Partida Rol por web

Nada es más rápido que un elfo.

O, al menos, eso se repite Dunriq mientras sus pies vuelan sobre la arena en dirección al bosque de hongos. Espera sentir en cualquier momento una flecha en medio de la espalda pero los latidos de corazón pasan y la saeta mortal no llega.

A sus espaldas hay confusión. Oye a Koldrimus gritar:

-¡Maldición, se escapa! ¡Cógelo, Chaial, puede saber algo sobre el fragmento de...AaaaAAAAARGH!

Un juramento en élfico le indica que Guelder está cubriendo su retirada. Se detiene un instante para mirar por encima del hombro: Koldrimus tiene un brazo atravesado por una flecha pero señala con el otro a la elfa de larga melena rubia.

El estallido mágico hace que Dunriq se encoja: ¡un hechicero! ¡Koldrimus es un mago, como Zarlene! Guelder cae de espaldas envuelta en una nube de humo azulado pero a esta distancia es imposible saber si está muerta o sólo aturdida. 

Imposible averiguarlo ahora: Chaial el bárbaro viene a por él lanzado a la carrera. Su enorme envergadura y su casco astado le hacen semejar una bestia enorme embistiendo contra él. En una de sus manos lleva una larga lanza cuya punta está dentada y adornada con plumas. Dunriq no tiene interés en saber cómo es de diestro su adversario con ese arma así que echa de nuevo a correr.

Nada es más rápido que un elfo.

Los hongos brillan con una fosforescencia púrpura inquietante. Aunque iluminan la caverna a su alrededor, bajo sus enormes cabezas reina una penumbra de sombras incluso más oscuras. El aire huele a moho. El suelo está formado por una fría acumulación de esporas que levantan nubecillas a su paso. Varios hongos con tallos de un grosor que no podría abarcar con los brazos rodean a Dunriq.

El corazón del elfo martillea su pecho con la fuerza de un ariete pero otro golpeteo rítmico y atronador, el de las pisadas del bárbaro, llena sus oídos. Ha logrado sacarle una ligera ventaja a Chaial pero llegará en seguida.

¿Qué vas a hacer?

Los latidos del corazón de Dunriq resuenan en todo su cuerpo, Guelder le dio una oportunidad, pero a que precio, si logra escapar de el gigante que viene en su caza le debera una grande, solo espera que siga con vida para poder regresar la ayuda.

Koldrimus se llamaba, es un mago, y a dunriq le parecio escuchar algo de un fragmento antes de que guelder le asestara el flechazo, puede que esta situación salga ventajosa, el bosque es amplio y lleno de plantas que a su amparo solo hay penumbra, en otras palabras Dunriq tiene escondites para escoger a su gusto, pero no le sera facil de igual manera.

(No no, Guelder... Le prometi que la ayudaria, regresare por ti y te sacare de aqui, no importa el estado en que estes) Hundido en sus pensamientos de culpa escucha unos pasos a su espalda, que casi hacen temblar el piso, su tiempo de duelo llego a su fin, si espera salir con vida y cumplir la promesa primero tiene que hallar una forma de quitarse de arriba al gigante bárbaro. 

(Nada es mas rápido que un elfo)  

Se sigue repitiendo mientras cruza el magnifico bosque, de un purpura y sombreados que resaltan su color. Si fuera otro momento tal vez lo disfrutaria. Dunriq se da de cuenta de un detalle, el mismo bosque lo tiene fascinado puede ser una trampa mortal si lo usa de la manera adecuada.

Los pisos estan llenos de esporas, completamente llenos de ellas, Dunriq con un agil movimiento de sus brazos mueve las esporas depositadas en el suelo haciendo que estas revoloteen en todas direcciones formando por un momento una nube cegadora, (Esto lo va a distraer un rato, o eso espero) El elfo dirigio sus huellas en el pantano hasta un enorme hongo, tal alto que no se llega a ver su luminosa superficie desde varios metros atras, aprovechando la nube que cegaria al gigante por un momento, espero que su pequeña trampa lo guiara a un golpe en seco. 

-¡Sal de tu escondite, elfo, si no, eres un cobarde!

El gigantesco bárbaro se detiene al entrar en la penumbra del bosquecillo de hongos lanza en ristre. Su yelmo no le da una buena visión periférica pero incluso él es capaz de ver el rastro de las pisadas de Dunriq. El guerrero suelta una carcajada.

-¡Vamos, elfo, entrégate! ¡Si no me das problemas prometo no machacarte pero si lo haces enrollaré tus tripas en mi lanza!¡Palabra de Chaial el Intrépido!

​Acelera el paso siguiendo las huellas. Hasta un niño podría seguir un rastro así. Dejando escapar un gruñido de expectación ,el Intrépido entra a la carrera en ma nube de esporas con la lanza por delante .

BONG

El bárbaro cae de espaldas sujetándose el yelmo cornudo. Su enorme lanza yace a su lado:

-¡Maldito elfo escurridizo! ¡Juro por mis ancestros que te veré morir lentamente!

