Me despido de los miembros de la tripulación, y, especialmente, del Dr. Green, he conocido a muchos soldados que no tenían la mitad de su valor, y se lo comento como quien habla del tiempo, para que sepa que a pesar de lo que dice con su boca, su corazón está lleno de valor y que es algo que no debe olvidar nunca. También le pregunto al Capitán Crautchin la forma de poder contactar con ellos, siempre me puede hacer falta un transporte en algún momento y he descubierto que esta gente sabe enfrentarse a los problemas, lo que siempre es una ayuda, y que parecen de confianza.
Salgo de la Orpheus con mis escasas pertenencias metidas en la bolsa de lona, y con un vendaje nuevo en el cuello, me paro a final de la rampa y examino el espaciopuerto para poder saborear el ambiente y empezar a conocer la dinámica de la gente de Athens. Mientras miro a mi alrededor saco de un bolsillo el título de propiedad de la granja, obtenido en la Skyplex y lo miro con curiosidad, nunca he sido granjero, pero seguramente pueda obtener algo de efectivo por ella e intentar comenzar una nueva vida aquí, lejos de casa y de la gente que conozco, pero también lejos de mis enemigos.
Espero a que salga Rousseau y cuando pase por mi lado lo miro, sonrío y pregunto:
- ¿hace una partida?
[Escena de Final de Julian y Cassia]
Julian: Cuando entro en la lanzadera, sin avisar, Cassia medita. No, no quiero molestarla pero…me acerco y me siento detrás de ella.
Aunque estoy intentando obligarme a no molestarla, termino apartándole un mechón de pelo de su mejilla y dándole un beso en la misma.
Cassia: Sonrío un poco al sentir el beso, reconociéndolo de inmediato, pero tampoco es mucho más que un discreto movimiento de la comisura.
-Buenos días, Jules.-susurro sin abrir los ojos, aspirando hondo. Expiro. Y vuelvo a aspirar. Mi campo de algodón, mi campo de algodón...
Julian: - ¿Te falta mucho para terminar de meditar? – le pregunto abrazándome a ella por detrás.
Cassia: Aparto las manos de su posición en mis rodillas para acariciar sus brazos, girando la cabeza hacia él. Al abrir los ojos un poco, me aseguro de un rápido vistazo de que es él y de que está bien. Creo que sólo me necesita, como yo a él.
-¿Dónde vamos? ¿Lo sabes ya?
Julian: - Vamos a dejar el cuerpo de Angel en Whitefall – le respondo – Y luego… - trago saliva – iremos a ver al padre de Kratos – aprieto un poco los labios, mirándola - ¿Por qué? ¿Necesitas ir a algún sitio?
Cassia: -Si no tenemos mucha prisa...me gustaría pasar por casa, por Hera.-alzo la mirada a sus ojos.-Todo eso...me ha hecho extrañarlo.
Julian: - Iremos – asiento – Te llevaré allí si quieres, siempre y cuando luego vuelvas conmigo – le sonrío un poco, mirándola también a los ojos.
Cassia: Asiento con la cabeza, deslizando mis manos hacia las suyas.
-¿Pensabas irte sin mí? No planeo quedarme.
Julian: - Ni de coña, por eso te lo decía – le sonrío y cojo sus manos cuando llegan a las mías – Porque no pienso dejarte allí, me da igual si tengo que raptarte y encerrarte en la Orpheus – como tiene la cabeza girada hacia mi, me acerco para darle un beso suave en los labios.
Cassia: Le beso, lenta y breve.
-No vuelvas a dejarme...Siempre que me dejas, las cosas más horribles ocurren...-le pido con algo de miedo en el tono.
Julian: - Eh… - aprieto un poco sus manos y mi abrazo sobre su cuerpo – No voy a dejarte. No tengas miedo – le pido susurrando.
Cassia: Vuelvo un poco el cuerpo, lo suficiente para poder abrazarle también.
-¿Te quedas esta noche a dormir?-le digo al oído.
Julian: - Claro – respondo cerrando los ojos – Podemos…si quieres…podríamos dormir juntos…siempre.
Cassia: Me gustaría preguntarle tantas cosas; si está de acuerdo de verdad en eso, si lo aceptaría tras decirle que, por ahora, no puedo dejar el trabajo...pero las cosas ya son lo bastante complicadas como para recordárnoslo. Quiero dormir con él, es así de simple.
Beso su mejilla como afirmación, acariciándole la espalda.
Cuando cayo el último reaver también caí yo. Nada grave realmente, solo el bajón de adrenalina, pero el resto de la jornada queda como un borrón en mi memoria, la milagrosa salvación de Dariel, la muerte de Angel. Eso me dolió, me caía bien esa chica. Me hubiera gustado ir con ella a Whitefall y ganarle esa apuesta.
Claro que sin ella no tengo razón para ir allí, ni para quedarme en Athens, dos agujeros granjeros llenos de paletos. Por eso decidí acompañar a Ian y a Dariel a Londinum, es un sitio que me va mejor. Allí con un par de buenas partidas volveré a la brecha. Si, es una buena perspectiva.
Aun así cuando cuando bajo de la Serenity me giro y miro la nave con cierta emoción, es un montón de chatarra y casi muero varias veces dentro de ella. Pero ha sido un viaje memorable y creo que voy a echar un poco de menos a su estrafalaria tripulación.
-buenas noches, y hasta la vista- doy la espalda a la nave y me marcho, y tan pronto como pongo el pie en tierra recibo la oferta de Jack, a la que respondo con una amplia sonrisa
-¿Holden descubierto?-
El puente de mandos daba la sensación de ser más grande que nunca y el asiento de piloto se me hacía de alguna forma, incómodo.
