Emily tenia toda la razón se lo tenían bien montado, parecían realmente una familia tal y como tanto nos habían insistido el día anterior, de hecho me recordaba mucho a las reuniones familiares que hacíamos en mi casa cuando se reunía todo el mundo para navidades o ocasiones especiales, con mi abuela cocinando y mis primos pequeños correteando por todas partes sin parar de gritar y de jugar, realmente parecía un sitio comodo donde quedarse, pero eso era simplemente lo que parecía, el resto que no se veía era lo preocupante.
- Si, aunque parecen felices- le respondi igual que ella casi en un susurro, aunque seguramente allí nos escucharía el que quisiera hacerlo.
Me habían colocado en lo que para mi era una situación un tanto incomoda, aunque era cierto que había aceptado quedarme allí, no conocía todavía a nadie y por mucho que se presentaran y me hablaran como si fueran conocidos de toda la vida no lo eran.
Todos parecían extremadamente simpáticos, alguno había mas rudo que otros como el chico que tenia a mi lado que no hacia mas que sacar cuchillos de vez en cuando y jugar con ellos, si no fuera por que sabia que no podían cortarme si no quería, seguramente estaría aterrada.
Pero para que engañarme realmente ese lugar era una liberación, la gente no se escondía ni guardaba nada, parecían todos tan unidos que decían cualquier cosa o mostraban sus habilidades para casi todo que era como si aquello no fuera real.
Vi a Emily y a su chico acercarse y les hice un gesto ligero con la mano mientras les dedicaba una sonrisa, aunque ellos parecían no tener intención de acercarse a mi.
En realidad al ver a la chica tan acompañada había pensado que era mejor no molestar, pero cuando vi que nos hacía una seña ya no tuve forma de sentarme a parte como había pensado hacer con Anders, por lo que allí que tuvimos que acercarnos.
Al menos, yo esperaba sinceramente que a aquella chica le fuera mejor de lo que parecía que nos iba a ir a nosotros.
- Buenos días! - La dije sentándome a su lado. - ¿ Dónde se coge aquí el desayuno?
Yo me comía un caballo en aquel momento, sólo que primero tenía que encontrarlo, pues la verdad es que no tenía ni idea de dónde estaba nada.
Además, quise buscar con la mirada quién estaba tocando, más que nada, porque se merecía que le cortaran las manos a la altura de las muñecas.
Agradecí sin duda que Emily se sentara a mi lado, aunque realmente la conocía solo unas horas mas que a los que estaban sentados en la mesa era una chica y eso me daba mas confianza, aunque sonara algo extraño los chicos de aquel circo eran un poco aterradores, claro que poco mas se podía esperar de gente que vivía en un circo y tenían super poderes...
En ese momento recordé que cualquier de ellos podría ser capaz de leer la mente y ver que ahora mismo me los había imaginado como en los libros del circo de los extraños, un grupo de monstruos reunidos, aunque ... bueno ahora yo era también parte de esos monstruos.
- Buenos días Emily- trate de dedicarle mi mejor sonrisa - Si quieres cualquier cosa solo tienes que acercarte y cogerlo, nadie te dirá nada -
Ves que los que toca no son mas que un grupo de chicos que no tendran mas de 15 años.
- Creo que un café y algo que poder mojar en él me llega... la verdad es que... - tuve que guardar silencio porque aquellos chavales me estaban levantando hasta dolor de cabeza, pues aunque yo no sabía tocar todos los instrumentos sin recurrir a mis habilidades, al menos me había molestado en aprender solfeo.
- Me volverán loca... - No lo dije en alto, y estuve tentada de ir y decirles al menos cómo tenían que agarrar los instrumentos, pero vamos, que total, yo no iba a estar allí más tiempo y en lo que les pudiera decir en un segundo no iban a aprender nada.
- La verdad es que tengo hambre... - Terminé mis palabras aunque después de unos segundos de silencio.
Me levanté para ir a coger alguna cosa, antes de que mi estómago comenzara a hacer más ruido que un león.
- Voy a coger alguna cosa entonces... ¿ Te traigo algo o prefieres echar un vistacillo a ver qué hay? - Esto iba dirigido a Anders, pues aunque hubiera preferido poder llevarle el desayuno a la cama... era lo que había.
Emily se sento cerca de la chica que conocimos el dia anterior y yo me puse junto a ella sin parar de mirar al grupo de chicos que estaban tocando... bueno si es que a lo que hacian se le podia hacer tocar musica, realmente eran un espectaculo lamentable acertaban una nota de cada 10 y con suerte la medolia que sonaba de cada instrumento se complementaba, pero la gente de alli no parecia prestarle atención.
Puede que los chicos no supieran tocar y estuvieran tratando de aprender aunque fuera tocando de esa manera o yo que sabia igual es que a la gente de alli les gusta la musica estridente y sin ninguna coherencia, al final me sorprendi cuando Emily me hablo y casi no me habia dado cuenta de que me decia al estar pendiente de los chicos.
- Esto... lo que prefieras... lo... lo mismo que tu... si eso- me quede completamente trabado y rojo de verguenza al darme cuenta del absurdo, como podia haberme quedado tan atontado mirando a los chicos tocar tan mal teniendo a Emily cerca, pero el caso era que me sentia atraido, no por ellos claro esta, si no por los instrumentos en si.
- Las tortitas estan deliciosas, puedes aprobechar y comer algunas, te aseguro que te gustaran - desde luego a mi me habian gustado mucho, claro que yo era una golosa.
Tras decirle esto con una sonrisa y mire a su acompañante y me quede algo extrañada, miraba fijamente a los musicos con cara de fascinación o que sabia yo, quizas tuviera envidia y el tambien quisiera tocar o algo asi.
- Si quieres puedes decirles si te dejan tocar con ellos - esperaba no haber metido la pata.
Por unos instantes me quedé mirando a Anders, quien parecía haberse ido al mundo de " la piruleta " mirando a aquellos chavales en su intento de aporrear aquellos instrumentos.
- Si vas a animarte a tocar que sea sólo una canción que sino se te enfriará el desayuno... - Le dije guiñándole un ojo, justo después de asentir a eso de las tortitas que me señalaba kate.
Por los demás, les dejé allí para ir a coger el desayuno para ambos, con intención de coger algo dulce y café con leche para ambos antes de volver a la mesa.
No quise entablar demasiada conversación con nadie, pues no hacía falta si en nada nos íbamos a largar de allí, hacer amigos sería una estupidez, así que simplemente me mantuve al margen de todo el mundo y en silencio, ocupándome únicamente del desayuno.