Ashton se aburría de dar vueltas por la nave. Ya había instalado su jardín hidropónico en su cuarto y ordenado toda su ropa, pieza a pieza, para que quedase perfecta y sin arrugas en el armario. También la había clasificado por colores, formas y materiales, al igual que su calzado. Su nuevo cuarto temporal había quedado perfecto, incluso había desinfectado a mano, con alcohol de quemar, cada esquina y rincón del cuarto hasta que no quedó ni una mota de polvo o grasa. Luego había cambiado las sábanas de material barato por unas de su propiedad, recién compradas en el centro, de algodón de alta calidad y una colcha de patchword isotérmica de preciosos colores cálidos.
Entonces Ashton se acuerda de que tenía que hacer un pastel de cerezas y goulash porque sabía que en unas horas todos querrían comer algo sólido y quería hacer algo útil así que se dirige a la zona común, guiándose por el ruido que procede del sitio. Entra en la Sala y se va a la cocina y empieza a sacar cosas de los armarios y disponerlas en perfecto orden sobre el mármol. Preparado sintético de harina, dos latas de cerezas en almibar, azúcar, un molde... Lo gracioso es que nadie sabe de donde cojones ha sacado todo eso. La cuestión es que se pone a cocinar...
-No creo que la cortesía sea un asunto de relevancia en la mente de alguien capaz de abusar de una chiquilla...-comento en un murmullo ante la primera observación de Meyers, más para mí realmente que para él. Tras pasarme una mano por el cuello, mirando hacia Eileen un momento, vuelvo la vista a Meyers y asiento con la cabeza. Será mejor esto que nada.
-Si, nosotros no deberíamos demorarnos más.-le concedo, girándome para acercarme a Eileen y agacharme frente a ella, acariciándole la mejilla para que me mire.
-Vamos a sacarte de aquí.-le sonrío ampliamente.-Ahora vendrá un hombre a llevarte con un ami...bueno...-me corrijo enseguida.-con el capitán de mi nave.-vuelvo a sonreír.-Puedes quedarte con mi pañuelo, pero espero que no vuelvas a necesitarlo.
Vuelvo a tomar el comunicador, terminando así la cadena de rápidas acciones que deberían cerrar todo esto de una vez. A mi tampoco me hace precisamente ser impuntual.
-Jules; voy a mandarte a una joven damita con un mayordomo, así que estaría bien que te encargaras de llevarla a buen puerto.-le digo al apretar el botón, incorporándome para recoger mis cosas y meterlas en el bolso con una sola mano, ahorrándome así tiempo.-Entrégale el tigre al mayordomo para que me lo traiga y después podremos gozar todos de una buena noche. Espero confirmación y me olvido del comunicado.
Suelto el botón, cierro el bolso y vuelvo con Meyers.
-Creo que con esto solucionado puede dar comienzo la fiesta.
Cita:
-Jules; voy a mandarte a una joven damita con un mayordomo, así que estaría bien que te encargaras de llevarla a buen puerto.-le digo al apretar el botón, incorporándome para recoger mis cosas y meterlas en el bolso con una sola mano, ahorrándome así tiempo.-Entrégale el tigre al mayordomo para que me lo traiga y después podremos gozar todos de una buena noche. Espero confirmación y me olvido del comunicado.
La verdad es que Cassia había tardado poco en contestar así que Dariel y yo habíamos tenido mas bien tiempo de poco. No es como si quisiera indagar por aquellos lares, por si acaso... Así que lo agradezco.
Durante el tiempo que hemos esperado, no hemos hablado de mucho. Tal vez porque sé la clase de cosas que mi amigo me diría, y creo que paso... Porque sé que le sobrará tiempo para decírmelas una vez de vuelta.
- Confirmado - le digo a Cassia cuando he escuchado lo que me ha dicho a través del comunicador - Nos vemos mañana - corto la conexión y me guardo el comunicador antes de mirar de nuevo el tigre de oro en la mano. Ahora solo falta esperar al mayordomo y a la niña.
