Partida Rol por web

Tras el ultimátum de Mcgonnagall, dejo de mirar las nubes y centro mi atención en el campo.

Parece que a va a empezar, por fin.

Veo muchas caras nuevas entre los participantes. Será útil saber cuáles van a ser los jugadores top de éste año.

Miré con ojos curiosa como las paredes se secaban. Durante unos segundos, pensé que no había nada hasta que de pronto, sonó como que algo se abría y nos vimos cayendo hacia abajo en la oscuridad por una rampa con agua. Tras la sorpresa inicial, comencé a gritar entusiasmada. No sólo por la adrenalina que me proporcionaba la sensación de estar deslizándome por la pendiente, sino también por el misterio de ver a dónde nos llevaría.

Finalmente, aterrizamos en aguas más profundas. Nadé hacia la superficie y miré alrededor buscando a Aristóteles. 

- Sí, estoy bien - le contesté respirando agitada y comprobando que estuviera bien. 

Estuve tentada de ponerme un cascoburbuja para mirar qué había debajo del agua, pero consideré que era mejor primero inspeccionar en la superficie. Por lo que traté de ascender y observar todo alrededor con un poco de luz.

Rápidamente me concentro y levanto la mano.

Profesora, si me permite quiero ir primero, deseo defender mi puesto de guardián y pienso hacerlo con garras y colmillos de ser necesario. - digo con seriedad, mientras monto en mi escoba, listo para probar mi valía.

Este año había candidatos bastante fuertes tras mi puesto, pero no iba a cederlo sin luchar, de un modo u otro bloquearía todas las quaffles que los cazadores lanzaran contra mis porterías.

Se había retrasado un poco más de lo esperado mientras recogía su Nimbus y localizando en campo de quidditch por lo que, cuando llegó, ya muchos alumnos estaban allí, unos preparados para las pruebas, abajo en el campo, y otros observando desde las gradas. Iban a comenzar las pruebas, ojalá consiguiese un puesto en el equipo como cazadora…

La francesa miró a su alrededor y descubrió entre los alumnos algunas caras conocidas como las de Artemis, Dana e Iris a quienes saludó alzando el pulgar de su mano.

Danielle caminó resuelta sosteniendo su escoba y se colocó junto a los alumnos de Slytherin. Desconocía quién era el capitán de su casa y entre ellos solo vio una cara conocida, la de Nina, ¿iba a participar?

-¿Vas a presentarte Lovegood? – le dijo con una media sonrisa alzando una ceja.

Junto con Danielle, Artemis e Iris, fui hasta los campos de Quidditch, donde ya había bastante gente, tanto en el campo como en las gradas. La profesora nos metió prisa y me apresuré a colocarme junto a Nathaniel, saludando a los de Ravenclaw con un asentimiento de cabeza. En los otros grupos también parecía haber gente ansiosa por tomar el examen y entrar al equipo.

Escuché el discurso de Dana con una pequeña sonrisa, seguro que sería una buena capitana. Después, la profesora pasó a explicar cómo sería el procedimiento de las pruebas, a lo que yo asentí. Después de mucho pensarlo, había optado por presentarme al puesto de buscador. Si no lo lograba tampoco me importaba mucho, ya me centraría en mis estudios.

-Me presentaré para buscador.- informé a Nathaniel y a la profesora. Mi examen sería después que el de los cazadores y guardianes, así que por el momento tendría que mirar cómo lo hacían los demás.

Me quede en mi sitio escuchando a Dana decir su esplendido discurso, lleno de ánimo y de entusiasmo, por lo que mis ojos algo aburridos e impacientes, se dirigieron a los demás grupos, viendo con Danielle saludaba, le devolví el saludo con una sonrisa.

-¿podemos empezar?-pregunto tras notar que Dana termina su discurso sin dejar de recorrer a los grupos con la mirada.

