Partida Rol por web

Tras varias horas esperando, la niña abre los ojos. Son extraordinariamente tranquilos, pacificadores. Su hermano sonríe. Es la primera vez que vez una mueca tan clara en la cara de aquel niño. La niña te mira extrañada, no asustada... ¿Tú eres Sam?

-Ey...- Dije en un tono casi susurrante al verla despertar y me acerqué a la cama donde reposaba -Me temo que no, solo soy el repartidor... me llamo Tom- sonreí abiertamente -Tenía que entregar un paquete en esta dirección, pero cuando llegué la puerta estaba abierta y abajo vi un dardo en el suelo- lo saqué despacio del bolsillo y lo sostuve un segundo para que pudiera verlo- así que supuse que algo andaba mal. Cuando me quise dar cuenta, el pequeño- arqueé las cejas mirándole fugazmente -casi me convierte en una hamburguesa y tú perdiste el conocimiento; asi que te traje aquí para que descansaras- Fruncí el ceño mientras respiraba profundamente -¿Te encuentras mejor?-.

Volví a asomarme tras las cortinas comprobando que no veía nada raro, me dirigí de nuevo a la niña tras sentarme sobre el escritorio donde había dejado el paquete abierto -El tal Sam me temo que sigue en Gales... con Fury Fenix- vaya nombrecito, juas- me crucé de brazos mirando a la niña -He abierto el sobre, necesitaba saber donde me estaba metiendo, de alguna manera creo que hace tiempo que estoy metido en algo, pero aun no sé en que- Hice un gesto con la mano hacie el sobre y este se elevó del escritorio describiendo un suave vuelo hasta la niña -¿Quién se supone que debía protegeros?, y lo que es mas importante, ¿de qué y por qué?- le pregunté realmente intrigado.

Sam es el superhéroe más valiente del mundo... dice con un tono de voz entre fascinada y orgullosa. Con trece años ya luchaba y con 16 ya dirigía un equipo de intervención. Sam nos vendrá a salvar. Lady Ash nos lo prometió. Dijo que lo enviarían desde Cardiff... Sam nos protegerá, a mí y a Helios.

-Ya entiendo...- le dije asintiendo según hablaba -Un superhéroe. Pues en ese caso estate bien tranquila, seguro que no tardará mucho en llegar la ayuda- me levanté del escritorio y me acerqué a la muchacha y cogí de nuevo el sobre viendo que no parecía demasiado interesada en él.

-Dime pequeña, esa... Lady Ash, ¿es quién os protegía aquí, qué ha pasado, recuerdas algo antes de que te desmayaras?- pregunté mientras sacaba de nuevo los expedientes del sobre; después de escuchar lo que había dicho la pequeña necesitaba ver algo mas del paquete.

Lady Ash es nuestra protectora. El de todos los niños especiales de esta zona, pero papá vino y se la llevó. Mamá no pudo hacer más que escondernos y dijo que Sam nos encontraría, pero yo no pude hacer invisible a Helios tanto tiempo y por eso nos viste...

Sonreí a la pequeña -no te preocupes, Helios podría hacer que se le quitaran las ganas de haceros daño, a vosotros o a cualquiera... yo he tenido suerte, jeje, ya me entiendes- ladeé la cabeza dejando mi vista posada en el muchacho -si llega a darme con esa bola de fuego... pero, ¿por qué tu padre iba a querer llevaros de aquí?- Ojeé de nuevo  por la ventana, intranquilo.

-ASí que te refieres a ese Sam... creí que se habría retirado del tema superhéroes, no sé, tal y como están las cosas ahora, por cierto pequeña, todabía no sé tu nombre...- le dije  en tono distendido tratando de mantener la situación relajada, aunque yo por dentro estuviera, con cada dato nuevo que recibía, aun mas preocupado.

Cuando mecionas a su padre, ella mira por la ventana... Yo me llamo Selene... ¿Y tú quién eres?. Se levanta y abraza a Helios que rompe a llorar. Parece que se ha estado aguantado todo este tiempo. Ella le susurra al odio. Yope espe toipe conpe tipe gope, nope llope respe. Sampe venpe drape porpe nope sope trospe.