Suspiro exasperado mientras apago el motor de la lanzadera y oigo de fondo la conversación mantenida por Jules con Cassia. Opto por no decir nada de lo que se merecería que le dijera. Tal vez este no sea el momento ni el lugar.
-No me gusta nada este sitio...- musito para mi mismo, en voz muy baja -Huele demasiado a Nien Mohn para mi gusto...- digo esta vez en voz más alta, para que Julian me oiga -Trata de acelerar el tema, vale? Tráete a la mocosa lo más rápido posible, no quiero quedarme aquí parado más de lo imprescindible, me oyes?
- Tranquilo - le digo a Dariel alzando una mano en su dirección - Yo también tengo prisa así que nos iremos de aquí cagando hostias - dicho esto salgo de la lanzadera para esperar al mayordomo y la niña.
Tendría que hablar con Dariel cuando llegáramos para que me dejara a mi hablar con Cassia, porque ya estaba viendo que terminaría por decirle él algo y no tengo muy claro que con su temperamento terminara muy bien la cosa. Bueno, el temperamento de ambos... Bufo un poco y llevo una mano a frotar mi cara. A ver si no tardan mucho...
Acepto porque soy un hombre de palabra y con el trabajo no se juega.
Mientras estoy haciendo la ronda llevo la pistola en una mano y el cuchillo en la otra. A la vez que voy tarareando y silbando, compruebo todos los rincones y me dirijo al puente de mando.
[Mansión Meyers - Jardines - Lanzadera]
Alza la cabeza para clavar su mirada en la de Cassia cuando nota como ésta le acaricia suavemente la mejilla. Toma el pañuelo que esta le ofrece y afirma con la cabeza ante todo lo que le dice, aunque no demasiado convencida.
Al cabo de unos pocos minutos, Franklin Meyers se gira hacia el exterior de la habitación y tras decirle unas palabras a alguien que parecía estar fuera, se hace a un lado, dejando que entre en la habitación un hombre mayor trajeado y con las manos cubiertas por unos guantes blancos. Éste sonríe a Eileen y con un gesto le indica que ya está todo listo para abandonar la casa.
Eileen mira una última vez a Cassia con cierta inseguridad en el rostro y desaparece junto al mayordomo.
Más que sacarla de la casa parece que le está dando un tour y esto la incomoda, aunque sabe que no es una trampa. O si lo es el mayordomo actúa demasiado bien para que ni ella misma se de cuenta.
Mientras sigue al mayordomo en su camino hacia la libertad, Eileen está atenta a todo movimiento que pueda haber en la casa, porque esta no era la primera vez que trataba de escapar, aunque si esperaba que fuese la última.
Cuando finalmente llegan a la cocina y sale por la puerta trasera que se encuentra en ella, Eileen inspira profundamente y sonríe, aunque solo ligeramente, porque aún no todo estaba conseguido y lo sabe, aún faltaba llegar hasta el Capitán.
Camina casi pisandole los talones al mayordomo, y aunque en otra ocasión se habría parado a admirar los hermosos jardines y a jugar en ellos, en esta era lo que menos le apetecía.
Tras una caminata que a Eileen le pareció eterna, el mayordomo se paró en seco y se giró hacia ella, tras señalarle donde estaba la nave y hacerle una pequeña inclinación de cabeza, volvió en dirección a la casa.
Eileen gira la cabeza para mirar cómo se va el mayordomo y cuando éste desaparece tras una curva vuelve a mirar hacia el transbordador. Escondida entre los últimos arbustos que la separan de él, está a punto de echar a correr hacia la entrada de este.
