El fin de la Aventura...

El dirigible tardó aún unas horas en llegar, y cuando lo hizo el Capitán Cartwright  quiso sumarse a la fiesta y dio la noche libre a la tripulación. Por suerte a la mañana siguiente había otras personas preparadas para poder manejar el timón, ya que quedó claro que el capitán no era el más indicado para tomar los mandos tras una noche de fiesta. Así que gran parte del viaje de regreso se lo pasó en su camarote durmiendo la mona, y el resto buscando unos pantalones ya que los perdió en una timba con Jonathan y algunos mordavos que ingenuamente quisieron sumarse al juego de cartas. 

Eve y Rick recorrieron el castillo, aprovechando el tiempo para encontrar algo de valor incalculable y académico para fastidio de Jonathan. Al final lograron encontrar la biblioteca personal del Duque. Entre ellos hay algunos incunables que se creían perdidos para siempre provenientes de los saqueos de las bibliotecas de Alejandría y Constantinopla. Rebuscando encontráis una serie de documentos con sello oficial de un organismo llamado Edom. Edom es una palabra que significa rojo en hebreo, aunque su traducción puede depender del contexto. El organismo tiene sede en Gran Bretaña y podéis ver en algunos la estampa de un político al que habéis conocido, Winston Churchill. 

Rick decide lanzarse a lo práctico y encuentra una sala llena de armas, algunas de ellas auténticas antigüedades y armas de fuego modernas y en perfecto estado. En esta sala coincide con Drac y Ardeth. Entre los tres deciden repartirse las armas que puedan interesarles a cada uno.

Tras el reparto Rick decide dedicar toda su atención a disfrutar de la noche y de la celebración con su esposa.

Ardeth decide disfrutar de la noche en compañía de los viejos y los nuevos amigos, aunque en sus palabras notáis que finalizada la aventura decidirá volver a su tierra natal. La vida de un medjay es dura pero para él es la única forma de vida que conoce. Las últimas noches, en su cabeza ha escuchado la voz de un viejo enemigo "Al Jalon" que le avisa que un nuevo peligro se cierne sobre Egipto.

Tras rebuscar en el castillo durante un tiempo y conseguir algunas armas y recuerdos valiosos como botín de guerra, Drac decide entablar conversación con Sala, y conocerla mejor. Las mujeres mordavas no parecen llamar su atención tanto como la piloto; se ve que a Sala le gusta no poner las cosas fáciles pero el noble decide que no va a rendirse fácilmente en este empeño. Acaba de enfrentarse a un vampiro, cree que podrá sobrevivir a Sala. 

Jonathan tras lograr todo el botín posible que puede cargar (libros aburrido no por supuesto) en el dirigible y que pueda vender para conseguir grandes sumas de dinero. en cambio decide disfrutar de la noche, su palabrería y don de gentes le brinda una noche repleta de excesos. Alcohol, buena comida, más alcohol, timbas de cartas, mucho más alcohol, bellas mujeres  mordavas...  A la mañana siguiente, Jonathan es el primero en querer salir volando de Mordavia tras enterarse que se ha comprometido con al menos dos mujeres mordavas tras una alocada noche, sus padres (que él confundió con maridos al principio de la noche) quiere que se case con ambas ya que ha deshonrado a ambas familias al yacer con ellas. Por suerte para él el dirigible despega a primera hora.

...es el comienzo de Otra

Al anochecer siguiente cuando el dirigible sobrevolaba Alemania y poco a poco os alejabais de Mordavia, en un recóndito y vetusto castillo de Valaquia, un viejo vampiro despierta de su letargo...

De sus ojos brotan lágrimas de sangre, ha sentido como uno de su estirpe ha muerto. Y no es uno cualquiera, es su sobrino al que nombró heredero en vida y le dio la llave de la no muerte trescientos años atrás al beber de su sangre. Aquel que no quiso terminar de convertir para que no sufriera la maldición de la noche eterna. 

- ¡¡¡IGOR!!! - brama llamando a su siervo. 

Su siervo aparece tras sentir que su amo y señor ha despertado. Nada más verlo le hace una sentida reverencia y le pregunta:

- ¿Qué se le ofrece al Señor de las Tinieblas?

Drácula se muestra pensativo unos instantes, pero en sus ojos se enciende una chispa de rabia. Poco a poco en su cara se comienza a dibujar una sonrisa que permite ver sus afilados colmillos. 

- Manda llamar a unos jinetes Sich, si alguno queda todavía en estas tierras. Solían acampar en el delta del Danubio. Tengo que enviar unas misivas a unos viejos amigos... - sonríe mientras nombra la palabra amigos - ...y tráeme un mapa de Inglaterra reciente. Es hora de que ajustemos cuentas con mis viejos enemigos. 

Dicho esto se enfrasca a escribir cartas en su despacho, mientras se escucha como ríe alocadamente y se lamenta por la muerte de su sobrino durante horas y horas.

Al cabo de unas noches varios Sich parten llevando las misivas del Conde. Algunos se dirigen al Este, a las estepas rusas o más allá de los Urales. Otros a Hungría y al norte y oeste de Europa. Por último uno se dirige al sur, hacia las cálidas arenas de Egipto.

Drácula los ve partir desde un balcón de su castillo mientras murmura entre dientes.

- Mi querida Erzsébet, mi añorada Baba, mi antiguo compañero de armas Giurescu, el festivo Angelus y el feo de Orlok. Os volveré a ver dentro de poco y también conoceré a los que serán mis nuevos aliados...el poderoso Imhotep y el emperador Han. Tengo muchas ganas de conoceros, creo que con vosotros podré como dicen los ingleses, matar dos pájaros de un tiro.