Hodor se hallaba todavía conmocionado por la muerte de su señor, cuando el pequeño hombre habló. Se quedó estupefacto, ¿cómo podía acusarles a ellos de tal crimen? Ello, que tanto querían a Lord Eddard. La furia pudo esta vez y en una zancada estaba junto al enano, lo alzó en volandas para ponerlo a su altura, y mirarlo directamente a los ojos.
- Hodor...-su voz grave sonó llena de odio hacia el pequeño hombre. Sus ojos le transmitieron que estaba muy, muy equivocado si creía que podría hacer algo que dañase a los Stark. Luego lo dejó de nuevo en el suelo, dio media vuelta, y se volvió a situar detrás de Arya, protegiéndola ante cualquier nueva amenaza.
- Primero dijisteis que no habíais votado al enano porque realmente no teníais motivo para hacerlo, pero ahora descubrimos que lo que hicisteis fue mandar a vuestro cuervo, así que aunque no le votásteis directamente... al final si que emitisteis el voto de alguna forma. -Sonrió.- No seréis una traidora, pero sois bastante insolente y rastrera para ser una Stark, eso he de concedéroslo.
Negó con la cabeza, parecía sentir lástima por Lyanna. Y movida por ese sentimiento, se giró en busca de la pequeña Stark, que se encontraba protegida por aquel gigante guardián.
- Los encontraremos, no te preocupes niña. -Le acarició la cabeza.- Tan joven y viendo tantas cosas... Crecer fuerte. -Finalizo, de forma solemne.
Por lo general no le gustaba aquel lema, le parecía cuanto menos estúpido, pero en aquella ocasión le pareció buena idea usarlo.
Por que? Por que?! las dudas no dejaban de taladrar la mente del bastardo del rey del norte A que ha venido todo esto? Como osas juzgar y tomar la vida de mi padre de esta forma? saco su espada y colocó su punta en el cuello de lord Varys, pero derramar mas sangre parecía innecesario, su padre había aceptado aquella copa y la muerte sin duda era mas plácida bajo el filo de una daga que la agonía del veneno que lenta y dolorosamente terminaría por quitarle la vida. había aquel exhombre había actuado bajo las órdenes de alguien mas.
Has sido tu, Bruja! Quieres que todos marchemos bajo el designio de tu dios... No descansaré hasta ver la hora en que seas desenmascararda... Los Stark nunca traicionarían a los suyos hizo este ultimo comentario desaprobando las valoraciones de lord Tyrion.
Robert parecía calmado, pero igual de irritado. No podría olvidar la muerte de sus allegados tan pronto. Pero la voz de Lyanna le hacia recordar que aun había gente que apreciaba entre los buitres, carroñeros y lameculos.
-Calma Lady Stark, no tenéis nada que demostrar, ya lo habéis dejado claro, el cuervo esta sobre el enano. Y si no recuerdo mal así lo anunciasteis el día antes. Así que la elección es tuya, no dejéis que el traidor oculto entre nosotros os pueda influenciar en vuestra decisión de mañana. Aun no podéis confiar en nadie para dejar esa responsabilidad.-Agarro los hombros de ella para hablarla directamente, pero de manera suave, aunque sus ojos mostraban odio cuando hablaba de los demás.
Y al fin alguien se atrevió a acusar a otra persona, el bastardo de Ned, ¿Acaso el sabia mas que otros?
-Habla chico, por que piensas que a sido ella, en que te vasas, ¿Una traidora en mi propia casa? Eso no puedo creerlo.-Se acerco proyectando su sombra; como una montaña, sobre Jon Nieve, para escuchar sus razones de injuria contra Melisandre.
La Sacerdotisa roja se mantuvo al margen de la situación, mientras observaba con algo de lástima la copa que Varys tendía al Lord de Invernalia.
- Que el Señor de la luz guíe su ascensión al paraíso - dijo en un tono tranquilo y ceremonioso, muy utilizado por ella cada que se expresaba.
Cerró un momento los ojos para declarar sus respetos al fallecido, mientras el bastardo del Lord caído le apuntaba como sospechosa, a lo cual Melisandre sólo caminó tranquila hacia el Lord de los Venados, Robert, para decirle - Mi Señor, no olvide lo que ya le he dicho y más ahora. De mi jamás se blandiría una traición hacia nuestra familia. El Señor de la luz bendice y protege a vuestra casta - lo mira decidida y sin ningún ápice de temor en su voz.
- Tus acusaciones ciegas no acongojan mi corazón, cuervo. Has estado tanto tiempo entre murallas que has olvidado lo que es volar. Te has acostumbrado a la oscuridad y por eso, temes a la emisaria de la luz - hace una pausa y con sus manos sujetas al frente, dice - La noche es oscura y alberga horrores pero puedo enfrentarla sin temor porque el Señor de la luz está conmigo - después de esto, se acerca un poco más al bastardo y una sonrisa que parece más macabra que alegre, se dibuja en su rostro, mientras sus ojos se posan directamente en los ojos de Jon.
