Partida Rol por web

El frío, la humedad... el triste sonido de solitarias gotas de agua cayendo del techo sobre charcos... todas esas sensaciones se convirtieron en una triste sinfonía monótona con la que siempre despertabas cuando tu cuerpo, hastiado y medio muerto lograba hacerte descansar... pero ni en esos momentos lograbas tener un sueño reparador pues pesadillas asediaban tu subconsciente al entrar en el reino de Morpheo...

Perros te perseguían mientras huías desnuda por un desierto blanco de hielo... sus ladridos iban mas allá de lo habitual, no se limitaban a llegar a tus oídos sino que traspasaban tu alma haciendo que tu "ego" sintiera, si cabe, mas miedo que tu "alter-ego". Corrías y corrías mientras tus fuerzas se iban disipando a cada metro que avanzabas hasta que caías sobre el helado suelo... mirabas hacía atrás y observabas como la jauría se acercaba hacía ti, una nube negra con cientos de ojos rojos rugiendo y ladrando que se abalanzaban sobre ti cuando no eras ni capaz de soltar un lastimero grito... tu propia vista se alzo, como si tú alma se elevara en el cielo mostrándote el fatídico desenlace, tu propio cuerpo desgarrado mientras esos perros mordían y tiraban de tu piel arrancándola para luego buscar musculo... como tu cuerpo sin vida era mecido como un bote apunto de hundirse en medio de una tormenta descomunal...

Y te despertabas, y cada vez que lo hacías allí estaba aquel ser que te capturo hace días, meses o incluso años... la percepción del tiempo la perdiste desde el primer instante.

El demonio se presentó como "Astharoth", tenía mucha labia, mucha conversación y resultaba embaucador... trataba por todos los medios sacarte los secretos de tu culto para un propósito todavía no desvelado... te sometió a todo tipo de tortura psicológica... te privo de agua y comida, te arrebato la dignidad... te ofreció una salida... pero aún así reconociste tu enemigo y sabías que no debías hablar...

Cuando la palabra se perdió empezó con las artes oscuras... chispazos de energía, pequeños cortes producidos sin cuchillo... pero tampoco hablabas... y la tortura se hizo más pesada pasando a artes mas antiguas, al sencillo puñal, a clavarte finas agujas en puntos claves...
... y el dolor resultó inaguantable... pero resulto curioso, cuando estuviste a punto de romper a hablar entre gritos agónicos de dolor la fe llegó a ti con una fuerza inimaginable... un ser alado atravesó el frió techo de roca y se puso entre Astharoth y tu... a pesar del aspecto inquietante que tenía te daba esperanza, fuerza... alzo una mano y te acaricio con el anverso de su mano tu ensangrentado rostro renovando tu espíritu por completo, y con voz ronca y severa te habló...

- No pierdas las fe, no pierdas la esperanza... el camino es largo y esta lleno de lanzas... pero no se te ha olvidado... - y parecía dispuesto a decir algo mas pese a que no le vieses el rostro pero fue cortado... tú no eras la única que lo veía y el demonio captor estalló en ira...

- ¡ELAZZAR! ¡AQUÍ NO TIENES PODER! ¡FUERA! ¡VOSOTROS ME EXPULSASTEIS Y AHORA TE EXPULSO YO! - hizo un gesto seco con la mano hacía delante teniendo la palma extendida y la figura del ser alado desapareció con una neblina de luz...

A partir de ese día tus sueños acababan siempre igual, pero una luz blanca te esperaba siempre al final reconfortandote en gran medida...

... pero seguías sola, seguías captiva... y segías llorando sangre y el tiempo pasaba como una marea... monótono y sin cambios.

... y algo ha llegado a cambiar, ya apenas hay torturadores... y todo es un revuelo... en el aire lo notabas, vientos de cambio... vientos de esperanza...

Tic...tic...tic...el persistente sonido me sacó poco a poco de la duermevela en la que intermitentemente me habia sumido durante ¿días, semanas? ¿Qué importancia tenía contar el paso del tiempo cuando todo era dolor rojo, oscuro, taladrador? Con los ojos aún cerrados mi consciencia aleteó dubitativa aún entre regresar o no...se estaba tan bien en aquella blancura,...¿quién quería volver al dolor, a la crueldad de aquel ser, a la tortura y a las vejaciones a las que me había estado sometiendo? Sin embargo, mi cuerpo había decidido regresar a la vida y hacía tiempo que había dejado de guiar sus acciones.

Escucha...agua...resbalando en algún lugar cercano,...goteando lenta, monótamente sobre la superficie pétrea...

Huele...sangre...heces...el olor putrefacto de lo maligno me rodeaba como si fuera la mortaja de la tumba en la que me hallaba..

Siente...no...no quería...era demasiado...no quería sentir el frío de las cadenas sobre las llagas abiertas en mis muñecas y tobillos...el dolor infinito de mis múltiples heridas, mis articulaciones desencajadas, mis huesos rotos...el dolor atormentado de mi alma torturada...

Respira...

Con un jadeo abrí los ojos a la ceguera absoluta. Sombras dentro de las sombras. Tan espesas que casi se palpaban y me ahogaban al introducirse a través de mi boca en los pulmones, intentando matar todo resquicio de vida y esperanza que hubiese en mi. Súbitamente aterrorizada me debatí en mitad del aire, haciendo tintinear las cadenas de las que pendía y el dolor fue tan grande que a punto estuve de volver a desmayarme. Pero el recuerdo del ser alado y de algo más me mantuvo despierta. Patrones...sí...algo había cambiado...¿cuanto hacía? Alerta hice un esfuerzo por calmar mi agitada respiración y permanecí quieta intentando percibir mi entorno. Para conocer a la Diosa tienes que escuchar con el alma..

