- ¿Qué me hace especial? - Esa era una muy buena pregunta. - Lo cierto es que no creo que yo sea alguien especial. - Respondió. - Aunque si es cierto que soy una persona voluntariosa. Mi oficio es ser pastor de hombres y he ascendido bastante. Aunque nosotros, los protestantes, no tenemos una escala jerarquizada como si tienes los católicos, dicen de mi que soy el obispo de toda la zona de Nueva York. - Se encogió de hombros. - No me gustó en un principio asumir el papel, pero era cierto que, organizativamente, me había convertido en uno de los pastores más influyentes de todo el estado. - Tomó aire. - Puede que vieran en mi, capacidad de llegar a la gente. Puede que sea eso...
Jamal se mantuvo en silencio, escuchando con atención a Graham.
Obispo, había dicho. Aunque protestante, era evidente que Graham poseía influencia religiosa. Anotó el dato mentalmente.
-Debo decir que es usted un hombre con un perfil peculiar para la organización-. Jamal no llegó a decir por qué. Intercalaba largos silencios entre sus frases, lo que enfatizaba el aire misterioso, casi analítico que cobraba cualquier conversación con él. Y lo hacía sin despegar sus ojos oscuros de su interlocutor. Nunca rehuía el contacto. Simplemente, dejaba caer las palabras y aguardaba la reacción, paciente. -Antes quise hacerle una pregunta personal. Quizás demasiado personal-. Jamal se alisó un pliegue de su corbata oscura. -Pero, estamos en confianza, ¿verdad, padre?-. No habría sonado tan inquietante si Jamal no hubiese esbozado una efímera y tenue sonrisa. -Puede sonar redundante, pero no lo es... ¿Cree usted en Dios?-. La pregunta, por supuesto, tenía varias lecturas. Ninguna respuesta parecía sencilla bajo el escrutinio del doctor.
¿Le ponía a prueba? ¿Le gustaba simplemente dialogar con aquel tipo? ¿O acaso quería comprobar su temple y su integridad?
Era muy difícil discernir qué pensaba Jamal, a juzgar por su inexpresivo rostro de ébano.
Lea, join the party cuando quieras ;)
- ¿Qué si creo en Dios? - Soltó una sonora carcajada - ¡Menuda pregunta para un pastor! - Exclamó todavía entre risas. - La verdad es que no recuerdo, en mi vida adulta, que me lo hayan preguntado nunca. - Hizo una breve pausa en la que se acabaron las risas y se borró su sonrisa. - ¿Sabe una cosa? No deberíamos darlo todo por hecho. A veces las apariencias engañan. ¡Muy buena pregunta, la verdad! ¡Muy buena! - Se quedó un instante pensativo mientras meneaba incesantemente el dedo índice, apuntando hacia su nuevo amigo. - Creo que hay cosas en éste mundo que negarían la existencia de todo dios. Y no me refiero sólo a lo obvio, como las guerras, el sufrimiento, la pederastia, lo de mi mujer. No, no hablo únicamente de eso, sino de cosas aún más oscuras. Cosas que la gente de a pie no creería. Cosas que no querrían creer ni aún teniendolas delante. - Tomó aire. - Y luego, entre decenas... ¡Miles de esas cosas horribles...! - Esbozó una sonrisa. - ...a veces. ¡No siempre, pero si a veces! - Tragó saliva cerró los ojos un instante, parecía en paz, y los volvió a abrir. - A veces entre toda esa mierda, señor Jamal, aparece algo extraordinario que hace que todo valga la pena y tenga sentido. Ahí está Dios... - Y de esa forma terminó su alegato.
Una vez más, la conversación abstracta y, al mismo tiempo, profundamente personal, me descoloca. ¿Por qué habla la gente de cosas que no son prácticas? Dios es un big-data, pienso para mí. Pero no tengo intención de meterme en discusiones de ese tipo. En cambio, otro comentario del doctor Jamal me suena más a búsqueda de sinergías en la empresa común. Intentando suavizar el incómodo silencio que ha sucedido a la confesión del padre Graham, decido contestar al imponente profesional de los debates.