Parecía que la primera prueba iba a ser la de los cazadores y los guardianes, demasiado interesante para Nina que era una cazadora modelo por lo que se giro al escuchar a Danielle y con un hilo de voz, sin retirar su expresión neutral se atrevió a decir:

-tu…eres la extranjera que ha acabado en Slytherin por equivocación. Estoy segura de que el ilustre profesor Snape tendrá algo que decir sobre ti. ¿Vas a presentarte a las pruebas? Que lastima, en Slytherin estamos completos. De hecho, creo que el capitán puede decidir si quiere que un mago o bruja se presente, ¿Qué puesto quieres ocupar, Selfraude?-

La profesora Mcgonnagall se limito a llamar la atención a Nina por la osadía y dijo:

-bien, quien quiera competir por el puesto de guardián y cazador, síganme con sus escobas. Ya que sois dos las cazadoras de Slytherin tendremos que hacer la prueba conjunta, Señorita Finnegan, Señorita Lund. ¿Podrían ayudarme con esta prueba?-

Tara se adelanto con su escoba y se puso al lado de la profesora:

-estoy segura de que el señor Thomas podría hacer de guardián para esta prueba, profesora-comento.

Dean también se adelanto para proceder ayudar, la profesora sonrió al ver tanto entusiasmo por las pruebas.

Tras aquella zambullida, notáis que la caverna es realmente oscura, a penas se ve nada por lo que Aristóteles intenta usar lumos para iluminar la cueva, al aparecer habían llegado por lo que parecía a la parte acuática y subterránea de la misma caverna.

-Enciende tu varita, por favor. Vamos a salir nadando, esperemos que no haya muchas criaturas acuáticas astiles bajo el agua….-dice el muchacho de la casa del águila.

Antes de marchar junto a la profesora Mcgonagall le dedico una sonrisa y un apretón en el hombro a Iris, y miro hacia el grupo de Ravenclaw, donde se encuentra Arion. Le guiño un ojo, y asiento, orgullosa de que, finalmente, haya decidido presentarse a las pruebas.

Tras esto, me acerco rápidamente a la jefa de Gryffindor, y me posiciono al lado de Tara, segura y dispuesta.

- Será un placer apoyarla, profesora, cuente con nosotras.

Selfraude, equivocación…

Danielle miró con una sonrisa sarcástica a la peleona serpiente, le divertía que pensase que la molestaba, le divertía verla irritada a causa de su presencia.

McGonagall llamó la atención a Nina y zanjó así el asunto para dar comienzo a las pruebas, las primeras las de cazadores, en las que parecía, iba a participar también Lovegood.

Danielle agarró su escoba y caminó hacia donde la profesora mientras le susurraba a Nina.

-Me "duele" que no quieras formar equipo conmigo peque... - sonrió -Suerte Ninita.

Los alumnos que convocó la profesora se posicionaron junto a ella para ayudar, y Danielle descubrió a Dana entre ellos, era prefecta y ¿era la capitana de su casa? ¡encima era guapa! Esa chica era increíble. Danielle asintió a la gryffindor en señal de saludo y esperó expectante para verla volar.

La francesa inspiró profundamente para mantener la compostura, empezaba a notar los nervios correr por su estómago. No es que fuese su sueño entrar en el equipo, pero aquello podía ser una oportunidad de mostrar a los Selwyn que podía hacer algo bueno y no solo ser un problema. ¿Lo conseguiría? No estaba segura del todo, pero al menos, tendría que intentarlo. Entonces escuchó en su mente las palabras de Nina: “el capitán puede decidir si quiere que un mago o bruja se presente”. Danielle miró a un lado y a otro, no tenía ni idea de quién era el capitán… qué desastre… cosas de ser la nueva… Sin embargo, nadie le había prohibido presentarse y la profesora estaba dando comienzo a las pruebas, por lo que supuso que podría realizarlas, quizás Nina solo quería asustarla.