Tirada: 1d8
Motivo: Agilidad
Resultado: 1
Tirada: 1d8
Motivo: Percepción Dariel
Resultado: 2
Tirada: 1d6
Motivo: Percepción Dariel
Resultado: 6
Tirada: 1d8
Motivo: Agilidad
Resultado: 5
[Dariel & Eileen - Lanzadera]
Dariel: Algo aburrido y enfurruñado con la actitud de Jules que últimamente se gastaba, tamborileo mis dedos de la mano derecha sobre el panel de navegación, siguiendo algún ritmo que suena sólo en el interior de mi cabeza. Miro cada dos segundos a la pantalla de navegación y la del radar, por si aparecía algo no previsto que produjera que tuviéramos que salir volando cagando leches, cuando salta una pequeña luz del detector de movimiento del radar. Algo o alguien se mueve ahí fuera, cerca de la lanzadera. De un salto me levanto de mi asiento e intento primero otear a través de la ventana-mirador del frontal de la lanzadera. Sólo veo árboles y la torii de color rojo al fondo. Así que opto por salir de la lanzadera a investigar por si acaso. Suelto mi pistola y con suavidad y rapidez la deslizo fuera de su funda. Doy al botón de abrir la puerta y salgo con precaución de la nave transbordadora, mirando a mi alrededor, con suma cautela. No tardo en ver algo a través de los árboles y arbustos. Levanto el arma, apuntando hacia quien sea que esté ahí.
-Sal con las manos en alto, con mucha calma y todo irá bien...
Eileen: Está a punto de correr como una descosida hacia la puerta de la lanzadera cuando escucha una voz que la insta a salir de su escondite, y es entonces cuando ve que un arma la apunta.
- Mi Tian Gohn -Murmura para si misma mientras deja los ojos en blanco. Sale de entre los arbustos cabizbaja y con ambas manos al frente, entrelazadas en su vientre.
Dariel: Estoy a punto de sonreír socarronamente al ver que el emboscador estaba perdido y salía cuando veo quien sale. Una cría de aspecto adorable y desvalido. Parpadeo unos segundos, chocado ante la situación. Entonces me acuerdo a qué veníamos.
-Eres la niña- afirmo. Tardo unos segundos en reaccionar, pero al final bajo el arma y la guardo en su funda. Levanto una mano y se la ofrezco para que la coja, para ayudarla así a entrar en la nave- Vamos pequeña, no querrás que nadie nos vea no?- intento esbozar una pequeña sonrisa que espero no sea muy tensa ni espeluznante y le de la confianza de no salir corriendo entre gritos, cosa que atraería la atención de los invitados y la gente de la isla, y por tanto de los Feds.
Eileen: Vuelve a poner los ojos en blanco cuando escucha la afirmación tan evidente como tonta que hace El Capitán. "¿En serio que alguien con esas pintas puede llegar a serlo?", piensa, pero entonces al ver su sonrisa se echa ligeramente hacia atrás y lo entiende todo. Cualquiera no le obedece...
Finalmente le da la mano, y le dedica una tierna sonrisa.
Dariel: Me quedo mirando por unos segundos, extrañado, a la niña, por un momento me parece que está a punto de echarse a correr como una loca, pero al final parece ceder. No entiendo muy bien qué ha pasado, sólo espero que esto no sea algún tipo de estúpida y absurda trampa en la que Cassia y Jules nos hayan metido de cabeza...
Tomo su mano cuando por fin parece confiar en mí y le devuelvo la sonrisa. "Vale, la niña es realmente adorable, demasiado, pero parece tan... inocente". Tiro de ella y la meto en un rápido movimiento dentro de la nave, fuera de la vista y luego asomo la cabeza por fuera para ver si alguien nos ha visto de algún modo. Todo parece tranquilo.
-Métete ahí dentro- le indico a la niña, señalando un recoveco debajo de los paneles de navegación.
Eileen: Le mira extrañada cuando El Capitán parece ponerse en modo paranoico. Tenía más que claro que le faltaba más de un tornillo. De hecho a este le faltaba la caja de herramientas completa.
Cuando mira hacia donde señala, ésta abre desorbitadamente los ojos y vuelve a mirar al Capitán de forma suplicante.