-- ¿Qué me hace especial para Raíz...? Sabe, doctor Jamal, siempre he tenido una cierta habilidad para leer en los datos. Algo aprendí de estadística y de estudios de mercado en la universidad, por supuesto, pero no me refiero a eso. A veces me parece como que hay... un código oculto, no sé si me entiende. A veces da la sensación de que, si una entrena lo suficiente, todas las respuestas están, digamos, un poco más allá.
Guardo silencio unos instantes, como si tuviera delante de mí imágenes confusas que es preciso descifrar.
-- Pero díganos, doctor, no nos mantenga en la incertidumbre... ¿Qué es lo que le hace a usted especial para Raíz?
Y pongo la misma sonrisa con la que hago a mis competidores financieros una oferta que no pueden rechazar.
Mira, no pensé que hoy pudiera sacar tiempo para esto, pero al final he entrado al trapo. Bien está esto de conocernos antes de... en fin, antes de que no haya oportunidad para charlar.
Satisfecho con la reacción de Graham, Jamal consideró haber hallado la respuesta que buscaba. Asintió, en silencio, aunque eso no necesariamente desvelaba aprobación. Tampoco lo contrario. Como psicoanalista, el doctor J. sabía que no hay respuesta errónea, sólo respuesta definitoria.
Lea decidió animarse y participar en la conversación. No esperaba menos de la mujer. Desveló un detalle particular de su persona. Una decodificadora. Rarísimo talento, habilidad de incalculable valor.
Si Graham le parecía íntegro, Lea le parecía poseedora de una inteligencia despierta y única.
-- Pero díganos, doctor, no nos mantenga en la incertidumbre... ¿Qué es lo que le hace a usted especial para Raíz?
Jamal guardó un largo silencio antes de responder.
-De mí dicen que mis amigos están por encima de cualquier comentario-. El aplomo del doctor era considerable. De forma velada, deslizó tanto una advertencia como un desafío a los allí presentes. -En el Culto gusta creer que todo el mundo es una herramienta, adecuada para resolver determinados problemas. Yo no lo creo así. Todos somos potencial. Si soy especial para el Culto, es porque sé detectar ese potencial. Y explotarlo-. Sus ojos de azabache parecieron centellear. -Cuando Baker nos ha reunido, eran dos desconocidos para mí. Ahora, tras esta conversación, siento que estoy en la compañía adecuada para este viaje-. Centró la mirada primero en Graham. -Un hombre que conserva la fe en un mundo cada vez más carente de ella-. Luego posó sus ojos en Lea. -...Y una mujer dispuesta a ver más allá de sus propios límites-.
Era evidente que el talento innato del doctor J. era creer en la gente. Y, sobre todo, hacerlos creer en sí mismos.
Me puedo tirar roleando en modo libre con estos dos figuras una semana más y aún tendría vías para improvisar, creo yo. Voy a parar para dejar a Fret presentarnos al equipo de asalto, porque si algo tengo claro, es que estos tres que se han juntado son un equipo de negociadores/investigadores xDDDD. Las ametralladoras van a tener que ponerlas otros ¡AJAJAJAJAJA!
- ¡Vaya, eso está muy bien! - Exclamó el doctor Jamal. - Creer en la gente... - Asintió con la cabeza. - Creer en la gente y sacar de ellos su máximo potencial. ¿No trata de eso la fe? - Se encogió de hombros. - Puede que no, pero yo lo entiendo así. Trato de hacer todos los días que mis feligreses den lo mejor de si. - Sonrió. - ¿Es usted creyente? - Le preguntó a Jamal, pero inmediatamente miró a Lea. - Usted también puede responder. - Le dijo ala joven empresaria y emprendedora. - Pero... - Sonrió. - Sea como sea, creyente o no... - Se dirigió a Lea. - ...nuestro amigo de un hombre de Dios. ¿No cree, señorita Erfolg?
Sin tregua!!! XD
-- Nosotros le llamamos a eso Human Resources Psychologist, doctor. Tenemos varios de los mejores contratados en las empresas del conglomerado que dirijo... --La sonrisa que pongo esta vez es la de "lo siento, pero no entro en ese trato", aunque me hago una pequeña nota mental de descartar que el ilustre doctor me sorprenda el algún momento.-- ¿Intuye usted doctor qué tipo de objetos debemos recoger?
