse y comenzaba a ver borroso. La cosa pintaba mal para Fërendil.
Y aquello lo notaba su enemigo, un enemigo decidido a acabar con ella. Las dentelladas se sucedían, las mandíbulas se cerraban en el aire produciendo un ruido que helaba la sangre. Fërendil danzaba hábilmente en el borde de la grieta, rodando unos ataques y desviando otros con la espada. Un baile mortal y arriesgado en la situación en la que se encontraba.
Sabía que tenía que frenar aquello. Cada pequeña herida la acercaba más a las estancias de Mandos y ese era un viaje que no estaba dispuesta a hacer aún. Recelosamente miró su querido arco. Estaba en el suelo a un par de metros de ella. Lo había soltado al verse sorprendida por dos lobos sin embargo, ahora, hubiese deseado no haberlo hecho nunca. Con la manera de atacar del animal Fërendil hubiese podido intentar coger distancia de tiro y esperar ser lo suficientemente rápida para cargar y disparar antes de que su enemigo se abalanzara de nuevo sobre ella. Seguramente aquella hubiese sido la mejor opción en aquel momento, opción de no tenía. Así que alfanje en mano, y encomendándose a Ilüvatar lanzó otro ataque, ataque de, de nuevo, el lobo esquivó con facilidad. La elfa sabía que no aguantaría mucho más aquel baile macabro.
Yaidokil maldecía su suerte pero, sobretodo, maldecía no poder ayudar a una Fërendil que se encontraba en un grave peligro. Aquel maldito orbe era poderoso, muy poderoso, demasiado como para ser doblegado por su voluntad, y más en una situación tan tensa como se encontraba. Mentalmente apuntó la necesidad de entrenar la sintonización con el mismo para no sufrir de nuevo aquellos fracasos mientras cargaba decidida hacia el cuerpo a cuerpo. No iba a enzarzarse directamente en la pelea, no era estúpida, pero aprovecharía la mayor longitud de su arma para mantener una cierta distancia. La lanza entró fácilmente en la pierna trasera del animal, tan fácilmente que hasta la lossotn se sorprendió. Cuando está salió de nuevo un terrible agujero podía observarse en la extremidad del lobo herido.
Calimon, en el extremo opuesto de la grieta, había perdido la coordinación después de recibir el ataque de su contrincante. Se dio cuenta enseguida de que su guardia había quedado completamente abierta. Rápidamente intentó corregir su posición pero su enemigo fue más rápido y lanzó una serie de dentelladas sobre la zona descubierta que, sin oposición, llegaron a su objetivo. El dúnedain notó como las mandíbulas del animal se cerraban, presionando sobre su camisola de mallas hasta que logró penetrar. Por suerte aquella preciosa armadura absorbió prácticamente la totalidad del impacto y lo que hubiese podido derivar en una herida mortal no pasó de leve.
A su lado, Bregor estaba asustado. No estaba hecho para aquello. Palpando su estomago con temor a encontrar lo que no quería encontrar se concentró en la defensa. No deseaba ser herido de nuevo y no iba a volver a descuidar su guardia. Por suerte, Aldo le había quitado el lobo de encima por unos instantes. Fue una gran suerte ya que, instantes antes, en los ojos del animal, el espigado joven había visto la terrible resolución que este mostraba a acabar con su corta vida. Respiró aliviado al comprobar que podo estaba en su sitio mientras recuperaba a compostura y adoptaba de nuevo postura de combate.
La honda estaba de nuevo preparada y el hobbit también. Sin embargo el brazo espezaba a dolerle de verdad y notaba que se le estaba agarrotando. Aldo sabía que Calimon necesitaba su ayuda, necesitaba que algo abriera la guardia de su enemigo. Consciente de ello, el talabardero se relajó, concentrándose en su objetivo, sin prisas, intentando minimizar el dolor que sentía. La piedra salió recta, directa a su objetivo, pero enseguida se dio cuenta que no con la suficiente fuerza. Efectivamente, el proyectil rebotó en el costado del animal que, viendo la pasividad de Calimon, se giró hacia el hobbit. Al pobre Aldo se le hizo un nudo en el estomago: el lobo empezaba a dirigirse hacia él.
Y cuando todo parecía volverse más oscuro para el pequeño hobbit, un sonido desgarrador y terrible brotó de la grieta helando la sangre de todos los presentes. Un grito de bestia, un aullido escalofriante que retumbó en la sima como la peor de las tormentas de verano.