- ¿No podría ocultarme en algún otro sitio? -Murmura dulcemente.- Me dan miedo los sitios tan pequeños -Añade, esta vez algo avergonzada por reconocerlo en voz alta.
Dariel: Suspiro exasperado. Donde cojones quiere esconderse en una lanzadera?! Es un sitio sin apenas rincones ni nada...
-Está bien, abre esa puerta, es el armario de las armas, es más... amplio- respondo. Luego me doy cuenta de que sigue siendo un sitio cerrado -Vale, vale- cedo -pero quédate agachada, que no se te pueda ver desde fuera, mi amigo y yo no queremos que nos pillen por "rescatarte"...
Eileen: Mira con terror el armario que le dice y justo cuando estaba a punto de poner pucheros el Capitán cede.
Rápidamente se agacha tal y como dice para quedar completamente cubierta.
- Gracias -Sonríe ampliamente y se acerca a él andando en cuclillas, cuando llega junto a él se abraza a su pierna.- ¿Puedo llamarte hermanito? -Alza la cabeza para mirarle, aún sin quitar la sonrisa de su rostro.
Dariel: Vuelvo a mirar afuera cuando me paro en seco al notar como algo se abraza a mi pierna. Me quedo completamente helado y con cara de confusión cuando miro hacia abajo y veo a la niña enganchada a mi pierna como un cachorro de perro. Sonrío nerviosamente y trago saliva.
-Aah... ya tengo una hermana...- balbuceo levemente e intento negarme pero luego pone esos ojillos de cachorro perdido y simplemente no sé como, algo dentro de mi cede ante ella -Bueno, supongo que no viene de otra hermanita...- murmuro -Me llamo Dariel- aún sigo mirándola algo perturbado por su petición -Y tu nombre, pequeñaja?
Eileen: Sonríe aún más ampliamente cuando Dariel accede a su petición.
- Yo soy Eileen -Susurra tímidamente- ¿Y cómo es tu otra hermana? -Pregunta fascinada cuando Dariel la nombra.
Dariel: Mierda, qué quiere esta niña de mi? porque me hace esto? Me he portado bien, he impedido que Jules se estrelle absurdamente en plena ciudad, he dejado que la niña entre en la nave... porque tiene que hacer "esto"? "Es una espía! Está claro que es una espía! Tengo que seguirle el juego y pillarla!" pienso para mis adentros.
-Se llama Ivy, es pelirroja, divertida, cariñosa y con mucho talento, la... conocerás cuando lleguemos a casa- respondo -Y tú? No tienes familia?- le pregunto -Más familia?- añado, pensado que probablemente huye de los primeros, pero igual hay la esperanza de que tenga más de los segundos.
Eileen: - ¿La conoceré? ¿En serio? ¿En serio? -Comienza a dar pequeños botes, pero de repente cuando Dariel nombra a su familia se queda quieta.- Me vendieron cuando era muy pequeña... he ido de dueño en dueño... Estos últimos años incluso hacían que... -Se muerde el labio- Hacían que... -Se abraza con más fuerza a la pierna y pone su rostro contra ella- Sexo.
Dariel: "No, no no, que no se eche a llorar, por favor!". Bufo nervioso y exasperado, no se me da bien lidiar con estas cosas. Ivy siempre ha sido una niña fuerte. O no. Entonces me acuerdo de los muchos y variados numeritos que me ha llegado a montar desde muy niña... "Mierda, estoy vendido!"
-Vale, vale- trato de decir algo para calmarla -Ya estás a salvo, nadie te volverá a vender, te lo prometo -doblo algo las rodillas para alcanzar su cabeza con la mano y darle unas palmaditas en plan cachorrillo -Nadie te obligará a hacer nada de eso, estarás a salvo en breve. Una nueva vida. Si?- trato de sonreír forzadamente. Cuan conocidas me sonaban esas mismas palabras, no hacía tanto que las había dicho...