El padre Graham me sorprende preguntándome lo mismo por segunda vez en solo algunas horas. Supongo que no lo debí dejar claro la primera. Sonrio. Es una sonrisa ausente de empatía.
-- No sigo los ritos de ninguna iglesia, padre. Tengo los míos. Muchos y muy variados, por cierto, pero me ayudan a mejorar mi rendimiento.
Me detengo un momento.
-- Cielos, qué sed tengo. ¿Creen que venderán agua Koni Nigari en ese pueblo de Arizona? Últimamente tengo la sensación de que mis capacidades se reducen mucho si no bebo esa agua en concreto.
¡Nos van a tener que arrancar los teclados a la fuerza!
¿Es usted creyente?
-Creo.- Afirmó Jamal, sólo para sumirse en un reflexivo silencio. -Creo en el poder del ser humano, en su capacidad para transformar su entorno, mejorarlo y crecer. Creo que esa fuerza debe ser canalizada. Creo que la dirección es más importante que la velocidad. Y creo que, cuando varios seres humanos con resolución y objetivos claros comparten su camino, la meta resulta irrelevante, pues el camino ya es, en sí mismo, una meta común-. Cruzó una pierna y entrecruzó sus largos y nudosos dedos entorno a la rodilla. Sólo estaba calentando, daba la sensación. -Les seré honesto, padre. No creo en Dios. Pero disto mucho de ser ateo. Y puedo asegurarle que no estoy en la cómoda posición de un agnóstico. En mi vida he tenido muestras de que existe... algo. No enteramente bueno. No enteramente malo. Algo misterioso. Algo insondable. Algo que observa. Algo que actúa tras el Velo de nuestra ignorancia. Dios es una creación del hombre. Una creación astuta, muy inteligente. Dios es el principio de lo que en psicología llamamos control social. En la noche de los tiempos, éramos bestias salvajes, no demasiado diferentes del resto de mamíferos. Quizás no tengamos su talento natural para matar, pero la historia demuestra que el ser humano posee un atributo superior. Pensarán que voy a decir la inteligencia, pero eso sería pecar de simplista. El ser humano es superior porque se adapta a su entorno con rapidez. Posee habilidades únicas con las que tejer puentes con sus iguales. También para dominarles y orientarles hacia un objetivo mayor. Esta noche, por cierto, hemos tenido una cordial muestra de ello a cargo del Corintio-. Jamal permaneció un instante en silencio, observando la reacción de ambos. Ignoraba si conocían el apodo de Baker. -En conclusión, padre, y perdone mi franqueza: no creo en Dios. Creo en su creador: el Hombre-, zanjó con la contundencia de un martillo cayendo sobre un cuenco de porcelana. -Y sin embargo, existe algo más que observa desde la oscuridad...-.
¿Intuye usted doctor qué tipo de objetos debemos recoger?
-Le seré sincero: no tengo ni la más remota idea. Sólo sé que la petición es inusual. Proviene de una fuente que nos es desconocida a nivel personal a los tres, y dudo sinceramente que sea conocida para los agentes de campo. No conozco a Brenda Reed, pero mi intuición me hace sospechar que hay algo más... Algo que, de momento, ignoramos-. Se llevó la mano al mentón, con semblante reflexivo. -No quiero intranquilizarles, pero debemos mantener los ojos abiertos. El asunto parece bastante serio. Baker parecía inquieto. Molesto, incluso... ¿Saben defenderse?-. La pregunta, como las que lanzaba Jamal, era tan directa como incómoda.
Nosotros le llamamos a eso Human Resources Psychologist, doctor. Tenemos varios de los mejores contratados en las empresas del conglomerado que dirijo...
Jamal asintió despacio.
-Empresaria de éxito, por lo que veo... Algo intuí durante la conversación previa. Baker parecía tener una historia con usted. A juzgar por esa media sonrisa suya que aflora en su rostro, acabó bien para usted...-. Jamal no sonreía. No arqueaba las cenas. No tensaba la mandíbula. Sencillamente, impenetrable. -Le daré un consejo amistoso: cuídese de llamar su atención más de lo necesario, Lea-.