No escuchas absolutamente a nadie, todo parece estar vació... salvo por el permanente sonido de las gotas de agua cayendo y de tus cadenas rozando... te cuesta respirar y mucho...

Tu mente y tu corazón se han mostrado mas duras e impertérritas que tu carne, la cual estaba herida, cortada y quemada por numerosas partes...
Colgada de los brazos pudiste notar como aquel campo mágico que te impedía usar tus dotes había desaparecido de repente... pero no sabrías decir desde cuando y cuanto tiempo lleva así... solo que ya no esta...

La percepción de que podía si quería volver a alcanzar mis poderes me hizo abrir los ojos a pesar de que no podía ver nada en aquella densa oscuridad. La certeza de que no podía dejar pasar aquella oportunidad hizo que mi corazón latiese acelerado y no pude evitar agitarme movida por la impaciencia. El corte de los grilletes contra mi piel casi me hizo gritar y tuve que morderme los labios para no rendirme al pánico y el miedo que amenazaban con poseerme. Cálmate...tienes que pensar...me insté a pesar de que el dolor que sentía por todo el cuerpo me lo impedía. Respira...movida por el instinto guié mi mente a través de los ejercicios que tan familiares eran para mi tras años de práctica...El aire entra en sus pulmones, pasa a la sangre y baña todo tu cuerpo con su energía..con cada inspiración todo se calma...eres pura energía...ajena a todo...no hay dolor...no hay distracciones...no hay preocupaciones...solo...ERES...Sintiéndome bañada por una brillante luz a pesar de las tinieblas que me rodeaban, llamé al poder la Diosa en mi interior y casi lloré de alivio al sentir cómo Ésta me respondía y me colmaba, consolándome como el abrazo de una amante madre a su hijo. Nunca te he dejado hija..sentí que hablaba a mi alma. Despacio, temerosa de lo que hacía pero sabiendo que no podía perder más tiempo deperté el poder de las runas de mi cuerpo.

-Sláinte...

El carácteristico brillo azulado envolvió mi cuerpo mientras sentía como un reconfortante calor me recorría por dentro, desde lo más profundo hacia fuera, irrigando todo con su poder sanador. Mientras la magia  hacía su efecto pude mirar a mi alrededor y evaluar mi situación.

La energía positiva de tu magia sin duda supuso un alivio para tu cuerpo, mente y alma, las cuales se sintieron profundamente reconfortadas aunque no recuperadas del todo.
Pudiste ver, con dificultad, que frente a ti había una mesa donde colocaban los instrumentos de tortura y poco más... era una cueva, solo había estalactitas, estalagmitas y columnas de caliza... los pocos resquicios de humanidad que podías ver o sabias que estaban eran las cadenas que te mantenían colgada del techo y aquella mesa.

Durante unos segundos permanecí contemplando la sombra densa de la mesa a pocos metros de mií sin verla realmente mientras pensaba qué hacer a continuación. Finalmente, la luz que envolvía mi cuerpo desapareció y de nuevo las tinieblas me envolvieron aunque su poder agobiante había dejado de hacer efecto en mí. Ahora conocía mi entorno y de alguna manera iba a salir de allí costase lo que costase. Tomada una decisión busqué de nuevo en mi interior y cerrando los ojos dibujé la runa en mi mente. Siempre había tenido problemas con este poder y gotas de sudor se formaron en mi frente mientras luchaba porque definir sus contornos.

-Eòli-ah

Círculos cerrados se iluminaron por todo mi cuerpo y allí donde se concentraban en mayor número: en la planta de mis pies. De repente, mi peso ya no dejó de tirar de mí hacia abajo y el súbito alivio que sentí me hizo jadear. Suspendida en el aire gracias a mi magia, moví las muñecas dentro de los grilletes a pesar del dolor que eso me producía y roté en la medida que pude los hombros liberándolos de la carga que habían soportado durante días. No pude evitar morderme los labios de nuevo mientras me volvía a concentrar. Girando las muñecas que tenía entrelazadas apunté con la palma de mi mano izquierda a la cadena mientras cerraba el puño de la otra.

-Gutha rÿa-

Con su característico gong la energía salió por mi mano golpeando los metálicos grilletes.

El primer rayó logró reventar una parte de uno de los eslabones. Te diste cuenta que dejando de levitar el propio peso de tu cuerpo lo haría ceder por completo. Tus tatuajes se apagaron al cesar el hechizo y así fue... la cadena se partió dejándote libre. Los grilletes siguieron en tus manos, pero al menos la ausencia de cadena te dejaba total libertad para mover tus brazos.

No tardaste demasiado en desentumecer tus brazos y piernas y comenzaste a andar, aunque lenta y torpemente al inicio, pero poco a poco ibas recordando como se andaba. Encontrastes tus pertenencias al inicio de la cueva, al lado de unas escaleras que ascendían en espiral. Ya habías inspeccionado aquella gruta subterranea y no había absolutamente que fuera de valor.

La ascensión por las escaleras fue cuanto menos curiosa... bajaba aire fresco, un aire que te acariciaba el rostro con suavidad y te hacía sonreir como si fueras una niña; hasta unas lagrimas resbalaron por tus mejillas al ser más consciente de que tu libertad estaba próxima...

Cita:

Y de repente escuchaste esas palabras... no sonaron muy lejos, pero si que había algo de por medio que amortiguaba aquellos gritos.
Sin quererlo empezaste a correr y llegaste hasta el final de las escaleras. Frente a ti había una puerta entre abierta y pudiste observar como un grupo de personas de lo mas variopinta se enfrentaban a aquel niño que una vez te engañó...