Eileen: Está a punto de ponerse a llorar pero las palabras que le dice Dariel parece que consiguen calmarla, por el momento.
- No sabía que hubiera tanta gente buena como Cassia ahí fuera... -Murmura y tras limpiarse con la mano alguna que otra lagrimilla que se le había escapado, se limpia los mocos al pantalón de Dariel.- ¿Sabes qué me apetece? Dormir un día los tres juntos. Tú, la otra hermanita y yo, como una familia.
Mientras Eileen ha conseguido "colarse" en la lanzadera de la Orpheus, donde está haciendo un gran trabajo desquiciando al pobre Dariel, que se ve atrapado como un ratón en una trampa para ratas, nuestro infatigable Capitán, Julian Crautchin ha cruzado ya la torii de entrada a los jardines y ha empezado a caminar por el sendero de piedras, debidamente señalizado e iluminado, para que nadie se pierda en la oscuridad nocturna, entre los árboles.
En el interior de la casa, a una impaciente Cassia no le queda otra que esperar la llegada de Crautchin con su tigre dorado, sosteniendo la atenta mirada de Meyers, que también empieza a estar visiblemente nervioso ya que cada vez se están amontonando más invitados en la Sala Principal y él, como anfitrión, aún no ha dado señales de vida. Su secretario, carraspeando levemente, se ha acercado a éste y en voz baja ya le ha dicho varias veces que los invitados esperan con impaciencia y extrañeza, ya que no es algo típico en él ser el último en aparecer en sus propios eventos. Finalmente Meyers cede y coge de la mano a Cassia.
-Entonces no hagamos esperar más ya, mi secretario la avisará cuando llegue su... "amigo" con su paquetito, para que se lo pueda dar- dice éste, sonriendo levemente. Tomando del brazo a Cassia, les dirige a ambos hacia la Sala donde se va a realizar la Gala Benéfica.
Toda maravillosa y lujosamente decorada, estaba ya bastante llena de gente, toda elegantemente vestida, con seda y brocados, formando un precioso tapiz de múltiples colores. Las mujeres llevan todas el pelo recogido en distintos tipos de peinados, algunas con más acierto y gracia que otras, pero todas impecables y enjoyadas hasta el mínimo detalle. Los hombres van todos con trajes de chaqueta elegantes, trajes de gala militares y algún que otro frac o esmoquin, dependiendo de su relevancia en la sociedad persephoniana. También se puede ver a algún que otro miembro destacado de la comunidad científica, con su porte serio y algo aislados del resto. Se habían formado pequeños corrillos y una música de cámara sonaba de fondo, procedente de una pequeña tarima que hay a un lado, con un grupo de músicos de corte claramente clásico. Al otro lado, unas enornes y largas mesas proponen a los invitados toda una serie de placeres para las papilas gustativas.
Nada más asomar la cabeza ambos, todos se giraron hacia las escaleras por donde están bajando Meyers y Cassia, elegantemente ataviados. Las caras sonrientes y los aplausos no se hacen esperar. Empieza la fiesta!
Bueno os dejo un turno más de posteo hasta el domingo, que es cuando daré por cerrada la escena y repartiré algún px's ^^
*levanta la mano* Una cosilla; Cassia no estaba esperando al mayordomo ni nada D: De hecho, le dijo al sr. Meyers q ya podían bajar ^^U
Master: Hecho. Ya rectifiqué, perdón por el fallo, no me dí cuenta mientras escribía... ^^u
En la Sala Común de la Orpheus, Ivy e Ian siguen haciendo de las suyas, entre partida y partida de cartas, acumulándose favores de trabajo "comunitario" para Ivy, ya que parece tener una mala racha con las cartas. Steve y Natalie parecen felices en su mundo bebiendo sake, mañana tendrán una horrible resaca, muy probablemente! Y ajeno a todo, o eso podría parecer, Ashton Kaplan está metiendo un cacharro con una masa extraña dentro del microondas del futuro, que sirve tanto para cocinar como para deshidratar alimentos y poderlos conservar mejor. Mientras espera que el aparato obre su "magia", apoya los brazos en la superficie de preparación de alimentos y se queda mirando a Ivy y a Ian, alternativamente. Luego mira a Natalie detenidamente unos segundos, abre los ojos en extremo y luego desvía la mirada hacia Steve, donde parece volver a su calma habitual.