Pues nada, vosotros lo habéis querido... xDDDD
Como el páter y Jamal fluyen solos, le he dedicado un parrafaco para él solito xDDD
Y como mi Lea es más contenida pero tiene un desparpajo canela fina, he tirado del hilito que dejó antes Baci con un poquito de sano metagaming. Espero que se me perdone. Fue por el Love of Role ^^
Un gustazo leeros.
- Cree en el ser humano, en su capacidad innata para adaptarse. - Repitió el padre. - Cree en algo poderoso que nos observa, algo que está lejos pero muy cerca a la vez. Algo que no podemos captar pero que está ahí. - Asintió con la cabeza. - Ni bueno, ni malo... - El padre Graham sonrió. - Es una definición muy válida de lo que yo llamo Dios. - Tomó aire. - Puede que no seamos tan diferentes el uno del otro. El concepto sin ser el mismo, si es muy parecido, al que tenemos ambos sobre lo que yo llamo Dios y lo que usted llama... ¿Misterio insondable? - Se encogió de hombros. - No querría que pensara que estoy tratando de convencerle de nada, nada más lejos de la realidad. Pero es curioso... ¿No cree? Cristianos, judíos, musulmanes, budistas, hinduistas... - Hizo una breve pausa y junto sus manos. - Todos creen en algo. Incluso los agnósticos creen en algo y diría más. ¡Los ateos creen también en algo! - Sonrió. - Todo el mundo cree en algo. Ese algo misterioso que inició la vida. Llamémosle como usted quiera, señor Jamal, pero es innegable que algo hay que no alcanzamos a conocer del todo. Algo grande que gobierna o desgobierna sobre todos nosotros. No lo sé, pero si sé que está ahí fuera y aquí dentro. - Señaló su pecho. - Y aquí también. - Señaló el del Lea. - Incluso, aquí... - Señaló finalmente el del propio Jamal.
Una voz dulce y animada resonó al otro lado del teléfono mientras Lea dabas las indicaciones sobre lo que quería que buscara. La mujer asintió desde el otro lado aun a sabiendas de que no la veían, mas como un gesto natural que como una burla hacia su interlocutor. Al fin y al cabo, trabajaba personalmente para una de las personas más influyentes y ahora necesitaba algo de ella.
Tras tomar nota del nombre de la persona que debía buscar, respondió a la petición.
- Me pongo a ello enseguida Señorita E. – Era común que usara ese diminutivo pero a pesar de lo estricta que podía ser Lea, no parecía molestarla. – Intentaré que tenga toda la información lo antes posible. Le enviaré la información por correo. -
Tras estas últimas palabras, se despidió poniéndose manos a la obra para encontrar información sobre esa tal Brenda Reed.
Como me imagino que será un personaje recurrente, Lea, dame más datos de Rocío y una imagen y la convertimos en un PNJ.
La conversación era cómoda y agradable. Tal vez por eso el viaje les pareció realmente corto o quizás se debió a que no se habían alejado demasiado del punto de salida. Cuando salieron del vehículo, se fijaron que sobre los edificio, aun se veía la sede de RAIZ y teniendo en cuenta que no era de los edificios más impresionantes de la ciudad, eso solo podía deberse a que estaban verdaderamente cerca.
El lugar en el que se habían detenido parecía el típico edificio de oficinas de ladrillo rojo viejo y aparentemente abandonado, perdido en una mala transacción o una inversión desafortunada. Las ventanas se veían sucias y nada en él parecía destacable y eso era lo que más les llamaba la atención. Un lugar así, incluso en un distrito con tanto dinero, era normal que fuera visitado por jóvenes inconformistas que utilizaban sus paredes para expresar su arte, o por pobres hombres y mujeres que lo habían perdido todo y necesitaban un techo bajo el que dormir para no morir de frio en la calles de Nueva York. Pero no había muestras de intentos de haber forzado la entrada, ni siquiera un mísero cartel publicitario. Entendieron que era el lugar. La persona que les había traído habló desde la ventana.
