Partida Rol por web

Por un momento el pulso de aquel improvisado médico era poco firme, temblaba al mismo ritmo que las palpitaciones que martilleaban sus sienes. En las mismas, un par de gotas de sudor se formaron y empezaron a crecer paulatinamente amenazando con empezar a deslizarse por todo el mentón del cirujano. Por un momento el pulso pareció estabilizarse y mantener un ritmo suave y constante, entonces atacó a su presa.

Fue aparentemente sencillo y en un momento capturó el chip neural para rápidamente alejarse del cráneo y evitar daños. Normalmente ese tipo de operaciones eran más delicadas y exigían una leve trepanación en el cráneo, pues una vez implantado el chip neural durante la infancia, el cráneo crecía y se formaba la masa ósea envolviendo al mismo en su interior. Gian Phan era una excepción por haber sido sustituido en varias ocasiones su chip neural primigenio, quedando esta vez su chip adherido a la corteza craneal.

Entonces alguien le tendió una bandeja metálica sobre la que dejó caer el chip neural, se la llevaron en ese momento alejándola de su vista. No tardó el tipo de la bandeja en incorporarse a una de las escasas motos que estaba intacta y la puso en marcha.

No vio más pues enseguida devolvió su atención a su paciente, lo más delicado había terminado y sólo restaba aplicar la pasta sellante sobre la incisión para fomentar la cicatrización acelerada. 

—¡Hay que largarse! —Exclamó Bocas sacándole del ensimismamiento de la operación. Fukuda-san había proyectado un cordón a lo largo de toda la incisión y éste parecía haberse adherido bien a los bordes del corte sellándolos y protegiendo la herida de cualquier posible perturbación ambiental. 

—Ya has hecho tu labor humanitaria pero no podemos esperar más. No sé hasta qué punto la jaula de faraday que hemos montado aquí ha podido retener a estos miserables corporativos. —Insistió—. Tiger nos ha ganado algunos minutos, pero este taller no es seguro y ya sabes lo que querías.

Entonces se embutió un casco en la cabeza.

—¿Necesitas ayuda para largarte?

Asiento al escuchar a Bocas. En efecto es hora de largarnos. Levamos demasiado tiempo aquí y eso no es nada bueno.

—A partir de aquí yo me encargo de ella —respondo.

—Estaremos en contacto —digo seguidamente a modo de despedida—, por cierto, no has estado mal para ser tu primer "partido" en las grandes ligas.

Su moto ruge al alejarse a toda velocidad sobre el pavimento de Hanoi, y en unos pocos minutos ya no queda nadie en el taller Nguyễn...

—Ponte cómoda —señalo un sillón de cuero sintético que Giam Pham mira con desinterés.

Yo estoy de pie junto a la ventana de mi apartamento, en la habitación más alta de la Torre de la Ciencia, la elegante estructura que domina el suburbio norte de Hanoi. Las calles comienzan a titilar en la penumbra temprana. Pronto aparecerán franjas blancas a lo largo de las vías peatonales elevadas. Los edificios se iluminarán, enjoyados, cuando sus ventanas revivan. Casi centradas frente a mi ventana están las lejanas cúpulas de las oficinas de la Organización. Cuando amanezca me dejaré caer por allí. Los miembros del Consejo estarán impacientes por oír lo que he averiguado acerca de SIGMA TECH.

Giam Pham se relaja. Está tumbada en el sillón y se ha quitado los tacones. Lleva las uñas de los pies pintadas de negro metálico. Estamos solos en mi apartamento y el visor automático de la puerta está programado para admitir sólo mis huellas dactilares, tanto para salir como para entrar. Le sirvo una copa de vino y ella lo agradece.

—Por tu futura libertad —brindamos.

Ella me mira y veo tristeza en sus ojos. Un sentimiento depresivo me invade cuando pienso en que es posible que no consiga salvarla. Entonces me fijo por primera vez en ella, como mujer, quiero decir. Es realmente hermosa, y hasta ahora no había tenido tiempo para darme cuenta...

—Tienes unos ojos muy bonitos, Giam Pham.

—Tan sólo son un implante —contestó negando con la cabeza como si quisiera quitarle aquella idea de la cabeza antes de volver a la carga.

—Lo hagas... —dijo esta vez devolviendo la mirada a Kazuo—. Pronto no estaré por aquí, sino en otro sitio... Ni siquiera sé por cuanto tiempo así que, por favor no lo compliques y empieza con las gestiones para cambiar mi identidad o lo que sea el plan del que hablabas. Ponte en marcha y cuéntaselo todo a la maldita corporación a la que sirves por la que me has jodido.

Sus ojos tenían un brillo que parecía convertirlos en un perfecto espejo vítreo.

Gian se llevó la copa de vino a sus labios, éstos eran carnosos y estaban tintados con un tatuaje de pigmento digital programable; entonces una lágrima se escurrió de entre sus ojos cerrados para acabar desapareciendo en algún lugar bajo la copa.