-Debería cambiar de cartas, Señorita- le dice a Ivy -Va a volver a perder. Tiene el As. Siempre gana el As... Tal vez debería hacer algo de estofado, mañana agradecerán comer algo sólido cuando se levanten con la cabeza cargada y dolorida -añade de carrerilla. Salta el dispositivo de aviso del microondas con un tiing! y Ashton se gira a mirar como está su obra de arte culinaria. Lo saca y el olor delicioso a pastel casero inunda la Sala...
Mientras, Kratos Syn inicia su guardia de vigilancia por la nave, armado hasta los dientes y va pasando por cada pasillo y cada cubículo, intentando asegurarse de que nadie se cuela donde no toca... Paso a paso va recorriendo la nave, la mayor parte está en penumbra o a oscuras, para ahorrar energía así que Kratos se guía por su intuición y su bonita linterna. Se conoce bastante bien la nave así que podría prácticamente recorrerla a ciegas si quisiera y con pocas cosas chocaría de frente...
Planta Baja Despejada. Había pasado por la enfermeria, que estaba con las luces apagadas y vacía. La zona de carga estaba justo como la habían dejado hacía unas horas, con las 6 cajas de mercancia bien atadas con una red de contención y la mula sujeta a sus anclajes. Sube unas escaleras y cruza el pasillo hasta llegar a la zona de los bunkers de los pasajeros. Dos de ellos están cerrados pero sólo en uno de ellos se ve luz a través del material fino de la puerta. El otro está a oscuras,, probablemente su ocupante esté durmiendo... Los otros 2 cuartos ocupados tienen las puertas abiertas y están vacíos.
Kratos continua su ronda. Sube a la Primera Planta y asoma la cabeza en primer lugar en la Sala de Máquinas, donde reside el corazón de la nave, su motor de propulsión. Está a oscuras, apenas iluminado por algunaos pilotitos encendidos de los mecanimos del motor y accesorios varios. No hay nadie y Kratos se alarma por unos segundos. Entonces se acuerda deque Steve, su ciudadana principal, está en la Sala Común, así que simplemente cierra la puerta de acceso y continua andando. Se dirige hacia la Zona Común, entra en ésta y al contabilizar los que hay ahí dentro, ve que las dos habitaciones vacias de los pasajeros son las de Natalie y Ashton y se relaja un poco. No ha perdido a nadie. Eso es buena señal. No sabría como explicar a Dariel y a Julian que había perdido "gente" durante su Turno...
A pesar de la distracción tentadora de las risas, el alcohol y las cartas de poker de la Sala Común y el olor a tarta (que le está haciendo babear a más no poder), Kratos continua la ronda y se marcha hacia la zona privada de la nave, donde están los cubículos de la tripulación y el Puente de Mando, no sin antes prometerse a si mismo que en cuanto haya acabado ese primer paseo volvería a la Cocina a exigir su ración de pastel, como justo premio por un duro día de trabajo!
Vale, teneis un turno más por si alguien quiere añadir algo. El domingo daré por cerrada esta escena ^^
|Mansión Meyers-Gala Benéfica|
{Julian & Cassia & Master}
Julian: Al final había terminado por alejarme de la nave. Porque se supone que yo no puedo ver como entra la niña, así como se supone que yo no sé lo de tal niña... A ver qué tal le va a Dariel con ella.
Seguí en camino iluminado que tenía una sospecha de dónde terminaba y no me gustaba nada. No quería mezclarme tanto en aquel sitio así que esperaba poder quedarme al margen. Que alguien saliera en mi busca en lugar de buscar yo... Encima eso.