Escondido tras otro enorme hongo, Dunriq sonríe levemente. Ha sido fácil engatusar al bárbaro pero eso sólo le ha dado un respiro. Mira hacia la orilla y ve a Koldrimus acercarse rápidamente al oír los gritos del bárbaro. Guelder está tirada en el suelo en la playa donde Dunriq despertó junto a su equipo.

En ese momento, repara en un pasadizo ascendente que se abre en la pared de la caverna a unos diez metros de él .

¿Qué vas a hacer?

La idea del elfo Dunriq resulto salirle bien (Vaya que es torpe el cornudo este Jaja) El elfo no puede evitar reir un poco, solo ver como cayo como un saco de piedras en el piso fue suficiente para que sus palabras de amenaza no hicieran efecto. Esto hace que el elfo tome un respiro y recobre su compostura, por fin algo le salia bien este día! regresa su mirada al lugar de donde vienen sus pasos y... 

El mago corrió en direccion de Dunriq, el gigante esta en el suelo pero este no durara mucho tiempo en ese lugar. se ve en una dificil decisión, de nuevo, en este día todo fue asi, Dunriq ya comienza a acostumbrarse a esto, sube la mirada y alli se encuentra una salida de este lugar, pero Guelder aun esta en el suelo, no puede abandonarla, le prometio que la sacaria de aqui, cueste lo que cueste, (Bueno ya esto no puede empeorar mas) Dunriq aprovecha el alboroto del momento, aun estaba oculto en aquella penumbra y sus perseguidores atentos a cualquier movimiento o sonido, esto le da la oportunidad perfecta, toma el objeto cercano mas grande que encuentra a su alrededor, no le importo que solo que fuera pesado, Dunriq lanzó con toda su fuerza aquel objeto en dirección contraria donde estaba aquel rio donde se encontraba Guelder, el contacto genero un fuerte sonido, la oportunidad perfecta. Sin tomarse un momento en observa si los dos perseguidores se habían dado cuenta del sonido o si habían volteado a esa dirección, utilizo su especialidad, desvanecerse en la oscuridad, con el mayor sigilo con el que contaba se movió rápidamente en dirección al rio, perdió la oportunidad de salir de esa locura de sitio, pero mantuvo su promesa, seguro de que no se habían percatado de sus movimentos, se acerco a su equipo y a guelder y los tomo a los dos.  

Unas levisimas salpicaduras de arena visibles solo para el ojo muy entrenado señalan el paso del elfo por la arena.

Dunriq puede oir los gritos de Koldrimus y Chaial enzarzados en una discusion. Es el momento ideal para escabullirse.

Con una rapida carrera, Dunriq llega hasta el lugar donde desperto. Guelder esta tirada en el suelo, inconsciente pero ilesa. Un poco mas alla encuentra su mochila, su ballesta y el resto del equipo. Dunriq se pone la armadura rapidamente, recoge sus pertenencias y se echa a la elfa al hombro. Se aleja rapidamente siguiendo la orilla del lago subterraneo.

Algun tiempo mas tarde, Dunriq hace un alto en el camino. Ha salido de la caverna del lago por un estrecho pasadizo y ha vagado durante lo que le han parecido horas por un laberinto de cuevas. Confia en que el barbaro y el mago no les esten siguiendo la pista pero esta exhausto y necesita descansar.

-Gracias⁽¹⁾ por tu ayuda-dice la elfa-No estaba a gusto con esos dos. Acepte este trabajo con ellos porque, sinceramente, no tenia a donde ir pero nunca me gusto ese Koldrimus. Estabamos a sueldo de Ametrim, la Bestia Verde de Anrea: nos ofrecio una pequeña fortuna a cambio de encontrar un fragmento del Talisman de Kauldros que, aparentemente, se encuentra aqui abajo en alguna parte.

Dunriq asiente.

-Tampoco me gusta ese Ametrim. Koldrimus me conto que es uno de los Señores de los Dragones que pugnan por el dominio de Anrea. Koldrimus le sirve porque es un hechicero poderoso y esta lleno de ambicion. Yo... soy la ultima del Clado Sombra de Sauce. El sharm⁽²⁾ de los mios cayo finalmente ante las fuerzas de Thanatos y me quede sola.

La elfa cambia pensativa la cuerda de su arco. Es un arco de manufactura elfica.

No me agradezcas, solo te estoy regresando el favor -El elfo dice mientras intenta mantener un aura seria pero agradable- Bueno lo importante es que ya estas aquí, estamos bastante lejos de donde se encontraban ellos, pero seguramente seguirán buscando hasta dar con nosotros, tenemos que seguir moviendonos y encontrarnos con mi equipo, ahi estaremos mas seguros -Dunriq observa a la elfa que aun tenia un aspecto algo cansado - Necesitas algo? no luces muy bien aun.