Siempre me habían gustado los chicos malos, esos que aunque muy capaces de hacerte vivir una relación sumamente tormentosa, donde los celos, las peleas y la territorialidad se vuelven el pan de cada día, de una sola embestida, también eran capaces de hacerte alcanzar el cielo, mientras que ante el mero recuerdo, cualquier coño se empaparía. Y por ello, me sorprende verme en esta situación con Pendergast, donde siendo un cielo de chico, ahora parecía o al menos se acercaba un poco más a lo que yo estaba acostumbrada. Por eso, al sentir como sus dientes hacían sangrar mi labio, un gemido murió entre sus labios, cuando aquel beso, tan intenso y morboso silenciaba los gemidos y jadeos de mi respiración. 

Pero aunque dudaba realmente que esa gruesa y enorme polla pudiese entrar por completo en mis estrechas paredes, esas palabras salidas de sus labios, me encendieron aún más, y es que esas cosas me podían, que me hablasen de esa manera tan sucia era algo que en el sexo, siempre me excitaba un poco más, si es que aquello era realmente posible. Pero entonces, al ir metiendo su hombría dentro de mi, ahí donde no pude evitar gemir su nombre cuando ese grueso glande chocó contra mi cérvix, mi espalda se curvó como si la de un gato se tratase, sintiéndome completamente llena de él. Me enloquecía la sensación, esa de sentirme tan dilatada, tan llena de su hombría. Y fue entonces, cuando tan llena de él me encontraba, que sus embestidas se tornaron con suma rapidez, violentas, fuertes y exquisitas, al punto de hacer que mis uñas se clavasen en su espalda con fuerza, dejando a su paso un camino de líneas carmesí. 

Mi cuerpo se movía al son de sus embestidas, esas que dejando a su lado un rastro de dolor, me encantaban en demasía, y dejándose llevar por esa vorágine sensorial cuando su mano acariciaba mi cabello, para después apretarlo con cierta fuerza, mordí su labio inferior con fuerza, aunque no tanta como para hacerla sangrar, solo la justa y la necesaria, mientras que del mío seguían brotando ligeras gotitas de la mía. - Me encanta tenerte dentro de mi. - Gemí sobre sus labios, mientras mis pechos, movidos por el agua, danzaban de seductora y tentadora manera, mientras que iba siguiendo sus movimientos, con tal de sentirle ante cada embiste, un poco más dentro de mi estrecho, cálido y húmedo coño. 

Encendí yo también mi varita y miré alrededor, buscando algún lugar donde poder salir a tierra mientras permanecía a flote.

- ¿Crees que habrá una serpiente mágica de doble cola? He oído que les gusta morder los pies de los nadadores - comenté tranquilamente como si estuviera contando una tranquila anécdota. 

La profesora Mcgonnagall asintió ante la decisión de Dana y empezó a decir:

-¿Flamel? ¿Vas a presentarte como guardián?, entonces solamente competirán Slytherin y Gryffindor, la cazadora de Slytherin que marque más puntos quedara en el equipo, solamente hay un puesto. En cuanto al puesto de guardián de Gryffindor, el guardián tendrá que evitar que cualquiera de las dos cazadoras marque puntos, el límite será de 100 puntos. Ahora subid a vuestras escobas-

Los participantes de la prueba actual se hallan en el aire, la profesora Hooch lanza la quaffle.

Nina mira a Danielle de reojo con una sonrisa:

-solo hay un puesto, dudo que ganes…pero siempre puedes intentarlo-comento sin dar mucha esperanza a la chica que quería quitarle el puesto, ya en el aire y viendo como la profesora Hooch lanzaba la quaffle se lanzo serpenteando como si una verdadera serpiente alada se tratara para cogerla.

Aristoreles miro a Cielo y dijo:

-no veo un ningún corredor que pudiera llevarnos fuera, ¿por qué no nos sumergimos para buscar una cueva que nos lleve alguna parte?-

Un casco burbuja apareció alrededor de la cabeza de Cielo y de Aristóteles con un solo movimiento de varita de este último, Cielo ve como Aristóteles se sumerge para buscar una salida, gracias al casco podríais bucear sin ahogaros, seguís por el corredor subterráneo y enseguida empezáis a notar que algo os observa.