Me quedé sorprendido un segundo, en ningún momento me había parecido que Helios estuviera a punto de llorar.

-Es un placer, Selene, aunque siento que haya sido en estas circunstancias... - suspiré observado como Selene canturreaba algo al oido del niño que no era capaz de entender. -Yo soy Tom- callé bruscamente; de alguna manera la situación que estos pequeños estaban sufriendo me recordó a mi propio pasado, a la casa de acogida -Trabajo como repartidor, tenía que entregar un paquete, creo que para Lady Ash... pero empiezo a sospechar que no ha sido una coincidencia que fuera yo el encargado de traerlo, no sé, hace días que creo que me siguen, que me observan- le dije en tono confidente -Parece que todos los que somos... especiales, nunca dejaremos de ser perseguidos- La miré fijamente unos segundos con una mueca de melancolía en la cara -Llevo tanto tiempo huyendo, parecía que por fin estaba empezando una vida normal... y de pronto, esto. Pensaba que ya no pasaban estas cosas, que se habían cansado de cazarnos- menené la cabeza negativamente -pero parece que nunca se cansan- suspiré sonoramente mientras me volvía para ojear de nuevo por la ventana -¿Qué es lo que pasa aquí Selene, por qué vino tu padre?-

Helios sonrie maliciosamente... porque él es malo!!!!! Todo su cuerpo se enciende en llamas, pero te sorprende que Selene parece imune a ellas. Helios parece más poderoso que la primera vez que le viste...

-¡Cuida...!- iba a advertir a la joven Selene de las llamas, pero para mi sorpresa no se había quemado; la miré asombrado -Guau, ¿no te hace daño?- pregunté incrédulo.

No pude evitar observar la desmedida reacción del pequeño -¿malo, a qué se refiere?- me costaba creer que un padre hiciera algo malo a sus hijos, pero en los tiempos que vivíamos ya me esperaba cualquier cosa... además, yo mismo no había conocido nunca a los mios; abandonado, o eso me decía Marian, y la verdad, no tuve oportunidad de indagar mas, o no me atreví a hacerlo, ahora ya daba igual.

Selene vuelve a mirar por la ventana. Oyes como le susurra algo al oído parece una nana. Llegas entender algo como: Pequeño sol, cierra los ojos y dejate arrullar por tu hermana luna... . No... Helios nunca me haría daño. Él nunca haría daño a nadie... Helios parece calmarse y se sienta en la cama. Selene sale de la habitación y vuelve un minuto después con unas gominolas en una bolsita. Helios sonríe y se queda sentado en la cama comiendo los caramelos. Mi padre es malo porque caza a la gente diferente y porque se ha llevado a mamá por proteger a gente distinta... Mamá... Lady Ash decía que él antes no era así... que una vez fue el héroe más valiente del mundo y que Sam y Fury Fenix le llamaban hermano... pero... ahora ya nadie le llama hermano. Todo el mundo le tiene miedo...

-VAya, lo siento... debe ser duro para ti que tu padre, bueno, ya sabes- meneé la cabeza mientras fruncía el ceño, sentía cierta lástima por los pequeños, estaban inmiscuidos en una situación demasiado complicada para ellos, cuando lo que deberían de estar viviendo era una vida de juegos y tranquilidad -Maldita MCA-

-Bueno, ahora solo tenemos que esperar, la nota decía que la ayuda estaba en camino, yo me quedaré con vosotros hasta que llegue Sam, o quien quiera que envíen, ¿de acuerdo?-

Las horas pasan. La noche se esfuma. Parte de la mañana cuando un chico de veintitantos vestido con traje y gabardina se acerca a la casa. Los niños duermen plácidamente. El joven parece inquieto a acercarse a la casa, mira hacia todos los lados y parece que está comunicado por algún tipo de micrófono que lleva en el brazo...