Motivo: Ini Fërendil
Tirada: 2d10
Resultado: 16(+8)=24
Motivo: Ini Aldo
Tirada: 2d10
Resultado: 4(+11)=15
Motivo: Ini Bregor
Tirada: 2d10
Resultado: 20(+7)=27
Motivo: Ini Calimon
Tirada: 2d10
Resultado: 10(+6)=16
Motivo: Ini Fremon
Tirada: 2d10
Resultado: 12(+2)=14
Motivo: Ini Beemon
Tirada: 2d10
Resultado: 9(+6)=15
Motivo: Ini Yrinvan
Tirada: 2d10
Resultado: 19(+2)=21
Motivo: Ini Finwë
Tirada: 2d10
Resultado: 14(+13)=27
Motivo: Ini Yaidokil
Tirada: 2d10
Resultado: 6
Motivo: Ini Lobo#1
Tirada: 2d10
Resultado: 10(+10)=20
Motivo: Ini Lobo#2
Tirada: 2d10
Resultado: 5(+5)=10
Motivo: Ini Lobo#2
Tirada: 3d10
Resultado: 19(+5)=24
Motivo: Ini Lobo#6
Tirada: 3d10
Resultado: 10(+5)=15
Motivo: Ini Lobo#7
Tirada: 3d10
Resultado: 24(+10)=34
Motivo: Ini Lobo#8
Tirada: 3d10
Resultado: 18(+5)=23
Motivo: Ini Lobo#9
Tirada: 3d10
Resultado: 16(+5)=21
Motivo: Ini Lobo#10
Tirada: 3d10
Resultado: 15(+10)=25
Motivo: Ini Lobo#3
Tirada: 2d10
Resultado: 13(+5)=18
Motivo: Ini Lobo#6
Tirada: 2d10
Resultado: 15(+5)=20
Motivo: Ini Lobo#7
Tirada: 2d10
Resultado: 7(+10)=17
Motivo: Ini Lobo#8
Tirada: 2d10
Resultado: 14(+5)=19
Motivo: Ini Lobo#9
Tirada: 2d10
Resultado: 15(+5)=20
Motivo: Ini Lobo#10
Tirada: 2d10
Resultado: 15(+10)=25
Motivo: Lobo#10 a Fërendil
Tirada: 1d100
Resultado: 9(+33)=42
Motivo: Lobo#1 a Fremon
Tirada: 1d100
Resultado: 38(+35)=73
Motivo: Lobo#7 a Calimon
Tirada: 1d100
Resultado: 62(+20)=82
Motivo: Beemon a Lobo#3
Tirada: 1d100
Resultado: 71(+46)=117
Motivo: Crit D
Tirada: 1d100
Resultado: 61
Motivo: Ataque Fremon a Lobo#1
Tirada: 1d100
Resultado: 92(+40)=132
Motivo: Crit E
Tirada: 1d100
Resultado: 20
Motivo: Finwë a Lobo#2
Tirada: 1d100
Resultado: 66(+55)=121
Motivo: Crit D
Tirada: 1d100
Resultado: 78
Motivo: Ataque Fërendil a Lobo#10
Tirada: 1d100
Resultado: 84(-9)=75
Motivo: Ataque Yaidokil a Lobo#9
Tirada: 1d100
Resultado: 56(+45)=101
Motivo: Crit C
Tirada: 1d100
Resultado: 73
Motivo: Ataque Aldo a Lobo#7
Tirada: 1d100
Resultado: 63(+28)=91
Situación:
Lobo#6: -3PV/As, 3 asaltos aturdido, -25 a la actividad. Le quedan 88PV.
Lobo#7: 110PV.
Lobo#8: 2 asaltos aturdido. 1 asaltos sin posibilidad de parar. Le quedan 88PV.
Lobo#9: -12PV. 2 asalto aturdido y sin poder parar. -75 a la actividad. Le quedan 78PV.
Lobo#10: 110PV.
Fërendil: -1PV/Asato Le quedan 10PV.
Bregor: Le quedan 48PV. Limpio de todo.
Aldo: Honda descargada.
Calimon: -4PV. Le quedan 58PV.
Yaidokil: Libre para hacer lo que quiera.
TURNO 10 (6º ASALTO):
Abajo, en la grieta, un fornido guerrero no podía apartar la vista de la oscuridad que le acechaba a escasos metros. Lo había visto, y había avisado a sus compañeros. Allí se había movido algo, algo que proyectaba una sombra enorme. Sin embargo ahora no podía ubicarla, se había fundido con la oscuridad. Aprovechando que la atención de su enemigo estaba centrada en otra cosa el lobo que tenía delante lo atacó. Pero el guerrero era todo un experto en mantener la guardia cerrada y parapetado detrás de su escudo desvió el ataque del animal.