Tenía los ojos doloridos. No había parado de llorar desde que había visto el estado en el que se encontraba Dariel. Sabía que estaba en buenas manos y que era necesario que se lo llevasen a Londinum, también sabía que era necesario que yo me mantuviese aparte, pero era duro. Era muy jodido saber que no podía hacer nada al respecto. Pero estaba con Ian. Joder, le debía tanto a este último... Si no fuese por él realmente no sabría que sería de mi. Salvó a mi hermano y eso significa que le debo la vida.
Y Jules... pobre Jules. Encima de tener que soportar el mismo peso que yo, tiene que cargar conmigo. Pero de algún modo estoy segura de que podremos apoyarnos entre los dos y salir adelante.
Además volveremos a ver a Dariel y a Ian. Volveremos a jugar al poker, a beber licor, a hacer chistes sobre la Alianza...
En definitiva; volveremos a sonreir.
Whitefall le pareció tan lejano y confuso como la primera vez que oyó hablar de él, al final había conseguido llegar, y dentro del tiempo razonable, pero el accidentado viaje había hecho que el viejo militar se planteara ciertos aspectos de su vida que había descuidado sin pudor y que ahora añoraba.
Tenía un trabajo que terminar, y lo haría, no era de los que dejaban en la estacada, pero también otra cosa en mente. Solicitó al capitán encargarse del cuerpo de Ángel, así como se comprometió a intentar encontrar a sus parientes, por lo que poco que sabía de la chica, estaba seguro de que era de una familia rica, y que seguramente la estarían buscando, no era una gran opción, pero no podía acallar el sentimiento de culpabilidad que sentía en su interior, y creyó que aquella era una buena manera de por lo menos hacer que hablara más bajo.
Un propósito más allá del dinero era lo que necesitaba para terminar en paz sus días, bueno, todo lo en paz que una persona con su vida podía alcanzar.
Se despidió cariñosamente de la pequeña Eileen, y le hizo saber a Cassia una forma de ponerse en contacto con él por si alguna vez lo necesitaba. No sabía lo que iba a ser de la pequeña, si la Acompañante la iba a cuidar, de ahí esta última información que había proporcionado.
No debía entretenerse, aún le quedaba una puerta que cruzar antes de dejar lo que había sido durante cuarenta años.
Los dos días siguientes al ataque fueron de mortal agotamiento. En mis cirugías yo era absolutamente cuidadoso ya que limpiar luego las paredes de sangre es un coñazo. Los reavers no, a ellos les da igual quién tenga que recoger el estropicio. Obviamente, mejor no hablar de los pasajeros "heridos" que realmente no tenían nada. O la cantidad de calmantes que he perdido en tan solo unos días. Bah.
Después de pasar el tercer día completamente encerrado en mi habitación, descansando, llega el momento de comunicar a Julian que abandono la Orpheus. En parte es por cuidar a Dariel, a quien me ofrezco totalmente voluntario a curar y llevar a casa; en parte porque no quiero volver a vivir una experiencia similar sin hacer algo importante en la vida. Total, que aquí estoy, a punto de marcharme a Londinum. En realidad lo echaré de menos, pero a partir de ahora cada peta que me fume irá en salud de la Firefly y sus tripulantes.
Doy un fuerte apretón de manos a Jack, el soldado, que me cae realmente bien para ser un... bueno, eso, alguien que mata gente por la patria, honor y el resto del discurso federalista. Él es un buen tío y matar a un reaver entre los dos crea un lazo especial. ¡Bah, qué coño! Le doy un impulsivo abrazo, marchándome felizmente con mi maletín en la mano a despedirme de Ivy, dejando que el soldado se vaya a hacer sus cosas.
- Cualquiera diría que la ladrona de mercadillos se va a echar a llorar. -Sonrío y la abrazo, para luego soltarla y mirarla: - Eh, volverá a caminar y pilotar la nave. Y el primer día de fiesta que tenga en Londinum, la pillo gorda a tu salud, jurado.
Le doy un flojo puñetazo en el brazo y me dirijo hacia la nave que me llevará con El Sargento. Pues anda que no voy a necesitar horas y horas de relajación mental para soportarle. Y maría.
Tras las despedidas, los lloros y los abrazos, la nave zarpa de Athens con los pocos que se atreven a continuar en la vieja firefly. El olor del guiso de los dos expertos cocineros inunda la Sala Común de un agradable aroma a especias y carne, haciendo salivar a cualquier paladar que pasara por la sección. Lo que quedaba de tripulación y de pasajeros se reune a la mesa para comer.
La Orpheus se siente un poco vacía, tras haber perdido tanta gente en Athens, parecía que casi se echaba de menos el ruido, la multitud y la falta de privacidad. Las luces tenues de los hornillos iluminan la mesa y los rostros de los comensales, mientras éstos dan buena cuenta de la comida preparada por Helena y Kaplan. Algunos consiguen iniciar una conversación más o menos agradable y distendida, aunque están lejos de estar todos bien. Aún así, todo parece indicar que lo peor ha pasado y en tres días llegarían a Whitefall, donde todo terminaría y podrían volver a casa, en un viaje de regreso algo penoso pero aliviante.
La firefly navega por la Negrura con calma y seguridad hasta que subitamente topa con algo o algo topa con la Orpheus. Se oye un ruido de impacto y nada más, sobresaltando a todos los habitantes actuales de la nave, cortando su primer momento de relax y comunión en mucho tiempo...
FIN DE TEMPORADA 1.