- Les esperan dentro –
Y arrancó sin esperar contestación y se puso en movimiento, perdiéndose tras la primera esquina en apenas unos segundos. Entonces quedaron solos en aquella solitaria calle, con los sonidos de tráfico y música que llegaban de calles colindantes, contrastando con el silencio que parecía emanar de aquel lugar. Viendo solo una puerta de acceso, accedieron por ella y se encontraron de frente con tres personas que hicieron que se sorbesaltaran. El Doctor no pudo evitar sonreír al ver a dos de ellos, Lea y el Padre Graham se sorprendieron viendo a la misma mujer que habían visto en el local aquella misma noche.
Mientras conversaban entre ellos, la pantalla de la Tablet se volvió a Iluminar, se fundió en negro y se grabó un mensaje.
“Ya están arriba, comiencen la misión”
Y entonces la Tablet se apagó. Sin olvidarse de cogerla, se pusieron en marcha y volvieron a ascender por las mismas escaleras que les había llevado hasta aquel sótano. Y fue cuando llegaron arriba, que se dieron de bruces con tres personas que supieron enseguida que se trataban de los de “El Otro Lado”. La sorpresa era quienes eran. Mathias y Rowan se sorprendieron de volver a ver al doctor allí y Samantha sonrió al ver a la tecnófaga y al cura allí.
Les hubiera gustado a todos comentar este curioso encuentro, pero el tiempo era justo y si querían llegar, debían ponerse en movimiento. Ya habría tiempo de conversar en el viaje hasta Safford, Arizona. Teniendo como única opción unas puertas dobles que estaban cerradas frente a ellos, se dirigieron hacia allí en busca de ese vehículo prometido.
Una enorme sala se abrió ante ellos, era un lugar diáfano solo roto por los pilares que sujetaban el edificio pero por lo demás, apenas podían verse algunos papeles y cartones por el suelo. La luz se filtraba levemente por los cristales tiñendo con un gris apagado las sombras. Y en el fondo, frente a una puerta de garaje, se encontraba el Audi Q7 de color gris metalizado que algunas ya sabían que tendrían.
Mathias abrió el maletero y miró extrañado lo que ahí había mientras se preguntaba que diantres harían en aquella misión. Entonces cerró el maletero y se puso a los mandos del coche. Una vez todos estuvieron dentro, arrancaron y se pusieron en movimiento.
Y mientras el Audi se movía por entre el tráfico de la ciudad, como una hormiga perdida en un mar embravecido, el viento sopló en su dirección y en el cielo, las estrellas parecieron brillar más de lo normal por un instante, como si alguien de más allá de toda comprensión estuviera interesado en aquel insignificante vehículo.
- Fin del capítulo –
Como no he podido postearos antes, dejamos el que charléis todo en el comienzo del siguiente capítulo.
Gracias a Mathias y su comentario:
dado que parece que esto es muy urgente, en cuanto lleguemos al coche, tendríamos que mirar en el maletero... suelen dejarnos las cosas necesarias para "los encargos". No dejan nada al azar... y no se pueden permitir que perdamos tiempo en volver a casa para recoger lo necesario....
Que me ha gustado, para toda la escena siguiente contáis con el hito
- Vehículo equipado con todo lo necesario para la misión
¿Esto que significa? Que si durante el capítulo necesitáis algo que no tenéis pero que hubiera sido lógico preverlo y que por ello, ya estuviera en el coche, gastando un punto de drama podréis conseguirlo automáticamente.
Lea, muy buena tirada pero lo que se hace es quedarse con el dado que se desee (O ninguno) Y se vuelve a tirar los dados que no te has quedado. ¿Por qué? Porque en la segunda tirada te quedas con el dado Mayor o si salen dobles y suma más, con ese segundo valor.
Ejemplo: Tiras los dados y consigues 2, 6, 6 y con esa tirada no superas la dificultad. Pagas entonces un punto de Drama y te quedas los dos 6. De ese modo, ya tendrías un 12 ya que al ser dobles, se suman. Si además consigues un 6 extra ya serían 18.