Beemon, preocupado por su hermano vio como Yrinvan dejaba al lobo a su merced y se dirigía apresuradamente hacía la cueva. El capataz estuvo tentado de seguirle pero sabía que antes debía acabar con el enemigo que tenía delante y que se acababa de girar al notar el ataque del éothéod.
El ataque fue brutal. La hoja se hundió en el cráneo del animal con un sonoro crujido desparramando masa encefálica al ser retirada. Sin tiempo siquiera a reaccionar, el lobo se desplomó muerto a los pies de Beemon que, sin esperar ni un segundo más, se apresuró a dirigirse hacia su hermano que después de desviar el ataque que acababa de recibir se dispuso a acabar con su enemigo.
Aún con el pensamiento puesto en lo que acababa de ver, y preparado para repeler cualquier posible ataque desde las sombras, el golpe del guerrero fue brutal. Atacando oblicuamente a su enemigo, la lanza golpeó fuertemente en el costado del animal que aulló de dolor mientras sus patas temblaban como un flan recién hecho.
Finwë vio como Yrinvan pasaba por su lado en dirección a la cueva. Levantó la cabeza para ver si, desde allí, sus ojos de efo podían ver lo que Fremon parecía haber intuido pero, desde allí, solo consiguió ver a Fremon descargando un potente golpe sobre el costado de uno de los lobos. Si quería ver el interior de la cueva necesitaba acercarse. Decidido el elfo lanzó un tajo paralelo al suelo en dirección a la pierna del animal que de espaldas y sin verlo venir fue incapaz de esquivarlo. El metal seccionó limpiamente la extremidad del lobo que, sin una de sus patas, cayó al suelo en medio de un charco de sangre. Respiraba cansinamente, sin fuerzas siquiera para aullar, mientras la poca vida que le quedaba se le escapaba por los tajos y heridas que había recibido en el transcurrir del combate. No tardaría en morir.
A sabiendas de que su enemigo estaba virtualmente muerto, el elfo se encaminó hacía la cueva. Detrás de él, también Beemon parecía estar dirigiéndose hacía la misma siguiendo los pasos de Yrinvan que, cojeando, se acercaba a la posición del Fremon.
Entonces fue cuando aquel terrible aullido les heló la sangre. Amplificado por las paredes de la cueva, aquel espantoso aullido se propagó por la grieta velozmente, tan veloz como las dos bestias que aparecieron de la oscuridad. No eran lobos, aunque parecían tener un antepasado común. Mucho más grandes, y rápidos, con un pelaje grueso, y unas potentes extremidades que les impulsaban velozmente hacia sus presas. Sus ojos, llenos de malicia, habían fijado su objetivo.
Beemon: - "¡¡Cuidado hermano, viene hacia tí!!
Beemon gritó cuando se dio cuenta de que uno de ellos iba a atacar a su Fremon. Pero al guerrero no tenías que explicarle nada cuando estaba en combate. Hacía ya tiempo que sus sentidos, más que en su enemigo, estaban fijados en la cueva y enseguida vio lo que se le venía encima. Preparado como estaba solo tuvoo que usar su larga lanza para desviar el potente ataque que lanzó a su enemigo a su izquierda, un par de metros.
La otra bestia, rodeó al herido lobo que intentaba recular hacia la cueva, y se plantó delante de Yrinvan, que acababa de llegar a su posición, preparado para rematar al enemigo herido de Fremon. El ataque fue rápido, tanto, que ni siquiera el gran y escudo del éothéod, pudo detenerlo en su totalidad. Por suerte, su resistente armadura, absorbió la mayoría del impacto y solo las anillas al clavársele en la carne lograron provocarle cierto daño.
Aquellas bestias no eran como los lobos con los que estaban combatiendo. Eran mucho más fuertes, y resistentes. Y algo hacía sospechar que, además, poseían una inteligencia malvada que los hacía muy peligrosos. Finalmente, no solo eran lobos lo que había que exterminar.
Motivo: Huargo Joven#1 a Fremon
Tirada: 1d100
Resultado: 32(+34)=66
Motivo: Huargo Joven#2 a Yrinvan
Tirada: 1d100
Resultado: 22(+55)=77
Situación:
Lobo#1: -14PV. 2 Asaltos aturdido. Le quedan 47PV. Intenta llegare a la cueva.
Lobo#2: Muerto por terrible herida mortal en la cabeza. ( Pieza Beemon)
Lobo#3: -41PV,-4PV/asalto. 3 asaltos aturdido sin posibilidad de parar. Le quedan 3PV. Muere prox. asalto (Pieza Finwë)
Lobo#4: Muerto. (Pieza para Fremon)
Lobo#5: Muerto. (Pieza para Fremon)
Beemon: Hacia la cueva.