De pronto abrí los ojos, estaba sentado en la silla y recostado sobre el escritorio, me dolia la espalda horrores, me estiré aparatosamente, gesticulando con los brazos en alto, pero en silencio. Me giré para mirar a los dos niños, no pude evitar una pequeña sonrisa de ternura.

Frotándome los ojos con pereza me asomé tras la cortina, la noche se había pasado volando. Y entonces lo ví, -¿será...?- pero un gesto de su brazo como si se comunicara por un micro oculto me hizo saltar todas las alarmas. -Mierda, menos mal que la ayuda estaba en camino- murmuré apresurándome hacia la cama de los pequeños.

-¡EY!- vamos, despertad, parece que tenemos compañía. Selene, mira por la ventana, con discreción, ¿reconoces al de la gabardina?- le pregunté ansioso aunque aparentando, lo mejor que podía una falsa calma -Muy bien Tomy, muy bien, parece que ha llegado el momento-

Ella se acerca ansiosa a la ventana... Tal vez sea Sam... tú no conoces a Sam??? El hombre llama al timbre y espera de espaladas a la puerta.

-Claro, no me había dado cuenta; antes me preguntaste si yo era SAm. No le has visto nunca- Fruncí el ceño contrariado, y enonces se me ocurrió. Cogí el sobre y saqué los expedientes abriéndolos a ver si podía reconocer a alguien en particular, al hombre que había visto o ... pero me di cuenta de que era un poco absurdo. ¿Por qué iban a mandar los expedientes del... enemigo?

-Muy bien, en ese caso vamos a esperar un poco, veamos como reacciona, a ver que hace si cree que no hay nadie. -Tú podrias haceros invisible a Helios y a ti otra vez?, ya sabes, por si la cosa se pone fea- Le pregunté con el semblante realmente serio.

Selene asiente... Aunque no creo que pueda aguantar demasiado... Me cuesta mucho trabajo mantener invisible a Helios cuando se intranquiliza. Por otra parte... El hombre parece impacientarse, vuelve a llamar al timbre. Mira de nuevo hacia la calle... parece estar nervioso.

-No te preocupes, si llegara a entrar alguien y os quisiera encontrar, solo tendriais que meteros debajo de la cama y haceros invisibles los segundos que miren ahí, ¿te parece?- le dije manteniendo la actitud mas tranquila que podía.

Observaba por la ventana con detenimiento, intentaba localizar los supuestos refuerzos del tipo con gabardina; me parecía demasiado joven para estar involucrado con la MCA, pero hoy en día ya nada me sorprendía, o al menos era muy dificil hacerlo. -Dejémosle que vuelva a timbrar, veamos como reacciona... pienso que si viniera desde Cardif vendría solo, no tendría sentido que llevara un comunicador-

El hombre vuelve a llamar al timbre. Mira el reloj y una y otra vez hacia la calle. Parece cada vez más nervioso. Aun así parece que no va a forzar la puerta. Se sienta en la escalera de la entrada y mira su reloj varias veces. Parece murmurar algo para sus adentros... parece enfadado. Se lleva las manos a la cara como apesudambrado, culpándose de algo...

-Interesante- digo tras ver la escena mirando a Selene -no parece que pretenda nada malo, es extraño- Volví a mirar por la ventana comprobando que aun seguía ahí.

-Quedaos aquí- les dije dirigiéndome hacia la puerta del cuarto -ya sabes que hacer si oyes que alguien se acerca, ¿vale?, yo voy a ver que quiere ese chico y vuelvo enseguido- le dediqué una sonrisa lo mas tranquilizadora que pude antes de abandonar la habitación.

Baje las escaleras mientras le daba vueltas a la cabeza -Ahora con cuidado, no sabes quien puede ser ni lo que puede querer- Me detuve ante la puerta de entrada y quité los cerrojos. Inspiré profundamente y abrí la puerta viendo al hombre sentado en las escalerillas -¿Puedo ayudarle en algo?- pregunté con tono serio y mas bien de pocos amigos.