- Debo admitir que me inquieta el repentino ataque, pues mi familia siempre ha respetado a la familia de su querido padre, que lo guarde el Señor de la luz en su luminosidad.Ciertamente, es una lástima lo que le ha sucedido a su padre, pues el poseía el honor del cual muchos de los aquí presentes carece, pero su ira no debería dirigirse hacia mí, pues le aseguro que yo no haría una acción de este tipo de manera tan arbitraria. El Señor de la luz es quien guía mis pasos - se acerca un paso más al bastardo del norte y vuelve a clavar su mirada en la suya.
- A mi parecer, quiere culparme para aprovechar la oportunidad de desviar la vista de alguien más, podría ser incluso de usted mismo. ¿En qué se basa para acusarme, además de una simple suposición herida? ¿Será que detrás de su capa negra hay aún más oscuridad? ¿El corazón se ha vuelto oscuro y por esto quiere eliminar a los presentes? ¿Qué mueve sus acciones, joven Nieve? - permanece cerca al bastardo para esperar su respuesta.
- La verdad está en las llamas, joven Nieve... -.
La muerte vino esta vez a la casa de los Starks. Su muerte, al contrario que él, no tenía nada de honorable. Stannis creía que quien lo hizo creía estar asesinando a un traidor, más erró en el intento, pues según Varis era inocente, no es que creyera mucho en su palabra, pero algo le hacía creer que en eso decía la verdad. Quedaba aún pues la ardua tarea de aprehender a los verdaderos traidores. Pero se metió antes en el tema que rondaba a Lianna.
-Creo que ella ha hecho lo que dice- no lo podía asegurar con totalidad, por supuesto aún dudaba algo, pero mucho menos que el día anterior- pues vaticinó a donde iría el cuervo. Fue por eso por lo que me disculpé al inicio del día y aún lo creo, a menos que haya nuevas pruebas contra ella o de que mintió sobre lo que dice no volveré a desconfiar de ella.
Por desgracia, no podía decir lo mismo del resto. Las acusaciones volaban por todos lados sin saberse quien tiene la razón.
-No me parece mal que digamos de quien sospechamos, aunque vendría mejor una explicación que acompañe a esa acusación- miró esta vez a Jon Nieve y a la sacerdotisa de su misma casa- acusar en vano puede hacer que fallemos, como lo hicimos con la joven Targaryenn.
Jon era de un corazón joven y aun impulsivo, la muerte de los miembros de la guardia y ahora la de su padre no le hacían mas que ansiar encontrar a los responsables para hacerles pagar. Aquella mujer sin duda no le daba buena espina, así que siguió firme en su acusación aun pese a la presión de los hermanos Baratheon.
Acaso no es claro que esta mujer es una insitadora? Usa a tu hermano como si fuera su juguete personal, acaso no ha salido de sus labios palabras adornadas para que este demuestre su posición ante el cónclave? responde al primero de los Baratheon ignorando casi al segundo salvo por ponerle atención mientras le hablaba.
Luego respondiendo al desafío de la mirada de la sacerdotisa de fuego. Permaneció donde estaba examinandola, no por lo intimidante que resultara, sino en un vago intento de comprobar si había algo de verdad en sus palabras No tengo mas pruebas contra ti que cualquiera en esta sala contra otro, pero su la desgracia se ha posado sobre los míos no puedo hacer menos que mirar con sosobra a quien muestra ser tan calculada en su actuar y quien sin duda no repara en usar a otros para que su juego empiece a funcionar. Estos eran sus argumentos pero aun existían dudas.
El Perro no tenía nada en contra de la Guardia de la Noche, y menos del bastardo Stark, pero supuso que la trágica muerte de su padre había hecho que Nieve hablase con dolor y sin meditar sus palabras contra Melissandre, justificándolas con vagas explicaciones. "Primero la loba, y ahora el cuervo: parece que lo de acusar alegremente se lleva en la sangre de Invernalia", pensó Sandor.
- Melissandre tiene razón en algo que os ha dicho, Lord Nieve: -incidió en su título de bastardo con cierto sarcasmo- Lleváis demasiado tiempo en el Muro, pues para algo habéis jurado dedicar vuestra vida a la Guardia de la Noche. Allí, puedo suponer, que no llegan rumores y cotilleos poco importantes. Y menos si son sobre si la Dama Roja acostumbra a usar a los demás o por el contrario es buena como un cervatillo recién nacido -comentó, haciendo referencia a la casa a la que servía Melissandre-. ¿Cómo podéis juzgar el comportamiento calculador de esta mujer, si apenas la conocíais y solo habéis pasado dos noches en Desembarco del Rey? Por la misma razón yo podría teorizar que vos sois de la misma manera fría y manipuladora, y no serían más que eso: teorías. ¿Pretendéis convencernos con esos argumentos?
Sin moverse del sitio, el Perro cambió de postura, haciendo involuntariamente que sus quemaduras quedasen más visibles.
- Sin querer ofender a Melissandre -dijo, mirándola de soslayo- creo que a Nieve le crispa que la mujer no pare de hablar del tal "Señor de la Luz" y la desconfianza ante una deidad que no comparte hace que el bastardo la tilde de bruja conspiratoria.