Fremon: Con los huargos.
Finwë: Hacia la cueva.
Yrinvan: -2PV. -1PV/Asalto. Tobillo torcido. -25 a la actividad mientras no se arregle. Te quedan 52PV.
BREGOR BRUINEN (Thorom)
Bregor se sintió aliviado al ver que el lobo no le atacaba. Aún le temblaban las piernas y el estoque con que se defendía parecía tiritar en su mano insegura. La explicación estaba en la honda del pequeño hobbit que con un certero tiro le había quitado un gran peso de encima a Bregor Bruinen, un peso muy grande y en forma de lobo. El muchacho juró mentalmente que le invitaría a una cerveza o a tabaco por aquello.
Aprovechó el momento para mirar sus heridas, comprobó que no era tan grave como su paranoica mente le había hecho creer por un instante. Suspiró aliviado y estudió la situación. El lobo que tenía delante parecía estar aturdido gracias a la piedra lanzada por Aldo. Tenía que aprovechar aquello, no tendría una mejor ocasión para herir de muerte a aquella mala bestia. Apuntó al cuello y dirigió una estocada directa hacía allí, acabaría con su vida lo más rápido posible.
Bregor atacó y entonces un escalofrío le recorrió la espalda. -¿Que diablos...? - Aquel había sido el grito más desgarrador que jamás en su vida había oído, sin comprobar siquiera el resultado de su ataque se giró a mirar que era aquello que bramaba como la peor de las criaturas de ultratumba.
Aldo Talabarta (Nagredog)
Aldo no estaba muy fino con su honda, por lo general acertaba con sus tiros, pero claro, generalmente se trataba de conejos o pajaros que por su tamaño caian muertos o lo suficientemente idos para que Puk los atrapara. Estos animales eran mucho mas grandes, y tenian peores pulgas. Ahora uno de los lobos iba hacia el.
El hobbit no se amilano, no era valiente, pero la necesidad hace resurgir el heroe que todos llevan dentro. Ni corto ni perezoso, con toda la calma que podia proporcionarle el angustioso momento, busco otra piedra en su saco sin dejar de mirar al lobo, y la cargo.
Nunca habia probado, pero si el lobo se acercaba demasiado, siempre podria usar la honda a modo de maza, donde el pequeño peso de la piedra golpearia al lobo mientras sujetaba la honda con la mano. Era arriesgado, y sobre todo confiaba en que le diese tiempo a disparar.
Bueno, lo dicho, en este asalto cargo la honda. mientras em muevo un poco para atras (no estoy seguro de que las normas me dejen)
Si el lobo se acerca demasiado y me ataca, intentare usarla como maza, sin lanzar la piedra golpear al lobo. Si es posible claro.
Si no se acerca tanto como para atacarme, lanzare en el proximo turno.
Erü guarde al mediano
Yrinvan: ¡¿Qué demonios?! - exclamó el guerrero cuando vio aparecer de entre las sombras a aquellas criaturas. Pero sus palabras no denotaban miedo, pero sí sorpresa ante el tamaño y destreza de las bestias. Siempre supo que había algo oscuro en todo aquello, algo de lo que no eran conscientes.. y ahora lo tenía frente a él, deseando hincarle el diente y acabar con su vida.
El éothéod dio un paso al frente, con valentía y lanzó una estocada al animal, a la criatura, a la bestia.. o cómo pudiese describirse a aquél ser. Para no perder la posición ni el equilibrio, flexionó la pierna herido, apoyada, para lanzar el ataque, dejando la buena asentada y manteniendo el peso de su cuerpo. No era lugar ni rival para arriesgar, no podía perder terreno o estaría acabado.
Yaidokil (Ajuas)
Maldita sea, ahora que Yaidokil no estaba para prestar atención a su alrededor. Sabe que la elfa está mal, pero también se da cuenta ahora que es uno sólo de los lobos el que la ataca. Así pues, le lanza una estocada con su lanza, que espera sea igual de efectiva que la anterior. El objetivo, Lobo#10. Mientras tanto, reza una oración a los espíritus de la naturaleza, pidiendo su clemencia ante este acto, diciéndoles que es un asunto de vivir o morir.
La cara de Fërendil no me gusta, piensa. Pero curarla ahora sólo sería perder un valioso tiempo, primero deben acabar con los lobos, si no, no habría conseguido nada. Espero que al resto le vaya mejor... y que nos ayuden pronto. Con ese pensamiento, lanza el ataque, intentando llamar la atención del lobo sobre ella. No es una guerrera, pero está mejor que la elfa, no hay más que mirarla.
Edito para poner mi nombre, que se me había pasado.