Al escuchar a Lovegood hablar, no puedo evitar fruncir el ceño. Si hay algo en lo que mis padres han insistido siempre, es en la necesidad de permanecer humilde, incluso si sé que destaco en algo. Además, la arrogancia puede, fácilmente, jugar en tu contra, provocando distracciones.

Con una ceja levantada, miro a Nina, y me adelanto a la posible contestación de Selwyn.

- Cuando termines de fanfarronear y... de hacer el estúpido, será mejor que prestes atención a lo que se supone que estás haciendo. Cualquier podría pensar que solo te presentas a las pruebas para hacernos perder el tiempo, y, he de recordarte, hay gente aquí que nos tomamos el Quidditch en serio.

Las apariencias engañan, tanto que Pendergast había pasado de ser un chico responsable y simpático a ser una increíble bestia en lo que se refería al sexo, tras solo conoceros de unas horas empezabas a ver cómo era Pendergast en realizad, un autentico hombre que se escondía bajo la piel de un niño, movido por sus responsabilidades e intereses, pero en ese momento estaba siendo realmente un chico atrevido y bastante seguro de sí mismo y de lo que estaba haciendo.

A Pendergast le gustaba que gimieran su nombre, hacia que embistiera con más ganas y mucho más fuerte, intentando meter lo que era toda su enorme polla en tu interior, dejando que las paredes de ese dulce y mojado coño le abrazaran de forma constante, repercutiendo en que te agarrara con más fuerza tanto en tu cadera como agarrando su largo pelo, notando como mordía su labio inferior sin llegar a producir una herida sangrante, a lo cual respondió  con otro beso, su lengua paso por tus labios llevándose el sabor de la poca sangre que derramabas, tras eso contempló sus pechos, danzando ante él como un par de bailarinas de natación sincronizada.

Soltó tu pelo y cogió uno de tus enormes senos para llevar su erecto pezón hacia su boca, empezó a chupar aquel manantial que en sus veces proporcionaba vida y en otras solamente un placer inconmensurable, comenzó  a morderlo mientras jugueteaba con su lengua, de esta forma la mano que se hallaba en tus caderas bajo hacia tu trasero que agarro con fuerza y posteriormente se adentro entre tus nalgas, llegando hasta tu retaguardia, uno de sus dedos empezó a masajear la zona para poder viajar hacia tu interior.

-me gusta que aguantes pero estoy a punto de llenarte entera, quiero que ese coñito se inunde de una vez-gruño lentamente.

La situación era interesante, debía marcar puntos contra Artemis, superando a Nina mientras Dana intentaría por todos los medios impedírselo.

Danielle escuchó las palabras de Nina y la miró alzando una ceja, si que se lo tenía creido la niñata. Sin embargo, antes de que pudiera decir nada, Dana ya había intervenido y la quaffle era lanzada al aire.

La francesa voló hacia ella, pero Dana, fue más rápida. Danielle frunció el ceño, intuía que iban a tenerlo difícil contra aquella gryffindor, “Concéntrate idiota”, se dijo a si misma.

Al ver a la profesora Hooch lanzar la quaffle, vuelo rápidamente hacia ella, cual leona que corre hacia su presa. Sonrío fanfarronamente hacia Nina, quien llega después que yo, aunque, por desgracia, también antes que Danielle. La miro a los ojos unos segundos, y después salgo disparada entre las dos Slytherin, con la quaffle en la mano.

Antes de intentar esquivar a Danielle y Nina, miro fijamente a la primera, y utilizo mi legeremancia para transmitirle palabras de apoyo.

- Venga, Selwyn, tú puedes. Confía en ti misma, y demuéstrale a esta idiota que mereces el puesto más que ella. Pongo toda mi confianza en ti.