Sandor no compartía el fanatismo por el supuesto Dios Rojo (pues, aunque no fuese un hombre demasiado religioso, había sido educado en venerar a los Siete) y tampoco sabía si la mujer era inocente o una traidora, pero eso no implicaba que estuviese ciego y no viese que las acusaciones de Jon Nieve carecían de sentido. "Como casi todas las que se habían planteado en esa sala", pensó tristemente.
Solo juzgo por lo que veo aquí, en el muro poco tiempo queda para andar al pendiente de rumores, salvo a las amenazas de invasión de los salvajes o cosas peores, pero sin duda la forma de actuar de esta mujer me es inquietante, aunque bien lo han dicho, no tengo nada que demuestre que ella es la responsable de toda esta locura. Responde al Pero con cierto desconcierto del porque salía en su defensa, no pertenecía a su casa o tenia alguna relación con esta, que él supiera, aunque bien siempre sería poco lo que él pudiera saber.
Todo la acusación del bastardo de Ned no era mas que palabrería, en forma de gritos y frustración por la muerte de su padre Solo eso. Como el mismo tenia contra la casa Targaryen, eso le recordó que aun seguía uno de ellos convida y en la misma sala, pero era ciego y viejo que podría hacer ese cuervo mutilado.
Robert miro con respeto a Nieve y luego a Melisandre.
-Al igual que el resto tienes derecho a acusar a quien crees oportuno, pero la próxima vez razona tu acusación y evitaras que todos se te echen encima.-Era un consejo para el hijo de su amigo Stark.
Finalmente se sentó y busco algo que llevarse a la garganta, estaba sediento pero no olvidaba ni olvidara las muertes de este día.
El Gnomo gimió ante el repentino zarandeo de aquel hombre enorme. Hodor lo agitó y Tyrion pensó que el cuervo que estaba posado en su hombro se alejaría graznando. Sin embargo, cuando el enano volvió a tomar pie, el cuervo lo miró molesto como si fuera culpa suya que Hodor lo hubiera zarandeado.
Resopló y se frotó con los dedos los ojos, cansado. Aún recordaba la horrible imagen de Eddard Stark tomándose la copa. Un escalofrío le recorrió el pequeño cuerpo. Tragó saliva con dificultad y estuvo atento a los comentarios del resto de los presentes. Negaba para sí mismo con la cabeza. Temía que aquella muerte oscureciera más aún las cosas en lugar de aclararlas, pero no debía ser injusto. Él tampoco tenía muy claro quién podía haberle hecho tal atrocidad al Guardián del Norte. Pese a que sospechaba de manera fervorosa que había sido un miembro de su propia casa, el zarandeo que le había propinado Hodor dejaba las cosas algo turbias y menos claras.
—Hablando de claridad…—murmuró Tyrion, girando sobre sus talones y escuchando a aquella mujer de rojo rubí.
Sus palabras eran enigmas para los oídos del enano, y temió que estuvieran ante una verdadera farsante. Pese a que hablaba de forma armoniosa y Tyrion ya casi evitaba fijarse en su generoso busto, sus palabras le dejaban con interrogantes. Y si bien Stannis estaba de acuerdo con ella, no era menos cierto que era el único que la entendía. O, al menos eso Tyrion intuía.
—Me temo que aquí se dirán más mentiras que verdades si hacemos justificar a todos su acusación particular— dijo el enano, encogiéndose de hombros—. ¿Y cómo diferenciar la verdad de la mentira? ¿Cómo descubrir a aquél que realmente nos está contando lo que de verdad pasó?— preguntó, sin mirar a nadie en particular—. Yo he acusado. Abiertamente. Sabéis que intuyo que a Lord Stark lo ha matado alguien de su propia casa. De nuevo, mi querida y amada Lyanna no ha sido, pues tengo su regalo aquí mismo— y señaló con su barbilla maltrecha su hombro—. Pero, siento decir que un hombre ingenuo como Hodor o una niña cándida pueden asesinar como el hombre más terrorífico en mitad de una cruenta batalla— hizo una pausa donde no se atrevió a mirar a los lobos, no por miedo, sino porque no quería que Hodor lo agitara como a un sonajero de nuevo—. Nadie está a salvo de ser víctima. O de ser asesino.
Yo no veo mucho sentido en acusar solo a la familia del asesinato de Lord Stark, cualquiera se puede dar cuenta que no voto con la familia. Por lo que si solo con eso culpa a un hombre simple de asesinar a su señor o su hija de matar a su padre...me preocupa mucho. comento en un tono serio y neutro.
Tambien puede quedarse callado y no sufrir represaria Lord Robert. respondio al comentario que iba diriguido de Robert a Jon Snow. Por mi lado me parece que Jon podria estar llegando a algo aunque parece faltarle recordar que luego de Lyanna, Melisandre fue la siguiente en acusar rapidamente a una joven que ahora sabemos que era inocente. No deberiamos olvidar eso.