 Ese mismo día, en las oficinas de la Neo-Yakuza...

Kazuo Fukuda volvía a estar en el centro del circo central, rodeado de los mismos asientos sólo que en aquella ocasión estaban todos vacíos, con la excepción de tres de ellos. Era una reunión convocada con urgencia y se sobreentendía que a todos les llegaría la noticia por medios encriptados y extraordinarios, sin embargo antes debían escucharlo de las palabras del ejecutivo.

—¿De qué te has enterado? —acabó por preguntar directamente a bocajarro Fudo-sama—. Temo lo peor y más después de que me dijeras que había que convocar una reunión de urgencia.

Miró alrededor como si quisiera subrayar la situación, sin embargo enseguida advirtió que aquello no era convencional y parecía tener menos valor de lo habitual.

—Considera que están todos los asientos ocupados. Se te juzgará por tus palabras. —Agregó finalmente, las dos voces murmuraron un leve asentimiento.

—Control de masas —arranco sin más tras el acostumbrado y formal saludo hacia los miembros del consejo presentes.

—Una población alienada, consumista, dócil y fácilmente controlable. Ese es el objetivo actual de SIGMA TECH... —continúo la exposición dando algunos detalles adicionales sobre los propios implantes y el proceso de inserción de los mismos, y relato la información de la misma forma en que Giam Pham lo había hecho horas antes conmigo.

—Al parecer están desarrollando un virus, y es posible que este sea capaz incluso de alterar el Velo.

Durante el relato, no pudo evitar fijarse Kazuo, en que varios de sus oyentes se removían incómodamente en sus sillas como si todo lo que les estaba contando provocase algún tipo de urticaria. La información que tenía para ellos les estaba golpeando como si de un puño fuerte se tratase para acabar dejándoles KO.

—Es peor de lo que creíamos —dijo uno de ellos en un momento del relato. Sin embargo Fukuda no había terminado y volvió a la carga.

Varias frases más y terminó por vaciar todo el conocimiento acumulado en las últimas horas quedándose exhausto. Tal vez tenía algún plan, o una propuesta... Sin embargo había una jerarquía y unos procedimientos, y todo empezaba por ceder la iniciativa a los poderosos.

—Uffff... Las consecuencias de esto.

—Sí, no sé si esto tendría algún tipo de solución.

—¿Estaríais dispuestos a renunciar al velo y a todas sus ventajas, dispuestos a volver a la puta Edad Media en la que todos morimos pronto y sifilíticos? —Contestó Fudo-sama. —Es la única solución, renunciar a todo y vivir en un maldito estercolero... Eso o intentar adelantarnos y ser nosotros los alteremos la matriz que conforma el Velo.

—Robarles el virus quieres decir—. Volvió a contestar la segunda voz.

—Será más rápido que desarrollarlo a estas alturas. Debemos preparar varios arquitectos para que en cuanto lo tengamos, alterarlo y ser nosotros los que tomemos la iniciativa.

—Podríamos instaurar un monopolio no en el sudeste asiático, si no en todo el mundo. Desaparecerá SIGMA y otra competencia que podamos tener—. Dijo la primera voz—. Seríamos el Gran Hermano.

—Antes de pensar en nada, no debemos adelantarnos a los resultados y sí hacerlo a los cabrones de SIGMA TECH. —Cortó secamente Fudo-sama

—Ese lenguaje—. Le corrigió el más estirado de los tres.

—Si no es posible la contención es preferible erradicar el sistema antes de que se produzcan daños irreparables. —Volvió a insistir Fudo-sama desoyendo la reprimienda, entonces se dirigió a su subordinado que había quedado los últimos segundos en segundo plano, asistiendo mudo a aquel debate improvisado entre los miembros de la Junta Directiva:

—Kazuo-san... Deberías reunir un equipo multidisciplinar para que te ayuden en esto, cuenta con total libertad por parte de la compañía, ésto debe ser la prioridad número uno. Incluso sería interesante que no sepan que estás con nosotros, tal vez como un externo o como alguien con mucho que ganar y nada que perder. Es posible que confíen más en ti que si creen que eres uno de los nuestros. ¿Entiendes lo que te digo Kazuo? ¿O tienes tu propia opinión al respecto de lo que hemos estado hablando? —le inquirió.

Entiendo perfectamente, Fudo-sama —respondo en tono neutro—. Reuniré a tal grupo disciplinar en la mayor brevedad posible.

Mi mirada está fija en él, pero por el rabillo del ojo puedo percibir las dos siluetas inquisidoras que conforman a los otros dos miembros del concejo.

—Si no hay nada más, me pondré a ello inmediatamente —alargar aquella reunión con preguntas innecesarias o intercambiar opiniones con los presentes es lo último que me apetece. Además, ya han tomado la decisión y han dictado cual es el siguiente paso a dar en la operación "SIGMA TECH". Mi opinión no cuenta, lo único que lo hace son mis futuras acciones...