La elfa asiente, el hechizo de Koldrimus aun hace efecto en su estado, por lo que el grupo de Dunriq y Guelder seguramente iria a un ritmo lento, por lo menos hasta que lograra mejorar. Mientras caminaban por el oscuro pasadizo de cuevas el lazo entre Guelder y Dunriq fue creciendo, ambos contaron su historia, los dos se encontraban solos, obligados a salir de su hogar por el demonio Thanatos, Dunriq observo de soslayo la mirada perdida de Guelder, tan triste y nostalgica, sabia en que estaba pensando - Tranquila, no estas sola ahora, yo estaré contigo, no te preocupes tenemos el mismo objetivo y estoy seguro de que lograremos obtener lo que buscamos si vamos juntos- El silencio no duro mucho tiempo, Dunriq esperaba que Guelder descansara para poder preguntar por algo que para su misión era de suma importancia.

Guelder, cuentame lo que sepas, sobre todo, la ubicación del fragmento, de este y la de otros. Hay algo mas en este lugar de lo que debamos enterarnos, algo de ayuda y lo mas importante para que, esta buscando el fragmento  ese tal Ametrim. 

 Dunriq sabia que Guelder puede que no confiara aun mucho en el, o que no se encontraba en el mejor estado, pero la información es poder y si Guelder sabia algo que el no, les podía dar la ventaja en esta carrera por el futuro del mundo.

-La Bestia Verde es uno de los tres Señores de los Dragones de Anrea. Quiere reunir las tres partes del talisman para aumentar su poder y someter a sus rivales-explico Guelder-¿Para qué lo buscáis vosotros?

A medida que ascienden por las galerias salieron de las cavernas y las paredes de roca natural dan paso a las de ladrillo y pronto se encuentran en un denso laberinto. Guelder explico que seguia la ruta inversa que Koldrimus y Chaial habian seguido hasta el lago subterraneo. La elfa seguia sutiles señales de las paredes para no perderse en el caos de corredores y bifurcaciones.

Se detuvo con un gesto. Coloco una flecha en su arco.

-Oigo ruidos de lucha.

Un poco mas adelante, en la pared de un corredor, ven una puerta abierta pero bloqueada con una estanteria llena de libros viejos. Del interior llegan gritos y entrechocar de aceros. Alguien grita "¡Groz!" o algo así.

-No pasamos por aqui antes pero alli dentro hay gente. Estos corredores estan infestados de muertos vivientes. Koldrimus dijo que fueron empleados en el asedio del Templo de Avesta.

¿Que vas a hacer?

Es interesante ver que hay alguien mas interesado en buscar los framentos, con tantos recursos y poder que podria ser desastroso si llegase a obtenerlo - Dunriq sonrie aliviado, esta información va a ser de utilidad - Al estar tu conmigo podremos fastidiar un poco los planes de ese señor dragón. Nuestra campaña es mas delicada que el poder total... A medida que iban subiendo Dunriq relato la historia de como se enteraron y cual era la razón de su busqueda a Guelder, quien escucho con atencion mientras detenidamente observaba las marcas en las paredes de ladrillo.

Parece ser que si hay lucha, iremos con cuidado, no sabemos a que nos puede esperar detras de esa puerta, puede que no sean muy amistosos. Dunriq da señales a Guelder para que se mantenga a sus espaldas, entre aquel monton de sonidos estruendosos logro escuchar un !Groz! (Groz? puede que se trate de ellos? o no, puede que se trate de alguien completamente diferente, ire con cuidado, no puedo arriesgar a Guelder luego de salir de aquella situación con puro musculo).

Dunriq no esperaba mucho de la situación pero puede que saliera airoso si trataba la situación con la pericia necesaria. Guelder toma una posición alejada de la puerta pero preparada, y Dunriq se acerca lentamente a aquella puerta.
 

-Se arreglarmelas sola, deja de intentar cuidar de mi: tu eres el que aparecio flotando en un rio subterraneo sin pantalones.

Con poca ceremonia, echa a Dunriq a un lado y aparta un par de libros para mirar dentro. Alza una ceja:

-Un barbaro pelirrojo, una mujer con el pelo blanco y otra con armadura de escamas… todos heridos. Se parecen mucho a ese grupo tuyo que me has descrito. Ah, y cuatro esqueletos armados.

Con un movimiento fluido, Guelder pone una flecha en su arco, tensa la cuerda y dispara a traves del agujero. Luego apoya la pierna en la estanteria para derrumbarla hacia adentro. 

-iVamos, ayudame a echar esto abajo! ¿O es que quieres que tus amigos mueran?

Son ellos Guelder, no se parecen- Dunriq se prepara, había esperado este momento, solo faltaba sacarlos de esa situación en la que se encontraban, decide seguir a Guelder, quien parecía molesta, debió ser menos cuidadoso con ella, los elfos son orgullosos por naturaleza.

Vamos los dos juntos, 1...2...3... Dunriq y Guelder se colocaron en la estantería que cubría la entrada y con fuerza derriban ela pila de libros mostrando ahora el escenario donde se encontraba el grupo, aun que su visión se vio obstaculizada por el polvo y la pila de libros viejos cayendo a su alrededor, lo único que lograba captar eran los sonidos metálicos del choque de espadas