Partida Rol por web

Tus pasos te han llevado por numerosos pueblos y lugares desde tú huida. Tu intención era llegar a la zona leal a España, pero la frontera no parecía llegar nunca... Todo el terreno estaba muerto, negruzco y sin vida... ni animal, ni vegetal, solo cuervos volando de un lado a otro de manera casual.

Pero la pesadilla no acababa... nunca acababa... y la sensación de desonrientacion era cada vez mas pesada, como una lápida sobre tus hombros...

Después de trepar una pequeña montaña, confiando en ver luz al llegar a su cima, luz, prados verdes... y alguna ciudad de castilla en el horizonte... confiando en todo aquel sueño lleno de ilusión y esperanza llegaste hasta arriba del todo con los ojos cerrados por el esfuerzo de la subida; pero entonces la pesadilla volvió.
Jurarías haber andado siempre en la misma dirección... pero en el horizonte estaba aquella ciudad... aquella aguja negra apuñalando el firmamento.

A tu derecha, abajo, viste una patrulla, cinco soldados liderados por un templario de la oscuridad, se dirigían a tu posición, pero no parecían haberte visto... el aire pesaba un amargo sabor... amargo y algo eléctrico...

- Mierda.- Pensé - ¿Porqué por una vez las cosas no salen a mi favor?. Justo cuando estoy más cerca de esa ciudad, se me tuerce todo.

Observé aquéllos páramos y sentí un profundo desaliento; no vi ni un animal, por muy pequeño que fuera, ni un matojo verde, nada y encima, la ciudad que se veía en el horizonte no parecía estar muy cerca.

Mi momento de tristeza y desánimo fue interrumpido por ruedas de carro y por pisadas. Me escondí rápidamente y, tirada en el suelo observé que, el ruido lo causaban seis hombres fornidos; uno de ellos era un templario y el resto, soldados.

- Maldita sea. - maldije en voz baja.

Aquellos hombres no se dieron cuenta de que estaba allí, pero sus gestos parecían decir lo contrario, al menos aparentemente ya que, al bajar del carro se dirigieron hacia mi posición decididamente. Yo, asustada y segura que habían advertido mi presencia, me moví rápidamente haciendo, involuntariamente, ruído al frotar mis botas con la tierra.

- Por ahí se ha movido algo, Señor. Mire la nube de tierra. - Gritó un soldado.

Bajé, sin apenas respirar, por la ladera de la montaña, escondiéndome en un gran socavón que había. Algo debía de hacer rápido, esa gente no tardaría en encontrarme puesto que, el agujero dónde estaba no era demasiado profundo. Así que, sólo tuve una alternativa...volar, aunque me hubiera prometido no usar mis poderes por precaución.