Por lo menos iba armado, no sea que torcieran las cosas, que nunca se sabe. No me fío yo un pelo ni de esta gente adinerada y refinada, al final resultan ser los peores.
Cassia: No esperaba lo contrario; desde luego el enorme salón estaba decorado de forma cuidada y detallista. Quizá sea mi primera impresión, pero a pesar de la buena impresión visual todo parece bastante recargado si se combina con la cantidad de invitados; el chi se pasea por el lugar, rebotando contra todo...Fluye, pero de forma desordenada.
Tengo la impresión de que los invitados han sido tan puntuales que los últimos en llegar somos Meyers y yo; lo sé por todas las cabezas que se giran a mirarnos cuando entramos. Lejos de incomodarme, sonrío y voy saludando a la gente con ligeras reverencias de cabeza, sujeta del brazo de Franklin. Lo divertido, y a la vez extraño de todo esto, es ver caras conocidas, gente de la que ya fuiste del brazo anteriormente.
Tirada: 1d6
Motivo: Alerta
Resultado: 5
Tirada: 1d6
Motivo: Percepción
Resultado: 5
Cassia es seguida por Roy de retorno a la fiesta y el mayordomo simplemente intenta recomponerse bebiéndose una copa de champagne de una de las bandejas que pasean los camareros y vuelve a su puesto de trabajo, algo más conforme. Los cotilleos continuan, ya que buena parte de la gente presenten en la fiesta ha visto lo que ha pasado y la otra mitad, se está haciendo eco de los chismorreos derivados de la escenita.
Meyers deja por un momento las conversaciones de negocios y se acercó a Cassia para comprobar si todo estaba bien. Pasados esos momentos dificiles, la fiesta continuó, con éxito. Tras el baile y la subasta Meyers consiguió recaudar una buena cifra de créditos para donar a la fundación de Niños desamparados y huérfanos y la fiesta terminó de forma brillante.
Cuando el último invitado por fín se marchó, Cassia acompañó a Meyers a su dormitorio y pasó a realizar la segunda parte de su trabajo bien pagado: unos buenos masajes relajantes, una buena conversación y dos botellas más de champagne hicieron su efecto. A la mañana siguiente, y tras pasar la noche entera con Meyers, Cassia pudo volver a la nave, acompañada por el propio Meyers, que la dejó sana y salva en el Puerto Espacial de Persephone City. En poco rato, recibiría la transferencia del pago por sus servicios. Un nuevo cliente satisfecho!
Por otro lado, Julian, caminando a zancadas con un cabreo encima del copón, cruza rápidamente el caminito de piedras hasta la torii de la entrada y alcanza rápido el interior de la lanzadera. No dice gran cosa. Dariel parece algo desquiciado pero también se queda callado. La única que tiene aspecto de ser feliz es Eileen, la pequeña cute girl. Esta vez llegan sin sobresaltos a la nave, la circulación aérea planetaria parece más tranquila que a la ida. Cuando entran de nuevo en la Orpheus, con una nueva habitante, se encuentran con una Sala Común abarrotada de gente.
Steve y Natalie parecen realmente estar muy borrachas e Ian y Ivy más de lo mismo, todos cantando la canción de las oaty fruity bars, como niños pequeños. Kratos está de pie amenazando a uno de los pasajeros, Ashton, que tiene un pastel en la mano. Parece que está reclamando su parte del pastel (y nunca mejor dicho). Y además huele increiblemente bien.
Cuando Julian y Dariel entran, todos se giran hacia ellos al percatarse entre vapores etilicos, que ven mal: hay 3 en vez de 2. Porque hay 3? Y porque una niña rubia sonriente nos saluda?
FIN DEL CAPITULO PILOTO.
Aquí se cierra la escena, aunque dejaré hasta mañana por si alguien quiere añadir algo más, ok? Mañana intentaré poneros el inicio de la 2º si me da tiempo ^^